EZLN
Caso Antonio González Méndez ante la Corte IDH: a un año de la Sentencia acciones del Estado sin diligencia ni eficacia
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
12 de diciembre de 2025
Boletín de prensa No. 11
Caso Antonio González Méndez ante la Corte IDH: a un año de la Sentencia histórica
ni las investigaciones ni las acciones de búsqueda han sido diligentes y eficaces
- El cumplimiento de la sentencia no ha sido debidamente priorizado por el Estado mexicano.
El 12 de diciembre de 2024, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) notificó su sentencia de condena al Estado mexicano por la desaparición forzada de Antonio González Méndez Base de Apoyo del EZLN, desaparecido el 18 de enero de 1999, en el municipio de Sabanilla, Chiapas, por integrantes del grupo paramilitar “Organización Desarrollo Paz y Justicia” en el marco de la puesta en marcha del contexto de violencia contrainsurgente a través de la implementación del Plan de Campaña Chiapas 94.
La Sentencia reafirmó que las desapariciones forzadas cometidas en el contexto del Conflicto Armado Interno, iniciado el 1 de enero de 1994, no prescriben y obliga al Estado mexicano a dar cuentas y lo que representa un precedente histórico para otras víctimas de graves violaciones de derechos humanos.
Próximos a cumplirse 27 años de su desaparición, el Estado mexicano continúa con simples trámites administrativos, superficiales, encaminadas a ser una investigación infructuosa; tanto la búsqueda como las investigaciones no han sido diligentes y eficaces para dar con el paradero de Antonio González Méndez. Lo que para la Fiscalía Estatal es la hipótesis de la desaparición a manos de grupo paramilitar devela un caso que sigue sin ser clarificado, se sigue sin tomar en cuenta la sentencia de la Corte IDH que ya da por hecho esta hipótesis y además responsabiliza al Estado mexicano por impulsar a los grupos paramilitares en la zona; todo esto genera dudas sobre la seriedad del compromiso Estatal. Es fundamental esclarecer plenamente lo ocurrido e individualizar, juzgar y, en su caso, sancionar a todos los autores intelectuales y materiales de este crimen de lesa humanidad.
La obligación del gobierno de México no debe quedar en actos simbólicos o en simple papel; la investigación debe contener líneas claras que identifique a los responsables, tanto materiales como intelectuales, y los procese conforme a los estándares de derechos humanos.
La persistente impunidad y el incumplimiento parcial de la Sentencia de la Corte IDH evidencian las enormes dificultades para traducir un fallo internacional en transformaciones reales y palpables. El eje central sigue siendo la localización de Antonio González Méndez y la realización de una investigación profesional, científica y autónoma que garantice justicia y verdad. Este caso no solo refleja la deuda pendiente con su familia, sino que expone de manera cruda la crisis estructural de derechos humanos, justicia e impunidad que atraviesa México.
El Estado mexicano tiene la obligación de materializar las reformas estructurales ordenadas por la Corte IDH: un registro nacional y actualizado de personas desaparecidas, programas eficaces de prevención, formación especializada para investigar crímenes de Estado, y políticas públicas que reconozcan los derechos colectivos de los pueblos originarios bajo un enfoque integral de derechos humanos. No se trata únicamente de cumplir con una sentencia, sino de transformar las instituciones para que nunca más se repitan estas violaciones.
Desde el Frayba, junto con la familia de Antonio González Méndez, seguiremos insistiendo en que la justicia se cumpla en su totalidad. Persistiremos en la búsqueda de la verdad y en la exigencia de justicia, porque solo así se podrá honrar la memoria de Antonio y abrir camino hacia un México donde la impunidad no sea la regla, sino la excepción. Esta lucha, es también la lucha por todas las personas desaparecidas y por la dignidad de los pueblos que reclaman verdad, justicia y no repetición.
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Autonomía zapatista frente a la tormenta
Al conmemorarse los 30 años de la insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la Colección Al Faro Zapatista se ha empeñado en la inconmensurable tarea de editar 30 libros, con la participación de más de 50 autores y colectivos, que, como señala Carlos Tornel en su megarreseña “Tejer redes de rebeldía y sembrar la esperanza: 30 años, 30 libros y lecciones del zapatismo”: “es quizás una de las aproximaciones más completas y sistemáticas de recuperación de las contribuciones del zapatismo”. Esto es posible gracias al encomiable apoyo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, la Cooperativa Editorial Retos, la Cátedra Jorge Alonso-Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades-Universidad de Guadalajara y Al Faro Zapatista, San Cristóbal de Las Casas y Buenos Aires.
En particular, el tomo III, Autonomía zapatista frente a la tormenta, editado por Xóchitl Leyva Solano, Lola Cubells, Jorge Alonso y Axel Köhler, y publicado este año en España por la Asociación Cultural Traficante de Sueños, desarrolla una temática crucial para comprender el zapatismo, y que refiere a los procesos autonómicos que se inician en los intensos debates sostenidos en las negociaciones entre el EZLN y el gobierno federal, en las que los zapatistas abren la participación de múltiples sectores de la sociedad civil y una significativa representación de pueblos indígenas, en lo que para muchos fue lo más cercano a un congreso constituyente.
En palabras de los editores, el libro muestra “tres grandes ríos que permiten navegar hacia el mar de la autonomía zapatista. El primero analiza el tiempo-espacio y la historia del zapatismo. En el segundo se abordan y analizan las diferentes aristas de la autonomía zapatista. Sus formas autónomas de gobierno de facto y sin permiso, sus agroecologías emancipatorias, el sistema de las artes y la comunicación zapatista frente al proyecto de la Cuarta Transformación y la Tormenta. Los tres ríos ponen al centro la palabra y la obra zapatista”.
En efecto, la obra en comento cuenta con una presentación de los editores y nueve capítulos en sus 310 páginas, en las que se aborda, por Carlos y Jorge Alonso, un somero acercamiento al zapatismo. “Delirios zapatistas”, por Jorge Regalado Santillán. “El nosotros zapatista y el tiempo como flor y rebeldía”, por Sergio Tischler Visquerra. “La autonomía zapatista, un faro en la lucha por la vida”, por Jerome Baschet. “Agroecología (s) emancipatoria (s) para un mundo donde florezcan muchas autonomías”, por Valentín Val y Peter M. Rosset. “Cartas náuticas para un mar tormentoso”, por el colectivo Radio Zapatista. “Arte y política”, por Francisco de Parres Gómez. “Los Tercios Compas. Comunicación audiovisual autónoma zapatista”, por Axel Köhler. “Legado de los pueblos y las comunidades zapatistas a la lucha por la tierra y la vida frente a la Tormenta”, por René Olvera Salinas y Alonso Gutiérrez Navarro.
La colección en su conjunto surge como un homenaje al zapatismo, a su legado desde el pensamiento crítico y los conocimientos situados, encarnados y sentipensados del entorno de apoyo y solidaridad con este movimiento, como una reflexión para la acción urgente, tomando muy en cuenta la interpelación con la que cierra el libro sobre la autonomía, esta pregunta inquietante que lanza el zapatismo: ¿Y tú qué?, que interroga a cada quién, según su modo, calendario y geografía, para organizarse y actuar para “heredar vida”, vida digna, justa y plena a quienes vienen detrás.
Coincidentemente en estos días, el colega Waldo Lao Fuentes Sánchez, un reconocido referente continental en el estudio de las autonomías y los derechos colectivos de los pueblos originarios, me hizo llegar su última obra Autonomías indígenas en América Latina. Una breve aproximación histórica (Colección Abya Yala, editorial El Colectivo-La Fogata, invierno 2025), en la que define la autonomía como “un mecanismo que utilizan los pueblos indígenas para defender su cultura, reorganizar sus territorios, autogobernarse y construir resistencias frente al avance del capitalismo. La base de la autonomía es el territorio –donde se ejerce la construcción de la dinámica comunitaria– con creatividad, afectos, disciplina y sostenibilidad de los sujetos que la ejercen, por lo tanto, cada autonomía es única y diferente”. Esta obra incluye una oportuna y detallada cronología de eventos, declaraciones, convenios, levantamientos, marchas y reformas legales y constitucionales de 1953 a 1994, relacionadas con los movimientos autonómicos.
Autonomía zapatista frente a la tormenta es una obra necesaria para contar con una perspectiva integral que las experiencias autogestionarias mantienen, dentro de las cuales la de los mayas zapatistas resulta emblemática, una autonomía que, como señala Leyva, “nos ha interpelado y nos ha organizado como un modo de vida y lucha que comprende todos los ámbitos de la vida personal, colectiva y organizativa del movimiento zapatista”.
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Para más información o para descargar los libros, visita la página de Al Faro Zapatista.









