México
Raúl Zibechi: El despojo recién empieza y va a durar mucho tiempo
Fuente: Avispa Midia
Por Sare Frabes
Foto: La Tinta
La guerra de despojo que viven los pueblos en el mundo recién empieza y va a durar mucho tiempo. La alerta fue lanzada por el escritor y activista uruguayo, dedicado al trabajo con movimientos sociales en América Latina, Raúl Zibechi, durante el Encuentro Internacional El Sur Resiste, en el Centro Indígena de Capacitación Integral (Cideci), en Chiapas. “Por más que ha avanzado (el capital), todavía hay mucha tierra que no controla, por eso digo que el despojo va para largo”.
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En los países donde se han hecho estudios sobre la propiedad de la tierra, comenta, se ha revelado que el 40%, es decir 4 de cada 10 hectáreas, aún no está en las manos ni de la oligarquía, ni de las corporaciones, ni del gran capital.
Un caso es el de Brasil. Existen análisis bastante rigurosos, sostiene, los cuales revelan que el 40% de las tierras en el país son tierras de reforma agraria, de los pueblos negros e indígenas, tierras que son reservadas por el Estado como parques naturales o reservas de conservación, aquellas tierras que son de los pequeños campesinos, además de tierras donde están los pescadores tradicionales.
Hay países que sobrepasan el 40%. Un ejemplo es Colombia. “Los pueblos originarios tienen un tercio de las tierras reconocidas por la Constitución, además de las tierras donde están los pueblos negros, las reservas naturales. Probablemente en Colombia sea más de 50%”, analiza.
Las guerras de despojo son estructurales del capitalismo. “Hoy el capitalismo no puede vivir sin estas guerras. Hoy el capitalismo no puede actuar sin violencia contra los pueblos. Hay que despojar, hay que matar, hay que asesinar; y, por lo tanto, el militarismo llegó para quedarse”.
En la izquierda siempre “habíamos desconfiado de los militares, pero ahora los progresistas de América Latina defienden a las fuerzas armadas”. México es el paradigma más brutal de la militarización, sostiene, cuando les da a las fuerzas armadas la construcción de las grandes obras.
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Y eso está pasando en Argentina también. “Las Fuerzas Armadas no podían salir en público porque cometieron un genocidio durante la dictadura, y ahora el gobierno progresista argentino decreta que ocho grandes emprendimientos extractivos se militarizan, algo que ningún gobierno, ni la derecha, ha podido hacer”.
En Colombia, donde hay un nuevo progresismo con el gobierno de Gustavo Petro, ya se hizo una alianza con las Fuerzas Armadas de EEUU para “defender” la Amazonía.
El narcotráfico hoy también es sistémico, analiza. “Estamos ante un período en el cual hay un entrelazamiento entre el narco y el capital. El narco y el Estado. El narco y las Fuerzas Armadas. A tal punto que sería muy difícil establecer una línea, dibujar una frontera y decir esto es narco, esto es burguesía”.
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Entonces el diagnóstico del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de la Cuarta Guerra Mundial, que se ha hecho hace más de dos décadas, “nos parece totalmente acertado y totalmente correcto; se vive una guerra de despojo contra los pueblos para ‘limpiar’ el territorio, y remodelarlo a imagen y semejanza de los intereses del capital”.
Sostén de la lucha
Zibechi ha entendido en toda su vida que la base de la autonomía de los pueblos era las tierras en común. “Y, por supuesto, las tierras comunales son bien importantes, son fundamentales para que pueda haber pueblos en resistencia”, sostiene.
Pero hoy entendió, cuenta, que la base de la tierra comunal y de las autonomías es la espiritualidad de los pueblos. “La espiritualidad es lo que nos permite sostenernos en el tiempo largo; la principal victoria es que llevamos 500 años. Y es capaz que haya que estar otros 500 más”.
Hay un cuento que lo escribe el Subcomandante Marcos, un diálogo con el viejo Antonio, que dice que la lucha es como un círculo. “Empieza en un lugar pero nunca termina. Y esto ¿qué tiene que ver con la espiritualidad? Si la lucha nunca termina, quiere decir que no hay un objetivo final, la toma del palacio. No hay una victoria final. No hay un triunfo final”.
La idea de triunfo final, señala, es una idea muy católica, muy cristiana, incorporada a la lucha social. “Si la lucha es un círculo que nunca termina, la espiritualidad es lo que nos sostiene en este tiempo largo”.
La Internacional Comunista habla de la lucha final. “La lucha final es entrar en el palacio, tomar el poder. Y se considera que tomar el poder es sinónimo de hacer la revolución. Gracias a los pueblos originarios y gracias a los aportes de los compañeros del EZLN hoy sabemos que no hay una lucha final, sino un círculo”.
El escritor sostiene que es necesario superar la idea del cálculo político de costo-beneficio, el pragmatismo político. “Porque sino siempre vamos a estar volviendo a esta ideología capitalista, a estos valores capitalistas, que son centrales en la dominación”.
Zibechi cita como ejemplo las guerras de Guatemala y El Salvador. “Vemos como a la lucha de los pueblos originarios se le montó encima un aparato de vanguardia y este aparato de vanguardia – de varones blancos, académicos – actuó de una manera, como solemos decir, pragmática. En cierto momento, hizo un cálculo de costos y beneficios, como el capitalismo lo hace. Y lo hicieron y negociaron, en una situación deplorable, porque no cambió nada”.
Para superar la lógica del pragmatismo, la espiritualidad de los pueblos es central, defiende. “Si queremos ser verdaderamente rebeldes, luchar por cambios de fondo, tenemos que superar esta lógica del cálculo, que es siempre individual”. Continúa: “La espiritualidad nos coloca en otro lugar, no material, profundamente humano para poder ir más allá de las contradicciones materiales”.
Todo lo que “vemos hoy es que viene una enorme tormenta, que ya está en marcha, un terremoto infernal sobre nosotros. No podemos construir barreras materiales contra eso (…) podemos unirnos y darnos los brazos y entregarnos a la vida ya a la madre tierra, con la esperanza de que ella nos indique el camino”.
Pueblos Originarios de Tlalpan y Coyoacán: Posicionamiento sobre el PGOT y PGD
Ciudad de México 29 de mayo 2023
Desde el año pasado el gobierno de la Ciudad de México optó por implementar prácticas del silencio, donde se abstiene de brindar información o seguimiento a los intereses de la población sobre lo qué pasará en nuestro territorio. No obstante, pese al ocultismo que vivimos, nos enteramos de decretos, iniciativas y proyectos que aparecen dentro del campo legislativo de un día para otro y ponen a oferta el suelo y el agua de la ciudad. Tenemos como ejemplo el paquete de facilidades administrativas para los desarrolladores inmobiliarios y el último albazo del Plan General de Desarrollo (PGD) y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT).
Transmisión de la lectura del posicionamiento previo a la marcha
Mientras no dicen nada a la población sobre cómo se concibe para el gobierno de la CDMX la negociación de los bienes y servicios de la ciudad, vemos que el acercamiento a los capitales inmobiliarios se da bajo un discurso de las inversiones para el bienestar. Aquí les decimos ¿Qué tipo de beneficios sociales trae el apoyo a proyectos extractivistas? ¿Qué beneficios obtendremos con el acaparamiento de agua y el hundimiento del suelo? El gobierno de la ciudad afirma que gracias a su intervención Televisa recapacitó y ahora hará un proyecto más amable con los pueblos y colonias aledañas. Qué significa eso, si no hay ningún impedimento para que se detenga el saqueo del agua, y el desplazamiento de los que aquí habitamos.
El Modelo de Ciudad que nos convoca a manifestarnos se sigue reforzando con políticas que atraen inversiones millonarias las cuales utilizan el suelo para la especulación y dejan a las y los habitantes a merced de un mercado que solo piensa en la Ciudad como una Mercancía. Así, el pasado 22 de mayo, el GOBCDMX presentó los nuevos documentos para la planeación territorial bajo el discurso de consenso con la población y negando las protestas de diciembre de 2022 que obligaron a la Jefa de Gobierno a declarar la reposición del proceso de consulta para dichos textos.
Bajo este característico silencio, pasamos meses sin saber si la planeación de la Ciudad sería algo que se publicara en esta administración. Pero, como por arte de magia, después de que la Asamblea de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) anunciara su 19 Edición de Expo Desarrollo Inmobiliario The Real Estate Show para el pasado 24 de mayo, el día lunes 22 de mayo se anunció—en un evento cerrado y sin haber sido publicitado a medios—la presentación del PGD y el PGOT. Dicho evento formal, al cual no asistió la Jefa de Gobierno a pesar de estar contemplada en el programa, manifestó que después de las críticas se había sistematizado la información y las propuestas de la ciudadanía se veían reflejadas en los sucintos documentos de no más de 60 cuartillas. Curiosamente ninguna de las propuestas de respetar la vocación de uso de suelo aparece en estos nuevos documentos, mucho menos la solicitud de realizar una planeación desde abajo que permita identificar las necesidades de conservación para las distintas áreas que preservan la Cuenca del Valle de México.
A la luz de diversas organizaciones y comunidad académica, lo presentado el día lunes 22 de mayo es un resumen ejecutivo de un programa de gobierno, que difícilmente puede hacerse pasar por un instrumento de planeación. Las políticas señaladas en ejes estratégicos no contemplan mecanismos de uso de suelo que puedan ser sujetos a indicadores para el desarrollo, lo cual permite una flexibilidad mayor para la intervención de grandes inmobiliarios—como la ADI—en la construcción de una ciudad rentable para los inversionistas y omisa para los derechos humanos.
Uno de los grandes riesgos que aparece en este nuevo Programa de Ordenamiento Territorial, es la relevancia que se le da a las Alcaldías, haciendo pasar a estos instrumentos de política pública como los agentes de planeación. De llevarse a cabo esta dinámica, se haría una coordinación de programas y no un programa general que manifieste la relevancia de las áreas de conservación antes de pensar en una zonificación parcial. Además, las alcaldías han demostrado ser entidades cuya forma de sostenibilidad financiera implica el desarrollo de construcciones, permitir que este nivel de gobierno haga la planeación de la ciudad es dar mayor campo de acción para la construcción desordenada y caótica.
Todo este panorama—aunado a la presencia de la Jefa de Gobierno en los premios de la ADI, mas no en la presentación del PGOT y el PGD—señala que no es de relevancia contemplar el futuro de la ciudad para sus habitantes, sino dar una certeza a las inversiones de grandes desarrollos como el planteado en el Estadio Azteca para 2026. A pesar de que se hizo un espectáculo el pasado 22 de mayo con actores que manifestaron su interés en generar documentos para el ordenamiento territorial, los hechos que se muestran en la coyuntura electoral nos obligan a pensar que se trata de un discurso que manifieste que para grupos como FIBRA UNO, FIBRA DANHOS, Televisa, la ADI, entre otros empresarios, no habrá oposición para que puedan seguir utilizando el suelo de la capital como su activo financiero para generar ganancias comerciales acosta del derecho a vivir en un territorio sano.
Desde las asambleas del sur de la Ciudad, donde ahora nos enfrentamos a la transformación urbana proyectada para un mundial de futbol en 2026, hacemos un amplio llamado a romper los pactos del capital inmobiliario que nos piensa como clientes antes que, como habitantes, y que nos despojan de los territorios de vida para construir una ciudad mercancía.
No aceptaremos una planeación que asegure el crecimiento económico para los mismos que saquean los territorios, mucho menos seremos parte del espectáculo de decir que ahora hay un consenso para que la capital del país sea intervenida por los mercados globales. Si la idea de planeación del GOBCDMX es publicar un documento de buenas intenciones, que este no sea un programa de gobierno que pretenda calmar las aguas ante las críticas sobre quién se está apoderando de la ciudad. Queremos una planeación que piense primero en la vida antes que, en la mercancía, y para ello necesitamos que las y los habitantes participen, se manifiesten y se visibilicen ante la imposición de un desarrollo que atropella la posibilidad de construir un futuro.
Lograr nuestra meta no es a través de eventos publicitarios o discursos de consolidación de acuerdos que esconden imposiciones. Nuestra meta se logra evidenciando la realidad ambiental de la Cuenca del Valle de México y construyendo un ordenamiento participativo que permita proteger la vida.
Defendemos Territorios para la Vida.
Pueblo de Santa Úrsula Coapa
Pueblo de San Lorenzo Huipulco
Asamblea Tlalpan-Coyoacán contra las Megaconstrucciones.
Transmisión de la lectura del posicionamiento durante el bloqueo de Calzada de Tlalpan