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Redacción La Tinta

La pandemia como síntoma del Capitaloceno: la arrogancia de la Razón

El virus que hoy nos interpela a todxs ha venido a poner en cuestión el actual modelo de civilización. En esta serie de artículos, la Ecología Política nos ayuda a mirar las angustias y desafíos de nuestro presente y a tejer sentipensares desde la esperanza: para construir juntxs nuevos rumbos posibles, para que la pandemia valga la pena.

Por Horacio Machado Aráoz – Colectivo de Investigación de Ecología Política del Sur* para La tinta 

“Y tal vez la primera prueba de fuego sea el abandono sin nostalgia de la herencia de un siglo XIX fascinado por el progreso de las ciencias y las técnicas, con la ruptura del lazo establecido en aquella época entre emancipación (…) y la fábula del hombre ‘creado para dominar la naturaleza’ por la epopeya de una conquista de esa misma naturaleza por medio del trabajo humano. Definición seductora, pero que implica una apuesta por una naturaleza ‘estable’, disponible para esa conquista”.

Isabelle Stengers

Vivimos en una sociedad nacida de la arrogancia de la Razón. Todavía mayoritariamente, hay quienes con orgullo se reivindican hijxs de esa Razón imperial. Con esa lógica y con ese espíritu, las élites políticas y científicas del mundo enfrentan la pandemia. Apelando a una receta ya obsoleta, epidemiólogos y gobernantes de todo el globo interpelan a sus respectivos pueblos convocándolos a “la guerra contra el virus”.

Es asombroso ver con qué naturalidad este discurso de guerra se instala y circula aproblemáticamente entre lxs habitantes contemporáneos del mundo globalizado. Si bien esto, hasta cierto punto, es bastante esperable –pues nada más emblemático que la guerra como acto reflejo de este modelo civilizatorio-, no cabe desconocer que la lógica de la guerra es doblemente inconveniente para estos tiempos.

En términos coyunturales, nos hace correr justamente hacia la dirección contraria a la que deberíamos ir para buscar salidas de fondo. En lugar de ampliar y profundizar la cooperación internacional, las reacciones políticas han ido por el lado de cerrar fronteras, intensificar prejuicios y actitudes racistas-clasistas y xenófobas, y abrir una competencia geopolítica por tecnologías de gestión de la crisis y el acopio de materiales e insumos médicos. En el colmo, las principales potencias entablan a los codazos una carrera narcisista por ver quién logra “dar con la vacuna”.

Al interior de las fronteras, la “excepcionalidad” del estado de guerra –como ha sido señalado- intensifica la imposición y aceptación de políticas de control, policiamiento y militarización de la vida social, lo que esta vez, dado el poder de las tecnologías disponibles, ha hecho palpables escenarios extremos de totalitarismo digital, antes sólo reservados al campo de la ficción.


Así, cuando más necesitaríamos ensayar prácticas de cooperación, de horizontalidad y organización social de abajo hacia arriba, la lógica de la guerra exacerba el régimen del individualismo competitivo y el verticalismo tecno-burocrático.


Esto que ya es muy grave, no es sin embargo todo. En un sentido más estructural y profundo, el paradigma de la guerra presupone una epistemología política ya anacrónica. Moviliza todo el imaginario modernista y reinstala subrepticiamente la legitimidad de todo el andamiaje institucional (la santísima trinidad del sistema, Estado-Ciencia-Capital) que nos condujo justamente hasta donde nos hallamos hoy parados.

El conquistador

Bajo regímenes de necesidad y urgencia, la convocatoria a la guerra contra la pandemia activa, una vez más, la vieja y perimida cosmovisión antropocéntrica, expresada en la separación entre ciencias naturales y sociales. Más aún, en nombre de la jerarquía epistémica de la ciencia, se profundiza la delegación del gobierno de Lo Común a un reducido círculo de expertos. La pragmática de la guerra no deja lugar a problematizaciones, al pensamiento crítico ni a epistemologías de la complejidad. Mucho menos a una ecología de saberes.

Así, en nombre de su presumida eficacia, la maquinaria bélica se echa a andar. Las ciencias biológicas y médicas son convocadas a estar en la primera línea de ‘batalla’; tienen la función prioritaria de atender y procurar reducir las “bajas”, proponer medidas profilácticas para contener la expansión del ‘enemigo’, y crear las armas para vencerlo. Las ciencias sociales, por su parte, son convocadas a estudiar cómo se va a afectar la “normalidad” del sistema, para luego idear medidas paliativas y de control, en lo económico, en lo social y en lo político; en todo caso, acá el objetivo es investigar qué y cómo restablecer lo más pronto posible al normal funcionamiento de las instituciones.
Por supuesto, no se trata (tal como lo hicieran políticos e intelectuales de las más variadas corrientes), de desconocer la existencia del virus en sí, ni de minimizar su incidencia sobre la biología humana sino justamente de tomarlo en serio. Eso significa revisar y reconsiderar cómo lo tratamos.

Y la verdad es que –más allá de diferencias superficiales- el trato que desde el poder se ha elegido dar al coronavirus es uniforme y típicamente moderno. Porque no hay nada más radicalmente característico de la Modernidad que esa actitud epistémica y política de absoluta desconsideración antropocéntrica hacia el resto de los seres vivos que cohabitan (con nosotros) este planeta. El sujeto moderno trata al mundo como si no fuera parte de él. Se para frente a la Tierra (incluso frente a lxs otros, de su propia especie) con la postura del conquistador. Figura emblemática si la hay, -filosóficamente enunciada por Descartes y Bacon en el siglo XVII, pero nacida antes, en el siglo XVI, como práctica política de los Colón, los Cortés, los Pizarro-, el conquistador como prototipo de la matriz de relaciones que entablamos con el mundo, condensa y resume todo nuestro tiempo y todo nuestro drama.

Quienes dirigen los destinos de la humanidad han optado, una vez más, por esa anquilosada postura para “enfrentar” al virus. Se lo trata, básicamente, como algo in-significante. Es decir, algo absolutamente desprovisto de sentido. A lo sumo, sólo lo considera en la medida en que afecta a los humanos (y acá, también –como es sabido, como parte de la política del conquistador, unos grupos de humanos importan y valen más que otros).


Más allá de eso, el sistema científico y político hegemónico no considera al virus, ni ontológica ni semióticamente en serio. No se les ocurre preguntarse sobre el sentido de su existencia en el mundo.


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La vitalidad de la Tierra

Aunque parezca mentira, prominentes científicos e intelectuales críticos –incluso encumbrados filósofos de la biopolítica contemporánea- parecen seguir apegados al viejo paradigma newtoniano. No han tomado nota del giro ontológico que –desde el interior mismo del pensamiento occidental- se ha dado al respecto, abriendo la ciencia a una nueva y más compleja comprensión del mundo-de-la-vida y un replanteo del lugar de lo humano dentro del mismo.

Desde la hybris moderna, se desconoce que un virus, como todo agente biológico, no sólo existe, sino que tiene significación en sí mismo; es un ser con capacidades teleonómicas (capacidad proyectiva de los organismos vivos, por la cual sus existencias se mueven y orientan en función de objetivos adaptativos) y semióticas. Un virus es parte de la densa red de almacenamiento y procesamiento de información biológica que se condensa en los genes; y, como tal, es también portador del proceso geológico general de (re)producción de conocimientos sobre los que se sustenta la vida en general en la Tierra.

Sólo tardíamente, después de un duro desierto obscurantista, las ciencias occidentales lograron “descubrir” esta asombrosa capacidad autogenerativa y de excedencia semiótica del mundo. De la mano de la revolución científica operada por el paradigma de la complejidad en la física y la biología principalmente, en convergencia con el llamado giro ontológico en las ciencias sociales y humanas, se vino a “caer en la cuenta” de que habitamos un Planeta Vivo. Se empezó a tomar nota de la inconmensurable complejidad de los sistemas vivos; a dimensionar la extraordinaria capacidad autopoiética-sympoiética, teleonómica y semiótica del conjunto de procesos y seres que conforman el mundo que habitamos y que –con sus propias existencias- constituyen y producen nuestras propias condiciones de (co-)existencia.

Y, fundamentalmente, como eje de esa revolución científica, el nuevo paradigma de las ciencias de la vida, o de la complejidad, vino a producir una nueva comprensión de la propia condición humana, esta vez, no ajena y extraña al mundo, sino precisamente como parte del tejido de la vida. Lo que llamamos el “mundo”, la Tierra, o la “Naturaleza” no es lo que está afuera de nosotros, no es lo “exterior” a la cultura, sino el útero nutricio de cuyo seno emerge lo humano como una expresión más de la biodiversidad del planeta. Ver y comprender la Tierra como sistema viviente, como una densa y compleja trama de materia viviente en continuo devenir, implica comprender que entre lo humano y lo no-humano no hay fracturas ontológicas, sino apenas membranas porosas por donde fluyen materia y energía, por donde fluye la vida en sí, como trama, en la que los humanos actuamos y somos a través del mundo, así como el mundo se mueve y es también a través de nuestros organismos.

Siendo que esta constatación es un saber fundamentalmente pre-moderno, pero vivo y presente aún en muchas culturas y pueblos mal-tratados por Occidente como primitivos y/o “atrasados”, esta verdad primordial viene a significar ni más ni menos que –como especie- nuestras vidas dependen –literalmente, es decir, materialmente- hasta de los más elementales seres y agentes microbianos y de los procesos y redes biogeoquímicos más básicos y rutinarios.


Sólo vivimos por gracia y a condición de mantenernos conectadxs al resto de las otras especies, a la biodiversidad en su conjunto, como expresión sinfónica de la vitalidad de la Tierra.


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Fotografía: Bello, Palacios, Vergez Meehan

Sanar

Científicamente, hoy, no podemos seguir parados en el paradigma baconiano/newtoniano de la ciencia. Necesitamos un cambio radical; una profunda mudanza civilizatoria. Contamos ya con otros horizontes epistémicos y políticos para hacerlo posible.

Con esto no estamos diciendo que las medidas sanitarias en general que se están tomando (al menos en algunos países) en el mundo sean irrelevantes o inconducentes. Al contrario, son necesarias, pero aún así, insuficientes. Y sobre todo, serán epistémológica y políticamente erradas si no se pasa de la profilaxis a la etiología de la pandemia. No tenemos que descodificar el genoma del virus sólo para conseguir una vacuna. Tenemos que abrirnos a ensayar otra hermenéutica del mundo vivo.

Necesitamos ahora, en la urgencia, reactivos de testeo, barbijos, respiradores, lugares en salas de cuidados intensivos, etc… Será preciso seguir con medidas de aislamiento y/o distanciamiento social, mientras no hallemos otros medios para evitar que la afección que nos provoca el covid-19 se propague. Pero tengámoslo claro, esas medidas no nos sanarán. Para verdaderamente sanar, tenemos que atrevernos a abrir la pregunta respecto a qué es lo que realmente nos enferma y nos mata; abrirnos al sentido etiológico profundo, ontológico y político del coronavirus: cuál es el régimen de relaciones sociales, biológicas, económicas, culturales y políticas, que incubó este microorganismo que hoy nos interpela.

Curar no es apenas sofocar los síntomas. Curar es mudar; es atreverse a cambiar la matriz de relaciones que causó la enfermedad. En este sentido, la ciencia de siglos pasados podrá detener la expansión de la enfermedad y hasta reducir la cantidad de sus potenciales víctimas. Pero esa ciencia y esa política son ya obsoletas para los desafíos que tenemos en este siglo. Esa ciencia, esa política, y sobre todo ese modo de producción de la vida social que -hegemónicamente- llevamos (o que nos lleva) seguirá produciendo pandemias. Seguirá produciendo guerras y hambrunas. Seguirá malgastando esfuerzos y derramando sangre a escala y ritmo industrial. En fin, hasta que no la demos de baja, la Razón Imperial seguirá sacrificando la vida en el altar del progreso.


Para realmente sanar, diríamos que, como especie, tenemos que atrevernos a dejar de comportarnos como conquistadorxs, y empezar a vivir como cuidadorxs y cultivadorxs de este mundo; el único que tenemos y que somos.


Si esta pandemia, con todo el dolor y el sufrimiento humano producido, nos ayudara a preguntarnos de qué realmente estamos enfermos… Si pudiera ayudarnos a descubrir y afrontar la etiología de nuestras dolencias, y hacer los cambios que debemos hacer para sanar, diríamos que sí, que esta pandemia valió la pena…

*Centro de Investigaciones y Transferencia de Catamarca (CITCA) –dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Catamarca.

**Por Horacio Machado Aráoz – Colectivo de Investigación de Ecología Política del Sur para La tinta.

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Hackeo Cultural

[Hackear la Pandemia v 1.1] Estrategias Narrativas en Tiempos del COVID-19

Descarga documento: HackearLaPandemia 1.1 – HackeoCultural 

Un virus ha puesto en jaque el sistema económico-social-espiritual hegemónico. La pandemia del COVID-19 logró frenar en seco la cotidianidad de una parte del mundo, pero también puso de manifiesto el alcance de las desigualdades sociales y la enorme tendencia a la concentración de la riqueza.

Las grandes empresas eligen las ganancias por encima de la salud, los gobiernos continúan sus políticas de despojo institucional, mientras los medios de comunicación impulsan el miedo y una narrativa apocalíptica. Los sistemas de opresión quieren hacernos pagar la continuidad de su existencia con nuestras vidas.

El presente documento es parte de un ejercicio de síntesis y sistematización de las narrativas dominantes que han pasado por nuestro radar y hemos visto reproducirse en tiempos de pandemia; también están los anticuerpos, las reflexiones, discusiones y sueños con las que nos hemos cruzado en las últimas semanas. Esperamos que sirva para iniciar una reflexión colectiva: ¿qué es lo que este momento requiere de nosotres? Como narradores, cuenta cuentos, artistas, comunicadores, radialistas, periodistas, hackers culturales, tenemos una responsabilidad sumamente importante en la crisis extendida que se avecina: hacer de lo radical un sentido común, crear relatos que agrieten los muros, que abran la imaginacción para crear otros futuros posibles.

La Narrativa Hegemónica:

1. Invisibiliza las razones estructurales de la crisis. Promueve la idea de que este virus ‘no discrimina’, ‘es una amenaza para todas las personas’ del planeta y ‘es la causa’ del sufrimiento que estamos por vivir. Invisibiliza que los impactos económicos y demográficos dependen de vulnerabilidades preexistentes del sistema: el ‘desarrollo del primer mundo’ a partir de la explotación colonial, cuarenta años de políticas neoliberales, cincuenta años en donde la expansión del capital ha extinguido el 60% de la biodiversidad en el planeta, el desmantelamiento de los sistemas de salud y seguridad social, la sobrecarga de los cuidados de los enfermos en las mujeres, las enfermedades crónicas debido a un modelo industrial de alimentación, el envenenamiento del agua y el aire, la privatización del agua que tiene al 40% de la población mundial sin posibilidad siquiera de beber o lavarse las manos. En enero de este año, 2153 ricos concentran la misma riqueza que 4.600 millones de pobres (60% de la población mundial). El virus no discrimina, pero la desigualdad estructural sí. Existen artículos y estudios científicos que muestran que los virus que se diseminan en estos tiempos están directamente asociados a la destrucción de los ecosistemas, a la deforestación y al tráfico de animales silvestres para la instalación de monocultivos.

Sin embargo, la narrativa de la pandemia la muestra como enfermedad no como síntoma. Ni en los discursos de los políticos, ni en los medios de comunicación masivos se nombra la necesidad de un cambio radical en las relaciones entre las personas y con el planeta.

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cielo

Información sobre el COVID-19 en lenguas indigenas de Mexico y Guatemala

– Información sobre la prevención del COVID-19 en Me’phaa de Malinaltepec (Tlapaneco) de la Montaña de Guerrero, México.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Me’phaa de Malinaltepec

 

– Información sobre el COVID-19 en Zapoteco de Santo Domingo Albarradas, Oaxaca, México.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Zapoteco

 

– Información de COVID-19 en Mixteco de San Juan Mixtepec, Oaxaca, México.

nformación sobre la prevención del COVID-19 en Tu’un Savi

 

– Infórmacion sobre el COVID-19 en Maya Yucateco.

Infórmacion sobre el COVID-19 en Maya Yucateco

 

– Información sobre la prevención del COVID-19 en la lengua de la Tribu Yaqui, Sonora, México.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Yaqui de Vicam

 

-Información sobre la prevención del COVID-19 en Chinanteco de Lalana, Oaxaca, México.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Chinanteco de Lalana

 

– Información sobre el COVID-19 en K’anjob’al de San Miguel, Acatan, Huhuetenenango, Guatemala.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Maya-K’anjob’al

 

– Información sobre COVID-19 en Maya-Akateko de San Miguel, Acatan, Huhuetenenango, Guatemala.

Información sobre la prevención del COVID-19 en Maya-Akateko

 

 

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Gobierno Comuntario de Chilón

denuncian pueblos indígenas de Chiapas falta de atención ante la pandemia por el COVID-19

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Medios libres, alternativos, autónomos o como se llamen

Tercer Cadenazo Radial Salud y Vida Para Todas y Todos

Tercer Cadenazo Radial Salud y Vida Para Todas y Todos. Sábado 11 de abril 2020 desde las 9 am (hrMX)
https://laboratoriodemedios.org/?p=217

Súmate, escucha y difunde el Tercer Cadenazo Radial Salud y Vida Para todas y todos. Donde radios comunitarias y medios libres se suman a un informe de las realidades que viven nuestras comunidades en medio de esta pandemia global. Escuchanos el Sábado 11 de abril 2020 desde las 9 am, por medio de la siguente liga:

espora.org:8000/saludparatodxs.mp3
espora.org:8000/saludparatodxs

Sumate o pide informes en
laboratoriodemedios@riseup.net

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Reflexiones sistémicas

Reflexiones sistémicas: pensando el post-coronavirus

Por medio de una videoconferencia intitulada “Reflexiones sistémicas: pensando el post-coronavirus”, los científicos sociales Maristella Svampa (Argentina), Alberto Acosta (Ecuador) y Pablo Solón (Bolivia) reflexionaron sobre las dimensiones sociales y políticas derivadas de la pandemia del COVID-19 y sus implicaciones a futuro, en el contexto de las crisis económica y climática y el desarrollo del capitalismo.

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Medios Libres, Alternativos, Autónomos o cómo se llamen

Cadenazo radiofónico libre por la salud de todas y todos

Escucha y participa en el segundo CADENAZO RADIOFONICO POR LA SALUD DE TODAS Y TODOS el próximo Sábado 4 de abril desde las 10 am.
espora.org:8000/saludparatodxs
espora.org:8000/saludparatodxs.mp3
Chile Radio Kurruf  radiotemblor.org
Chile La Zarzamora Colectiva lazarzamoracolectivalesbofem.wordpress.com
Ecuador Romper el Cerco https://t.me/LatinoamericaRompelCerco
México CdMonstruo Kehuelga Radio 102.9 FM  kehuelga.net
México Radio Zapote radiozapote.org
México Xochimilco Radio Axolote 106.1FM  
Mexico Noticias de abajo noticiasdeabajoml.wordpress.com
Guatemala Nuevo Sol nuevosolrebelde.blogspot.com
Honduras Radio Guarajambala copinh.org
Brasil  Radio Mutirao radiomutirao.com
Costa Rica Radio 8 de octubre  comunicacionyrebeldia.blogspot.com
Pánama Radio Temblor radiotemblor.org
Mexico La Pandemia del Encierro 
Mexico Radio Xuba Huini Juchitan Oaxaca
México Frecuencia Libre 99.1 FM frecuencialibre991.blogspot.com
Correo electronico:
laboratoriodemedios@riseup.net
 
 Se recomiendan bloques de media hora hasta una hora o capsulas. Nos gustaria saber la realidad de nuestras comunidades desde sus voces y saber como estamos enfrentandolo sin dejar de la lado las resistencias que mantenemos en defensa de los derechos colectivos y la defensa del territorio.
 
 Salud y Libertad
 
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Amig@s de Mumia en México

Mumia: “Es como estar de nuevo en el pabellón de la muerte o en el hoyo”

Hola, buenos días a todxs.

Muchos de ustedes han preguntado sobre la situación de Mumia durante la cuarentena COVID-19 y las condiciones en la prisión Mahanoy en Pensilvania donde él está encarcelado.

–Johanna Fernández escribe que Mumia le habló por teléfono el martes 31 de marzo para decir que la prisión está implementando un lockdown más represor que nunca como respuesta al virus.

–Todos están encerrados en sus celdas todo el día y noche excepto por un periodo de 45 minutos cuando pueden estar en el pasillo afuera de las celdas para bañarse, hablar por teléfono, trapear o limpiar su celda. Se permite que desde 7 a 14 hombres salgan al piso en el mismo momento. Afuera del bloque de celdas, no hay movimiento.

–Algunos designados presos limpian el pasillo con un trapo durante el tiempo entre estos periodos de 45 minutos.

–La comida se entrega a cada celda.

–Nadie puede salir al jardín.

–No se han permitido visitas desde hace 3 semanas, éstas tampoco se permitirán en un futuro previsible.

–Dice Mumia que es como estar de nuevo en el pabellón de la muerte o en el hoyo.

Como hemos reportado, ha habido cada vez más llamados para soltar a las y los presos de las prisiones y cárceles de Estados Unidos durante la cuarentena COVID-19. Ahora, cuando las marchas y mítines están prohibidos, se han hecho varias manifestaciones creativas para resaltar esa demanda, incluyendo la caravana de coches en Filadelfia el sábado pasado. Se han liberado miles de presos y presas en varias partes del país, pero son un pequeño porcentaje del total. La demanda es ¡vaciar las prisiones!

Aquí en México convocamos de nuevo a cada uno de ustedes de hacer algo, aunque sea una sola cosa, para promover la libertad de Mumia en este periodo. A pesar de algunos problemas técnicos, seguimos con nuestro ciclo de cine, la difusión de imágenes y textos suyos, e información sobre su caso. Muchas gracias a Aquiles Ruidografico Brinco por la imagen que aquí compartimos.

¡LIBERTAD PARA MUMIA ABU-JAMAL!

¡PRESXS POLÍTICXS LIBERTAD!

¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES!

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Comunizar

Covid-19: el siglo XXI empieza ahora

Por Jérôme Baschet

Los historiadores suelen afirmar que el siglo XX global comenzó en 1914, con el ciclo de las guerras mundiales. Es probable que mañana se considere que el siglo XXI ha empezado en el 2020, con la entrada en escena del SARS-CoV-2. Si bien lo que viene sigue bastante abierto, el encadenamiento de acontecimientos desatados por la propagación del coronavirus nos ofrece, de un modo acelerado, como una prueba de las catástrofes que no dejarán de intensificarse en un mundo convulsionado, marcado entre otros procesos por un calentamiento climático cuya trayectoria actual apunta hacia un aumento de tres o cuatro grados. Lo que se perfila bajo nuestros ojos es un estrecho entrelazamiento de múltiples factores de crisis que un elemento aleatorio, a la vez imprevisto y ampliamente anunciado, puede activar y desencadenar. El desmoronamiento y la desorganización de lo vivo, el caos climático, la descomposición social acelerada, la pérdida de credibilidad de los gobernantes y los sistemas políticos, la desmesurada expansión del crédito y la fragilidad financiera, la incapacidad de mantener un nivel de crecimiento suficiente (por no mencionar más que esto), son dinámicas que se refuerzan unas a las otras, creando una extrema vulnerabilidad que no sería tal si el sistema-mundo no estuviera en una situación de crisis estructural permanente. De ahora en adelante, toda estabilidad aparente no es más que la máscara de una creciente inestabilidad.

El Covid-19 es “una enfermedad del Antropoceno”, indicó Phillipe Sansonetti, microbiologista y profesor del Colegio de Francia. La actual pandemia es un hecho total, en el cual la realidad biológica del virus es indisociable de las condiciones sociales y sistémicas de su existencia y su difusión. Invocar al Antropoceno –ese período geológico en el cual la especie humana se ha transformado en una fuerza capaz de modificar la biósfera  a escala global– conduce, me parece, a tomar en cuenta una temporalidad a triple gatillo: a) los  años recientes durante los cuales, bajo la presión de evidencias cada vez más apremiantes, tomamos conciencia de esta nueva época; b) las décadas posteriores a 1945, con el auge del consumismo de masa y la gran aceleración de todos los indicadores de la actividad productiva (y destructiva) de la humanidad; c) el final del siglo XVIII y el inicio del siglo XIX, cuando el ciclo de las energías fósiles y la industrialización hace despegar la curva de las emisiones de gas con efecto invernadero, señalando así el arranque del Antropoceno.

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CIPOG-EZ/FNLP/OCSS

Comunicado conjunto del CIPOG-EZ, FNLP y OCSS ante el contexto actual

Comunicado conjunto del Concejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata CIPOG-EZ, Frente Nacional de Liberación del Pueblos FNLP y Organización Campesina de la Sierra del Sur OCSS ante el contecto actual

Guerrero México, 30 de Marzo del 2020.

Al Ejercito Zapatista de Liberación Nacional

Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A los pueblos de Guerrero
A los pueblos de México y del mundo
A la sexta nacional e internacional
A las redes de resistencia y rebeldía
A las redes de apoyo al CIG
A los medios de comunicación honestos

Nosotros Nosotras somos del Concejo Indígena y Popular de Guerrero- Emiliano Zapata CIPOG-EZ, integrados por los Na savi, Me pháá, Ñamnkue, Nahua, afromexicano y mestizo, del estado de Guerrero, nos coordinamos con nuestros hermanos del Frente Nacional de Liberación del Pueblos FNLP y Organización Campesina de la Sierra del Sur OCSS, y en nivel nacional somos partes del Congreso Nacional CNI, y del Concejo Indígena de Gobierno CIG, la casa de todos los pueblos Indígenas de México, creada en octubre de 1996, como un espacio de debate, reflexión y solidaridad para entender la lucha de cada pueblos que nos rencontramos y abrazarnos ante muchas tragedia que conduce el capitalismo hacia nuestros pueblos.

Les informamos que la expansión del coronavirus nos desplegamos  con nuestras comunidades para prevenir del contagio de la pandemia, ante las consecuencia que ésta pueda ocasionar a nuestros pueblos, ya que con inmenso dolor leemos en las noticias que a diario va de aumento el contagio de la pandemia del Coronavirus-19 y va arrasando con todos matando la vida humana. Hemos  visto que los países modernos, muy a pesar de su infraestructura de Salud, seguridad, en cuestión de días, se convierten en una pesadilla letal y desgarradora. Si esto ocurre allá con los mejores presupuestos que manejan ¿Qué ocurrirá si llegará esta pandemia en nuestro pueblos y comunidades mayoritariamente de pueblos originarios y mestizos en condición miseria. Por esta situación nos preocupa por la falta de presupuesto de salud y es algo desagradable porque alguna familia no tiene ni para los frijoles, muchos menos tienen para desinfectantes.

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