Por: Eugenia Gutiérrez Ciudad de México, 25 de noviembre de 2014.
No existe un término para referirse a una madre que pierde a su hija, a su hijo. No será viuda ni huérfana. Simplemente madre por el resto de su vida, una madre sin sus hij@s. Ocurre lo mismo con un padre que padece la paternidad interrumpida, pues no dejará de serlo nunca. En México, gran parte de los hijos y las hijas que se pierden no lo hacen por enfermedad ni por accidente, sino a causa de la violencia institucional. No son pérdidas naturales sino pérdidas evitables. Ya sea por desnutrición, enfermedades curables, secuestro, asesinato o por detención y desaparición, se calcula que un cuarto de millón de madres y padres mexicanos han perdido a sus hij@s en lo que va de este siglo XXI, sin que alguien se haya tomado la molestia de llevar una cuenta precisa. Tampoco existe un término que pueda definir a los descendientes, familiares y conocidos de una persona secuestrada, asesinada o desaparecida por policías, militares y grupos abiertamente delincuenciales. Simplemente familias rotas. Nuestro país ha generado en los últimos ocho años al menos 150 mil.
Registro sonoro del paso de la Caravana por Ayotzinapa en Cuernavaca, Morelos
En su paso por Cuernavaca antes de arribar al centro del país el próximo 20 de noviembre, los padres de estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa compartieron su rabia, sus palabras y su anhelo de que México encuentre en esta tragedia la luz que le permita primero señalar y luego salir de la barbarie contemporánea. Si Ayotzinapa es el espejo de la sociedad que dejamos que creciera ante nuestros ojos, en estas palabras se desborda la esperanza de trazar un límite ahora sí definitivo: “Ya abrieron los ojos y esperamos que no los vuelvan a cerrar”, auguró un normalista de Ayotzinapa:
(Descarga aquí)Testimonio de alumno de la Normal de Ayotzinapa sobreviviente de la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
(Descarga aquí)Testimonios de padres de alumnos de la Normal de Ayotzinapa.
(Descarga aquí)Testimonio de padre de alumno de la Normal de Ayotzinapa.
(Descarga aquí) Testimonio de padre de alumno de la Normal de Ayotzinapa.
El sábado 15 de noviembre de 2014 se realizó, en las oficinas del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, una conferencia de prensa con la presencia de estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos y familiares de los normalistas desaparecidos, integrantes de la ruta sur “Daniel Solís Gallardo” de la brigada nacional que recorre varios estados del país.
Explicación del propósito de la brigada nacional y las actividades de la ruta sur hasta ahora: (Descarga aquí)
María Inés Abraham Gaspar, tía de Adán Abraham de la Cruz: (Descarga aquí)
Carmelita Cruz, madre de Jorge Aníbal Cruz Mendoza: (Descarga aquí)
Ezequiel Mora, padre de Alexander Mora Venancio: (Descarga aquí)
La caravana de padres y compañeros de los 43 normalistas desaparecidos de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa llegaron a San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, este 14 de noviembre. Ese mismo día se reunieron con organizaciones e individuos de la sociedad civil en las instalacions del Cideci/Universidad de la Tierra Chiapas. Más tarde, se realizó una marcha que recorrió 3 kilómetros hasta la Plaza de la Paz, donde miles de personas se congregaron para mostrar su solidaridad y compartir la indignación.
Los padres y compañeros de los normalistas integran la ruta sur “Daniel Solís Gallardo” (nombrada en honor a uno de los normalistas asesinados por la policía en Iguala el 26 de septiembre de este año) de las brigadas informativas que se realizan por diversas partes del país. La ruta sur recorre los estados de Chiapas, Oaxaca, Morelos y Tlaxcala. La ruta norte “Julio Cesar Mondragón Fontes” visita los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Jalisco y Michoacán. Y una una brigada estatal “Julio Cesar Ramírez Nava” recorre los municipios guerrerenses de Tlapa, San Luis Acatlán, Ayutla, Tecoanapa, Zihuatanejo, Atoyac y Acapulco. Las tres caravanas confluirán en la Ciudad de México este 20 de noviembre para concluir la Brigada Nacional con una marcha mitin en el zócalo.
Convocatoria a la Brigada Nacional (Audio por Regeneración Radio – 1:13 hr): (Descarga aquí)
Reunión en el Cideci/Universidad de la Tierra Chiapas
“El movimiento no es solamente nuestro, es una exigencia de todos y todas. El problema no es solamente el estudiantado ni de la normal de Ayotzinapa, el problema nos incumbe a todos […] Hemos decidido venir aquí porque son uno de los más grandes referentes en la lucha por el cambio en nuestro país. Al venir acá también le damos un mensaje al Estado mexicano de que esto, lo que ustedes hacen aquí, es lo que queremos hacer de ahora en adelante en nuestro estado, en nuestra escuela. Porque nosotros ya no confiamos en las autoridades, en las instituciones mexicanas, en los partidos políticos…”
Palabras de los padres de los normalistas desaparecidos:
Valentín Cornelio González, cuñado de Abel García Hernández: (Descarga aquí)
María Inés Abraham Gaspar, tía de Adán Abraham de la Cruz: (Descarga aquí)
Carmelita Cruz, madre de Jorge Aníbal Cruz Mendoza: (Descarga aquí)
Ezequiel Mora, padre de Alexander Mora Venancio: (Descarga aquí)
Testimonio de un estudiante de primer año, sobreviviente de la represión en Iguala: (Descarga aquí)
Explicación de los objetivos de la brigada nacional (Descarga aquí)
Marcha en San Cristóbal
A las 18:30 los familiares y compañeros de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa llegaron a la concentración en la Carretera Panamericana y el Periférico Norte, donde un gran número de personas se congregaba (organizaciones sociales, individuos, estudiantes normalistas y el magisterio de Chiapas). De ahí partió la marcha en un recorrido pacífico de 3 kilómetros hasta la Plaza de la Paz. En el transcurso, muchas personas de la sociedad civil se unieron en solidaridad. A pesar de que algunos medios de comunicación locales intentaron instigar el miedo en la población, los comercios no cerraron sus puertas; al contrario, en todo el recorrido la población local mostró su apoyo o se unió a la marcha.
Acto en la Plaza de la Paz
Palabras de los familiares de los normalistas desaparecidos: (Descarga aquí)
Palabras de estudiantes de normales rurales de Chiapas: (Descarga aquí)
Pronunciamiento de diversas organizaciones sociales, comunidades e individuos de Chiapas, Tabasco, Guatemala y otras partes de América Latina: (Descarga aquí)
San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 5 de noviembre, 2014.
El fuego de Ayotzinapa no se apaga en Chiapas. Desde el 28 de octubre y hasta el 5 de noviembre se han realizado acciones diarias de protesta por el asesinato de seis personas (tres de ellas, normalistas) y la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, secuestrados por policías municipales de Iguala, Guerrero, el pasado 26 de septiembre.
La semana de protestas continuas ha sido protagonizada por estudiantes normalistas y universitarios, así como por maestras y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Chiapas (CETECH), por diversas organizaciones civiles y por adherentes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Junto con la Escuela Normal Rural Mactumatzá de Tuxtla Gutiérrez, única normal rural en Chiapas, desde el pasado 20 de octubre se encuentran en paro indefinido de labores 14 escuelas normales de la Coordinadora de Estudiantes Normalistas de Chiapas (CENECH) que han realizado marchas, conferencias y liberación de casetas en Tuxtla Gutiérrez, Zinacantán, Cintalapa, Tuxtla Chico, Huehuetán, Villaflores y Tapachula en demanda de la presentación con vida de sus compañeros de Ayotzinapa.
San Cristóbal de las Casas. 22 de octubre de 2014.
Hoy Guerrero y Sonora brillan en Chiapas, en sus caminos nublados, en sus veredas y brechas lodosas. Miles de mujeres y hombres bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional se unen a la jornada global de protestas “Una luz por Ayotzinapa”, refrendando su solidaridad con las familias de los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos y con los presos políticos de la Tribu Yaqui. Para ello, se colocan cuando atardece a la orilla de decenas de caminos mojados que conducen a sus comunidades autónomas. Llevan en sus manos una luz encendida que luego clavan en la tierra cuando no llueve tanto, o mantas que exigen “presentación con vida de los 43 alumnos desaparecidos”, “castigos a los responsables de asesinatos y desaparición forzada”, así como “libertad incondicional para los hermanos yaquis Mario Luna Romero y Fernando Jiménez Gutiérrez”. Se congregan en las inmediaciones de sus comunidades y sus caracoles porque, a casi un mes de la barbarie policiaca en Iguala, 43 estudiantes siguen desaparecidos mientras nadie responde por los 25 heridos, por el cerebro en coma del joven Aldo Gutiérrez Solano, por el rostro baleado a quemaboca de Édgar Andrés Vargas, por el cuerpo desollado de Julio César Mondragón ni por otras 5 personas asesinadas el 26 de septiembre.
Todavía no podemos dormir. La barbarie narcopoliciaca de Iguala, Guerrero, nos ha quitado el sueño. Las familias de 6 personas asesinadas la noche del 26 de septiembre están de luto. Las familias de 43 normalistas de la normal rural de Ayotzinapa buscan a los hijos que les arrancó un mal gobierno la madrugada del 27 de septiembre. Hay 25 heridos. La salud de dos jóvenes y un adulto siguen en estado crítico. El principal responsable, el alcalde José Luis Abarca, se encuentra prófugo. Esta vez no disfruta en casa la impunidad que disfrutó por más de un año junto con su esposa María de los Ángeles Pineda, hermana de narcotraficantes. A Abarca se le acusa de haber matado personalmente a Arturo Hernández, uno de sus compañeros de partido, y de haber ordenado la tortura y muerte de siete compañeros más en junio de 2013. Cinco lograron escapar y uno de ellos se atrevió a contarlo. Nos enteramos muchos asesinatos después porque los perredistas ocultaron su crimen.