Chiapas
En el tablón de avisos. El conserje.
EN EL TABLÓN DE AVISOS.
El Conserje.
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
Marzo del 2015.
Madrugada en la realidad.
Aquí nomás, como de por sí: mirando y escuchando. La grieta en el muro apenas profundizada por el lado de afuera. Ensanchada con porfía por nuestro lado.
En los salones de clase, las champas de las miles de familias zapatistas que recibieron, hospedaron, alimentaron y cuidaron a miles de otroas, hombres, mujeres y niños de los 5 continentes, aún resuenan las valoraciones que hicieron maestr@s y votanes después de que ustedes se marcharon.
Las hay severas, cierto, pero ni les han de importar a quienes se dijeron conmovid@s y luego siguieron su vida como si nada, evitando el espejo o editándolo con frivolidad. Sin embargo, según escuché, algunas, algunos, algunoas, unos cuantos fueron valorados “un poco bien”.
“Un poco bien“, es como l@s compas definen algo bueno sin aspavientos. “¿Cómo estás? Pues aquí, un poco bien“, nos saludamos.
Y mientras el tiempo caminando como nosotras, nosotros, sin bulla, como así nomás, como sombras…
Y el compa Galeano, que iluminó con su palabra estas aulas, casas, escuelas, como-se-diga, cayendo y callando, asesinado.
Carta del EZLN a Doña Emilia Aurora Sosa Marín, compañera del Mayor Insurgente Honorario Félix Serdán Nájera. Subcomandante Insurgente Moisés y Subcomandante Insurgente Galeano
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
Febrero del 2015.
Para: Doña Emilia Aurora Sosa Marín.
De: Subcomandantes Insurgentes Moisés y Galeano.
EZLN, Chiapas, México.
Compañera Emilia:
Hace algunas horas supimos la noticia. No sabemos cuánto tarden estas líneas en llegar hasta sus manos, pero sabemos que, sin importar el calendario, sabrá usted leer en ellas el abrazo colectivo que le damos.
Porque acá también duele y da pena el fallecimiento, la madrugada del pasado 22 de febrero, de Don Félix Serdán Nájera, oficial honorario que fue de nuestro Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Acá recordamos la mirada tierna y firme de Don Félix, pero también su presencia de usted. Como si en ambos se completara el andar. Por eso le decimos que nos duele su ausencia de él. Pero también nos duele el dolor que ahora duele en su corazón, Doña Emilia.
Por eso en estas letras no sólo queremos saludar la memoria del compañero Félix Serdán, también queremos abrazarla a usted.