No matarán la flor de la palabra. No aquí ni ahora, no con tanta lucha por delante. No con tanta muerte acechando. Tras once días de conversar con música, baile, foto, cine, cartel, silencio atento y palabras, anoche concluyó en el CIDECI-Unitierra un encuentro que resignifica y redefine mucho. Una Comisión Sexta que celebra a su nuevo integrante (el Comandante Pablo), ha planteado una vez más la importancia de la organización mientras propone cuidar la “pedagogía” del mensaje a transmitir. No hay “propiedad privada de la lucha”, dice el Sup Galeano, hay “una nueva semilla que es de todos, todoas, todas y no es de nadie”.

Al presentar a detalle sus vivencias de los meses recientes, cuando se lanzaron a la búsqueda de apoyos para Marichuy y el CIG, integrantes de su Red de Apoyo se hacen voz colectiva que describe el proceso de aprendizaje-trabajo-información vivido por muchos rincones de México. Aunque escuchamos solamente a colectivos de Chiapas y de la Ciudad de México y zonas cercanas, lo que narran podría narrarlo cualquiera de ellxs. Son “colectivo de colectivos”, esfuerzo conjunto aunque disperso. Son fractales de resistencia. Sus voces coinciden cuando nos transmiten la emoción, el frío, la confianza, el agotamiento, el ánimo, el ansia y, sobre todo, la convicción. Recuerdan a Marco Antonio Jiménez, “activo auxiliar de Marichuy”, maestro de la Sexta que “ya no se encuentra aquí entre nosotros”. Recuerdan también a Eloísa Vega Castro, de la Red Sudcaliforniana de apoyo al CIG. Pero en realidad recuerdan todas las muertes y las desapariciones, todos los encarcelamientos y los abusos, todos los feminicidios, todo el despojo y el racismo, pues durante meses se dedicaron a recordárselos a cada persona que se acercó a sus mesas de recolección de apoyos. “También vivimos la tormenta”, nos dicen. “Cada firma era un diálogo que permitía visibilizar la lucha de los pueblos indígenas”, pero para visibilizarla tenían que verla ellxs mismxs. Con gran elocuencia, Raúl Romero presenta sus tres miradas de ese proceso: lo que llamó a juntar firmas (el diagnóstico), lo que pasó juntando firmas (las experiencias) y lo que es este semillero (la esperanza).

En sus intervenciones durante la clausura, tanto el Comandante Pablo como los Subcomandantes Moisés y Galeano replicaron el “efecto Marichuy” y los pueblos originarios al insistir en que nuestra lucha es por la vida. Según lo narraron a lo largo de estos días, cada participante de este Conversatorio-Semillero recibió una invitación del EZLN que les preguntaba “¿cómo está tu corazón?”. Cada quién dio su respuesta. Pero por lo que nos enseñaron y por la fuerza organizada de quienes convocaron, todo indica que el corazón está listo.

Escucha/descarga los audios (para descargar, haz clic con el botón derecho del ratón sobre la pista deseada):