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The Guardian

(English) Mexico tortures migrants and citizens to slow flow of Central Americans

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Mexico tortures migrants – and citizens – in effort to slow Central American surge

A growing number of indigenous Mexicans are being detained by agents looking for Central American migrants, amid a crackdown driven partly by aid from US

Juárez sisters Mexico

Esther Juárez, 15 and her sister Amy, 24. Photograph: Nina Lakhani

in Ocosingo

Monday 4 April 2016 12.10 BST6

Amy and Esther Juárez were edgy with excitement as they boarded the bus full of seasonal workers heading for a farm at the other end of Mexico from their home in the poverty-stricken southern state of Chiapas.

Although their brother Alberto,18, had made the same journey the previous year, it was the first time Amy, 24, and Esther, 15, had left the tiny indigenous community where they had grown up.

But about half-way there, immigration agents boarded the bus, and after checking all the passengers’ papers, ordered the three siblings to get off. (Continuar leyendo…)

radio
Quadratin

Ciudades Rurales Sustentables: un fiasco

LA ESTACA.
http://www.quadratinchiapas.com.mx/noticias/nota,3133/
por MARIA DE LOURDES CORZO V.

CIUDADES RURALES…

Es verdad y está a la vista: las ciudades rurales sustentables fueron construidas y multipublicitadas a nivel internacional.

Es verdad que hubo una inversión multimillonaria en hacer estas aldeas y darles los servicios básicos, simplemente imaginemos lo que costo llevar hasta ahí la energía eléctrica y de ahí parriba. Y también es verdad que seria un sueño de algodones rosas hecho realidad, si no fuera porque en el fondo y en la forma resultaron una barata quimera.

Es verdad que en septiembre de 2009 el presidente Felipe Calderón inauguró la “primera ciudad rural sustentable del mundo”: Nuevo Juan de Grijalva pueblo que según los funcionarios de guayaberas marca Chiapas es la respuesta final al binomio pobreza-dispersión.

El éxodo de los habitantes del destruido por el agua Juan del Grijalva hacia su nueva aldea fue algo así como que llevarlos a la tierra prometida y sin lugar a dudas así lo fue para muchos (fuereños) que de inmediato se pusieron las pilas y acomodaron la nueva sistemática de hacer dinero fácil a su entera conveniencia. El pueblo dejo de ser pobre para convertirse en un pobre pueblo. Todo lo que se vende ahí lo venden solo dos o tres personas y los campesinos dejaron de trabajar sus tierras, ya no son productores ahora son consumidores y consumidores pobres y sin tierras.

Por otro lado, la segunda ciudad sustentable del planeta: SANTIAGO EL PINAR, fue edificada en la empinada ladera de la montaña y ahí están un centenar y pico de casas abandonadas, enmontadas, saqueadas por ladrones que se llevan las laminas, lavabos y excusados, tubos, puertas ventanas, etc. Es un pueblo fantasma que costó 394 millones de pesos (salidos de nuestro monedero) y se instaló para -según el Instituto de Ciudades Rurales del Gobierno de Chiapas- “concentrar localidades dispersas y facilitar la dotación de servicios básicos de calidad y alternativas productivas con empleos dignos y remunerados”. Esta justificación en los hechos resultó adulterina y falaz.

Pero la verdad verdadera es que ninguna de esas endebles casas, hechas con material prefabricado de desecho tiene agua potable ni luz eléctrica. Sólo fueron ocupadas y tuvieron servicios unos días para que Felipe Calderón y Juan Sabines Guerrero la inauguraran el 29 de marzo de 2011 con el aval del entonces Coordinador Residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Magdy Martínez Solimán (tan intimísimo del gober y además por lo de los Objetivos del Milenio que utilizaron para justificar estas obras: el abatimiento de la pobreza extrema ta ta ta ta).

Esas casas tendrían que durar 60 año ya no llegaron ni a dos, porque ya no sirven para nada. No hay agua porque no hay luz, ya que está cortada por la deuda millonaria del municipio con CFE y hay que permanecer a oscuras.

Los indígenas que los funcionarios de Ciudades Rurales Sustentables (CRS) quisieron meter ahí a fuerzas, “no se hallan” porque para ellos representa vivir amontonados en micro casitas iguales a las de los fraccionamientos de interés social que son cómodas porque puedes lavarte los dientes, tender la cama y cocinar al mismo tiempo y sin salir de un metro cuadrado, pero sólo cabes tú…. Además sin poder hacer su fogón ni criar sus animales, ya que estar en el patio les causa vértigo, vaguidos y pánico de caer rodando por lo empinado que es el lugar donde construyeron.

Todo esto no es lo peor. Hay un fondo más dramático:

El 21 de julio de 2012, ingresaron a la ciudad rural Santiago del Pinar dos victimas del robo de sus vehículos en Tuxtla Gutiérrez, acompañadas de agentes ministeriales para recuperar sus unidades, conforme a derecho, toda vez que ya las habían localizado en esa comunidad. Los lugareños que tenían en su poder los autos opusieron resistencia de entregarlos y los amarraron en la plaza pública, los golpearon salvajemente hasta reventarle el cráneo a garrotazos a uno de ellos y a patadas y machetazos los hicieron pedazos mientras el resto de los habitantes de ese lugar miraban complacientes la masacre. Los metieron en el carro en el que llegaron y lo tiraron a un barranco. Los aterrorizados testigos -gente que habían ido a conocer ese lugar y que presenciaron el terrible acto -trataron de huir, lo que es imposible ya que pusieron decenas de topes-muralla entre San Andrés Larrainzar, Pantelhó, San Juan Chamula, Bochil y La Tijera y tienen radios de comunicación a través de los cuales se comunican para que detengan a quien quieran y para alertarse. A unos kilómetros de ahí está la base militar, en Puerto Caté y se les pidió auxilio y se les notificó a los soldados del crimen, pero ellos dijeron que a Santiago del Pinar y a ninguna de las comunidades que ya le mencioné entra ninguna autoridad ni civil ni militar. Ups! Este es el dato: construyen una ciudad desechable invirtiendo millones de pesos y para convencer a los indígenas de que vivan ahí, les ofrecen a cambio impunidad y protección para que delincan a sus anchas en un corredor de comunidades indígenas en los que -si a usted le robaron su auto- ahí lo puede ir a visitar y mirarlo de lejitos, pero jamás recuperar porque a estos les sirve para traficar además de jolotes, cuches, gallinas, leña vaya usted a saber que mas.

Esto es lo terrible, además de que el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recorrió la ciudad sustentable y en contraste con lo que nuestros diarios locales publican a ocho columnas en primeras planas, entre las observaciones y recomendaciones -por supuesto ignoradas por las autoridades- consideró indispensable realizar “una evaluación exhaustiva de las experiencias de Nuevo Juan de Grijalva y Santiago El Pinar antes de que se establezcan más ciudades de ese tipo”. Schutter vio lo que vemos los analistas y que no es muy difícil que pueda ver el ciudadano común, porque es algo demasiado evidente:

Que las cooperativas “productivas” que ahí se establecieron no están funcionando porque solo las pusieron y ya, no hay un proyecto de comercialización, capacitación constante ni ningún método para agilizar el proceso de producción que incluye la adquisición de la materia prima, lo cual los deja absolutamente fuera de cualquier tipo de mercado.

Que los habitantes de las ciudades rurales sustentables no puedan seguir cultivando sus tierras y a cambio los quieren volver consumistas de otro tipo de alimentos “quesque para que diversifiquen su dieta” y lo único que encuentras por ahí es coca (cola) y sabritas, además que ya se ven obligados a depender de los precios del mercado y que esto forma parte de un proceso agresivo de desintegración comunitaria, despojo territorial y desposesión cultural por lo que terminantemente recomienda que no se copie el modelo en otras entidades y sugiere que se transparenten los millonarios recursos que se usaron para construir esa ciudad fantasma.
El análisis señala que adaptarse a un nuevo ambiente puede ser difícil para los indígenas de Chiapas y un atentado contra los fuertes y sagrados vínculos con su lengua, territorio y cultura.

Son dos caras de la moneda, una que los indígenas y pobladores desplazados a esas aldeas son victimas de un proceso despojo de sus tierras, su cultura, sus usos y costumbres, su auto sobrevivencia y la otra que les han construido centros de operación delictiva en donde -como villanos- pueden parapetarse para denigrar su raza en delincuentes facinerosos y trasgresores de la ley amparados en la impunidad.

Ambas caras son nefastas, y aun hay más… como decía el difunto Raúl Velasco de Siempre en domingo:
Los únicos beneficiarios de este proyecto son Telmex, Fundación Azteca, TV Azteca, BBVA Bancomer, Banamex, Grupo Carso, Farmacias del Ahorro y Coparmex. También el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), quienes han asesorado y apoyado la construcción de las “ciudades autosustentables”. Amén de unos que otros funcionarios que pudieron lanzar el anzuelo y pescar peces gordos.

Lo terrible y como para arrancarse los pelos es que están en proyecto tres nuevas “ciudades robales insustentables”: Jaltenango, Ixhuatán, Emiliano Zapata y una última en proceso de construcción: Copainalá, ¿Que hará el nuevo gobernador al respecto? La esperanza está puesta en él y en que su equipo de trabajo sea competente y prevalezcan los intereses del pueblo en su mandato.

radio
Dawn Paley

Café sin carbono de Starbucks?

Mexico: Café sin Carbono?
Written by Dawn Paley, Traducido por Victoria Robinson
Tuesday, 15 November 2011 17:22
Publicado en español en Upside Down World

Fuente: Watershed Sentinel

Starbucks carbon neutral

Una tarde en el estadio deportivo de Jaltenango, pequeña ciudad productora de café en el sur de México, no tiene nada en común con una tarde en una cafetería animada de Seattle, EE.UU. Lejos de las zonas turísticas, viajé a esta región montañosa por una larga carretera de tierra para ver con mis propios ojos cómo viven las personas que cultivan el café que se vende bajo el nombre del comercio justo. Después de pasar por las bodegas de café en la ciudad de Jaltenango, que llevan el símbolo de Starbucks, llegué al estadio a conocer un grupo de personas que se vieron obligadas a dejar sus hogares y las plantaciones en septiembre.

Desde diciembre, más de 100 personas damnificadas tuvieron que adaptarse a vivir en condiciones deplorables. La mayor parte de la comunidad dejó sus tierras tras derrumbes causados por los diluvios de septiembre y actualmente duermen hacinados en colchones sobre el cemento. Han sufrido una epidemia de pulgas, un brote de una enfermedad de piel y varias infecciones respiratorias.

Ubicado en el estacionamiento, el campamento central de este pueblo provisional luce como sitio de refugiados. Los techos de las tiendas son de plástico blanco y las mantas sirven como paredes de la escuela y la cocina. Pocas personas quisieron hablar con nosotros, de las cuales una señora anónima se quejó: “Es un desastre. En este maldito auditorio tenemos que dormir todos apretados.”

Los habitantes del auditorio parecen tener miedo de hablar con periodistas extranjeros, ya que creen que el futuro de la comunidad, conocida como Nuevo Colombia, depende de la bondad del Estado. El gobierno les prometió casas definitivas en un complejo de viviendas llamado ‘ciudad rural sustentable Jaltenango’ proyecto que fue previsto finalizar en febrero. Sin embargo, ya estamos en julio y no se ha construido ninguna casa en la quinta ciudad rural de Chiapas.

Las condiciones de vida son precarias. Por la mañana los hombres vuelven a sus pequeños terrenos para preservar las plantas de café. Venden sus granos a varias organizaciones, entre ellas la empresa Agroindustrias Unidas de México (AMSA), el primer comprador y exportador de café del país. Estuve poco tiempo en el complejo antes que la policía y la seguridad privada me echaran del sitio enrejado. Mi primera experiencia al conocer cómo viven los cafeticultores damnificados por un desastre climático fue tan amarga como un café del día anterior. Esto fue sólo el inicio de una serie de hallazgos desafortunados.

Monopolio del Café Verde: Starbucks y Conservation International

Durante los últimos 20 años, la empresa Starbucks ha influido en la cultura del café alrededor del mundo. Ahora no se pide un café grande, negro o con leche, sino un frappuccino tamaño venti y sin crema para quitar el sentido de la culpa. Más allá del café, los granos que llevan el sello del comercio justo y las tazas reciclables crean toda una experiencia positiva para el consumidor, el cual siente su conciencia limpia al comprar en Starbucks.

Sin embargo, cuando uno se aleja del aroma de los cappuccinos y el ruido de la máquina de expresso, se encuentra con una preocupación creciente acerca de los objetivos de la más grande cadena de cafeterías especiales del mundo. Según otros cultivadores locales y activistas del comercio justo, la peor noticia no es la engaño de Starbucks, que no cumple con sus compromisos actuales, sino la inquietud causada por sus planes para el futuro.

Sentado en el borde del arroyo que corre por la plantación de café de su familia, Efraín Orantes Abadía, vestido de camiseta, habla a las cámaras de Starbucks y Conservation International (CI). Con el sonido de un piano de fondo, explica cómo las medidas que toma su familia aseguran el cultivo ecológico del café. La próxima escena del video, que es una herramienta publicitaria para la nueva marca responsable ‘Starbucks Shared Planet’, nos transporta a una cafetería de Starbucks en donde un empleado sirve un café orgánico cultivado bajo sombra en México. La grabación transita desde un saco de granos de Chiapas hasta un cliente que habla de su gusto por el café que protege a las aves. Luego el video vuelve a la armonía de la plantación de Orantes, cuyo nombre es Finca Arroyo Negro.

Detrás de las cámaras existe una realidad muy distinta. Las condiciones laborales de los cafeticultores a pequeña escala están entre las más precarias de la región, las cuales había observado con mis propios ojos en Jaltenango. Al conocer a Orantes, dos años después de la grabación, la historia siguió descubriéndose.

Orantes nos relató que “Después de trabajar en el documental, Shared Planet, el programa de CAFE Practices, nos prometió muchas cosas para apoyarnos en nuestros esfuerzos para cuidar Triunfo (una reserva de la biosfera), nos prometieron equipos y asistencia, y no hemos recibido nada.”

Desde entonces, la Finca Arroyo Negro se dio cuenta que existían mejores alternativas económicas y dejó de vender su café a Starbucks. No fueron los únicos; tras la introducción de CAFE Practices en 2004, al menos cuatro corporativas de productores de café, reconocidas en México, rompieron relaciones comerciales con Starbucks y Conservation International. Un gran número de estos productores buscaron vender a pequeños compradores que tenían alto grado de compromiso con los principios del comercio justo.

CAFE Practices es un plan de autoevaluación elaborado por Starbucks y Conservation International, que busca promover la sustentabilidad social y medioambiental. No obstante, una socióloga de la Universidad de Chapingo, Estado de México, Marie-Christine Renard expone que “a diferencia de ‘Fair Trade’, su criterio no garantiza un precio mínimo para los productores.” Renard explica cómo, junto a Conservation International, Starbucks ha debilitado las pequeñas corporativas de café y señaló además que AMSA asume un rol de intermediario en el programa de CAFE Practices.

“[AMSA] quiere monopolizar la producción y el cultivo del café” comentó Jordan Orantes Balbuena, el padre de Efraín y dueño de la Finca Arroyo Negro. “Quieren monopolizar la producción y ellos decidir qué precio pagar a los productores.”

¿De “Sustentabilidad Social” a Carbono-Neutralidad?

Conservation International conoce bien la controversia. Con un ingreso anual que superó los 77 millones de dólares el año pasado, se podría decir que la relación de CI con el medioambiente es similar a la de Starbucks con el café: las dos son máquinas verdes.

En el informe anual de 2010 de Conservation International, se evaluó el convenio con Starbucks en Chiapas como “uno de los primeros y más destacados compromisos para tratar el cambio climático.” Sin embargo, detrás de las imágenes bonitas de los informes y videos, la verdadera relación entre CI y Starbucks no es tan transparente.

Sentí el aire acondicionado refrescarme al entrar por la puerta principal del hotel Camino Real en Tuxtla Gutierrez, la capital de Chiapas. El evento, patrocinado por el gobierno de Chiapas y Conservation International, consistió en una presentación de estrategias del sector de la producción del café acerca del cambio climático en Chiapas.

Adentro, bajo el brillo de las luces ornadas de la sala de baile, más de 100 cafeticultores fueron organizados en cuatro grupos, cada uno con un coordinador y un rotafolio. Me integré en un grupo presidido por un representante de la ONU que intentaba convencer a los hombres para que participaran con observaciones. Cuando la dinámica falló, el representante tiraba una pelota de plástico y cuando gritaba “tiempo” la persona que se quedaba con la pelota era elegida para leer partes de un documento, de 87 páginas, preparado antes de la reunión.

Me di cuenta de que este juego formaba parte de lo que el gobierno regional y Conservation International después llamarían: una reunión de consultas de campesinos cafeticultores. La prioridad de estos cafeticultores, que trabajan en plantaciones de sombra de entre 0,5 y tres hectáreas, era la minimización de riesgos relacionados con la erosión y los eventos climáticos extremos. Aunque gran número de estos eventos están relacionados con el cambio climático, CI presentó este tema como un fenómeno separado que requería una gran solución: una nueva ley climática y la ‘mano invisible’ del mercado de carbono.

Según Monica Morales, coordinadora técnica de CI: “el plan de soluciones para atenuar los efectos del cambio climático está basado en la captura de carbono por el desarrollo de árboles en las comunidades cultivadoras de la Sierra Madre.” Después del evento, Morales me contó que el plan se inauguró en 2008 y la mayor parte de sus fondos provinieron de la financiación de Starbucks, aunque su símbolo no apareció en los materiales del evento.

El informe resumen de las reuniones en Tuxtla indicaba que Chiapas debiese implementar la Ley para la Adaptación y Mitigación ante el Cambio Climático, la que fue aprobada por el congreso del Estado en 2010.

La nueva ley recomienda la implementación del Programa de Acción ante el Cambio Climático del Estado de Chiapas (PACCCH). El programa, diseñado en parte por Conservation International, busca construir una línea base para la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD), el cual es un plan de la ONU cuyo objetivo es combatir la cantidad de emisiones que produce la tala de bosques.

Durante los últimos años, el comercio de bonos de carbono ha generado un sinnúmero de críticas. Para los cafeticultores locales de Chiapas, entrar en el comercio significa la venta de bonos de carbono de las plantaciones de sombra, además de la siembra de árboles. Las corporaciones o los gobiernos pueden descontar sus emisiones de CO2 por medio de la compra de estos bonos. Organizaciones como Conservation International mantienen un papel de intermediario entre las corporaciones transnacionales y las personas que venden los bonos. Según la nueva lógica del mercado de carbono, esta transacción sirve para que los compradores de bonos puedan neutralizar sus emisiones de carbono.

A un nivel superficial, todos son ganadores. Los cultivadores reciben una pequeña recompensa anual según la cantidad de árboles en sus terrenos y a cambio de nuevas plantaciones. Chiapas y México reciben su imagen de gobiernos verdes, Conservation International crea una nueva vía de ingresos y los cultivadores de Starbucks reciben subvenciones por medio de terceros. El conjunto de las transacciones se promociona como una respuesta al cambio climático.

Sin embargo, la realidad no es tan perfecta como parece. Un proyecto piloto de ‘café sin carbono’, puesto a prueba en 2008, no logró cumplir con sus objetivos, ya que los cultivadores locales no mostraron interés en plantar árboles en sus terrenos. Una razón importante en su decisión de no participar fue el hecho de que recibían menos de 10 dólares por mes a cambio. Pero sobre todo, los árboles existentes que proveen sombra en las plantaciones de Chiapas ya absorben el CO2. Por lo tanto, su integración en el mercado de los bonos tiene poco impacto en la atenuación del cambio climático. En cambio, lo que crea es un nuevo mercado en la zona además de esconder y complicar la verdadera acción que se necesita para actuar contra el cambio climático.

Según Gustavo Castro Soto, de ‘Otros Mundos’ en San Cristóbal de las Casas, la gestión y los activistas en Chiapas recién están comenzando a entender la ciencia del cambio climático con sus impactos. “Cuando se trata de los mecanismos del mercado, que son complicados… dejamos los asuntos a los especialistas y ambientalistas, pero debería ser algo que todos entendiéramos,” constató. “Y si te atreves a criticarlas [organizaciones como CI], te acusan de estar en contra del desarrollo y de la lucha contra el cambio climático.”

Laboratorios de Carbono

Para la más grande cadena de café del mundo, la región mexicana de Chiapas sirve como laboratorio para ver si existe la posibilidad de integrar la labor de los cafeticultores en el mercado de carbono.

Cabe preguntar por qué Starbucks quería promover una ley enfocada en el cambio climático, cuando la legislación ya existía. Es esa precisamente la duda que tiene Efraín Orantes: “Creo que juntos, Starbucks, AMSA y CI están exigiendo…un nuevo criterio para poder decir que están produciendo café sin carbono,” afirmó. Conservation International ya llevó a cabo un proyecto piloto en Chiapas para probar la posibilidad de producir el llamado café sin carbono. Starbucks se negó a comentar acerca del tema antes de la publicación de este artículo.

Mientras los ejecutivos de EE.UU. preparan proyectos para aprovecharse del mercado de carbono, son los propios cultivadores en Chiapas que siguen sufriendo los impactos directos del cambio climático. “No creo que nadie dude la gravedad de la crisis del cambio climático,” opinó Castro. “Pero [los negocios, industrias y ONGs] proponen soluciones que no tendrán éxito, soluciones falsas que permiten que ellos lucren con esta crisis,” explicó.

Los diluvios y sequías repentinos son sólo algunos de los síntomas del cambio climático. Los destrozos más impactantes en esta región fueron, sin lugar a dudas, los derrumbes del año pasado que dejaron damnificada a la comunidad Nuevo Columbia. El logro de la complejidad del mercado de bonos de carbono es dar tranquilidad al espíritu de los norteamericanos que se deleitan con su café en Starbucks. Sin embargo, no logra disminuir la vulnerabilidad de las familias agrarias en Chiapas, las cuales siguen siendo víctimas de los resultados más dramáticos de estos cambios.

Dawn Paley es una periodista freelance en Vancouver.

radio
La Jornada del Campo

Ciudades rurales y reordenamiento territorial: el camino del despojo

Abraham Rivera Borrego Miembro del Colectivo de Análisis e Información Kolectiva (CAIK)


FOTO: Cortesía del Primer Encuentro Sobre Ciudades Rurales
Sustentables, Puebla, 02-09-2011

Las Ciudades Rurales en Chiapas son pequeñas ciudades edificadas ex profeso en el área rural, que ofrecen a las comunidades indígenas y campesinas una serie de servicios –entre ellos luz, agua, drenaje, educación, salud, comunicaciones y empleo– con el objetivo de “concentrar” a los hombres y a las mujeres del campo. Pero en realidad, detrás de este discurso desarrollista, afloran otros objetivos no explícitos que se hacen obvios bajo la lógica de una integración extractivista y basada en el despojo.

“Según datos oficiales, actualmente el Programa Ciudades Rurales Sustentables (CRS) en Chiapas comprende ocho ciudades rurales. Dos ya están habitadas: Nuevo Juan del Grijalva, donde fueron reubicados los afectados del desastre de 2007, y Santiago El Pinar, donde se reubicó a población indígena. Los planes del Programa incluyen seis ciudades más, de las cuales cinco se encuentran en etapa de construcción y una en fase de planeación” (Informe de la Misión Civil de Observación de la Red Paz y caik sobre el Programa Ciudades Rurales Sustentables).

Este Programa forma parte de un enorme esfuerzo por transformar la vida en el sur-sureste de México, particularmente la vida en el campo, hacia patrones de consumo y producción orientados a la lógica del mercado. Dicha iniciativa es parte de otros grandes planes del pasado que quedaron enunciados hacia finales del sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) y que han encontrado expresión en el Plan Puebla Panamá, ahora rebautizado como Proyecto Mesoamérica: proyecto de ”infraestructura y desarrollo”, centrado principalmente en las áreas de energía, electricidad, salud, educación, telecomunicaciones, agrocombustibles, carreteras y vivienda.

Para la economía neoliberal es muy importante que los territorios a explotar estén despejados y que la población que viva en ellos sea desplazada a una especie de núcleos de concentración urbanos. Las Ciudades Rurales son estos centros a donde los pueblos son reubicados anulando la posibilidad de tomar decisiones sobre el destino de su tierra, dependiendo totalmente del modelo económico imperante y quedando, consecuentemente, bajo un modo de vida campesino-indígena seriamente fracturado.

Actualmente, la forma de operar y anexionar territorios a la economía de mercado, se desarrolla mediante diversos elementos de control tales como los organismos financieros multinacionales, la banca multilateral, las empresas trasnacionales, los planes económicos de infraestructura y seguridad, los tratados de libre comercio, la ocupación militar y la guerra irregular, entre otros.

El verdadero trasfondo de estos tratados y acuerdos es obtener un control eficiente y mayor sobre las reservas energéticas del petróleo y del gas en territorio nacional, así como una mayor intervención sobre territorios estratégicos que contienen importantes dotaciones de biodiversidad en todo el continente americano. Hablamos de áreas como el Corredor Biológico Mesoamericano que comprende desde el sur-sureste mexicano, pasando por los países del Istmo Centroamericano y llegando hasta las fronteras con Colombia y Panamá.


FOTO: Orin Langelle

“El programa CRS no fue ideado ni por el gobierno estatal ni por el gobierno federal. Sus orígenes y elementos rectores pueden rastrearse en documentos y comunicados de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial. Esta institución preconiza la integración económica como la principal arma de lucha contra la pobreza, y como vía para “llevar el desarrollo a todos los rincones del mundo”. (Boletín sobre las Ciudades Rurales de caik).

En este sentido, el territorio chiapaneco cobra vital importancia en el proceso de reordenamiento territorial ya que ofrece grandes posibilidades de ampliar circuitos económicos de alta rentabilidad para los inversionistas; sustentándose en el control de la biodiversidad, el agua, la producción energética, la extracción de minerales y petrolera, el desarrollo de la industria turística y la incautación de grandes extensiones de territorio para el monocultivo y la agroindustria.

Igualmente, como consecuencia de las relaciones de poder existentes hoy en día en todo el planeta, el acceso, gestión y usufructo de los recursos naturales están limitados y controlados por el poder geopolítico de los países ricos y los organismos multilaterales que pretenden la apropiación de territorios a los que antes no tenían acceso.

En este momento, la geopolitización de los recursos naturales ha arrojado una nueva doctrina de “seguridad ambiental”, que se lee como el aseguramiento o protección de zonas ricas en recursos estratégicos frente a escenarios de incertidumbre que pongan en peligro la estabilidad de la economía. Esta nueva doctrina promovida por los países ricos integra dentro de la estrategia de seguridad nacional el posicionarse, responder o reducir cualquier incertidumbre que desequilibre su desarrollo económico.

Uno de estos países es Estados Unidos, que integró esta doctrina (2008) dentro de su Plan de Seguridad Nacional. Desde luego este concepto de seguridad ambiental se presenta ante la opinión pública como garante de la conservación del medio ambiente, la ayuda humanitaria y el desarrollo social para los más pobres.

En este sentido, desde los años 90s, América Latina se coloca como reserva estratégica de Estados Unidos. Centroamérica y el Cono Sur operan en función de la geopolítica estadounidense vía el Comando del Sur y otros esquemas como el Plan Colombia. Canadá y México ya están bajo control militar estadounidense por medio del Comando del Norte, la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y actualmente la Iniciativa Mérida. Todos estos planes militares representan el candado de seguridad de los tratados de libre comercio como el de América del Norte (TLCAN) y los “planes de desarrollo” como el Proyecto Mesoamérica a lo largo de todo el continente.

Ubicadas dentro de la lógica del Proyecto Mesoamérica, las Ciudades Rurales funcionarán entonces como una forma de lo que David Harvey llamó “acumulación mediante desposesión”. La separación entre el campesino y la tierra que es la base de la acumulación capitalista, sin la cual el capital no tendría mano de obra ni recursos naturales para explotar.

Asimismo, hay otro elemento que juega un papel fundamental en la desarticulación del modo de vida indígena-campesino: la cuestión alimentaria. En Nuevo Juan de Grijalva, las cientos de personas allí concentradas han perdido la capacidad de producir sus propios alimentos. En palabras también de un habitante de la ciudad rural: “Allá todo lo cosechábamos nosotros. Si queríamos pescadito íbamos al rio y allá lo conseguíamos. No nos costaba comprar sino que lo pescábamos. No sé cómo, pero cada quien buscábamos la forma de vivir. Aquí no hay con qué”.

La separación o alejamiento del campesino o campesina de su tierra trae importantes consecuencias sobre su alimentación y nutrición, y más aún, conlleva la dependencia total del dinero como forma de supervivencia. Esta subordinación alimentaria y económica es claro ejemplo de una estrategia que busca subsumir a la población bajo el control del mercado, destruyendo cualquier vestigio de autonomía, soberanía o independencia.
Concentradas en las ciudades rurales, las comunidades indígenas y campesinas no sólo pierden libre determinación sobre su modo de producción, sino también sobre la reproducción de sus culturas permaneciendo supeditadas a los sistemas de regulación social estatales.

Como dice un miembro de la Junta de Buen Gobierno del Caracol I de La Realidad respecto de las Ciudades Rurales: “El mal gobierno nos promete tierra preparada, con luz, agua potable, vivienda, hasta nos alimentan. Es sólo vivir y engordar como un puerco, eso es lo que nos prometen pues”.

En este contexto en el que el Programa de CRS tiene como meta principal eliminar la dispersión de la gente, hecho que los gobiernos estatal y federal consideran factor determinante de la pobreza, desde el calendario de abajo nace la alternativa de los Caracoles zapatistas, que representan una opción concreta en donde las “comunidades dispersas” están involucradas en un intenso proceso de desarrollo de sistemas autónomos de salud, educación y producción fuera del control social del Estado y de la lógica acumulativa y destructora del capital. Los Caracoles, “esos espacios liberados que son dichos gérmenes de un mundo nuevo, no capitalista” (Aguirre Rojas, 2007), constituyen un gran obstáculo frente al “espacio abstracto” de supercarreteras, plantaciones intensivas, extracción energética y Ciudades Rurales de la nueva fase del Proyecto Mesoamérica en Chiapas.

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La Jornada del Campo

“Desarrollo” y ciudades rurales

“Desarrollo” y ciudades rurales


FOTO: Niktehapk

Milton Gabriel Hernández García
ENAH-CEDICAR

El amplio debate que hay sobre el tema-problema del “desarrollo” muestra claramente que la lucha social al respecto no se despliega exclusivamente en el terreno de las acciones, sino también en el de los conceptos y en el de la construcción social del sentido. De tal suerte que la disputa constituye un campo de fuerzas que se expresa de múltiples maneras, en una arena de conflictividad, dominio y construcción de hegemonía, resistencia y contra-hegemonía.

Las políticas de desarrollo que se dirigen específicamente hacia la población rural del estado de Puebla se enmarcan en un supuesto que se pretende hacer pasar por axioma: la dispersión territorial de los asentamientos campesinos e indígenas es la causa fundamental del “estancamiento productivo”, de su “pobreza extrema, marginación y rezago socio-demográfico”.

Desde esta perspectiva, un modo de vida históricamente configurado se considera una “barrera al desarrollo”, ya que “priva a las comunidades del acceso a los servicios públicos, a la infraestructura y a las oportunidades que ofrece el crecimiento económico”.

En el documento “Proyectos estratégicos en materia social”, del gobierno estatal, se establece como un eje de desarrollo la promoción de la reubicación de la población dispersa de la “zona de influencia” de los centros urbanos. Con esto se busca abatir la pobreza multidimensional en que se encuentra, según datos oficiales, el 64 por ciento de la población rural de este estado. Así –ya sea generando conectividad por medio del transporte mecanizado o reconcentrando a la población rural en núcleos urbanos–, se pretende desplegar el modelo de desarrollo para combatir la pobreza como una estrategia de “desarrollo territorial rural”.


A partir del análisis geoestadístico, el gobierno de Puebla ha identifi cado 50 áreas de mayor aislamiento a nivel estatal, susceptibles de ser reubicadas bajo la estrategia de las Ciudades Rurales. Estas zonas son las que se encuentran a más de ocho kilómetros de un centro urbano. Fuente: Iniciativa para la Integración del Desarrollo Microregional, Sedesol, 2012.

Señala un funcionario: “El gobierno del estado propuso 50 áreas de atención como objetivo para los seis años del presente gobierno. Hicimos un análisis geo-estadístico para primero identificar cuáles eran las localidades que estaban en situación vulnerable por dos razones: porque están en los municipios de alta o muy alta marginación o porque están con un grado de alejamiento de los centros urbanos y de los subcentros de servicios (…) La iniciativa para la integración del sistema microregional es una propuesta del gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Social, es una propuesta que elaboramos para acompañar el proyecto del gobierno del estado que es el proyecto de Ciudad Rural versión Puebla”. El gobierno estatal ha anunciado desde 2011 la creación de 50 Ciudades Rurales, iniciando en el municipio de Zautla con el proyecto piloto.

Frente a la imposición de estos proyectos, el posicionamiento de organizaciones como Unidad Indígena Totonaca Náhuatl (Unitona) ha sido claro: no existe posibilidad alguna de negociar una estrategia de desarrollo como ésta, en un escenario en que se atenta contra su forma de vida, sus territorios, sus sitios y rutas sagradas, las milpas agrobiodiversas y los derechos colectivos de los pueblos consagrados en múltiples instrumentos jurídicos estatales, nacionales e internacionales. Señala un militante: “(…) Creo que el proyecto de Ciudades Rurales pudiera ser bueno, el más bueno o el más malo, pero me parece que tiene un detalle: no ha sido ni siquiera consultado a las comunidades. El mejor proyecto es malo si no se consulta a los ‘verdaderos beneficiarios’. Nosotros estamos planteando un desarrollo con autonomía de los pueblos indígenas, un desarrollo que en ningún lado vemos que diga que queremos cambios de residencia, porque no queremos dejar nuestros lugares; un proyecto de desarrollo donde sí queremos vivienda, claro que sí, vivienda ecológica, pero no en otros lugares. En el tema de la Ciudad Rural no vemos la propuesta de cómo se van a fortalecer o a incluir los sistemas normativos de los pueblos, cómo se va a dar la impartición de justicia, o cómo se va a reforzar nuestra identidad cultural (…) no estamos de acuerdo en que se sigan violando los derechos de los pueblos”.

Como se puede observar, desde una perspectiva crítica, alcanzar el “paradigma del desarrollo” no equivale para los “subdesarrollados” (el mundo de la periferia) aspirar a los “estándares de vida” de los países desarrollados (del centro) sino construir una forma de vida en la que no exista más discriminación, exclusión y subyugación. Es decir, más que algo que tenga que ver con el atraso tecnológico y la carencia, el subdesarrollo es entendido desde abajo como algo que tiene que ver en primera instancia con un conjunto multiforme de relaciones de poder, inclusión subordinada o subsunción y al mismo tiempo, exclusión.

Sin embargo, en el campo discursivo, la noción de desarrollo ocupa hoy día un papel central en las políticas de Estado y en la acción empresarial sobre mundo rural y campesino. Siempre que se trata de “atender” las necesidades de la población indígena y campesina, aparece la palabra “desarrollo” en medio de un complejo aparato discursivo. Y es que la idea de desarrollo tiene una profunda raíz histórica en la filosofía de la historia moderna que entendía el proceso histórico como “progreso” y que en el siglo XX configuró el supuesto de que una sociedad sólo puede aspirar a la modernidad si se inscribe en el único e inevitable camino del crecimiento y la expansión de la economía capitalista.

Los pueblos y comunidades indígenas ya mucho saben de esto. Llevan siglos luchando y resistiendo contra la dominación. Es por ello que se sospecha que tal vez estas políticas de desarrollo encubren en realidad, políticas de muerte, de despojo y destrucción del modo de vida campesino-indígena. Así lo demuestra el hecho de que las Ciudades Rurales en Puebla vienen acompañadas de proyectos de minería a cielo abierto, presas e hidroeléctricas, a los cuales les estorba la población rural.

radio
Radio Zapatista

La Onda Bajita: programa de junio

  • Campaña mundial por la liberación de los presos políticos de Chiapas Alberto Patishtán y Francisco Sántiz López.
  • Presos políticos de San Sebastián Bachajón, adherentes a la Otra Campaña.
  • Ciudades rurales, historia de un despojo – Nuevo Juan de Grijalva
  • Wixárikas desmienten declaraciones del gobierno federal – ¡Wirikuta se defiende!
radio
Radio Zapatista

Historia de una “Ciudad Rural Sustentable” o de un desastre natural convertido en despojo y desfalco

Esta es la historia de un desastre natural que se convirtió en oportunidad de despojo y desfalco, siguiendo los preceptos del Banco Mundial y el Banco Inderamericano de Desarrollo.

Esta es la historia de la Ciudad Rural Sustentable de Nuevo Juan de Grijalva.

(Descarga aquí)  
radio
Radio Zapatista

Foro sobre Ciudades Rurales Sustentables

Exclusión… Inclusión neoliberal
Miradas sobre las Ciudades Rurales Sustentables

La vida en las ciudades rurales sustentables
Territorio, Reconversión productiva,
Estado, Capitalismo, Simulaciones,
Autonomía, Utopías

Viernes 18 y sábado 19 de mayo
Cideci / UniTierra Chiapas

Escucha aquí los audios del evento:

Inauguración

1era Ronda (con cambios en el programa)

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva (Descarga aquí)  

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva – Tsotsil (Descarga aquí)  

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva – Tseltal (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva – Tsotsil (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “De la autonomía a la dependencia” (Dolores Camacho, PROIMMSE-IIA-UNAM) (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas 1 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas1.MP3

Ronda de Preguntas 2 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas2.MP3

Ronda de Preguntas 3 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas3.MP3

2a Ronda

Testimonio de habitante de Copainalá (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales”  Carlos Rodriguez Wallenius (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales”  Carlos Rodriguez Wallenius – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales”  Carlos Rodriguez Wallenius – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa2/SesionPreguntasMesa2.MP3

3ra Ronda

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar (Descarga aquí)  

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar –Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar – Tseltal (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) – Tsotsil (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa3/

4ta Ronda

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana (Descarga aquí)  

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana  -Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) –Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) –Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de preguntas (Descarga aquí)  

5ª Ronda

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) (Descarga aquí)  

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas”  Luis Rodriguez Castillo (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas”  Luis Rodriguez Castillo – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas”  Luis Rodriguez Castillo – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de preguntas (Descarga aquí)  

6ª Ronda

Testimonio de Domingo Gómez, habitante Santiago del Pinar (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson (Descarga aquí)  

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson – Tseltal (Descarga aquí)  

Testimonio de Martha Liliana Arévalo sobre Nuevo Juan del Grijalva (Descarga aquí)  

7ª Ronda

Ponencia “La otra cara de la moneda: Resistencia, autonomía y Lekil Kuxlejal” Jaime Schlittler (Descarga aquí)  

Ponencia “La otra cara de la moneda: Resistencia, autonomía y Lekil Kuxlejal” Jaime Schlittler – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “La experiencia de Chenalhó: Historia y reistencia” Rafael Landerreche (Descarga aquí)  

Ponencia “La experiencia de Chenalhó: Historia y reistencia” Rafael Landerreche – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas  (Descarga aquí)  


Informes: doloresc@unam.mx / redporlapaz@gmail.com / dyterritorio@gmail.com

Invitación en audio:
(Descarga aquí)  

Programa:

(Continuar leyendo…)

radio
La Jornada

Critican el despojo que implican las ciudades rurales sustentables

http://www.jornada.unam.mx/2012/05/20/politica/010n1pol

* En foro las comparan con las aldeas estratégicas de Vietnam en 1962
Critican el despojo que implican las ciudades rurales sustentables

* En Nuevo Juan de Grijalva, Chiapas, “todas las casas tienen ratas”

Foto
Foto – Escena en el campamento de desplazados de Juan de Grijalva, Ostuacán, Chiapas, el 23 de agosto de 2009, luego que se desgajó un cerro completo a finales de noviembre de 2007 – Foto Moysés Zúñiga Santiago

Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 20 de mayo de 2012, p. 10

San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de mayo. “¿Quién dijo al gobierno que los problemas de las comunidades se deben resolver con ciudades?”, se pregunta esta mañana el investigador de la UNAM Luis Rodríguez Castillo en el foro Exclusión… inclusión neoliberal, convocado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y el Ciesas, donde especialistas de diversas universidades analizaron el fenómeno de las ciudades rurales sustentables (CRS), que en Chiapas han encontrado su paradigma. Investigadores de las universidades de Guadalajara, Chiapas y Autónoma Metropolitana coincidieron en su rechazo al programa gubernamental, inspirado en los Objetivos del Milenio de la ONU.

Los pobladores de las CRS, sometidos a un control represivo que un comentarista comparó hoy con un “estado de sitio y encierro”, han cedido sus tierras a cambio de una casa “de ciudad” y el acceso expedito a los créditos de Banco Azteca y Elektra. De campesinos autosuficientes a clientes. De tener derechos colectivos a ser solicitantes de una ayuda que además les regatean.

Dosis de contrainsurgencia

El médico Marcos Arana, al hablar de la “atomización demográfica” que implican las CRS, detalló la falta de respeto gubernamental a los derechos económicos, sociales y culturales, y emparentó el proyecto con las “aldeas estratégicas” implementadas en 1962 en Vietnam para desmantelar las comunidades y sus vínculos con la tierra y la colectividad. Otros ponentes abundaron sobre las altas dosis de contrainsurgencia en el proyecto.

Además de la contundencia de unas 15 investigaciones de campo, se contó con testimonios directos de pobladores de las dos CRS ya en operación. Los de Nuevo Juan de Grijalva (Ostuacán) denunciaron el reiterado incumplimiento del gobierno para indemnizarlos por las tierras de las que fueron arrebatados con muchas promesas cuatro años atrás. Ya sufrieron represión, algunos cárcel, y siguen esperando.

La especialista Martha Liliana Arévalo ha residido en la mencionada CRS, y su testimonio es demoledor. “Todas las casas tienen ratas, que han encontrado estupendos nidos en la capa de unicel de los techos”, mientras las paredes pueden durar húmedas durante semanas a causa de la lluvia.

Un indígena de Santiago el Pinar admitió que “la gente no se acostumbra a vivir en las casas de ciudad”, pero la obligaron. La investigadora de la UNAM Dolores Camacho apuntaría que esta CRS en los Altos se construyó en un municipio publicitado de tener índices récord de “bajo desarrollo humano”: “Se pretende elevar ese índice con servicios, casas de seis por siete metros de material preconstruido sobre terreno cerril. Las familias “se están llevando tinacos y muebles de baño a sus casas en la cabecera municipal o a su comunidad. ¿Qué sentido tiene elevar los índices sin sustento real?”

Reseñó las condiciones de los campesinos en las CRS, donde el gobierno “no reparó en que la mayoría de los campesinos que ahí vivirían estaban satisfechos con su vida anterior, en ejidos con escuelas, casas sencillas pero amplias en terrenos con árboles y frutales propios del lugar, criando animales para alimentarse y cerca de los terrenos donde cultivaban lo necesario para comer y vender para satisfacer otras necesidades”. La “ciudad nueva” no tiene vida, los proyectos productivos no funcionaron como se prometió y los hombres han tenido que volver a trabajar las tierras abandonadas o se van a otras partes. Las casas fueron elaboradas con material no adecuado para la zona. Los anuncios oficiales son rebasados por la realidad, y sólo han pasado dos años”.

Sostuvo que el fracaso de esta reorganización poblacional se debe a que el gobierno desestimó las críticas y derrochó recursos para publicitar los ‘logros’”. El proyecto tiene como fines declarados “combatir la dispersión y la pobreza, promover el desarrollo regional y evitar los riesgos ambientales”. Sin embargo, “los resultados parecen opuestos”, y sin elementos “que permitan suponerlos sustentables”.

Sobre la presunta dispersión poblacional, Asmara González Rojas, de la UdeG, desestimó el argumento oficial. En Santiago el Pinar las comunidades son tan cercanas que uno puede verlas todas desde cualquier loma. Contrapuso el caso de las comunidades huicholas, esas sí lejanas y dispersas, que sin embargo jamás aceptarían ser reducidas en una “ciudad”.

En lo que bien resume las consideraciones de los participantes en dos días de exposiciones, Camacho señaló: “Mientras no participen los beneficiarios en el diseño, planeación y desarrollo de estos proyectos, seguirán siendo fracasos y fuentes de conflicto. Los comentarios de los afectados, y lo que se puede observar, permite deducir que esta política de reubicación contiene además de una estrategia de expansión del mercado y control social de los grupos marginados. En centros de población que dependen del mercado y los proyectos gubernamentales para sobrevivir son imposibles la organización y la resistencia, con lo que se pierden la autonomía que es posible gozar cuando se es independiente en alimentación.

“Los campesinos necesitan recursos para ser productivos, no subsidios de sobrevivencia. ¿Por qué la oposición oficial a que continúen sembrando maíz, cosechando café o desarrollando la ganadería? Se promueve en cambio una ‘reconversión productiva’ que no resuelve la alimentación”. La autosuficiencia alimentaria dejó de ser un objetivo de política nacional, concluyó la investigadora. “Estamos hablando de campesinos que podían sostenerse en condiciones precarias pero dignas. El modelo de desarrollo que representan CRS requiere personas sin posibilidad de sobrevivir si no es comprando todo, lo que las hace completamente dependientes del mercado: sin dinero no comen.”

radio
La Jornada

Subyace desintegración cultural en reordenamiento territorial en Chiapas: Ong

  • Un informe de la Red por la Paz Chiapas recopiló los resultados del programa gubernamental Ciudades Rurales Sustentables, en lo que se destacan violaciones a DH internacionalmente reconocidos.

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/05/13/141615478-subyace-desintegracion-cultural-en-reordenamiento-territorial-en-chiapas-ong/

La Jornada
Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 13/05/2012 14:16

San Cristóbal de las Casas, Chis. “Tras el Programa Ciudades Rurales Sustentables subyace un proceso de reordenamiento territorial, a través de las estructuras del Estado, respondiendo a intereses dictados desde los organismos financieros multinacionales con el fin de instaurar un nuevo orden social.

“Los gobiernos federal y estatal han implementado proyectos y programas que en el discurso se plantean erradicar la pobreza aportando al desarrollo de los pueblos, pero que en el fondo son procesos de desintegración comunitaria, despojo territorial y des-posesión cultural. Este proceso de desarraigo desmantela cualquier posibilidad de que los pueblos puedan ejercer su derecho a la libre determinación”.

Esta es la principal conclusión del informe de la la Red por la Paz Chiapas (conformada por nueve importantes organismos civilesI y el Colectivo De Análisis e Información Kolectiva (CAIK), producto de la misión civil de observación que realizaron por las ciudades rurales de Chiapas en octubre pasado.

Las organizaciones visitaron dos ciudades rurales ya habitadas y cuatro más en construcción o planeación, con la finalidad, expresan, de documentar la situación actual en materia de derechos humanos en la que se encuentra la población afectada directamente por el Programa Ciudades Rurales Sustentables (Programa CRS) que el gobierno desarrolla en el estado.

Entre sus principales conclusiones, el informe asienta que en septiembre de 2009 el presidente Felipe Calderón inauguró la primera Ciudad Rural Sustentable del mundo, llamada Nuevo Juan de Grijalva, entidad que según los funcionarios “era la respuesta final al binomio pobreza-dispersión”.

Bajo ese pretexto, y de que los poblados están en zona de riesgo, las comunidades fueron o serán reubicadas en ciudades rurales sin adecuadamente consultadas.

Esta respuesta de “desarrollo” a la pobreza en el campo, destaca el informe, “ha sido criticada fuertemente por los pueblos que se tienen que desplazar, así como por personas y organizaciones de la sociedad civil”. El primer motivo de estas obras “no siempre parece ser la atención a las comunidades, ya que los intereses de empresas privadas juegan un papel importante, así como también intereses políticos de los gobiernos estatal y federal”.

Los testimonios de las personas afectadas recogidos en el informe “demuestran las diferentes maneras en que el Programa CRS viola derechos humanos internacionalmente reconocidos”, entre ellos el de libre determinación de los pueblos. Las violaciones documentadas por las organizaciones revelan “que los pueblos no participaron ni fueron justamente consultados en ninguna de las fases del proyecto, y sí, por el contrario, en su mayoría fueron desplazados con amenazas de desmantelamiento de la infraestructura de servicios en sus comunidades, o infundiéndoles miedo a vivir en zonas declaradas de riesgo por el gobierno”.

Estas violaciones, se añade, incumplen los convenios internacionales en materia de derechos humanos firmados y ratificados por el gobierno mexicano.

El informe considera “preocupante” que la capacidad colectiva de decidir cómo organizarse, “así como cualquier intento de construcción social que emane de los pueblos indígenas y campesinos, que difiera del patrón estatal, parezcan tener como destino la fragmentación, la anulación o la criminalización”.

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