Al Movimiento por Justicia del Barrio, La Otra Campaña, Nueva York

Estimados compañeros:

Desde mi rincón oaxaqueño deseo sumar todo el corazón, la esperanza y la energía a la Segunda Semana de Lucha Mundial ¡A tumbar las paredes del calabozo!

Ha llegado la hora de tumbar ese calabozo y todos los demás.

Alberto Pathistán lleva más de diez años en una cárcel injusta. No podemos cerrar los ojos ante eso y alzarnos de hombros, agregándolo a la larga lista de los presos políticos. Tampoco podemos tranquilizarnos al pensar que Francisco Sántiz sólo ha estado seis meses en prisión. La cárcel de estos dos compañeros tiene que pesar sobre nosotros como si fuera nuestra propia cárcel. Porque en verdad lo es. Mientras ellos sigan presos lo estamos todos: nos aprisiona este sistema abominable de cuyas rejas no hemos sabido librarnos.

Dice bien don Raúl Zibechi: dominan dos justicias. Las leyes y los tribunales sirven para que unos puedan ignorarlas y violarlas y para que otros, la mayoría, paremos en la cárcel. Las leyes y los tribunales sirven para que Felipe Calderón y Juan Sabines sigan impunemente ordenando asesinatos y otros crímenes y para que luchadores sociales como Alberto y Francisco padezcan su prisión.

Dice bien John Berger que si se viera obligado a usar una sola palabra para describir el mundo de hoy usaría la palabra prisión. Y sí: nuestra lucha, la lucha de todos los días, todos los instantes, tiene que ser una lucha contra el régimen capitalista y contra quienes lo administran desde el Estado. Tenemos que romper ante todo las rejas que aún tenemos en la cabeza, las que llevan a pensar que cambiando allá arriba algunas cositas o personas todo va a arreglarse. Y luego tenemos que romper las cadenas que aún atan nuestras manos y nuestros pies y nos impiden ponernos en marcha a la conquista de nuestra autonomía en cada pedazo del mundo que nos toca vivir. Sólo esas autonomías, afianzadas en cada lugar y enlazadas solidariamente en todas partes, nos permitirán salir del calabozo.

Como nos dijeron hace tiempo los zapatistas, estamos en la Cuarta Guerra Mundial. La lanzan contra nosotros las corporaciones y los gobiernos de todo el mundo. Por eso nuestra lucha no puede ser aislada. Por eso tenemos que decirles ¡Basta! y hacerles ver que estamos firmes y seguimos decididos. Nada nos detendrá.

Es admirable, compañeros, la solidaridad que ya han logrado levantar en torno a Alberto y Francisco. Son ellos modelo y símbolo para todos nosotros, como lo es la iniciativa que toman desde ese modesto barrio al Este de Harlem.

Queremos estar ahí, con ustedes, quienes aún hemos podido quedarnos en Oaxaca y desde aquí mantenemos la lucha para tumbar las paredes de todos los calabozos que nos aprisionan.

Un abrazo solidario,

Gustavo Esteva
San Pablo Etla, Oaxaca.