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Agencia SubVersiones

¡El paro sigue! Días de protestas en Colombia

Reporte por La Vox Populi Radio

[1] Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Confederación General de Trabajadores (CGT), Confederación de trabajadores de Colombia (CTC), Confederación de Pensionados de Colombia (CPC).[2] Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior (UNEES), Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (ACREES).

El 21 de noviembre de 2019 las Centrales Obreras [1]; la Coordinación de Organizaciones Sociales; la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular (CACEP); el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC); organizaciones estudiantiles [2] y más de cien organizaciones sociales y sindicales de todo el país convocaron a una jornada nacional de paro cívico para expresar su rechazo a la reforma laboral, pensional y tributaria, para exigir el cumplimiento de los acuerdos suscritos con trabajadores, estudiantes y campesinos en jornadas anteriores de movilización, el cumplimiento a cabalidad del Acuerdo Final de Paz suscrito con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), así como garantías de vida y libertad ante el incremento de las masacres, desplazamientos, desapariciones, amenazas y asesinatos selectivos contra lideresas y líderes sociales y activistas por los derechos humanos.

El Paro Nacional #21N se ha presentado como una manifestación sin precedente en la historia reciente de Colombia, su magnitud ha sido solo comparada con el Paro Cívico de 1977. Sin embargo, es importante reconocer como antecedentes de esta jornada diferentes expresiones de indignación popular de la última década como la Minga de abril, las movilizaciones estudiantiles y de trabajadores de este año, la movilización en defensa del proceso de paz con las FARC, el paro agrario de 2013 y la emergencia del movimiento estudiantil de 2011, por mencionar algunas. Estas expresiones van más allá de reivindicaciones o sectores sociales específicos sino que cuestionan a fondo los cimientos de un régimen político y económico que ha mantenido al pueblo colombiano en condiciones de desigualdad, exclusión y guerra.

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La Direkta

Historia, Dignidad y Paro Nacional en Colombia

I. El Paro Nacional: entre la dignidad del pueblo y la traición de los dirigentes

Por: Víctor Guillén- La Direkta

El Paro Nacional de Colombia o 21N representa para un gran porcentaje de la población del país, la oportunidad de expresar descontento y cansancio con las condiciones en las que hemos ejercido nuestros derechos como ciudadanos y ciudadanas, los cuales han sido limitados y privatizados, como en el sueño húmedo de la utopía neoliberal del psicópata Milton Friedman, con represión militar y límites a las libertades personales de los pobres, incluyendo censura y muertos por parte del escuadrón antidisturbios.

Dilan Cruz Medina, joven de 18 años, fue herido mortalmente por el ESMAD, en manistestaciones el 23N en Bogotá, violando los protocolos en Derechos Humanos. Su estado de salud es delicado.

En este contexto debemos reflexionar en torno a los paros y movilizaciones que se han realizado en tiempos recientes en Colombia, los cuales han inspirado y contribuido en los contenidos y las formas de este importante momento en la historia del país que, dependiendo de nuestra presión a la clase política y dirigente, puede llevarnos a una sociedad más justa y equitativa, siendo éste el principio y finalidad del Paro.

“Salud digna y para todos”, una de los puntos exigidos por el Paro. Imagen en Bogotá el 23N.

El primer elemento a tener en cuenta es, que así parezcan difusas las exigencias de este movimiento, son claras las razones. Estas son:

  • Un cambio de fondo en el modelo de salud.
  • La gratuidad y acceso universal en las universidades públicas.
  • El fin del modelo de pensiones privado y fortalecimiento del modelo de cotización del régimen de prima media.
  • Restricciones claras y fuertes a los contratos de prestación de servicios, en especial, los llamados “contratos basura”.
  • Un gran vuelco en el balance de aporte impositivo en la sociedad que beneficie a las clases medias y empobrecidas.
  • Compromiso y hechos concretos de cumplimiento con los Acuerdos de Paz con las FARC y protección a líderes sociales, indígenas, afros y campesinos, así como todos los que viven en el campo.
  • Prohibición TOTAL del fracking, minería a cielo abierto y utilización del glifosato para la erradicación de plantaciones de coca.
  • Mejoramiento del salario mínimo que tenga en cuenta unos mínimos dignos en relación con los costos de vida y precio del Dólar.
  • Una política fuerte de equidad de la mujer en la sociedad en general y también para otras identidades sexuales y de género.

Estos puntos, ya convertidos en exigencias, requieren un gran compromiso político, como nunca antes se ha visto en el país, lo que implica que la movilización deba ser del tamaño de nuestras exigencias. El ejemplo de Chile nos demostró que solo el pueblo en las calles puede lograrlo y que ningún dirigente puede adueñarse de dicho impulso.

Los puntos del paro exigidos por la ciudadanía. Imagen del 23N en Cali.

 

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NotiFrayba

NotiFrayba: derecho a una vida libre de violencia

En el contexto del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, integrantes de Pueblos Originarios de distintas regiones en Chiapas denunciaron que proyectos y programas del gobierno mexicano no garantizan el derecho a una vida libre de violencia, rechazaron la militarización de sus territorios, visibilizaron la falta de acceso a la justicia y exigieron cese la criminalización a defensoras de derechos humanos

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Chaski Clandestina

Concentración a las puertas del CIDH en Cochabamba

COCHABAMBA — El día de ayer, 25 de noviembre, daba inicio la declaración de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ocurría en un escenario donde los cánticos de dos bandos enfrentados se solapaban, separados únicamente por una línea divisoria conformada por las fuerzas policiales. Se respiraba un ambiente antagónico: de un lado un grupo de personas con banderas blancas pero hostiles, de tez mayormente blanca, que gritan “¡Asesinos!” y “¡Narcotraficantes!”; del otro quienes reclaman por los muertos y heridos, las familias que han sido truncadas – en su mayor parte provenientes de la Zona Sur de la ciudad.

 

Sigue este enlace a Chaski Clandestina para escuchar:

Testimonio de una mujer acompañando a víctimas

Testimonio de una mujer de Valle Alto

Testimonio de una mujer en la vigilia de la CIDH

Los colectivos urbanos de música con raíz irrumpieron en esta jornada gris plomizo. El fantasma del separatismo, el espejismo de esas dos Bolivias enfrentadas, no pudo resistir el embate del sonido y el batir de las Whiphalas.

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SERAPAZ

Agresiones en la comunidad de Comachuén, Michoacán

Comuachuén, es una comunidad de aproximadamente 6000 habitantes perteneciente al municipio de Nahuatzen, esta ubicada en la Meseta Purépecha del Estado de Michoacan. Durante mucho tiempo sufrió de la violencia, las extorsiones y la destrucción de sus bosques por parte de los grupos criminales en complicidad con gobiernos corruptos. Su paciencia se acabo en el año 2017, cuando tuvo un sueño: vivir con tranquilidad, de manera digna y en respeto con su naturaleza.

Tuvieron el sueño de ser libres y ejercer su derecho a la autonomía y a la libre determinación con arraigo en sus tradiciones indígenas.

El 21 de agosto de 2018, el Tribunal Electoral del Estado de Michoacan reconoció al Concejo de Gobierno Comunal de Comachuén (CGCC) a través del Juicio para la protección de los derechos políticos electorales TEEM – JDC 152/2018 como órgano de gobierno comunitario que defiende los derechos humanos y colectivos de la comunidad.

La comunidad nombró concejales, formó su ronda comunitaria para velar por la seguridad de sus habitantes y cuidar de los bosques. Desde entonces, la asamblea se volvió el máximo órgano de toma de decisiones y se generaron mecanismos para la transparencia en el manejo de los recursos.

Desde inicios de este año, la violencia en contra del CGCC y principalmente en contra de las mujeres que lo integran, ha ido en aumento. El día 19 de noviembre, se vivieron horas de miedo y confusión cuando un grupo de aproximadamente 50 personas liderado por Leonel Felipe Cruz, golpeo, persiguió y amedrento a integrantes del CGCC y la comunidad ante la total ausencia de las fuerzas de seguridad pública que, a pesar de haber sido informadas, nunca se presentaron a la comunidad.

Todo empezó cuando Leonel Felipe Cruz comenzó a difamar a la Concejal Eugenia Gabriel Ruiz e incito al grupo de personas que le acompañaban a dirigirse a su casa para golpearla. Al no encontrarla sometieron a dos de sus hermanos, mismos que fueron golpeados y arrastrados por la comunidad; afortunadamente ninguno sufrió heridas que comprometan su vida.

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Chaski Clandestina

De Senkata a La Paz, crónica de un cortejo fúnebre

La marcha partió desde Senkata, de mañana, y recorrió toda la avenida 6 de Marzo de El Alto. Al bajar, muchas vendedoras esconden sus productos, “nos van a saquear”, dicen, pero la marcha pasa tranquila convocando a lxs paceñxs a que se unan al pedido de justicia. Detrás de los ataúdes de las familias dolientes y lxs alteñxs, están los comunarios que llegaron desde Potosí.

“¡No somos masistas, tampoco terroristas, somos de El Alto, y El Alto se respeta!”

Era una de las consignas que repetían constantemente, entre los pedidos de renuncia de Añez y del ahora ministro de gobierno, Arturo Murillo, a quienes responsabilizaban por las ocho muertes a balazos que ocurrieron en Senkata.

A su paso por la Ceja de El Alto, el enorme cortejo fúnebre que iba rumbo al centro de la ciudad de La Paz, era aplaudida por vecinxs apostados en las aceras y junto a la representación del Distrito 4, bajamos por La Portada y luego al Cementerio, donde se hizo una pequeña ceremonia religiosa. No quise sacar ninguna foto, porque me uní como persona que también lamenta profundamente los ochos muertos. De camino al centro paceño, muchxs vecinxs ladereñxs ofrecieron agua y refrescos a lxs cansadxs marchistas, quienes se hidrataban con lo que se les ofrecía.

Bajamos hasta la calle Montes para entrar al centro paceño. La gente está enojada, por los muertos, por la indolencia de las autoridades. Una señora con trenzas y pollera cuenta de los saqueos en su zona — que no quieren eso, pero que tampoco quieren más represión. Apenas llegamos a la plaza San Francisco en La Paz, la gente se detiene y muchxs comienzan a correr:

¡Están gasificando la marcha más abajo!
– Tranquilxs, no corran, vayan recto, no doblen hacia allá, no corran…
¿Cómo no respetan a los dolientes? — grita otra mujer.

El olor a gas nos hace llorar, mientras la gente se dispersa aún más enojada.

Muy de mañana, mucho antes de que pasase la marcha por las laderas, un chófer me dijo en tono de burla: “Dicen que miles de alteños están bajando con sus féretros adelante”. Me pregunto cuál es la parte graciosa que puede dar pie a un tono de sorna ante la llegada de una marcha que está de luto. Pero es el ambiente general en La Paz: beligerante y con un aire pesado donde se respiran las grietas de nuestras divisiones y dolores.

Luego de la brutal represión policial, varios grupos de personas que participaron de la marcha vuelven por la zona del Cementerio. Los grupos de comunarios del Norte de Potosí tratan de subir, pero lxs vendedorxs y comerciantes del lugar les dicen que se vayan, les botan, porque les temen, porque piensan que pueden saquear tiendas y puestos; un estigma que muchxs cargan injustamente por ser de El Alto, o de alguna comunidad.

Recordemos que los días 10 y 11 de noviembre, ciertamente, grupos — que como secreto a voces entre los vecinos, fueron contratados por el MAS —, saquearon negocios, domicilios particulares y empresas en El Alto y La Paz, generando pánico en toda la población. “Pero nosotros no somos saqueadores”, trataban de explicar los dolientes que regresaban por la zona del Cementerio hacia El Alto, cargando dos ataúdes. Es gente dolida por lxs muertos, de inmediato, las vendedoras les gritan que no les creen. Y me preguntaba a qué punto hemos llegado, cuando tenemos que explicar el color de la piel ante otrxs, explicar nuestro origen. Lo mismo me pasó cuando cubría una vigilia en las afueras de la Plaza Murillo que pedía la anulación de las elecciones, antes de la renuncia de Morales. Allí, gente de esa vigilia me tildó de masista por mi vestimenta y mi color de piel.

Con lágrimas en los ojos por estas escenas de ataúdes, explicaciones y gritos, que se reproducen, sucediéndose unas a otras ya constantemente, me pregunto cómo recompondremos estas fracturas llenas de tanta violencia e indolencia. ¿Quiénes querrán recomponer?: sí, hay gente del MAS en las movilizaciones, y no, no son la mayoría. Sí, la gente de El Alto también está cansada y también ha salido a desbloquear los puntos de movilización en su ciudad, y justo ahora hay otra marcha que recorre las calles alteñas pidiendo paz. En este cúmulo de eventos, en este ambiente de violencias, unxs justifican la muerte de personas, incluso leo de gente cercana, al revisar las redes, que deberíamos “celebrar que solo sean ocho muertos” y no más, porque “los alteños irracionales” iban a hacer explotar toda la planta de Senkata, y hacer desaparecer medio El Alto y quizá también parte de La Paz. Muchos de lxs vecinxs en la marcha de hoy decían, por el contrario, que no son gente sin pensamiento, que no permitirían eso. Escucho, solo atino a escuchar, llorando a los muertos y repudiando con toda la fuerza que se puede juntar en el contexto político en el que se dieron estas muertes.

Lo cierto es que me pregunto de dónde sacaremos fuerza para reconstruir todo lo que en 14 años, el régimen anterior desmoronado ya, pudrió dentro de las organizaciones sociales, corroyéndolas como ácido, cómo rechazaremos de forma vehemente la violencia generada por estos grupos de choque y esta para-militarización que nos viene de muchos bandos, y también, cómo enfrentaremos la represión estatal que nos tocará a todxs: mientras nosotrxs cargamos a nuestrxs muertxs, otrxs, arriba, están negociando y haciendo fríos cálculos sobre la sangre derramada.

Sigue este enlace para escuchar y observar los testimonios y la Cobertura Multimedia Colaborativa preparada por Chaski Clandestina: https://chaskiclandestina.org/2019/11/22/cronica-cortejo-funebre/

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Los cículos rojos

Esto es como una segunda colonización.

Adriana Guzmán, una de las referentes del movimiento feminista de Bolivia, analizó la composición de los grupos opositores a Evo Morales que perpetraron el golpe de Estado. ¿Quiénes se sumaron a Camacho? La influencia del racismo y la religión. “Se alimentó una cultura del odio, colonialista, profundamente racista”, disparó.

El golpe en Bolivia tuvo como actores fundamentales a Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa y, en el final, a las Fuerzas Armadas. Sin embargo, hay una composición social de los sectores que se plegaron al golpe. Adriana Guzmán, referente del Movimiento Feminista Comunitario Antipatriarcal de Bolivia, dijo que “la clave es preguntarse cómo se suma la gente a las movilizaciones”, más allá de los grupos armados y financiados desde el exterior que impulsaron la maniobra.

“Mientras este país ha estado transformándose desde los pueblos originarios, planteándose como plurinacional, desde que levantamos la cabeza y recuperamos nuestra voz se alimentó una cultura del odio, colonialista, profundamente racista”, señaló la dirigente social, quien agregó que “desde este lógica de que los indios de mierda somos ladrones, corruptos y queremos quedarnos en el poder, nunca se cuestionó lo mismo de los presidentes blancos”.

La clase media formó los cabildos de los que surgió Luis Fernando Camacho como figura opositora, sin cargo ni candidatura. “Hay una clase media que está lejos de la administración del Estado y no puede entender cómo con todos sus títulos no están administrando. Y no están por su incompetencia, por los años en los que vendieron y saqueron el Estado”, reveló Guzmán.

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El Salto

Bolivia: la profunda convulsión que lleva al desastre

Ensayo la construcción de una explicación: hilar hechos y narrativas contrastadas porque, en estos momentos, de lo que se trata es de desarmar la lógica de polarización, enfrentamiento y champa guerra que hoy desgarran las ciudades y regiones de Bolivia.

Raquel Gutiérrez Aguilar.

publicado

2019-11-11 09:33

Domingo 10, en pleno recuento electoral en España, entramos en contacto con Raquel Gutiérrez Aguilar, a partir del conocimiento de una carta –publicada en “Zur”— que hiciera llegar a sus compañeras de militancia feminista en Bolivia el viernes 8. Nos concedió la autorización para publicarla y agregó un último párrafo valorativo para El Salto, que figura en el texto y el comentario: “No me dio para más. Estamos pensando en cómo enfrentar las cosas mañana”

 

Han pasado más de dos semanas desde que el 20 de octubre se realizaron las elecciones en Bolivia y los sucesos acontecen con enorme rapidez. Es muy complicado comprender lo que allá está en juego, pues en las calles y carreteras de Bolivia no se expresa hoy solo una disputa electoral sino, al menos, el enorme y heterogéneo enojo contra diez años de agravios de Evo y su forma machista-leninista pseudo plurinacional de organizar el mando político, la economía y la vida pública. Toda esa energía social de desacato e impugnación a lo que la población ya no está dispuesta a continuar admitiendo, está siendo cercada por una gigantesca maniobra desde las más delirantes y machistas posturas conservadoras, capitalistas, racistas y religiosas.

Ensayo la construcción de una explicación: hilar hechos y narrativas contrastadas porque, en estos momentos, de lo que se trata es de desarmar la lógica de polarización, enfrentamiento y champa guerra [guerra de baja intensidad] que hoy desgarran las ciudades y regiones de Bolivia. También se trata de aprender de la ferocidad de lo que se confronta.

1. Lo que no hay que olvidar

Bolivia está atrapada en un fraude desde hace diez años. Desde que se pactó la Constitución y la permanencia del latifundio con los terratenientes del Oriente, desconociendo lo deliberado por una amplia constelación de diputados constituyentes, varones y mujeres, de las diversas nacionalidades que habitan el país. Aunque eso sí y también hay que recordarlo: eran personas convertidas en constituyentes a través de la mediación partidaria MASista que no sólo aceptó y mantuvo la representación partidaria como única forma de la actividad y participación política, sino que encontró maneras —mañosas— de desconocer cualquier otra forma en competencia de acuerpamiento político negando, desde entonces, la ampliación democrática. Es este, para muchas, un agravio añejo.

2. Lo que hay que tener presente

El 21 de febrero de 2016 se llamó a un referéndum en el que se preguntó a los hombres y mujeres bolivianos mayores de edad acerca de la reelección del Evo por cuarta vez, en contra y por encima del texto constitucional —es decir, de lo ya de por sí pactado en 2009. Y Bolivia dijo NO. No a la reelección indefinida de un régimen político de fomento al extractivismo aunque con retórica anti-imperialista y rígidamente autoritario aun vistiendo el disfraz plurinacional. Un régimen político extractivista pues, ferozmente anti-comunitario y misógino. Después, la gimnasia jurídica y argumentativa en relación al “derecho político” a la reelección que ocupó los siguientes años, agravió a muchísimos más cuando “habilitó” a Morales a permanecer indefinidamente en el gobierno.

3. El día de las elecciones

El 20 de octubre de 2019 hubo elecciones. Se confrontaban varios candidatos. Los dos con más posibilidades, Evo Morales postulado a través del MAS y Carlos Mesa por Comunidad Ciudadana, distinguibles en la forma presentaban, sin embargo, proyectos económicos que no diferían demasiado: ampliación del extractivismo como corazón del funcionamiento del país.

 

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Chaski Clandestina

Un reporte vecinal desde la Ladera Oeste: Un día histórico y una noche de zozobra y organización vecinal en La Paz

A modo de crónica, queremos compartir lo que vimos, y no lo que no hemos visto, algo obvio pero que a estas alturas de las circunstancias, puede salvarnos de difundir fake news en medio de una noche de tanta zozobra en las ciudades de El Alto y La Paz.

La situación de los bloqueos de vecinos de la zona sur en La Paz, frente a los visos de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, parecía, hasta el viernes 7 de noviembre, apagarse por cansancio. De manera inopinada, fue definida por el motín policial que comenzó en la ciudad de Cochabamba ese viernes por la tarde, motín que se extendió a otros departamentos, y por el hecho de que el alto mando militar en el último día haya quitado su apoyo al gobierno de Morales, en una suerte de alianza inédita. Este fue el día, histórico porque para muchxs quedó clarísima la ola de división y profundización del racismo y de las relaciones que son tan profundamente coloniales que están estallando por todos lados.

Por la tarde de ayer, 10 de noviembre, las calles paceñas del centro de la ciudad estaban llenas, luego de la renuncia de Morales, y luego de 21 días de paros protagonizados en la zona sur de La Paz, a la cual se plegaron otras zonas. El centro de la ciudad estaba medio repleto de la gente de la UMSA y la Universidad Católica, vecinxs sobre todo de la Zona Sur, carros particulares que arribaban también desde la zona sur, desfilaron por todo El Prado de La Paz, seguidos de carros de la policía, donde la gente festejaba la renuncia, en uno de ellos iba el conocido dirigente cívico cruceño Luis Camacho, (el “facho Camacho”, anoto).

Festejos, tristeza y saqueos

Sin embargo, en calles de barrios de las laderas y en la ciudad de El Alto, las actividades eran normales, como en los anteriores días, aunque había desconcierto frente a lo incierto de este momento. En El Prado, mientras unxs festejaban, algunas vendedoras, mujeres de pollera, derramaban lágrimas que parecían más de tristeza, lágrimas que también nos salieron incontenibles al saber de la quema de la wiphala que perpetraron las gentes que salieron a su festejo, lo vimos con mucho dolor por los símbolos que mal utilizó el partido que se desmoronaba a la vista de todxs. Otra señora que vendía sus refresquitos de durazno decía: “¡¿Por qué no ha aceptado el Evo la segunda vuelta?!”. Sin embargo, más tarde, la gente comenzó a dispersarse por rumores de grupos que vendrían a atacar la concentración. Este fue el día, histórico porque entre una gran incredulidad, se veía caer un gobierno que había entrado con toda la popularidad que jamás ha soñado cualquier presidente.

Ya en la tarde se supo de los saqueos de la populosa zona 16 de Julio, en El Alto, al caer la noche, se supo del saqueo de El Ceibo muy conocido edificio de productores de chocolate en plena Ceja de El Alto, y que pertenece a cooperativas de productores de cacao, perpetrada por grupos que son del MAS, también se reportó de la quema, ya verificada por el munipio paceño, de una flota de Buses Puma Katari, el servicio municipal de transporte, en La Paz y la quema de casas de líderes opositores al que era partido de gobierno.

Ante los ataques, autodefensa vecinal

Ya cerca de las once de la noche, se oyó gente bajando por nuestra calle, con palos gritando, se supo que eran luego de que pasó este grupo amenazante, la gente entre asustada y decidida, salió a armar fogatas en todas las esquinas como autodefensa por si pasaba otro. La respuesta vecinal fue inmediata, y muy fuerte en varias zonas de la ciudad, cada esquina está con vigilia, porque no sabemos bien quiénes son los que atacan, de dónde son, donde se dirigen y a qué plan obedecen, a pesar que por las redes, las noticias y reportes vecinales de toda la ciudad corrían como reguero: “avanzan por este barrio (foto cuando se puede)”, “en mi barrio también”, “y por el mío”, “estamos saliendo para defendernos”, “estamos en vigilia en mi barrio también”. El miedo aumentó cuando se recibieron reportes de muchas zonas por el recorte del servicio de agua potable. La pregunta que flotaba era ¿por qué estos grupos atacan en El Alto y bajan a las laderas?.

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Alfredo Seguel

Continúan las masivas manifestaciones contra el régimen político – económico de Chile: “Adiós Sebastián”

Siguen las manifestaciones sin precedente en Chile contra el régimen político – económico que encabeza el empresario y presidente de Chile, Sebastián Piñera Echeñique, acusado de violar derechos humanos y de acciones gubernamentales de facto, quien además es anfitrión de dos cumbres internacionales en noviembre y diciembre (Apec y COP25).

Este domingo nuevamente se realizaron masivas manifestaciones en todo el País, continuando este lunes activamente. Más de 100.000 personas se movilizaron en Viña del Mar y Valparaíso, considerada histórica, quienes se dirigieron al Congreso de la República y fue reprimida para impedir el paso al edificio legislativo.

El presidente firmó este domingo los decretos que suponen el levantamiento del estado de excepción en todo Chile a partir de las 0.00 horas de este lunes, 28 de octubre, con ello logrando las masivas manifestaciones la retirada de los militares de las calles, terminando así el toque de queda que afectaba a numerosas localidades en el País, luego de una serie de asesinatos, torturas, violaciones, abusos y miles de heridos.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), órgano autónomo del Estado, mantiene un formulario en sitio web para recibir denuncias relacionadas a violaciones de los derechos humanos por parte de agentes del estado. Amnistía Internacional anunció comisión investigadora para documentar las violaciones a los derechos humanos. A su vez, impulsó una campaña denominada: “Presidente Piñera, detenga ya la represión contra manifestantes en Chile”. Por su parte, La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció que decidió convocar por oficio la audiencia pública “Situación de derechos humanos en el contexto de la proteste social en Chile”. La audiencia tendrá lugar el 11 de noviembre de 2019, de 17:00 a 18:00 (hora local en Quito), en el marco del 174 Periodo de Sesiones, a realizarse del 8 al 14 de noviembre de 2019, en Quito, Ecuador.

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