Palabras de María de Jesús Patricio Martínez, vocera del CIG, en Texcoco. 24 de noviembre de 2017
Hermanas y hermanos de la región del lago de Texcoco:
Hoy nuestros pasos caminan por estas tierras y no dejan de avisarnos que es la hora de nosotros los pueblos.
En el año 2006, cuando celebrábamos el Cuarto Congreso Nacional Indígena, nos enteramos de la brutal represión que el gobierno del Estado de México y el gobierno federal hicieron en respuesta a la digna resistencia en toda esta región. Desde ese entonces, nosotras y nosotros, que somos parte de este espacio que es el CNI, hemos estado atentas y atentos a sus pasos, y los que dan los malos gobiernos para dividir e imponer el despojo con el terror.
El Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México se construye sobre tierras campesinas, y las suspensiones judiciales que las comunidades logran con su lucha parecen ser letra muerta para los gobiernos que imponen con la represión sus proyectos capitalistas, usando grupos de choque que sirven a las empresas constructoras y los gobiernos de todos los niveles.
Este megaproyecto de muerte que Enrique Peña Nieto decidió iniciar nuevamente sobre las tierras de Texcoco y Atenco es el anuncio de un gran despojo, pues como es el modo capitalista están reacomodando toda la región, despojando terrenos ejidales, comunales o particulares para la construcción de autopistas y sacando materiales pétreos provenientes de minas sobreexplotadas para la construcción del aeropuerto. Y es un anuncio también que invita al olvido de la lucha de las mujeres por defender esta tierra, este territorio que quieren seguir aniquilado.
Sacan lodos del fondo del lago, muchos de ellos contaminados, para después depositarlos en socavones, afectando así los mantos freáticos. Los ríos que hoy se usan para la agricultura campesina los quieren reacomodar en redes de tuberías y canales. Todo con obras que están despojando a los pueblos de toda la región, en cuyas tierras quieren hacer también centros comerciales, fraccionamientos y zonas industriales para complementar el robo a los pueblos.
O sea que ya se repartieron estas tierras, condenando a los pueblos que hoy son sus dueños y guardianes a desaparecer. Y así lo hicieron con todo el país, se lo están repartiendo, condenando también a millones de mexicanas y mexicanos a que pierdan todo cuanto tienen, despojándolos de la tierra, de su forma de vida campesina, de su organización colectiva, del agua, de los bosques, para que se pierdan, nos perdamos, en el olvido, que es también nuestra muerte como pueblos.
Así como los de arriba se repartieron todo, haciendo una red de despojo, represión y explotación que divide y fragmenta los territorios indígenas, campesinos y urbanos, nosotras y nosotros también tejamos abajo la organización para detener la muerte que nos imponen, para resistir, para crear nuevas formas de organización nacidas de cada colectivo, decidir nuestro destino en lo pequeño y en lo grande y ejercer nuestro gobierno de abajo.
Esa es nuestra apuesta en el Concejo Indígena de Gobierno, es nuestro llamado a los pueblos aledaños al lago de Texcoco, a todo el País y a todo el Mundo a organizarnos, porque los capitalistas no están dispuestos a parar esos planes que tienen sobre nuestros territorios y buscarán imponerlos a costa de todos nosotros, sin importar nuestro color o el lugar donde vivimos.
Por eso, hermanas y hermanos, les decimos lo que nos encomendó la asamblea del Concejo Indígena de Gobierno y del Congreso Nacional Indígena, que es la hora de los pueblos, de organizarnos para decidir nuestro destino, a organizarnos y a gobernarnos.
A 24 de noviembre de 2017
Desde Texcoco, Estado de México.
Nunca Mas un México sin Nosotros.