En Chiapas, mujeres exigen alto a la violencia institucional y justicia por feminicidios
Por Jeny Pascacio | Avispa Midia
“María de los Remedios Jiménez Gordillo, era el nombre de mi mamá; María Virginia Morales Jiménez, era el nombre de mi hermana, ambas fueron asesinadas el 20 de julio del 2013”, dijo Helena, sobreviviente y víctima de orfandad por feminicidio, durante el mitin que realizaron cerca de 2 mil mujeres en la entrada del Palacio de Gobierno de Chiapas, en la capital del estado.
La marcha conmemorativa del Día Internacional de las Mujeres partió del poniente de Tuxtla Gutiérrez, minutos antes de las 5 de la tarde. Pero las actividades en Chiapas iniciaron desde temprana hora en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó.
“Seguimos luchando”
Las integrantes de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal peregrinaron del crucero de Majomut a la ermita donde recordaron a las 34 mujeres asesinadas en la Masacre de Acteal, “por ellas seguimos luchando y esta lucha se las dejaremos a nuestras hijas y nuestros hijos para que se quede en nuestra memoria”.
Convocaron a las mujeres a no tener miedo de alzar la voz: “pido que hablen, que luchen” contra las violencias, incluso la institucional que les anula sus derechos humanos. “Este día, en otros países, miles de hermanas y compañeras se reúnen para ¡gritar sin miedo, justicia! Para que no se multipliquen los feminicidios, en México y en el mundo”, dijeron.
Se solidarizaron con las mujeres víctimas de distintas violencias provocadas por la guerra, el crimen organizado, grupos armados y despojos de territorios que viven los pueblos originarios por falta de voluntad política, “responsabilidad y flojera de las autoridades”.
También exigieron que se respeten sus derechos como pueblos originarios e hicieron un llamado especial para que se erradique la venta de alcohol en las comunidades, pues son detonantes de las violencias que enfrentan.
En San Cristóbal de Las Casas, la conmemoración del 8 de marzo continuó con distintas actividades en espacios públicos y tendederos para exhibir rostros de hombres señalados de cometer algún tipo de violencia contra las mujeres.
Mujeres tzeltales hicieron lo propio en Bachajón, Chilón, comunidad ubicada al noroeste de la entidad. Salieron a las calles para acabar con el machismo y para hacer visible la anulación de sus derechos humanos.
La Red de Mujeres de la Costa, el Frente Cívico Tonalteco y el Consejo Autónomo Regional de la zona Costa de Chiapas, adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, también se unieron a la exigencia de una vida libre de violencia.
Al igual que en los demás municipios, en Cintalapa, las mujeres exigieron a la Fiscalía General del Estado realizar su trabajo con una verdadera perspectiva de género.
Por la vida de las mujeres
En la capital de Chiapas los grupos de mujeres caminaron de manera ordenada y bajo protocolos de seguridad. Realizaron pintas y pegaron imágenes en muros, ventanas, puentes y aceras, de hombres acusados de ejercer algún tipo de violencia.
‘Jueces y fiscales, también son criminales’, ‘no que no, sí que sí, ya volvimos a salir’, ‘las hijas de una son las hijas de todas’, ‘que nos devuelvan a nuestros hijos’, ‘fuimos todas’, ‘la niñez no se toca’, fueron algunas de las consignas que retumbaron en el boulevar Belisario Domínguez.
El contingente se organizó en bloques de familiares de víctimas de violencias, sobrevivientes, activistas, artistas, creadoras, periodistas, estudiantes, trabajadoras sexuales, familias solidarias, además de la Red de familias víctimas de feminicidio, conformada por 20 familias; por mencionar algunas participantes.
Helena fue la primera en compartir el pronunciamiento de la Red de familias cuando las mujeres llegaron a la entrada del edificio institucional que ya estaba resguardado, en su interior, por policías con equipo antimotines y bomberos; mientras otros uniformados patrullaban el primer cuadro de la ciudad.
“Tenía 13 años cuando mataron a mi mamá y a mi hermana, yo era una niña cuando vi el cuerpo sin vida de ellas, lastimado y violentado sexual y físicamente; mi lucha inició desde el día en que Víctor Hugo Aguilar Oliver las mató y con ellas, arrebató mi infancia, mi familia, nuestros sueños y toda mi felicidad”, dijo Helena.
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La joven habló del dolor, del sufrimiento y cuestionó: ¿Cómo se atreven a ver el dolor y sufrimiento de las familias y aun así liberar a los feminicidas?, ¿Cómo le explicas a un niño que a su mamá la mataron y que ahora debe vivir con la familia del feminicida?
Recordó que nadie habla en voz alta del impacto en la niñez cuando es testigo de un feminicidio, “nuestras vidas son invadidas por duda, miedo, tristeza, impotencia y el dolor más profundo de una muerte lenta, una y otra vez ante la falta de justicia”.
No hay un solo día, un solo lugar, un solo espacio en el que podamos estar seguras, lamentó. La multitud encendió las luces de sus teléfonos móviles y se escuchó una y otra vez al unísono ¡no estás sola!, cuando Helena entregó el micrófono.
Por último, la Red de familias pasó lista de las mujeres desaparecidas y víctimas de feminicidio, “por las sobrevivientes: ¡presente!; por la vida y la libertad de las niñas y adolescentes: ¡presente!; por la vida e integridad de las mujeres chiapanecas: ni una más, ni una más, ni una asesinada más”.
Feminicidios
En enero de 2022, Chiapas se colocó en el séptimo lugar a nivel nacional con cuatro feminicidios, según estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Los feminicidios ocurrieron en los municipios de Benemérito de las Américas, Las Margaritas, Tapachula y Suchiapa, las tres primeras demarcaciones localizadas en la frontera con Guatemala.
En 2021, la Alerta de Violencia de Género Contra las Mujeres registró 48 víctimas de feminicidios, una cifra superior comparada con los 29 casos contabilizados en 2020.
Aunque el Observatorio feminista contra la violencia a las mujeres de Chiapas tiene otros datos y en el año pasado documentó 65 feminicidios, entre ellos el de Mariana Sánchez Dávalos, la médica asesinada en Ocosingo, que la Fiscalía de Chiapas no tomó en cuenta porque incineró su cuerpo antes de la investigación.
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Para la defensora feminista y activista Marta Figueroa Mier, el trabajo de la Fiscalía se realiza de manera descuidada a pesar del protocolo para investigar feminicidio que está en vigor desde agosto de 2020.
El instrumento dice que cualquier muerte violenta de mujeres debe investigarse como feminicidio y la investigación tiene que estar basada en cuestiones científicas. La defensora explicó que la autoridad no realiza la autopsia o lo hace con errores y en algunas situaciones orilla a los familiares a negarse al estudio; si el feminicidio sucede en una zona rural se justifican en muertes por ahogamiento o accidentes. Pero en los medios urbanos las mujeres se suicidan. La autoridad finca la responsabilidad en la víctima, entonces ocurre la violencia institucional que discrimina y hace más difícil conseguir justicia, lamentó Figueroa Mier.