Estados Unidos
Aumento de inversión China en América Latina preocupa el Comando Sur de EEUU
Fuente: Avispa Midia
Por Santiago Navarro F
El pasado mes de marzo, la general del Comando Sur de los Estados Unidos (Southcom, por sus siglas en inglés), Laura J. Richardson, declaró ante el 118º Congreso Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de este país que, entre sus diversas preocupaciones, figura el aumento de las inversiones de China en la región latinoamericana. Por ello, buscan endurecer su estrategia para tener mayor presencia, por ejemplo, en los ejercicios militares conjuntos.
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No es para menos ya que, según Richardson, el aumento del comercio de la República Popular China (RPC) en América Latina y el Caribe ha tenido una expansión inédita. En 2002, experimentó un crecimiento exponencial pasando de 18 millones de dólares a 450 mil millones. Además, las proyecciones de la comandante es que alcancen “los 700 mil millones en 2035”.
Desde que China lanzó, en 2013, la Iniciativa Cinturón y Ruta (BRI) ha expandido rápidamente su conectividad global a través de un flujo comercial de importaciones y exportaciones, así como su red de telecomunicaciones y tecnología.
Según el alto mando del Southcom, este aumento del mercado asiático en su área de influencia, considerado en términos militares como teatro de operaciones, representa una oportunidad para China ya que, le permite “expandir su influencia económica y política en la región, lo que ha llevado a Estados Unidos a reafirmar su compromiso de ser el socio más confiable en términos de defensa y de seguridad” en los países de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con las declaraciones de Richardson, las preocupantes inversiones de China incluyen infraestructura estratégica, como puertos en aguas profundas, instalaciones cibernéticas e instalaciones espaciales. Por ejemplo, “en Panamá, las empresas de China siguen licitando proyectos relacionados con el Canal de Panamá, un punto de estrangulamiento estratégico mundial”, señala la militar.
Otro ejemplo, en Argentina, dice Richardson, “otra empresa estatal de China está tratando de obtener los derechos para construir instalaciones marítimas de doble uso, que apoyarían el mantenimiento y la proyección de poder en las proximidades del Estrecho de Magallanes, el Pasaje de Drake y la Antártida”.
Por tanto, en aras de fortalecer relaciones con los países socios, en días pasados Richardson viajó a Buenos Aires, “para fomentar el diálogo y la cooperación con el nuevo gobierno y los líderes de defensa del país”, anunció el pasado 3 de abril la embajada estadounidense establecida en Argentina.
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La delegación del Comando Sur a este país sudamericano sostuvo que “la agenda de Richardson en Buenos Aires incluye reuniones con el ministro de Defensa, Luis Petri, y el General de Brigada Xavier Isaac, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas Argentinas, entre otros líderes del gobierno argentino. Estas conversaciones abordarán el refuerzo de la colaboración militar de larga data entre nuestras naciones, destinada a reforzar la seguridad regional y promover intereses compartidos.”
Al final del viaje, Richardson entregó un avión de transporte Hércules C-130H a la Fuerza Aérea Argentina, valuado en aproximadamente 30 millones de dólares como parte de una donación de asistencia de seguridad financiada por Estados Unidos.
Los fondos de defensa de Estados Unidos para la cooperación en seguridad con Argentina superan los 625 millones de dólares este año fiscal, centrados en áreas clave como el desarrollo de capacidades y la ciberdefensa.
Antes de este viaje, la comandante del Comando Sur, junto a una delegación estadounidense encabezada por el Asesor Presidencial Especial para las Américas Christopher Dodd, visitó Ecuador del 22 al 25 de enero. Durante la visita, detalló la embajada, “se llevaron a cabo reuniones con el presidente Daniel Noboa y otros altos líderes ecuatorianos, centrándose en fortalecer la cooperación y la asistencia estadounidenses para combatir organizaciones delictivas transnacionales”.
Además, Richardson se reunió con representantes del sistema judicial, así como con representantes de la sociedad civil. Este fue el segundo viaje del Comando Sur a este país. Tiempo después, el 5 de abril se violó la soberanía de México, cuando militares ecuatorianos tomaron por asalto sus embajadas en este país. Más de una decena de mandatarios expresaron su solidaridad con el gobierno mexicano. EEUU se mantuvo en silencio.
El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó que, “el asalto a nuestra embajada, eso no lo hace un gobierno si no siente que tiene respaldo de otros gobiernos o de potencias. Por eso vamos a llevar este asunto a la corte de justicia internacional ¡A México se le respeta!”
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EEUU financia a Ecuador con los fondos destinados a la cooperación en materia de seguridad proporcionados por el Congreso estadounidense, una inversión considerada fundamental para suministrar equipos y capacidades militares “Ejemplos clave de ello son los contratos adjudicados a Ecuador y Perú para la adquisición de aviones de patrulla marítima King Air. Estas aeronaves mejorarán significativamente la capacidad de Conocimiento del Dominio Marítimo”, puntualizó Richardson previo al asalto a la embajada mexicana.
Relaciones frágiles
A pesar de que EEUU endurece su estrategia para retomar y fortalecer sus alianzas en el continente americano, de los 31 países que comprenden el área de influencia del Comando Sur, 22 de ellos ya son ahora signatarios de la iniciativa BRI de China. “La República Popular China ha superado a Estados Unidos como primer socio comercial de Sudamérica y es el segundo socio comercial de Centroamérica”, detalló Richardson ante el Comité de Servicios Armados.
Desde que EEUU lanzó su Estrategia de Seguridad Nacional 2022, ha enfatizado la importancia de ampliar alianzas para contrarrestar la creciente presencia de China. Para ello, ha adoptado una estrategia de “disuasión integrada”, que significa aprovechar todos los instrumentos del poder nacional que van desde el uso de la diplomacia, intercambio de información, ejercicios militares y proyectos económicos. “Hacerlo de forma concertada con los aliados, los socios, las organizaciones no gubernamentales, el mundo académico y el sector privado; es lo que yo llamo democracia en equipo”, enfatiza el alto mando del Comando Sur.
Uno de los principales desafíos de esta estrategia es intentar contener las inversiones de China en infraestructura, ya que “estas inversiones, aunque presentadas como pacíficas, en realidad sirven como puntos de acceso para el Ejército Popular de Liberación [ de China] y puntos de estrangulamiento naval estratégicos” para EEUU, según Richardson.
Otra de las preocupaciones del Comando Sur es el avance de China en el espacio digital y le preocupa especialmente la instalación de redes de telecomunicaciones 5G de empresas como Huawei, porque, según las fuerzas armadas de EEUU, “podrían contener puertas traseras que permitan el acceso del gobierno chino a información sensible y la capacidad de atacar redes de comunicaciones y servicios públicos”.
Para contrarrestar estas amenazas, Estados Unidos ha intensificado su estrategia de cooperación en materia de seguridad con países de la región, proporcionando capacitación, equipamiento y ejercicios conjuntos. “Los Programas de Desarrollo de Capacidades de los países socios son la principal palanca para el compromiso de los aliados y proporcionan oportunidades significativas para fortalecer las asociaciones y desarrollar las capacidades militares”, ha puntualizado Richardson.
La comandante del Comando Sur detalló que solo en este año 2024, tienen planificado más de mil actividades con sus aliados regionales. “Agradecemos el apoyo del Congreso a este programa y seguiremos maximizando todos los recursos para desarrollar la capacidad de nuestros socios voluntarios”.
Entre estas actividades militares figura la participación de más de 13 mil 500 militares de 36 naciones en diversos ejercicios conjuntos.
Parlamento aprueba el ingreso de militares de EEUU a territorio mexicano
Fuente: Avispa Midia
Por Santiago Navarro F
En portada: Los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, y de Marina, José Rafael Ojeda Durán, durante una reunión de trabajo con el entonces jefe del Comando Norte de los Estados Unidos, Glen D. VanHerck. Julio, 2021.
El pasado mes de marzo el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, solicitó al parlamento mexicano la autorización para que se permita el ingreso de personal militar de los Estados Unidos en territorio nacional, a efecto de que participen en la actividad del adiestramiento denominado Entrenamiento de Ejercicios Combinados Conjunto(JCET por sus siglas en inglés). Este 2 de abril el Senado ha aprobado dicha intervención.
Para este ejercicio se espera el arribo de 11 militares de las Fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU. Un evento que tendrá lugar en las instalaciones del Centro Nacional de Adiestramiento (Santa Gertrudis, Chihuahua), del 9 de abril al 16 de mayo de 2024.
El presidente de la Comisión de Defensa Nacional, el senador Félix Salgado Macedonio, presentó oficialmente la solicitud al Senado, donde fue aprobado con un total de 79 votos a favor, 10 en contra y una abstención.
Este ejercicio militar, según Patrick Paterson, quien trabajó en este informe, es considerado la principal herramienta de interacción con los países aliados de EEUU, donde las Fuerzas de Operaciones Especiales se despliegan en unidades pequeñas durante unas semanas o meses para entrenar a los militares de los países socios. “Esto incluye mejorar su competencia cultural y lingüística, aprender a operar en ciertas condiciones geográficas y a evaluar las capacidades de las fuerzas extranjeras”, según Paterson, Decano Asociado de Investigación y Publicaciones del Centro William J. Perry de Estudios Hemisféricos de Defensa de EEUU.
Además, este tipo de acercamiento que realiza Estados Unidos es “para mejorar la competencia de las Fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU y perfeccionar las aptitudes en contextos críticos de una misión [por ejemplo, en una guerra no convencional o Defensa Interna Exterior]”, según un informe de la Universidad Conjunta de Operaciones Especiales, presentado en 2016.
El adiestramiento es dirigido normalmente por un grupo de élite denominado destacamento alfa, compuesto por un elemento de guerra especial de la Armada, una unidad del mando de operaciones especiales de las Fuerzas Aéreas de los EEUU. Aunque la composición del equipo puede variar, el propósito es el mismo. “Cada miembro del equipo tiene una función específica, que va desde operaciones e inteligencia, armas, ingeniería, tareas médicas y comunicaciones”, agrega el documento de Universidad de las Fuerzas Especiales.
Además de evaluar el nivel de competencia táctica y los conocimientos operativos con los que cuentan los militares quienes reciben la capacitación, “evalúan el entorno operativo para futuras operaciones, como la evacuación de ciudadanos estadounidenses”, refiere Paterson y agrega que no “dedican una formación formal a los derechos humanos (…), estos temas raras veces forman parte de los cientos de eventos de capacitación ”.
EEUU viene realizando este tipo de ejercicio desde el año 1998, llevando a cabo más de 2 mil misiones de adiestramiento y entrenando a casi 150 mil tropas extranjeras, con el objetivo de “evitar en el futuro una participación militar costosa y a gran escala como la guerra de Irak y Afganistán”, puntualiza el informe.
Mientras tanto, los parlamentarios mexicanos informaron que esta actividad busca “mejorar la capacidad de planeación y ejecución de operaciones especiales, habilidades necesarias para el correcto desempeño del Ejército mexicano en sus tareas”.
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Al respecto, el senador Emilio Álvarez Icaza Longoria, quien votó en contra, criticó que los militares ingresen a México portando armas, lo cual está prohibido en la carta magna de este país. “¿No les parece una cesión de soberanía?”, cuestionó el legislador del Grupo Plural del Senado.
Por otro lado, el senador Damián Zepeda, del Partido Acción Nacional (PAN), quien se pronunció a favor del dictamen, consideró “un exceso” el no permitir este ejercicio. “No veo cómo se pueda poner en riesgo la soberanía nacional porque 11 elementos especializados de un Ejército extranjero vengan a dar cursos de capacitación al Ejército mexicano”, declaró.
El senador Félix Salgado, quien presentó la petición del mandatario mexicano, señaló que estas acciones permitirán “fortalecer la relación bilateral” con EEUU, en coordinación con el Comando Norte de EEUU, con quien han establecido el llamado “Plan Anual de Actividades 2024”, a través del cual realizarán una serie de entrenamientos combinados conjuntos durante el resto del año.
Es en este actual periodo de gobierno cuando más se ha permitido abiertamente la internalización de militares estadounidenses armados a territorio mexicano. En diciembre pasado, el Senado también autorizó la llegada del mismo número de elementos, quienes instruyeron a militares mexicanos en el estado de México.
En 2022 México fungió como coanfitrión, junto con Belice, para la recepción de militares provenientes de 23 países que participaron en los ejercicios militares denominados Tradewinds 2022. Participaron más de 1,500 militares y organizaciones civiles, como World Hope International (WHI), quien apoyó al Comando Sur de Estados Unidos (Southcom) en territorio mexicano.
Es un momento inédito para los EEUU, pues nunca antes había podido pisar el territorio mexicano de esta manera. La última vez que lo hizo, en el periodo de gobierno de Enrique Peña Nieto, fue en secreto, el 31 de enero del 2017, en un hangar de la Marina en la frontera sur de México, Tapachula, Chiapas. Participaron Lori Robinson, jefa del Comando Norte de Estados Unidos, Kurt Tidd, líder del Comando Sur, y la embajadora de EEUU, Roberta Jacobson, asi como funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México.