Respuesta a la ronda de preguntas de los asistentes
Pues intervenir porque creo que lo que están diciendo, pues en ningún momento venimos a decirles “oigan, vengo para que voten por mí”. Para nada. Nosotros les hablamos de organización. Que tenemos que organizarnos desde nuestras comunidades. Y hemos visto que lo que ha estado hasta ahorita no ha respondido a nuestras comunidades, es lo que les planteaba: quede quien quede, nuestras comunidades se siguen destruyendo; que no ha habido una respuesta clara.
Entonces es cierto, tiene razón, allá puede venir el tiempo electoral y pueden votar por otro y al rato quien quede en la comunidad. Lo que nosotros planteábamos es que tenemos que organizarnos. Voten ustedes por quien quiera, como decía acá el compañero, o usted también, tienen toda la libertad, no les venimos a imponer, lo que queremos es decirles es que si no nos organizamos desde abajo, nuestras comunidades, pensando nosotros que hemos sufrido por años, que tenemos que organizarnos, pensando desde abajo, no sé cómo están acá organizadas las comunidades, pero si son comunitarias, ah bueno vamos a pensar cómo vamos a fortalecer nuestra comunidad, desde la lengua, el vestido, la organización, la salud, desde como la comunidad, abajo, no esperar que vengan y nos resuelvan de arriba, por eso se pensó participar.
Tiene razón el señor cuando dice que se había planteado no trabajar por la vía electoral, y cuando se planteó la propuesta muchos que estábamos ahí dijimos “es que habíamos dicho que por ahí no íbamos; nosotros iba a hacer nuestra organización desde las comunidades”, pero se dijo “es que no va a hacer para que ahora ustedes vayan y se pongan allá como otro candidato más, sino que va a hacer para que se dé a conocer la problemática indígena, la problemática real que se está viviendo abajo, ese es el pretexto”. ¿Por qué? Porque tenemos que usar la herramienta que usan los poderosos, porque así nos van a voltear a ver los medios de comunicación a huevo. ¿Cómo que ora estos inditos se andan organizando? ¿Ora qué quieren? ¿Cómo que ahora están saliendo si decían que no iban a salir por ahí?
Gracias hermanos y hermanas de esta comunidad, a los hermanos del Frente Cívico Tonalteco y a todos los que están aquí presentes de otras comunidades, de otros estados, que están acompañando.
Gracias por escuchar la palabra del Concejo Indígena de Gobierno, del Congreso Nacional Indígena y también la palabra de ustedes que ya la escuchamos.
Primeramente decirles que nos solidarizamos después de este sismo que hubo el 7 de septiembre, sabemos que por acá pegó fuerte, hemos visto las casas destruidas al pasar y bueno, nosotros hemos también dado nuestro granito de arena para ayudar, aunque esto nos sirvió para acercarnos más. Vimos cómo se dio esa solidaridad entre hermanos, ahí se olvidaron los colores, pero fue la gente de abajo pues, la gente de las comunidades la que se acercó junto con sus hermanos, sintió ese dolor, ¿y quién se aprovechó? Pues fue el gobierno, de ese dolor, y lo han dicho ustedes cómo lo vivieron. También por allá se vivió así, y esto demuestra pues que solamente nosotros podemos solucionar nuestros problemas, nadie más lo va hacer.
Ustedes han dicho con sus propias palabras esta destrucción tan fuerte que está pasando a nuestra tierra en todas las comunidades, así como ustedes lo platican, así está pasando en todas las regiones de México. Están acabándose la tierra, están despojándonos de esas riquezas, ahorita el último compañero lo que mencionaba de esa fumigación que están haciendo; y en realidad la destrucción, así como están haciendo, de la tierra, las plantas, los animales, las aguas que las están contaminando con las minas que están abriendo.
Se nos ha acostumbrado a ver al Estado como la única forma del bien común y el indispensable instrumento de la transformación social. El modelo clásico de la revolución es el del Gran Acontecimiento de la conquista del poder de Estado, mientras el nacional-estatismo de inspiración keynesiana, aun de moda, pretende, pese a las reconfiguraciones estructurales del capitalismo financiarizado y transnacionalizado, que sigue siendo posible hacer del Estado una protección para resistir el avance de las políticas neoliberales y atenuar las lógicas del mercado[1]. Acá quisiéramos recorrer un camino del todo diferente, que vincula la lucha para salir de la tiranía capitalista con una opción política no estatal. Buscaremos suelo para sostener esta opción práctica y la reflexión que implica en la experiencia rebelde del movimiento zapatista desde 1994 hasta ahora.
Si bien surgió de la tradición latinoamericana de las guerrillas marxistas-leninistas, el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) fue conducido, por su propia trayectoria, a una crítica en acto del “modelo de dos tiempos” de la revolución y de la centralidad de la conquista del poder estatal[2]. Su análisis del Estado nacional en tiempos neoliberales como un “lugar vacío”, o un “holograma”, no hizo más que reforzar la denuncia de que es del todo ilusa una acción transformadora emprendida en el campo de la política institucional. Sin embargo, aquí, nos interesaremos en el movimiento zapatista en la medida en que logró poner en práctica, en los territorios rebeldes de Chiapas, una experiencia que constituye una de las “utopías concretas” anticapitalistas y anti-estatales más importantes que se pueda observar actualmente a escala mundial.
Los zapatistas llaman autonomía a ese esfuerzo de construcción que hace tangible otro mundo posible, necesario y urgente. Y es a través de esta misma noción que nos esforzaremos para analizar lo que puede ser una política sin Estado. Por autonomía se comprenderá la unión indisociable de una perspectiva colectiva de emancipación y de una concepción no estatal de lo político[3]. Por lo tanto, resulta imposible aislar la reflexión sobre lo político de una perspectiva más amplia que abarque, en su conjunto, las transformaciones de las maneras de vivir. Es en un mismo movimiento que se puede lograr salir del mundo de la Economía y abandonar las lógicas del Estado. Tal como lo expresa un miembro de las comunidades rebeldes zapatistas, muy hábil para dar a la noción de autonomía su más amplia dimensión: “la autonomía es la construcción de una nueva vida”[4].
La experiencia zapatista y la construcción de la autonomía
La plaza de la catedral de San Cristóbal, cariñosamente llamada Plaza de la Resistencia, estaba repleta. Una cuádruple valla de mujeres y hombres de comunidades pertenecientes al Congreso Nacional Indígena resguardaban el templete donde estaban las y los concejales del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy.
San Cristóbal de Las Casas, tan tristemente célebre por su racismo, presenciaba un nuevo levantamiento de los pueblos originarios. Si hace 23 años la delcaración de guerra fue necesaria, ahora el levantamiento es una declaración de vida. Y justo en este lugar, heredero del poder finquero, del racismo, la violencia y el despojo de los pueblos originarios, se congregó un gran número de personas para conocer y escuchar al Concejo Indígena de Gobierno y recibir, de la voz de las y los concejales y la vocera Marichuy, la invitación a construir un nuevo país.
Seis concejalas y concejales compartieron su palabra en sus lenguas originarias y en castellano. La palabra en las lenguas originarias es un acto no sólo de respeto a la diversidad de pueblos presentes, sino también simbólico: son los pueblos originarios los dueños primeros de estas tierras, quienes las cuidan, quienes las trabajan, quienes resisten a pesar de más de cinco siglos de despojo, racismo y opresión. Y son ellos, ahora, quienes nos invitan a unirnos y organizarnos ante la destrucción que vivimos.
“Es que usted no conoce a los indios, con ellos no se puede dialogar, ellos no entienden”, le dijo con indignación una mujer mestiza al autor de estas líneas hace unos años, cuando el mismo platicaba con algunas mujeres tsotsiles que esperaban formadas para recibir cachuchas, playeras y tortas en un evento priísta. Es por eso, por ese racismo y ese desprecio seculares, que este acto, aquí, en este espacio, fue tan significativo.
“Los partidos políticos van hacia nosotras las mujeres porque nos ven débiles, con despensas, con láminas”, dijo la concejala wixárika de Jalisco. Pero llegó la hora de que se escuche la palabra de las mujeres, de que el mundo vea que, al contrario, hay fuerza y dignidad en la mujer indígena. “Las mujeres ya son flor, fuego y palabra”, dijo el concejal de Huixtán, caracol de Morelia, Chiapas.
Las divisiones creadas por las políticas asistencialistas del gobierno fueron uno de los temas centrales en el evento. “La vocera no viene a ofrecer gorras y playeras”, repitieron varios concejales, e insistieron en la necesidad de dejar de depender de “regalitos” y, en vez de eso, construir la autonomía por medio de los propios recursos y el trabajo. “Nosotros somos los pueblos originarios, los dueños de nuestras tierras, de nuestras vidas”, dijo la concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas, “no es posible que entreguemos nuestras tierras por unas despensas, por unas playeras, por unas gorras”.
Repetidas veces hicieron énfasis en la necesidad de dejar de esperar soluciones desde arriba. Sólo el pueblo puede salvar al país, dijo la concejala chol de la zona norte de Chiapas, y aclaró que, cuando habla de salvación, quiere decir vida.
Eso mismo dijo Marichuy: “Tenemos que organizarnos para construir algo nuevo desde abajo… tenemos que organizarnos para derribar este sistema de muerte, porque nosotros queremos vida,” y explicó cómo surgió en Concejo Indígena de Gobierno. “Esta propuesta es porque analizamos que la problemática está más fuerte en nuestras comunidades… y por más que hacemos, no hay solucion desde arriba”. Por eso se creó el CIG, “un gobierno compuesto por representantes de todos los pueblos indígenas de México, un gobierno que escuche al pueblo, donde el pueblo mande y el gobierno obedezca”.
Anunció que el CIG recorrerá el país para escuchar a los pueblos y compartir la palabra, invitando a la organización desde abajo. “Tenemos un gran compromiso y una gran responsabilidad para con todos ustedes, pero también pedimos que sientan que, si no unimos estos esfuerzos, después vamos a lamentar no haber hecho un esfuerzo común entre todos.”
La concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas reforzó ese punto: “Invito a todos a organizarse para que nuestros hijos el día de mañana puedan decir: gracias a mis padres, gracias a mis abuelos, hoy tengo tierra, tengo dónde vivir, tengo qué comer, no soy esclavo. Porque si nos dejamos vencer, si nos dejamos comprar la conciencia por el sistema capitalista, mañana nuestros hijos van a decir: mis padres, mis abuelos fueron cobardes, no defendieron la tierra, hoy soy esclavo, soy el mozo de los capitalistas y de los ricos”.
Así, mientras la concurrencia se retiraba en el frío de la noche sancristobalense, quienes escucharon e hicieron suyas las palabras del CIG llevaron consigo el ánimo de la responsabilidad.
Esucha los audios:
Bienvenida y presentación de las y los concejales del CIG: (Descarga aquí)
“Bersaín decía: Solo el pueblo puede salvar al pueblo.” – Concejala de la Costa de Chiapas
“Marichuy no nos va a gobernar; nosotros nos vamos a gobernar.” – Concejala de Los Altos de Chiapas
“Tenemos que voltear abajo, no lo vamos a encontrar arriba.” – Marichuy
Pijijiapan
La destrucción del sismo es muy evidente en la costa de Chiapas. Así lo vimos todas y todos, así lo expresó Marichuy, y relató lo que vio en su comunidad, que es lo mismo que sucedió en todas las áreas afectadas del país. Quien estaba y continúa apoyando, quien se organizó solidariamente para enfrentar la tragedia, fue el pueblo. El gobierno brilló por su ausencia, cuando no por su aprovechamiento oportunista para alimentar sus propios fines de lucro y poder. Y preguntó: ¿Qué lección aprendimos de eso?
Estábamos en la comunidad conocida como Margaritas, en realidad el Ejido Joaquín Miguel Hernández, en el municipio de Pijijiapan, en la costa de Chiapas. Aquí se reunieron algunos cientos de personas para recibir al Concejo Indígena de Gobierno y a su vocera Marichuy, “para escucharlos a ustedes y que ustedes nos escuchen”, como dijo la concejala de Acteal, Los Altos de Chiapas.
La escucha pasó primero por los dolores. Dieciocho miembros de comunidades de la costa de Chiapas compartieron su palabra y con ella pintaron un cuadro de despojo, violencia y burla. Se trata de comunidades que viven en su mayoría de la pesca o de la producción agropecuaria, en un paisaje riquísimo en recursos naturales y diversidad ecológica. Y justamente por eso sus formas de vida y su propia existencia como pueblos se ve cada vez más amenazada.
En varios puntos de la costa y sierra de Chiapas se denunciaron proyectos extractivistas o amenazas de su implantación. En el ejido de Joaquín Amaro, por ejemplo, hay yacimientos de oro, uranio y gas. La minería en particular representa una amenaza de muerte para las comunidades, ante el despojo de sus tierras y la contaminación de las aguas. Se trata de concesiones de 50 años a empresas, generalmente extranjeras, que destruirían comunidades enteras. Curiosamente, al mismo tiempo, en tiempos recientes las concesiones de 20 años que solían otorgarse a cooperativas pesqueras se suspendieron, y ahora dichas cooperativas sólo pueden operar por medio de permisos temporales. Eso a pesar de que empresas camaroneras también se ven beneficiadas por concesiones de 50 años.
Otro de los temas centrales de las denuncias son las altas tarifas de la energía eléctrica y la privatización de la Comisión Federal de Electricidad. A pesar de que Chiapas es el estado que más energía eléctrica genera en el país, el costo de dicha energía es prohibitivo para las comunidades. Ante eso, la organización y resistencia a las altas tarifas es uno de los ejes centrales de la lucha en la costa de Chiapas.
Se denunció también el engaño sistemático por parte de todos los partidos políticos y todas las instituciones gubernamentales que en teoría deberían velar por el bienestar de los pueblos, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Promesas incumplidas, manipulación de fondos de proyectos para fines electorales, división de las comunidades por medio de dádivas y compra de líderes y representantes. En Nicolás Bravo, por ejemplo, el propio gobierno creó un conflicto en 2004 para despojar a la comunidad de las tierras obtenidas desde 1979 por medio de una resolución presidencial.
Mientras los salarios y los precios de los productos de los pueblos disminuyen, el costo de la vida aumenta, las tierras y las aguas se contaminan y se despojan, las promesas se incumplen, los apoyos no llegan o vienen condicionados. “Estamos hartos de tantos engaños”, coincidieron muchos. “Ya no queremos promesas”.
Entre algunos de los presentes hubo también una cierta confusión sobre el papel del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy. Ante el dolor y la desesperación, con frecuencia se buscan las mismas soluciones: la esperanza de que, ahora sí, un buen gobierno podrá hacer, desde arriba, lo que ninguno de los presentes o pasados ha hecho. Cupo entonces a las y los concejales invitar a mirar desde abajo, explicar que no es el poder ni la silla presidencial a lo que se aspira, sino a generar un proceso de organización de los pueblos, de todas y todos, para construir otro país. “Marichuy no nos va a gobernar; nosotros nos vamos a gobernar”, dijo la concejala de Los Altos de Chiapas. “El CIG no viene a ofrecer nada”, dijo la concejala de la costa de Chiapas, “nosotros no pretendemos llegar al ‘trono’; sólo la organización nos puede salvar”. “Nuestros dolores son los mismos”, dijo el concejal de la zona selva de Chiapas, caracol de La Realidad. Y si los dolores hieren, son también el impulso para la organización, la resistencia y la construcción de alternativas reales para el país, sin esperar soluciones de arriba.
Al terminar el encuentro, la alegría y la generosidad costeñas se hicieron presentes en la forma de música y un delicioso almuerzo de camarones, mientras una multitud se aglomeraba para apoyar al Concejo Indígena de Gobierno con su firma para validar la candidatura independiente de Marichuy. Es el florecimiento de los pueblos, y la naturaleza pareció concordar, regalándonos el paisaje de árboles de mango en flor en el trayecto rumbo a la ciudad de Tonalá.
Escucha los audios:
Presentaciones de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de las comunidades de la costa de Chiapas: (Descarga aquí)
Palabras de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de la Vocera María de Jesus Patricio Martínez: (Descarga aquí)
Tonalá
La pequeña caravana pasó por la comunidad de Nuevo Urbina, donde se realizan trabajos de reconstrucción solidaria ante el sismo por parte de la sociedad civil organizada, antes de dirigirse a Tonalá. Allá el CIG y su vocera fueron recibidos con una marcha de aproximadamente un kilómetro hasta las oficinas del Frente Cívico Tonalteco. Allí las concejalas y concejales y Marichuy se instalaron en un templete en la calle, con una asistencia de algunos cientos de personas de Tonalá y de otras comunidades organizadas en el Congreso Nacional Indígena.
Como en Pijijiapan, se repitieron las denuncias: megaproyectos de minería, plantas hidroeléctricas, hostigamientos y agresiones, altas tarifas de la energía eléctrica, división de las comunidades por medio de “apoyos” de gobierno.
Varias personas se refirieron al hecho de que, a diferencia de los partidos políticos, aquí no se ofrecían despensas ni gorras ni regalos de ningún tipo, sino que quienes asisten lo hacen porque creen en una propuesta capaz de lograr un cambio real en sus comunidades y en el país.
Al tomar la palabra, Marichuy nuevamente se refirió al sismo que golpeó duramente la costa de Chiapas el pasado 7 de septiembre y la diferencia entre la organización y la solidaridad popular y la inacción o manipulación del gobierno. Se refirió también a los dolores expresados por los diferentes miembros del CNI que tomaron la palabra. Se están acabando las tierras, se están acabando nuestras comunidades, dijo… y si desaparecen nuestras comunidades, desaparecemos nosotros. Es por eso, explicó, que el CNI y el EZLN decidieron conformar el CIG y participar en el proceso electoral de 2018, no para ganar o tomar el poder, sino para, por un lado, utilizar esa plataforma para poder mostrarle al país y al mundo lo que las empresas, el gobierno y los partidos políticos están haciendo con los pueblos, y, por otro, para invitar a la organización. Aquí hay mucha organización y mucho trabajo, dijo, pero falta mucho más.
El evento terminó de manera festiva con consignas y vivas y la música contagiosa de un grupo de jóvenes que, entre los varios temas, cantó un “Corrido a la mujer valiente”, mientras mujeres valientes bajaban del templete para la cena y el merecido descanso antes de un nuevo día de construcción lenta y perseverante de otro mundo posible.
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Presentaciones de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de la Vocera Maria de Jesus Patricio Martinez: (Descarga aquí)
Nota: Durante el recorrido se dieron varios casos de hostigamiento, vigilancia y provocación. Aquí nuestra nota al respecto: https://radiozapatista.org/?p=23643
El antropólogo tseltal Juan López Intzín (Tenejapa y San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México) nos invita a conocer los tres volúmenes de la obra colegiada “Prácticas otras de conocimiento(s). Entre crisis, entre guerras”. Obra que trata aspectos fundamentales del conocimiento y sus prácticas en nuestros tiempos, al debatir preguntas clave: ¿Cómo, dónde y para qué conocemos en estos tiempos de ofensiva neoliberal global contra la Madre Tierra y la humanidad? ¿En estos tiempos de capitalismo académico?
Escucha esta intervención que fue parte del debate dado en Santiago de Chile el 30 de agosto de 2017. Ojalá que estas palabras y la obra comentada abonen a los muchos semilleros que están floreciendo por todo el planeta Tierra a pesar de los proyectos de muerte en curso…
Mujeres del Proceso de Comunidades Negras (PCN) nos hablan de sus experiencias de lucha en defensa de los derechos culturales y territoriales en Suárez, Valle del Cauca, Colombia. Cerca de la hidroeléctrica de La Salvajina las mujeres y las comunidades negras defienden el uso tradicional y respetuoso del río que es vida así como la minería ancestral.
“Abajo, desde el fondo de la tierra, la dignidad está naciendo un nuevo mundo en medio de la destrucción, el dolor y la rabia de nuestros pueblos, del México de abajo en los campos y las ciudades. Del pueblo trabajador que es explotado hasta su muerte, despojado de todo cuanto tiene, reprimido por pensar y rebelarse, despreciado por ser diferente, por ser pobre, por ser mujer, por hablar nuestra propia lengua, por decir la verdad, por mirar abajo y no arriba, por voltear a ver a la compañera, al compañero y no al amo, al cacique, al patrón, al mal gobierno”.
Este viernes 20 de octubre, un día después de la conclusión de la gira del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) por territorio zapatista en Chiapas, la vocera del CIG María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy) y varias concejalas se reunieron con las mujeres del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Tierra y el Territorio y por el Derecho a Decidir y con varias organizaciones de base y de la sociedad civil de Chiapas. En el encuentro se discutió la situación de la mujer en Chiapas y se entregó al Concejo una propuesta de tenencia familiar de la tierra elaborado por el Movimiento. Asímismo, el Movimiento expresó su apoyo al CIG y al proceso organizativo que pretende impulsar en todo el país.
San Cristóbal de las Casas a 20 de octubre 2017 / Red de Comunicadoras K’asesel K’op / El día de hoy las mujeres del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Tierra y el Territorio y por el Derecho a Decidir, junto con diversas organizaciones de base y de la sociedad civil de Chiapas nos reunimos con María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), así como con concejal@s que le acompañaron. El propósito del encuentro fue entregar al Concejo la propuesta de tenencia familiar de la tierra, elaborado por el Movimiento.
Desde las ocho de la mañana del día de hoy, decenas de mujeres del Movimiento llegamos al CESMECA para continuar con nuestra Asamblea extraordinaria que iniciamos ayer, y que tenía como actividad prevista para hoy el encuentro con la Vocera y concejal@s. Poco más de una hora más tarde comenzaron a llegar tanto las delegadas de diversas organizaciones civiles y de base, así como de ejidos de Chiapas. También llegaron persona autoconvocadas e interesadas en esta reunión.
La actividad se realizó durante la primera parte de la mañana en las instalaciones del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (CESMECA), de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH). Para comenzar, en uno de los jardines de esta institución realizamos un altar maya, con el cual intencionamos bendiciones para MariChuy y las concejalas que la acompañaban. Consideramos importante expresar espiritualmente nuestro acompañamiento a la vocera e integrantes del CIG.
Posteriormente, dentro del auditorio, el director del CESMECA, el Dr. Jesús Solís, así como Flor Pérez, integrante del Movimiento, le dieron sus palabras de bienvenida a la vocera y l@s concejal@s. El Dr. Solís reconoció que para CESMECA era un honor poder hospedar este encuentro ya que se trabaja desde la construcción del respeto a la diversidad. Por su parte, Flor hizo un recuento sobre la histórica exclusión de las mujeres a la tierra en las comunidades y ejidos de Chiapas.
“Los poderosos están donde están porque nosotros lo hemos permitido”, dijo Guadalupe Vásquez, concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas y sobreviviente de la masacre Acteal. “Pero ya es tiempo de unir fuerzas… de mover el mundo… de mostrar que somos capaces de levantar nuestros pueblos… que el mundo entero sepa que los pueblos originarios siguen vivos y seguirán luchando para conseguir su libertad, para ya no permitir la opresión, para ya no permitir la injusticia”.
Quien estuvo en el Caracol de Oventic el 19 de octubre de 2017 no tuvo como no saberlo: los pueblos originarios están más que vivos. Más de 10 mil personas llenaban el caracol, entre bases de apoyo zapatistas, pueblos del CNI, adherentes a la Sexta, concejales y concejalas del CIG. La niebla, esa niebla tan retratada en los primeros días del levantamiento en 1994, cubría las montañas y desdibujaba los contornos, de manera que no se veía el fin de ese mar de gente reunida en lo que fue el último día de la gira del CIG en territorio zapatista.
La caravana había sido recibida a la entrada del caracol por una comitiva de autoridades, todas mujeres, portando bastones de mando. Una ceremonia solemne y al mismo tiempo festiva, con las vivas gritadas por miles de bases zapatistas formados en doble fila que daban la bienvenida a ese nuevo gobierno que abarca, hasta ahora, 63 regiones indígenas del país, hablantes de 39 lenguas, representadas por 156 concejales y concejalas.
Así recorrió Marichuy y los y las concejalas el largo camino hacia la cancha, resguardada por cientos de milicianos, hasta el templete. Allí, en el templete, se fue tejiendo el sentido de lo que hemos visto y escuchado estos seis días. El dolor y la rabia ante la destrucción y el despojo de todo, ante la muerte provocada por este sistema que todo pisa, todo humilla, todo violenta. Un dolor que se volvió tangible en las palabras del Comité Eureka, que desde 1977 lucha por los desaparecidos; en las palabras de las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; y en las palabras de la concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas, sobreviviente de la masacre de Acteal: “Mi palabra es verdadera porque yo lo viví, porque nadie me lo contó, porque yo estuve presente. A mí no me cuesta creer que las injusticias pasan en todo el mundo”. Pero ante el dolor y la rabia, ante la muerte, el surgimiento de un levantamiento por la vida y la invitación a construir un mundo otro desde abajo.
Dijo Marichuy:
“Abajo, desde el fondo de la tierra, la dignidad está naciendo un nuevo mundo en medio de la destrucción, el dolor y la rabia de nuestros pueblos, del México de abajo en los campos y las ciudades. Del pueblo trabajador que es explotado hasta su muerte, despojado de todo cuanto tiene, reprimido por pensar y rebelarse, despreciado por ser diferente, por ser pobre, por ser mujer, por hablar nuestra propia lengua, por decir la verdad, por mirar abajo y no arriba, por voltear a ver a la compañera, al compañero y no al amo, al cacique, al patrón, al mal gobierno. Y por eso decimos nuevamente que en el reloj de eso que somos la humanidad, se marca la hora de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seremos.”
Como en los demás espacios, la mujer indígena se hizo presente. “Las mujeres indígenas, en nuestra triple condición de mujeres, de indígenas y de pobres vivimos la mayor de las opresiones dentro de este sistema que se nombra capitalista, somos explotadas y violentadas en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en todos los espacios de la sociedad”, dijo Marichuy. “Pero justamente porque somos las que sentimos el más profundo dolor, porque vivimos la mayor de las opresiones; también nosotras las mujeres somos capaces de sentir la más profunda de las rabias; y entonces debemos ser capaces de transformar esas rabias en organización con el fin de pasar a la ofensiva para desmontar el poder de arriba, construyendo con determinación y sin miedo el poder de abajo.”
De la misma manera, la Comandanta Hortensia, hablando en nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del EZLN, en la segunda parte de su discurso se dirigió directamente a las mujeres de México y del mundo, haciendo un recuento detallado de la violencia que sufren las mujeres tanto del campo como de la ciudad e invitando a la organización. Y dijo: “es la primera vez en la historia de México que una mujer indígena va a decir que tenemos capacidad para gobernar un país. Y cuando ella dice que sí puede, con ella también lo decimos todas”.
Marichuy anunció que a partir del mes de noviembre el CIG recorrerá el país con una agenda que se dará a conocer en los próximos días. Dijo la Comandanta Hortensia: “Los pueblos zapatistas estamos con la vocera, con el Concejo Indígena de Gobierno y con el Congreso Nacional Indígena, ellos y ellas van a cumplir una misión de recorrer el país para decir y escuchar la verdad y también invitarlos a luchar”.
Pero avisó: “Van a tratar de hacer hasta lo imposible para que una mujer indígena no hable ni escuche”. A sólo cuatro días de iniciado el proceso de recolección de firmas para formalizar la candidatura de Marichuy, esto ya es evidente. Marichuy hizo una detallada denuncia de las formas en que el Estado ha tratado de sabotear el proceso para evitar la candidatura. A pesar y por causa de eso, Marichuy dijo que no darían un paso atrás, que recorrerían el país para escuchar e invitar a la organización, desarrollando una agenda nacional a partir de grupos de trabajo sobre tierra y territorio, autonomía, mujeres, jóvenes y niños, personas con capacidades diferentes, migrantes, diversidad sexual, justicia y trabajo y explotación.
Después de las palabras, un sencillo pero conmovedor acto cultural con bailables de gran simbolismo y una pieza de teatro que llevaba a imaginar lo que podría ser un debate entre la política tradicional y la forma otra de hacer política de los pueblos.
Como si estuviera planeado, la niebla se levantó de Oventic al terminar el evento y el camino se distinguió claramente tras las rejas decoradas con flores de la entrada del caracol. La gira del Concejo Indígena de Gobierno en territorio zapatista había terminado, señalando el inicio de un largo caminar.
Escucha los audios:
Palabras de bienvenida de la Junta de Buen Gobierno “Corazón céntrico de los zapatistas delante el mundo” por la compañera Jimena (lee aquí): (Descarga aquí)
Palabras de bienvenida del CCRI de la Zona Altos de Chiapas por la compañera Jessica (lee aquí): (Descarga aquí)