Autonomia y Resistencia
Desalojo, represión y persecución policial contra indígenas en la CDMX
Fuente: Avispa Midia
Por Ñaní Pinto
En portada: Tras casi 34 horas de persecución y agresiones en su contra, aún se registra el cerco policial contra las familias triquis.
Después de una jornada de protestas y represión, alrededor de 30 personas, en su mayoría mujeres y niños triquis, pertenecientes a familias desplazadas de Tierra Blanca Copala, Oaxaca, aún se encuentran cercados por policías antimotines de la CDMX.
“No hemos comido, no hemos hecho nada de nuestras necesidades, nosotros exigimos en este momento salir del lugar que estamos porque ahorita seguimos secuestrados por los granaderos”, denuncia una mujer triqui mediante video.
“Ahorita no tenemos acceso a nada. Acá afuera nosotros tenemos a los granaderos, mas de 300 granaderos en contra de 30 personas”, señala la mujer triqui sobre las condiciones en que se encuentran las personas, en su mayoría mujeres y niños, retenidas al norte de la ciudad, cercadas por aproximadamente 1,000 policías.
Las personas agredidas mantenían un campamento en el centro de la CDMX, desde donde protestaban para exigir el retorno seguro a su comunidad, en la mixteca oaxaqueña, tras haber sido desplazadas por un grupo paramilitar.
Sin respuesta y tras 15 meses de permanecer en la ciudad, fueron desalojad@s la madrugada del lunes (25), sin previo aviso y mediante un operativo con cientos de policías.
Desalojo
De acuerdo al gobierno de la CDMX, el desalojo de la comunidad triqui derivó de una queja anónima por las condiciones de insalubridad del sitio.
Poco después de la medianoche del lunes (25), cientos de policías cercaron el campamento de las familias triqui. Al mismo tiempo, personal de limpieza de la ciudad desarmó el campamento y arrojó las pertenencias de las personas a camiones de basura.
En el lugar también se apersonaron funcionarios del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), quienes de acuerdo a testimonios presionaron y amenazaron a las mujeres para trasladarse a un albergue improvisado por el gobierno de la ciudad.
Después del desalojo, policías antimotines retuvieron durante horas a las mujeres triqui, quienes rechazaban trasladarse al refugio en una colonia al norte de la ciudad.
Según la versión oficial, el espacio ofrecido cuenta con dormitorio, baños y servicios médicos y para niños. No obstante, acorde a registros y denuncias de las familias desplazadas, el “albergue” consiste en un estacionamiento cubierto parcialmente con una carpa y catres en condiciones insalubres y denigrantes.
Por ello, durante la tarde del martes (26), las mujeres triqui protestaron, rompieron la cerca y salieron para cerrar una avenida cercana, para con ello protestar por el desalojo y las precarias condiciones en que se encontraban.
Protestas
La respuesta policiaca no se hizo esperar. En un instante, elementos antimotines “encapsularon” -como se conoce a la estrategia policial de bloquear el libre tránsito de las manifestaciones- a un grupo de aproximadamente 50 personas que participaban de la protesta.
Por horas, l@s manifestantes permanecieron retenidos. Hasta el lugar se unieron integrantes de organizaciones sociales en solidaridad con las familias triquis. Integrantes de la Sección 9 de la CNTE, así como de la Caravana por el Agua y la Vida, así como estudiantes hicieron acto de presencia para apoyar la manifestación.
Tras el refuerzo, l@s manifestantes consiguieron romper el cerco, con lo cual tomaron rumbo hacia el Zócalo. Sin embargo, el despliegue de cientos de policías consiguió cercar de nuevo a las personas y cortar su paso hacia el centro de la ciudad.
De acuerdo a un comunicado difundido por el Congreso Nacional Indígena, alrededor de las 8 de la noche, el encapsulamiento de los antinmotines mantenía retenid@s alrededor de 70 personas indígenas triquis, otomís, nahuas, alemanes, medios de comunicación y residentes de la ciudad de México.
El documento señala que en ese momento la movilización fue reprimida “generando la persecución de decenas de personas, golpead@s y detenciones, reportándose hasta ahora la desaparición de un niño hijo de triquis de nombre Samuel y sin saber el paradero de vari@s compañer@s”.
Hasta ese momento, detalla el comunicado, se registraron dos encapsulamientos “ubicados en: Calle Plomo 65 y Ferrocarril Hidalgo con alrededor de 17 personas encapsuladas por un grupo de 250 granaderos entre los que se encuentran 10 compañer@s de la comunidad otomí, entre ellos el compañero Diego García y el concejal otomí Filiberto, así como Ricardo Renteria de la comunidad de Milpa Alta que fue herido en la cabeza; así como 7 mujeres triquis; y otro en calle Mapimi 5 Y Calle Plomo con un grupo de 30 personas en donde también hay 5 niñ@s y alrededor de 100 granaderos, entre los que se encuentran periodistas como Juan Rulfo y compañeras alemanas de Lutzerath”.
Según información de la comunidad otomí residente en la CDMX, quienes se sumaron a las movilizaciones, las familias triquis se refugiaron en una unidad habitacional de la colonia Valle Gómez para no regresar al “albergue” improvisado por la ciudad. En aquel momento de la madrugada se mantenía el cerco policiaco.
La mañana de este martes (26), tanto en la ciudad de Oaxaca como en la CDMX, se registraron diversas movilizaciones en solidaridad con las familias triqui desplazadas, desalojadas y perseguidas.
En la CDMX se movilizan en el Ayuntamiento de la ciudad para manifestarse contra la brutal represión a los pueblos originarios. Al cierre de esta edición, tras casi 34 horas de persecución y agresiones en su contra, aún se registra el cerco policial contra las familias triquis.
Comunicado de la Caravana por la vida y el Agua
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A la Comisión Sexta Zapatista del EZLN
A la Europa Insumisa
A quienes firmaron la declaración por la vida
A los pueblos que luchan y resisten
Por nuestra venerada Madre Tierra, la Caravana por el Agua y la vida, termina hoy su recorrido en las tierras zapatistas de Cuentepec, Morelos; durante 34 días visitamos a nuestras hermanas, hermanos y hermanoas de los pueblos Tutunaku, Nahua, Otomí (ñhöñhö), Mazateco, Triqui, Zapoteco, Binizaa, Matlatzinca, Nuntaj iyi, Ayuujk para quienes el agua y la tierra son sagradas, quienes dan la vida misma para defender y recuperar lo que les pertenece. Nos enlazamos y organizamos con compañeros de Alemania, Francia, Grecia, Portugal, Guatemala, Chile, España, Holanda, Suiza, Australia, Inglaterra quienes también luchan y resisten en sus territorios y levantaron la consigna de acompañar a la Caravana y las luchas que la conforman.
Fuimos testigos de cómo se hizo cumplir la ley de los pueblos, que no está peleada con la naturaleza sino que la reproduce, cuando los pueblos nahuas cerraron la empresa Bonafont-Danone y la convirtieron en el Altepelmecalli, el agua volvió a sus cauces y a los pozos; la presa de Santiago Mexquititlán volvió a tener agua después de que el pueblo otomí tomó el pozo de Barrio Cuarto del cual CONAGUA se niega a ceder los derechos para el suministro y control del agua; el basurero de Tehuacán dejó de crecer tras haber sido clausurado por el pueblo de Santa María Coapan; en la Sierra Norte de Puebla se cancelaron 5 concesiones mineras y evitaron la construcción de 2 presas hidroeléctricas; los vendedores de la UPVA 28 de octubre mantienen sus espacios de trabajo gracias a su resistencia; en el lugar donde despachaba el traidor de los pueblos Adelfo Regino Montes, el INPI, fue tomado por la comunidad Otomí residente en la CDMX y convertido en la Casa de los Pueblos y comunidades indígenas “Samir Flores Soberanes”desde ahí se lucha, se resiste y se organiza con los pueblos.
Los pueblos recibieron a la Caravana en sus asambleas, caminamos con ellos, unimos nuestras voces, nos fortalecimos unos a otros, después de estos años de pandemia salimos en caravana para encontrarnos, conocimos los dolores de los pueblos que son los mismos que los nuestros: desprecio, represión, despojo y explotación que son las formas en que se manifiesta la guerra que impone el capitalismo en todo el mundo. Salimos a buscarnos en otras geografías, en otras rabias y otras rebeldías, porque estamos conscientes que sólo con la unión de los pueblos tendremos la fuerza necesaria para vencer a este sistema criminal.
A su paso, la Caravana por el agua y la vida sembró semillas de resistencia, como una ola de rebeldía nutrió la tierra y vimos florecer la digna lucha de los pueblos que se resisten al olvido.
Transgredimos las fronteras que nos han sido impuestas, rompimos los cercos, nos unimos y tejimos nuestras luchas. Evidenciamos la voracidad del capitalismo y sus innumerables nombres: minería, explotación del agua, inmobiliarias, gentrificación, contaminación de la tierra, aire, ríos y mares, despojo del territorio, megaproyectos, asesinatos de ambientalistas, encarcelamientos, desapariciones, narcotráfico, paramilitarismo, compra de conciencias, división de los pueblos, mercantilización de la vida, precarización del trabajo, contubernio del estado y el crimen organizado y autorizado, privatización de la educación, feminicidios, represión; violencia en todas sus formas.
Evidenciamos también al Estado, sirviente fiel del capital, que usa todo su aparato represor en contra de quienes luchamos por la vida; para desalojar a los pueblos nahuas del Altepelmecalli, para reprimir a las y los compañeros que defienden su fuente de trabajo en Libres Oriental; para golpear y encarcelar a nuestras compañeras feministas de la Okupa Cuba; para mantener presos a nuestros compañeros Fidencio Aldama, Fredy García, Marcelino Ruíz Gómez, Abraham López Montejo, Germán López Montejo y a los 7 presos políticos de Eloxochitlán; para despojar de sus espacios de trabajo a nuestros compañeros otomíes residentes en la Ciudad de México; para señalar y perseguir a quienes luchan por una vivienda digna; para amenazar y asesinar a periodistas que defienden la verdad, para desprestigiar y difamar a los defensores ambientales; para hostigar el espacio liberado de la Okupa Chiapaz; para perpetrar la impunidad del asesinato de Bety Cariño, Samir Flores y Meztli Sarabia, para mantener abierto el injusto proceso penal de Miguel López Vega por defender al río Metlapanapa, para ejecutar la desaparición forzada de Sergio Rivera Hernández, defensor del agua en Coyomeapan y del doctor Ernesto Sernas García, abogado de la organización Sol Rojo; para perseguir a estudiantes de universidades públicas que se organizan para defender la educación; para imponer la gentrificación en las ciudades a través de inmobiliarias; para destruir los humedales de Xochimilco; para desplazar comunidades enteras y entregarlas a las mineras y narcotraficantes; para tratar de desaparecer a las normales rurales; para ocultar la verdad y la justicia de nuestros 43 y que desde aquí decimos Vivos se los llevaron, vivos los queremos. Evidenciamos a las instituciones como CONAGUA, SEMARNAT, INPI, que entregan, privatizan y lucran con los recursos y el territorio, privilegiando a las grandes empresas como Danone, Volkswagen, Audi, Nestlé, Constellation Brands, Coca Cola, Gold Corp, Black Rock entre muchas otras más.
La Caravana también nos permitió mirar y notar nuestras contradicciones como individuos y como organizaciones, las prácticas capitalistas que reproducimos y que sólo podemos desmantelar en colectividad, el sistema que habita en nuestros cuerpos y que se manifiesta en nuestras acciones y palabras. Para erradicar el consumismo, el patriarcado, el machismo, la misoginia, el colonialismo, el racismo y el clasismo es necesario reconocerlo en nosotros, enunciarlo y construir alternativas.
Hoy, que la caravana llega a su última parada, nos preguntamos ¿qué sigue?, como lo hiciera el EZLN y Congreso Nacional Indígena en su 25 aniversario, respondemos desde nuestros espacios, formas y tiempos que seguiremos construyendo procesos de autonomía y fortaleciendo la autodeterminación y las relaciones entre pueblos, continuaremos la resistencia tomando en nuestras manos el destino de nuestros territorios.
Vislumbramos ahora un horizonte común de rebeldía, resistencia y organización para continuar con la gran red que desde el Congreso Nacional Indígena se viene tejiendo en defensa de la vida, ahora fortalecida con la participación de organizaciones y colectivos de los territorios que visitamos y las alianzas nacionales e internacionales que construimos, tenemos ahora la certeza de que si tocan a uno realmente responderemos todos, no es palabra vacía, es un aviso a los malos gobiernos que pretendan atacar a cualquiera de nosotros, poco a poco no habrá ni una lucha aislada más. Sabemos que grande fue el esfuerzo para realizar esta caravana, entendemos también que no es suficiente un día en los territorios para entender sus luchas, nuestros hermanos resisten día y noche para detener la destrucción de sus territorios y para aprender realmente de las luchas no hay otra forma más que vivirla en carne propia, poner el cuerpo y las manos para sumar esfuerzos y solidarizarse en los hechos.
Estamos conscientes de que tras este largo camino a través de 9 estados los aprendizajes recogidos deben materializarse en acciones concretas que puedan llevarse a las comunidades para continuar avanzando; es por eso que al Congreso Nacional Indígena, al Concejo Indígena de Gobierno, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, a los pueblos que luchan y resisten, proponemos, como Caravana por el Agua y la Vida contra el despojo capitalista, la construcción de escuelitas autónomas en territorios que pertenecen al CNI en la que compañeras y compañeros de México y el mundo puedan visitar nuestras comunidades temporalmente y compartir el día a día con los pueblos, con el objetivo de conocer aquello por lo que luchamos y que ahora sean los pueblos nahuas, ñhöñhö, mazateco, zapoteco, triqui, binizaa, matlatzinca, Nuntaj iyi, ayuujk entre otros quienes pregunten a los asistentes ¿y tú qué?. Proponemos que esta provocación sea dialogada y evaluada en nuestros territorios y que el 12 de octubre del año presente la respuesta pueda ser conocida y en caso de ser aceptada comencemos con los trabajos organizativos para llevarla a la realidad.
Finalmente, como Caravana celebramos y respaldamos el gran paso que dan hoy nuestros hermanos de Cuentepec con la elaboración del decreto contra la minería para el Estado de Morelos, un gran paso no solo para los pueblos nahuas, sino para todos los pueblos originarios quienes luchamos por la autonomía. Hoy es un día histórico para todas y todos. Hoy los pueblos han decidido, una vez más, ejercer su derecho a autogobernarse.
Cuentepec, Morelos, 24 de abril del 2022
Nuestra lucha es y seguirá siendo por la vida.
Nunca más un mundo sin los pueblos
Posdata: El futuro de los pueblos no está en las convenciones internacionales, está en los pueblos que luchan por la autonomía y la autodeterminación, está en las comunidades que viven y sueñan con la libertad y reconstruyen la vida, no en oportunistas que usurpan, suplantan la voz de los pueblos y lucran con la lucha para que este sistema continúe. El presente de los pueblos originarios es de resistencia y rebeldía.
Por la reconstitución integral de nuestros pueblos
Zapata Vive, la lucha sigue
Samir Vive, la lucha sigue
Viva el CNI
Viva el CIG
Viva el EZLN
Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos
Vivan los pueblos que luchan y resisten
Vivan las mujeres que luchan, se organizan y resisten