Inicia la Caravana “El sur resiste 2023”
Hoy dio inicio en la ciudad de Pijijiapan, en la costa de Chiapas, la Caravana “El sur resiste 2023“, que en un período de 10 días recorrerá el Sur/Sureste mexicano por los territorios afectados por el megaproyecto interconectado “Tren Maya / Corredor Interoceánico” articulando los pueblos, comunidades, colonias, barrios y organizaciones indígenas, campesinas, feministas, sindicales, populares y de la sociedad civil que están en lucha y resistencia ante distintas formas de despojo del Estado y el capital mundial y patriarcal. En el transcurso de esos 10 días, pueblos indígenas de los territorios afectados por los megaproyectos recorrerán los puntos de mayor conflicto a lo largo de seis estados del sureste mexicano, con el objetivo de hermanar sus luchas y presentar un frente en común. Al mismo tiempo, una llamada de acción global convoca a realizar acciones globales durante las fechas del recorrido.
La caravana concluirá con un Encuentro Internacional El Sur Resiste en las instalaciones del Caracol Jacinto Canek, en San Cristóbal de Las Casas, los días 6 y 7 de mayo.
Toda la información sobre la caravana y encuentro aquí: www.elsurresiste.org
El compañero Diego Osorno explica el sentido de la iniciativa en este artículo de opinión.
Compartimos abajo un reportaje sobre el inicio de la caravana, publicado por Pie de Página.
La sombra del narco se extiende por la Selva Lacandona
El crimen se ha incrustado en los recovecos de la selva chiapaneca y avanza imparable por el estado, al amparo de omisiones, burocracia y falta de voluntad políticas de los gobierno . “Nos dejaron solos ante este problema”, denuncian autoridades comunales
Texto: Ángeles Mariscal / Chiapas Paralelo
Fotos: Ángeles Mariscal
CHIAPAS. – En los dos años recientes, al menos en cinco ocasiones las autoridades de la comunidad Zona Lacandona, ubicada en la frontera de México con Guatemala, acudieron con funcionarios de los tres niveles de gobierno para pedir acciones que frenaran el avance de grupos del crimen organizado en esta región. Nadie les escuchó. Los grupos criminales se apoderaron de pistas de aterrizaje, controlaron caminos y expulsaron a pobladores de las comunidades rurales e indígenas.
Pero de esto poco hablan las personas afectadas. El miedo a las represalias es grande. Saben que han sido abandonados por el Estado.
El 20 de marzo pasado, en su conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que en esa zona había pistas clandestinas que eran usadas por cárteles de la droga, y habló de la participación de la población local.
La versión del presidente no sólo criminalizó a la población, sino que invisibilizó los llamados de auxilio que hicieron, señalaron autoridades de tres de las comunidades más grandes de la selva: Chankin Kinbor Chambor, Enrique Andrade Vázquez, subcomisariado de Frontera Corozal, y Emilio Bolom Gómez, subcomisariado de Nueva Palestina.
“Nos dejaron solos ante este problema”.
Chankin Kinbor Chambor, presidente del Comisariado de los Bienes Comunales de la Zona Lacandona