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Mujeres enfrentando el feminicidio: no queremos vivir con miedo
Por Carolina S. Romero
Es cada vez más peligroso ser mujer (o niña) en México, donde matan a siete hermanas, amigas, compañeras, madres o hijas cada día con impunidad y con un nivel de odio y desprecio antes considerado impensable. Personas llenas de vida, ahora torturadas hasta morir, se convierten en las personajes de una macabra obra de teatro: la descuartizada, la golpeada, la empalada, la enmaletada, la ahogada en un canal de aguas negras, prácticamente todas violadas. Ésta es la cara del feminicidio.
Con rabia e indignación sobre esta alarmante situación, muchas mujeres mexicanas en la Ciudad de México y los estados de Guerrero, Guadalajara, Michoacán y Oaxaca, entre otros, se sumaron a la movilización contra el feminicidio convocada desde Argentina a partir de la violación y asesinato de la joven de 16 años, Lucía Pérez, el pasado 8 de octubre. La chica fue drogada y atacada por al menos tres hombres —Juan Pablo Offidani, Matías Farías y Alejandro Alberto Masiel— quienes dejaron una gran cantidad de condones usados en el cuarto y violaron a Lucía por vía anal con un palo. Según la fiscal que investigó el crimen, «el excesivo dolor le causó la muerte por reflejo vagal», que provocó un paro cardio-respiratorio.
En Argentina, el 19 de octubre, a la 1 de la tarde, miles de mujeres salieron de su lugar de trabajo para participar durante una hora en un paro nacional —el primero en la historia de Argentina y el mundo en rechazo a la violencia de género. Luego celebraron multitudinarias marchas en todo el país, acompañadas por acciones solidarias en Chile, Bolivia, México, Estados Unidos, Uruguay, Honduras, Paraguay, Ecuador, Colombia, Costa Rica, El Salvador y Guatemala, España y Francia.
Ese día a las 11 de la mañana cientos de mujeres y decenas de hombres en la Ciudad de México observaron el «Miércoles Negro» en el Ángel de la Independencia con el lema de «Ni una menos» deletreado en grandes pancartas. Es decir, explicó una joven, «ni un asesinato más para que tengamos una mujer menos con nosotras». Las y los participantes gritaron consignas como «Vivas nos queremos» para exigir justicia y un fin a la impunidad por las mujeres asesinadas en México y el mundo.
RvsR: ante asesinato de la compañera Joseline Peralta, de Tlanezi Calli
Expresamos nuestro dolor y solidaridad con la Comunidad de Tlanezi Calli, de Xochitlanezi, y con el colectivo Brújula Roja por el asesinato de Joseline Peralta Aguirre.
Expresamos nuestro dolor, enviamos nuestras condolencias a nuestra compañera Clara Aguirre, de la Comunidad de Tlanezi Calli, madre de Joseline.
Sabemos que Joseline participaba en diversas actividades en su comunidad como talleres, asambleas, así como en los proyectos de agricultura urbana; participó entusiastamente en las manifestaciones de solidaridad con Ayotzinapa, incluso, en el 2006, participó en el contingente de niñ@s de la Otra Campaña en las manifestaciones contra la represión ejercida en San Salvador Atenco. Nos duele su asesinato, la rabia crece, los feminicidios nos destruyen.
Una de las causas que ha fomentado el aumento de feminicidios ha sido la impunidad. Las irregularidades de la Agencia IZP-8 sobre el caso de Joseline es criminal. Es criminal cuando las autoridades, ya sea por complicidad o ya sea para no complicarse con más trabajo, afirman que se trató de un suicidio. No ha sido el único caso. En Chimalhuacán, Estado de México, también las autoridades determinaron que Mariana Lima Buendía se suicidó. Su madre encontró una serie de irregularidades en el acta y en el peritaje y se demostró que fue asesinada por su pareja, un judicial. Lo mismo sucede ahora con la compañera Joseline. Cuando su cuerpo fue entregado a su madre en la Comunidad de Tlanezi, se observaron moretones en la frente, en el hombro, en las costillas, en los antebrazos y en uno de sus pies; traía los puños apretados con cabellos, las uñas desprendidas; tenía huellas de estrangulamiento. La impunidad es clara. La muerte de una mujer no importa para las autoridades, sólo es un legajo de papeles que liberar. La justicia no es para todos, menos para una mujer: ¿Verdad señor procurador general de “justicia” de la Ciudad de México Rodolfo Fernando Ríos Garza?
Desde la Red Contra la Represión nos sumamos a la indignación de nuestras compañeras y compañeros de la Comunidad de Tlanezi Calli, de la Comunidad de Xochitlanezi, del colectivo Brújula Roja, y nos sumamos a sus demandas de justicia. Llamamos a estar pendientes, a sumarnos a sus actividades como la que realizarán el próximo domingo, 23 en las inmediaciones de Tlenezi Calli a partir de las 8 de la mañana en Canal de Chalco 506, esquina Damiana, en Iztapalapa.
¡NI UNA MENOS!
¡ALTO A LOS FEMINICIDIOS!
¡JUSTICIA POR JOSELINE!
Contra el despojo y la represión:
¡la solidaridad!
Red Contra la Represión y por la Solidaridad
(RvsR)









