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México: esto sucede cuando se tumba selva en el territorio maya
Robin A. Canul Suarez / Mongabay
Hopelchén, Campeche, destaca por ser uno de los municipios con las más altas tasas de deforestación a nivel nacional. Grandes extensiones de terrenos que hace unos años albergaban parte de la selva maya, ahora son habitadas por cultivos agroindustriales.
Hace tiempo que los apicultores de la región ya alertaban sobre algunas de las consecuencias de la deforestación que avanza en su territorio. Este año, en el que varias tormentas tropicales y huracanes golpearon al sureste de México, quedó en evidencia la vulnerabilidad de un territorio que pierde sus reservas forestales.
Hace ya poco más de diez años, Leidy Pech y sus compañeras mayas ya lo alertaban. En el municipio de Hopelchén, en Campeche, al sur de México, la deforestación avanzaba sin control, grandes extensiones de la Selva Maya se transformaban en inmensos campos de cultivo. La agroindustria, decían, estaba cambiando el rostro de sus comunidades y del monte. Eso que ellas denunciaron hace una década, aún continúa.
Leidy Pech, sus compañeras mayas y alrededor de 16 000 familias de toda la Península de Yucatán, se dedican a la apicultura; actividad que depende de que la selva esté en pie y en buen estado de conservación.
La mayoría de los productores de miel tienen colmenas de la abeja más conocida, la Apis mellifera, pero Leidy Pech y sus compañeras se empeñaron en rescatar las prácticas ancestrales de producción de miel y en conservar a una abeja nativa, que no tiene aguijón y que realiza sus colmenas al interior de troncos huecos. A esa abeja la ciencia la llama Melipona beecheii, para los mayas es la Xunáan Kab, “la dama de la miel”.
Leidy Pech produce miel con abejas nativas que forman sus colmenas en troncos huecos. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Hace poco más de diez años, Leidy Pech y las mujeres mayas de las comunidades del municipio de Hopelchén comenzaron a ver cómo se iban quedando sin pedazos de selva, cómo sus abejas morían por los plaguicidas, cómo al “tirar el monte” se perdían flores endémicas que son el alimento de las cerca de 200 abejas nativas que los científicos han identificado tan solo en la Península de Yucatán y cómo al abrir grandes campos de cultivo también se modificaban los sistemas hidrológicos de la región.
Fue por ello que, junto con otras iniciativas —la Organización Muuch Kambal y el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes—, no han cesado en denunciar el avance de la deforestación en la Península de Yucatán, sus consecuencias y la impunidad que ha permitido que se cambie el uso de suelo.
De acuerdo con datos de la plataforma Global Forest Watch, entre 2001 y 2019, tan solo el municipio de Hopelchén perdió 186 000 hectáreas de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 20% de lo que se tenía en el 2000.
El doctor Edward Allan Ellis, del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana y quien ha realizado varios estudios sobre deforestación en la Península de Yucatán, señala que en Hopelchén, la tasa de deforestación es cinco veces más alta que el promedio nacional.
Hopelchén, Campeche. Desmonte y quema de la selva en abril de 2016; el lugar es hoy parte del campo menonita Las Flores, donde se siembra soya. Foto: Franz López.
Vulnerables a tormentas y huracanes
En las primeras semanas de noviembre, los medios de comunicación mostraron las imágenes de las inundaciones y destrozos causados por el huracán Eta en lugares como Tabasco y Chiapas, al sureste de México; así como en Guatemala, Nicaragua y Honduras. Territorios donde la selva y los manglares también han perdido terreno.
Meses antes, a principios de junio, en el estado de Campeche llovió como hace años no se recordaba. Durante cinco días se registró la mitad de las lluvias que, en promedio, cae durante un año en la región, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua). No fue un huracán, sino dos tormentas tropicales con vientos de baja intensidad —Amanda y Cristóbal— las que causaron todo un cisma y mostraron la vulnerabilidad de un territorio que pierde su cubierta forestal.
Leidy Pech cuenta cómo la lluvia se estacionó durante cinco días: “El 4 de junio se inundó mi comunidad Ich Ek y casi todas las comunidades de Hopelchén. Vimos cómo el nivel del agua iba creciendo y no paraba. Desde los huracanes Opal y Roxana (que fueron de categoría 4 y se registraron en 1995) no habíamos tenido inundaciones de esta magnitud”.
En el municipio de Hopelchén, 93% de las colmenas sufrieron daños durante las inundaciones. Foto: Robin A. Canul Suarez.
De acuerdo con una evaluación de daños realizada por organizaciones civiles y colectivos de apicultores y campesinos agroecológicos, las tormentas causaron daños a más de 120 comunidades de la Península de Yucatán. En Campeche, donde la producción de miel es una de las principales actividades económicas, se afectaron 93% de las colmenas, 28% de ellas se perdieron. El territorio más golpeado fue el municipio de Hopelchén, donde 22 poblados registraron graves inundaciones y, por lo menos, 3500 familias resultaron afectadas.
Las carreteras se convirtieron en ríos; algo inusual en la Península de Yucatán, un territorio que, por su formación geológica, solo tiene corrientes de agua subterránea. Comunidades como San Juan Bautista Sahcabchén, a 19 kilómetros de la cabecera municipal, quedaron incomunicadas por más de ocho días. En la zona se miraban los cadáveres de animales; también los restos de los cajones de madera que habían funcionado como colmenas.
Durante las inundaciones se miraban los cadáveres de animales flotando en los lagos que se formaron en zonas deforestadas. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Sahcabchén es una comunidad que está rodeada de tierras deforestadas para transformarlas en zonas de cultivo. A su alrededor, por ejemplo, está el campo menonita Santa Fe. La tormenta transformó ese lugar en una gran lago; así se mantuvo por más de tres meses.
Al igual que Sahcabchén, el poblado de Xcalot Akal está rodeado por terrenos deforestadas, tienen como su vecino al campo menonita Santa Rosa. “El agua vino del campo menonita. El agua empezó a subir y apenas y pudimos resguardarnos en los lugares más altos del pueblo”, recuerda Adriana Cauich, quien vive en Xcalot Akal.
Álvaro Mena es integrante de la organización indígena y campesina Ka Kuxtal Much’ Meyaj. Durante los días de la emergencia, él y otros pobladores de Hopelchén recorrieron la región y revisaron imágenes satelitales para documentar los daños. Fue así que identificaron que los lugares donde se deforestó, y que ahora son campos de monocultivos o áreas ganaderas, las inundaciones fueron más intensas. Entre estas áreas sobresalen los campos menonitas de Santa Fe, Nuevo Progreso y Nuevo Durango; así como el Valle de Paal Pool, en la comunidad de Chunchintok.
“Las grandes deforestaciones de la selva y las zonas costeras ha generado un gran impacto en todo el territorio de la Península de Yucatán: contaminación de suelos, de agua, pérdida de biodiversidad… Al no tener ecosistemas sanos, no tenemos las barreras naturales ante los impactos de tormentas y huracanes”, explica la doctora en geografía y maestra en ingeniería ambiental Yameli Aguilar Duarte, del Instituto Nacional de Investigaciones Forenses Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Campo menonita Santa Fe, Hopelchén, Campeche.Permaneció inundado por más de tres meses. En noviembre aún persistían encharcamientos significativos. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Tumbar selva para la agroindustria
El municipio de Hopelchén —así como toda la Península de Yucatán— alberga parte de la Selva Maya, la cual se extiende desde el sureste de México hasta Belice y el norte de Guatemala y es considerada como el segundo macizo de selva tropical más grande en el continente.
Perder cobertura forestal de la Selva Maya no es algo menor: se reduce el territorio donde habitan especies consideradas en riesgo de extinción como el jaguar o el tapir; se afecta la diversidad de especies —por ejemplo, de polinizadores como las abejas—, se pierden reservas forestales que contribuyen a mitigar el cambio climático.
En Hopelchén, la pérdida de selva tiene una larga historia, pero se ha intensificado en la última década.
Durante casi diez años (1972-1983), México tuvo un Programa Nacional del Desmonte cuyo objetivo era tumbar selva para impulsar la agricultura. Fue también a través de un programa de gobierno —recuerdan los habitantes de Chunchintok— cuando se deforestó el Valle de Paal Pool.
Una de las primeras áreas deforestadas en Hopelchén para la agroindustria fue el Valle de Paal Poll. Foto: Cuauhtémoc Moreno.
Guillermo León, quien vive en Chunchintok, menciona que en la década de los setenta se hizo el cambio de uso de suelo de tierras ejidales —al menos 12 500 hectáreas— para sembrar arroz; “aunque daba la producción, los que la manejaban decían que no les alcanzaba para pagar el crédito”.
Indalecio Canul Uc, de la misma comunidad, comenta que el programa gubernamental que impulsó la transformación del Valle de Paal Pool duró tres años y solo se utilizaron 5000 hectáreas de las más de 12 500 deforestadas. Hoy esos terrenos son utilizados como áreas ganaderas y en cada temporada de lluvias se llenan de agua.
A partir de la década de los años ochenta, nuevas áreas comenzaron a ser deforestadas en la zona. Eso se dio a partir de la llegada de comunidades menonitas —dedicados a la agricultura a gran escala— provenientes de Durango y Chihuahua que se instalaron, sobre todo, en Campeche y, en especial, en los municipios de Hopelchén y Hecelchakán.
Zonas deforestadas en Sahcabchén, municipio de Hopelchén, Campeche, para instalar campos de cultivo. Foto: Everardo Chablé
En el estudio “Impulsores de deforestación y percepción de cambios de uso de suelo en paisajes ganaderos en tres municipios de Campeche, México”, la investigadora Hanna Rae Warren señala que “los menonitas pueden ser vistos como importantes agentes de deforestación; altamente efectivos en el cambio de uso del suelo a usos mecanizados”.
Para su estudio, Rae Warren entrevistó a investigadores forestales quienes destacaron que “la eliminación de la cobertura (forestal) con mecanización suele ser permanente, extensiva y se trabajan los suelos hasta el punto de su degradación”.
Los campos de cultivo menonitas se han extendido por el municipio de Hopelchén, en Campeche. Durante las tormentas de principios de junio, fueron los terrenos que más se inundaron. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Hopelchén: un foco rojo de deforestación
El doctor Edward Allan Ellis ha dedicado varios de sus estudios científicos a estudiar las causas de la deforestación en la Península de Yucatán en los últimos 20 años. Su trabajo lo ha llevado a identificar dos “focos rojos” de deforestación en la Península: Hopelchén, en Campeche; y Bacalar, en Quintana Roo.
En el caso Hopelchén, el investigador documentó que entre 1986 y 2015 se registró una pérdida de 46 000 hectáreas de cobertura forestal; el 75 % ocurrió entre 2005 y 2015. “Después de 2005, se dispara”, señala el científico, quien menciona que esa nueva deforestación afecta, sobre todo, las zonas de transición entre la selva baja y la selva alta.
De acuerdo con datos de la plataforma Global Forest Watch, tan solo en 2017 se perdieron 23 000 hectáreas de cobertura forestal en el municipio de Hopelchén; en 2018 fueron poco más 8000 hectáreas y en 2019 alrededor de 9800 hectáreas.
Ellis no duda en señalar que esa deforestación “está relacionada con la expansión de la agricultura comercial mecanizada”. El investigador recuerda cuando fue testigo, a principios de la década del 2000, de cómo empezó la deforestación de alrededor de 5000 hectáreas de selva maya, para transformarlas en el campo menonita Nuevo Durango. “Fue impresionante. Cuando llegamos ahí, apenas habían hecho esa deforestación masiva, recién habían quemado… Hoy ya está todo eso deforestado”.
A Ellis no le sorprende que los lugares deforestados en Hopelchén sean ahora los más vulnerables a inundaciones. Además de que se tumbó la selva, apunta el investigador, se quitó la capacidad de filtración del suelo. Esto provocará —advierte— que estos lugares se sigan inundando cuando se presenten tormentas o huracanes.
En el mapa se muestra el avance de la deforestación en Hopelchén, Campeche, entre 2001-2018.
Modificación de los sistemas hidrológicos
Si algo caracteriza a la Península de Yucatán, explica la doctora Yameli Aguilar Duarte, es su sistema geológico de aguas subterráneas, así como sus diferentes tipos de suelos, los cuales son muy vulnerables a cualquier cambio.
En el caso de Hopelchén, la expansión de la agroindustria no solo ha provocado deforestación, también se han modificado los sistemas hidrológicos de la zona.
La ingeniera agrícola e investigadora Irma Gómez trabaja con la organización Muuch Kambal, de la cual forma parte Leidy Pech y las mujeres mayas que impulsan la agroecología y la apícultura; ellas han realizado un monitoreo sobre los cambios que está sufriendo el territorio forestal de Hopelchén.
En los campos de cultivos agroindustriales se han construido pozos de extracción y de absorción que han alterado los sistemas hidrológicos de la región. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Irma Gómez explica que gracias a ese monitoreo se ha documentado cómo la transformación de la selva en extensas parcelas para la agricultura tecnificada, “ha modificado los flujos naturales del agua”.
La ingeniera agrícola explica que en las grandes extensiones de parcelas se nivelaron los terrenos, se construyeron drenes y se perforaron pozos de absorción para que, en la época de lluvia, no se formen encharcamientos que afecten los monocultivos de soya, sorgo o maíz híbrido; “son pozos directos que tienen como 100 metros de profundidad; son desagües por donde se manda el agua residual, cargada de plaguicidas, al manto freático”.
Esos pozos no sirvieron de nada durante los días de las tormentas; los extensos terrenos agrícolas y ganaderos se inundaron, se transformaron en lagos y así permanecieron, en algunos casos, hasta por un mes.
Los campos agrícolas y ganaderos instalados donde antes había selva, se transformaron en lagunas durante varias semanas. Foto: Robin A. Canul Suarez.
Cambios de suelo, sin permiso
Desde 2012, comunidades mayas de Hopelchén y otros municipios de Campeche y Yucatán se organizaron para denunciar la siembra de soya transgénica. Incluso, lograron que un juez revocara el permiso que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgó para sembrar organismos genéticamente modificados en la región. Pese a ello, la soya transgénica sigue sembrándose en Hopelchén, de acuerdo con el monitoreo realizado por los colectivos mayas.
Las comunidades no han desistido en su lucha. Es por ello que el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) solicitaron a la Semarnat, a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, datos sobre las solicitudes y autorizaciones para cambio de uso de suelo en terrenos forestales en Hopelchén.
La Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de la Semarnat informó que, desde enero de 2009 hasta el primer semestre de 2020, solo existen dos permisos para cambio de uso de suelo en terrenos forestales, otorgados en 2016, para la instalación de líneas eléctricas de alta tensión para los tramos Hecelchakán-Hopelchén y Escárcega-Xpujil.
Deforestación y cambio de uso de suelo en Campeche. Foto: Everardo Chablé
Así que los cambios de uso de suelo de los terrenos en donde antes había selva y hoy solo hay campos agrícolas se realizaron sin respetar lo que marca la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable. De acuerdo con el Código Penal Federal se debe establecer una pena de seis a nueve años de prisión, así como el pago de una multa, a quien “desmonte o destruya la vegetación natural o cambie el uso del suelo forestal”.
Las organizaciones Muuch Kambal y el colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes han denunciado, ante varias dependencias, la deforestación provocada por la expansión de la agricultura industrial en Hopelchén. Hasta ahora lo único que han visto es “una total impunidad”, resalta Irma Gómez.
Mongabay Latam solicitó entrevista con las autoridades de la Semarnat y con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), pero no se tuvo respuesta.
Guillermo León, de la comunidad de Chunchintok, ha sido testigo del avance de la deforestación y sus consecuencias en Hopelchén. Foto: Robin A. Canul Suarez.
En junio pasado, la Alianza Maya por las Abejas Kaabnaloón —integrada por apicultores de la Península de Yucatán— envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, en donde señalan: “Por miles de años, las y los mayas hemos tenido diferentes prácticas ecológicamente correctas, prácticas que ahora se encuentran amenazadas por los modelos del ‘progreso’ económico y social promovidos por los gobiernos y las empresas que le sirven al capital para asegurar su acceso a nuestros bienes naturales y a la mano de obra barata”. Ante ese escenario solicitan replantear esos esquemas, para garantizar la conservación del patrimonio natural y cultural.
Leidy Pech señala que las tormentas que inundaron sus comunidades les recordaron, una vez más, las consecuencias de tumbar el monte. “Esto que nos pasó tiene un origen: la deforestación. Toda esa forma en que han cambiado el uso de suelo, la forma en que han modificado el territorio nos ha dejado en una situación de riesgo. Estos eventos naturales van a continuar, no los podemos evitar. Pero sí podemos reflexionar sobre lo que ha pasado en nuestro territorio”.
Así como Leidy Pech y sus compañeras mayas se han aferrado a conservar las técnicas ancestrales de producción de miel, también están empeñadas en defender esa selva maya que aún resiste, un ecosistema que es vital para la existencia de las comunidades indígenas que viven de la apicultura, pero también para especies como el jaguar o las abejas.
* Imagen principal: La deforestación del Valle de Paal Pool, en Hopelchén, se realizó en la década de los setenta como consecuencia de programas gubernamentales para la siembra de arroz; el ecosistema nunca se recuperó. Foto: Cuauhtémoc Moreno.
https://es.mongabay.com/2020/11/mexico-esto-sucede-cuando-se-tumba-selva-en-el-territorio-maya/
¿Qué es el Tianguis Autogestivo y Disidente que la policía desalojó a golpes en Oaxaca?
- Frente a la crisis sanitaria y económica, el tianguis naciente propone trueque y autogestión. Después de la agresión policiaca se declara en resistencia.
- La Regidora de Derechos Humanos y de Igualdad de Género, Mirna López Torres, opinó: “Si castigamos a policías e inspectores, abrimos una puerta para que la autoridad se vea impedida para aplicar la normatividad”.
El pasado sábado 7 de noviembre de 2020 se instaló -por cuarta ocasión consecutiva en un mes- el Tianguis Autogestivo y Disidente en las inmediaciones de la Casa de la Cultura, ubicado en la zona centro de la ciudad de Oaxaca. Ese mismo día, alrededor de las 12:30 h, llegaron inspectores municipales acompañados por elementos de la policía municipal y estatal a desalojar con gritos, golpes y gas pimienta a las personas (en su mayoría jóvenes y mujeres) que se encontraban intercambiando a través del trueque sus productos y enseres personales y artesanales. Así lo denunciaron quienes participaron en el Tianguis a través de un pronunciamiento contra la criminalización de la autogestión y el trueque.
Brutalidad policíaca
En el comunicado señalan que, “dirigidos por el inspector municipal Joaquín González Santiago, Jefe de Departamento de Control de la Actividad en Vía Pública y encargado del operativo, quien en compañía de otros inspectores de comercio ambulante: Jonathan Díaz Barrita, José Ramón Rodríguez Martínez, Juan Eduardo Vásquez Cruz, Raúl Ramiro Reyes Ramos, comenzaron a quitar de manera arbitraria los puestos instalados y a desalojarnos de manera violenta a quienes nos encontrábamos truequeando, al mismo tiempo que gritaban insultos machistas y homofóbicos, nos golpeaban con cascos y bastones, rociaban gas a nula distancia de los ojos y nos derribaban para patearnos entre varios elementos. Todo esto, ordenado por Víctor César Vásquez Bocanegra, encargado de la Subdirección de Regulación de la Actividad en Vía Pública”.
En entrevista para Avispa Midia, participantes del Tianguis, cuyo nombre pidieron se omitiera por temor a más represalias, relataron las agresiones que sufrieron el sábado pasado: “Llegaron inspectores dentro de las patrullas de los policías municipales estatales y un grupo de élite del Estado llamado ‘Grupo Urbano de Fuerzas Especiales’, y se mofaban. Nosotrxs estábamos intentando dialogar, decirles que no estábamos cometiendo ningún acto delictivo ni estábamos haciendo nada en contra de la sociedad civil. (…) En ningún momento la autoridad que estaba ahí, contó cuál era el delito que se perseguía. Nunca se nos dijo el delito que estábamos cometiendo y por el cuál se justificaba un despliegue policiaco de más de 30 elementos en nuestra contra. Entraron a agredirnos; se nos fueron directamente a las compañeras a golpes. También habían mamás, niñas, niños. Agredieron principalmente a tres compañeras mujeres y un compañero trans, que pertenecemos a esto que llamamos disidencia sexual y de género. Las golpearon brutalmente. Hay varias mujeres que tienen heridas internas”.
Después, exponen: “A una de esas compañeras la golpearon con un bastón retráctil. Le lanzaron gas pimienta a al menos una decena de las personas que estábamos ahí. A otro de los compañeros trans, que estaba videograbando la represión, le estrellaron el teléfono contra el piso. Primero le aplicaron gas pimienta en los ojos, después uno de ellos le grito: “¡puto deja de grabar!” y le estrelló el teléfono contra el piso, y se le fue encima. Él y otros tres policías más lo patearon en el piso (…) comentan unas compañeras que están orinando sangre, les cuesta caminar, les cuesta sentarse; quedaron con muchas heridas internas. Ya están haciéndose estudios, pero no contamos siquiera con un seguro médico. (…) Fue una barbaridad, se llevaron productos, los destrozaron frente a lxs compañerxs”.
Frente a las crisis, Tianguis Autogestivo y Disidente:
A casi 8 meses de haberse declarado la emergencia sanitaria en México por Covid-19, las medidas de distanciamiento social, el cierre de locales, mercados y negocios, el despido masivo de trabajadoras y trabajadores y la incertidumbre sanitaria y económica ha precarizado aún más a los sectores de la población que de por sí ya vivía en situaciones de vulnerabilidad. Así lo expresan algunas de las personas que participan en el tianguis con quienes Avispa Midia conversó. Ante las múltiples crisis, nace la iniciativa del Tianguis Autogestivo y Disidente. En su propia voz: “El tianguis surgió como una respuesta ante la necesidad. La mayoría de personas que hemos estado yendo a los tianguis no contamos con un trabajo estable, con un sueldo fijo, con alguna prestación por parte del Estado o alguna otra institución empresarial. Entonces surgió la idea de poder juntarnos y apropiarnos del espacio público ante el cierre que el mismo Estado ha desplegado”.
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Detrás de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, en una explanada en la que yace el busto de Ricardo Flores Magón, se auto-convoca una vez a la semana a todas aquellas personas que quieran traer productos y enseres esenciales para la vida y el cuidado cotidiano: ropa, alimentos, plantas, libros y utensilios, elaborados o usados, para ser intercambiados y ofertados en un intento por encontrar alternativas económicas y “poder establecer desde la economía solidaria un intercambio equitativo para las partes que vienen; tomando en cuenta la propia fuerza de trabajo que dichas personas invierten en los productos que elaboran, para poder llegar a un intercambio justo. (…) La mayoría de lo que se intercambia ahí es hecho por nuestras propias manos, y lo que principalmente se hace en este tianguis es el trueque”, añadieron.
Es autogestivo no sólo porque la mayoría de las cosas son elaboradas por propia mano, sino porque la organización misma del tianguis no tiene liderazgo individual, sino una organización política colectiva que trabaja para establecer sus objetivos y sostenerse: “Hay que dejar en claro que estamos intentado construir un espacio autónomo que parte de la autogestión. Autogestionarnos implica la organización colectiva fuera de las dinámica de poder vertical que tienen algunas organizaciones de tianguistas o vendedores. Intentamos construir un espacio seguro para mujeres y para compañerxs que integramos la comunidad de la desobediencia sexual”, puntualizaron.
Es disidente porque cobija y acuerpa a la comunidad feminista y a la comunidad de la desobediencia sexual y de género, al tiempo que converge con habitantes de comunidades y pueblos originarios e indígenas que se encuentran cerca de la ciudad y que han visto todas las puertas y las calles cerradas para vender sus productos. Más aún, comentan que son señalados por no cumplir con todas las medidas sanitarias establecidas oficialmente para la nueva normalidad, “pero los cuidados colectivos e individuales también son una estrategia de la autogestión y la autonomía para sobrevivir la pandemia. Aquí venimos a truequear y a extender nuestros pequeños productos y artículos destinados a la alimentación y al cuidado personal”.
Discrepancias en la posición oficial del Municipio de Oaxaca
En un boletín de prensa fechado el 11 de noviembre de 2020, el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez informó sobre los “pormenores de la actuación de servidoras y servidores públicos municipales con relación al retiro de un tianguis”, en el que señalan que el operativo comenzó por una denuncia vecinal “en la que se reportó la instalación de vendedoras y vendedores en el parque ubicado en las calles de Santos Degollado y Rayón”, y que “no se trató de un operativo de desalojo sino de presencia para resguardar el orden”.
Dicho boletín describe que los funcionaros municipales arribaron y “en todo momento intentaron entablar un diálogo respetuoso con las personas ahí reunidas”. Aseguran que “personas del sexo masculino que presuntamente estaban bajo los efectos del alcohol agredieron a los inspectores municipales” quienes habían exhortado en dos ocasiones y realizado “una amonestación de manera verbal, reiterándoles que en caso de no acatar la solicitud, se procedería en apego al artículo 45, fracción II del Reglamento para el Control de Actividades Comerciales y Servicios en Vía Pública del Municipio de Oaxaca de Juárez”. Por lo que se inició “el aseguramiento de mercancías y utensilios”. Sin embargo, no especifican que la fracción II del artículo mencionado contempla como sanción “una multa de 5 a 100 días de salario mínimo general vigente”, y no el aseguramiento del puesto comercial.
En ese sentido, durante la Sesión Ordinaria de Cabildo del municipio de Oaxaca de Juárez en la que se discutió el caso, y que fue celebrada el mismo 11 de noviembre; Luis Arturo Ávalos Díaz Covarrubias, regidor de Bienes, Panteones y Servicios Municipales y de Mercados y Comercio en Vía Pública, manifestó que le pareció excesiva la actuación de las fuerzas policiales, y expuso que por algo hay un procedimiento explícito en el artículo 48 del mismo reglamento para realizar aseguramientos de implementos y mercancías en vía pública que establece los pasos de advertencia, amonestación y multas que se tuvieron que haber impuesto antes de proceder a un aseguramiento.
Asimismo, el regidor reconoce que, “se ha divulgado en las redes sociales que sin mediar amonestación o multa, los colaboradores, de la subdirección arrebatan la mercancía a los vendedores sin seguir los procedimientos establecidos (…) mucho menos levantando el acta circunstanciada que cumpla con las formalidades establecidas, y en ocasiones utilizando la violencia física en contra de estas personas”.
Igualmente, la Síndico Primera, Indira Zurita Lara, exhortó al resto del cabildo a crear un espacio para que esta situación no vuelva a ocurrir, y se pueda permitir la actividad de trueque, “al final estos jóvenes y estas mujeres se están dedicando a algo que no es un crimen, es preferible que los jóvenes y las mujeres estén realizando este tipo de actividades, a que se estén organizando para crear mafias delincuenciales aquí en la ciudad”. Asimismo, comunicó que expidió un oficio a la contraloría del municipio para que inicie una investigación para saber si hubo abuso de autoridad.

En cuanto a la Regidora de Derechos Humanos y de Igualdad de Género, Mirna López Torres, opinó que: “Si castigamos a policías e inspectores, abrimos una puerta para que la autoridad se vea impedida para aplicar la normatividad. Si no atendemos las denuncias podemos vernos como violadores de derechos humanos”; y esto lo vuelve, aseguró, “un caso difícil, complejo, porque ninguna resolución sería plenamente satisfactoria”. Finalmente, remató su participación, “yo comparto lo bueno de su causa, pero para abrir una plaza para ellas implica abrir una caja de pandora con interese de otro tipo”.
Por su parte, el presidente municipal Oswaldo García Jarquín dijo que “condenar la violencia siempre tiene que ser de ambos lados” e hizo alusión a los balazos que la policía en Cancún disparó para dispersar una manifestación feminista el 10 de noviembre: “No logro entender qué habrá pasado para que los policías hayan salido disparando, no lo pudo concebir; pero seguramente algo pasó”. Con respecto a la petición de investigar y remover de sus cargos a quienes hayan cometido abuso policiaco contra las mujeres del tianguis autogestivo, el Presidente Municipal –quien citó a Mirna López- opinó, “no abramos puertas que afectan a la administración municipal por impulsos políticos”, e insistió, “no estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia, bajo ninguna circunstancia, no de hoy, sino desde toda mi vida, y sobre todo en mi ejercicio profesional; y mucho menos a las mujeres. En ese sentido, ratifico ese compromiso. Pero también apeguémonos a la ley y no mandemos un mensaje equivocado de que aquí en Oaxaca la gente puede hacer lo que se le plazca, eso yo creo que también no genera la inversión que tanto necesitamos en nuestra ciudad capital”.
Cabe recordar que el Presidente Municipal Oswaldo García Jarquín -y su esposa Martha Patricia Benfield López- serán sometidos a juicio por actos de violencia política en razón de género ejercidos en contra de Jaquelina Escamilla Villanueva en mayo de 2020. Con ello, el Presidente Municipal de Oaxaca de Juárez corre el riesgo de aparecer en el Registro Nacional de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política Contra las Mujeres, y de perder “el modo honesto de vivir”, el cuál es un requisito legal para competir por un cargo de elección popular en el futuro.
El tianguis resiste
En su pronunciamiento, el Tianguis Autogestivo y Disidente anunció su intención de retomar el mismo espacio público a un costado de Flores Magón el próximo sábado 14 de noviembre a las 10 h, para realizar un evento político y cultural contra la represión policiaca, en el que se compartirán testimonios, circulará un boteo para apoyar los gastos económicos de las personas golpeadas, y se retomará el trueque. Convocan “a compañeras feministas, personas sexodisidentes, quienes se autogestionan y hayan sido reprimidxs por el Estado, a que hagamos presencia”.

“Estamos acuerpando cualquier acción que las compañeras agredidas quieran organizar”, comentan a Avispa Midia al final de entrevista, “una de ellas va a ir a presentar una queja a la Defensoría de los Derechos Humanos, y también se va a presentar una queja en el Órgano de Control Interno para solicitar que se despidan a estas personas. Sin embargo, no confiamos ni en el sistema jurídico injusto ni en la justicia que se pueda acceder a través de él. (…) La consigna sigue siendo que ninguna agresión va a quedar sin respuesta, y que si tocan a una, responderemos todas”.