tierra y territorio
En “defensa de la Madre Tierra”, sí a la vida en colectivo
“Foro en Defensa de la Madre Tierra”. ENAH, 16 de febrero, 2019. Foto: RZ.
Texto y fotos: Colectivo RZ. Audios: Café Zapata Vive.
Ciudad de México, 16 de febrero, 2019.
Habrá que imaginar nuevos conceptos para describir el asistencialismo individualizante que, como una locomotora, se abre paso en México. Habrá que diseñar estrategias más sólidas de contrainformación acerca del despojo férreo que ya nos arrasó, del que nos atropella y del que se anticipa quemando vías. En este 23 aniversario de la firma de los Acuerdos de San Andrés Sakam Ch’en de los Pobres, traicionados por todos los partidos políticos el 28 de abril de 2001, en eso coinciden las siete participaciones del “Foro en Defensa de la Madre Tierra”. No al Tren Maya, no al Corredor Transístmico, no a la Guardia Nacional, realizado en el auditorio Román Piña Chan de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
23 años después, “la traición y la mentira se imponen” desde el nuevo gobierno, afirma un posicionamiento de la Coordinación Metropolitana Anticapitalista y Antipatriarcal con el Concejo Indígena de Gobierno y su Vocera Marichuy. Con la memoria intacta, la Coordinación nos recuerda el pacto entre Manuel Bartlett Díaz (entonces PRI, hoy MORENA), Jesús Ortega (PRD) y Diego Fernández de Cevallos (PAN), quienes optaron por defender los intereses de las grandes empresas trasnacionales y de sus capitales, con los ojos fijos en el entonces atractivo Plan Puebla Panamá. Pero los pueblos son quienes defienden la vida, y “porque defendemos la vida, por eso estamos con los compañeros del CIG-CNI y del EZLN”, afirma el posicionamiento. “No están solos… Su lucha es nuestra lucha”.
Los pueblos resisten la cuarta trasformación en Morelos
Colectivo Paso doble
A tres meses de que Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como presidente de México, las protestas y los movimientos de resistencia contra sus proyectos desarrollistas, han proliferado en varios estados del país, entre ellos, Morelos, paradójicamente, a punto de cumplirse, este 10 de abril, cien años de la traición y asesinato del general Emiliano Zapata en la hacienda de Chinameca, y habiendo decretado el 2019, como el “Año de Zapata”.
La virtual declaración de guerra contra los pueblos originarios, particularmente del sureste de la República, que significan la continuidad del proceso de militarización, a través de la Guardia Nacional, junto con megaproyectos como el Tren Maya, la siembra de un millón de hectáreas con árboles en la Selva Lacandona y el canal seco en el Istmo de Tehuantepec, entre otros, llega a tierras del zapatismo histórico al pretender imponer el gobierno de la cuarta trasformación, como los gobiernos neoliberales anteriores, el llamado Proyecto Integral Morelos (PIM).
Impulsado e iniciado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, el PIM es un megaproyecto que consiste en poner en marcha dos termoeléctricas, un acueducto y un gaseoducto, cuya finalidad primordial y real es proporcionar energía eléctrica a los enclaves industriales de Morelos, Puebla y Tlaxcala que ya existen, y estimular el proceso de industrialización en otras regiones del centro del país.