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Radio Kurruf

Los Pellines: Agrícola Kuriñanco no detiene faenas, pese a orden judicial de no innovar

Con fecha 18 de enero se ha conocido una nueva orden de no innovar por parte de la segunda sala de la corte de apelaciones de Valdivia sobre las faenas que lleva a cabo la Sociedad Agrícola Kuriñanko en Los Pellines, costa de Valdivia. Territorio que ha pertenecido históricamente a doña Rosa Barrientos Paillalef.

Resolución 18 enero 2021 Corte de Apelaciones de Valdivia

La primera orden de no innovar fue decretada el 2020, ingresado al Sistema de Evaluación Ambiental por orden del Tercer tribunal Ambiental, aún así se denuncia que se continuó deforestando el terreno en disputa  en Los Pellines. Además de tener una medida precautoria, también con fecha 2020, que le impide a la inmobiliaria vender parcelas.

Extracto recurso de protección contra Sociedad Agrícola Kuriñanko

La abogada María Fernanda Catalán aclara que esta última decisión de la corte de apelaciones respecto de «El recurso 12-2021 se  ingresó porque pudimos acceder al terreno en cuestión a través de la ayuda de drones y pudimos constatar  que la información que nos había llegado por medio de un residente del sector respecto de que se estaban destruyendo el bosque nativo y las  napas subterránea de ríos que atraviesan el territorio y llegan al  santuario de la naturaleza  afectando directamente al equilibrio en los ríos y humedales del territorio teniendo por consecuencia inmediata la alteración de los lugares de anidación y alimentación de los cisnes de cuello negro, ranitas, y otras especies que habitan estos espacios».  

Imágenes obtenidas con drone.

Contacto

María Fernanda Catalán, abogada.

+56981936081

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Prensa comunitaria

Chiquimula: Guaraquiche queda incomunicada y los recibos de luz llegan con meses acumulados

Por Amílcar Morales y Diego Petzey

La comunidad de Guaraquiche, Jocotán, es una de las comunidades ch’orti’ que fue afectada por las tormentas Eta e Iota en noviembre del año pasado. Dos meses después la población sigue en riesgo y esperando respuesta a sus demandas de parte de las autoridades.

Gabriel Ramírez, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE), informó que son 286 familias, integradas por 1,268 personas, las que viven en 186 viviendas. Del total de grupos familiares 219 tuvieron que ser evacuados y albergados en la escuela oficial.

Las autoridades comunitarias decidieron resguardar la vida de los vecinos habilitando el albergue en la escuela, pero lastimosamente no contaron con el apoyo suficiente para mantener el albergue. A los pocos días del paso las tormentas muchas familias decidieron regresar a sus viviendas a pesar del peligro.

Las últimas 12 familias que se habían quedado en el albergue también regresaron a sus viviendas por la falta de atención de parte de las autoridades gubernamentales. Ante esto Ramírez dice: “nosotros como autoridades locales no podemos hacer mayor cosa, la situación es alarmante, sino fuera por los medios de comunicación creo que las autoridades competentes nunca se enterarían, debido a la poca atención de las autoridades municipales no se le ha dado promoción a esto”.

José María Ramírez, delegado de la Iglesia católica, relata que “el cerro colorado se agrietó mucho y pensamos que se podría derrumbar por lo que muchos se albergaron en casas de otros vecinos y algunos en la escuela, ahora ya regresaron a sus casas por ya no tener otra opción donde ir. Pero el riesgo sigue y es bastante, la carretera está destruida, viéndolo bien es grande el desastre que está en el mismo lugar”.

Fotograma.

Gabriel Ramírez y José María Ramírez concuerdan que ninguna institución ha llegado a su comunidad para auxiliarlos. Las autoridades municipales solamente fueron a ver el desastre pero que hayan hecho algo por la comunidad especialmente por lo que estaban en peligro no han hecho nada.

El cerro el dorado presenta muchas grietas, durante las tormentas las lluvias inundaron las carreteras con esto las comunidades Orégano, Guayabilla, Conacaste, Morrito, Tierra Blanca, Candelero se han quedado aisladas. Sino no son atendidas por las autoridades municipales y del estado podría suceder algún desastre grande, estamos en riesgo la tierra se ha ido desplazando poco a poco refiere Gabriel Ramírez.

Para acceder a la comunidad es necesario cruzar el puente la Asunción ubicado sobre el rio Guarraquiche pero durante las tormentas el puente colapsó por lo que todas estas comunidades del área norte de Jocotán quedaron incomunicadas por varias semanas hasta que se construyó un puente de hamaca que es el que se utiliza en la actualidad.

Para salir de la comunidad son 15 quetzales de pasaje de ida y 15 de vuelta, 30 quetzales en total. Nos están cobrando el triple y para los que no tenemos dinero, caminamos a pie hasta el centro del municipio refiere José María Ramírez.

A pesar de los riesgos y por todo el tiempo que estuvieron incomunicados el cobro de la energía eléctrica no se detuvo y que a mediados del mes de enero llegaron los recibos de cobro.

Para Ovidia García Gómez, vecina de la comunidad, la energía eléctrica no es un beneficio porque el cobro que se les hace es exagerado. “A mí me duele bastante esta situación, la luz viene recara y con qué dinero pagamos. Cuando se destruyó el puente quedamos incomunicados, entonces se atrasaron para venir a dejar el recibo de luz y ahora que ya pasaron, la factura vino por Q 600 y dónde vamos a sacar dinero para pagar, el recibo viene por noviembre y diciembre dice que se atrasaron porque no había paso, y eso no lo hemos pagado, ahí está el papel; con esto somos más afectados todavía.

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Avispa Midia

Honduras | Violencia Paramilitar, presencia en los Sectores Económicos Claves

Por Jasmin Hristov y Karen Spring

 

A continuación, se presenta un conjunto de cinco artículos que reflexionan sobre el paramilitarismo, la militarización y el papel que juegan ante los procesos de lucha y resistencia en Honduras, mientras los complejos de capital avanzan. Un análisis que será publicado en cinco partes.


Parte III

Violencia Paramilitar en los Agronegocios

La proliferación de actores armados no estatales en casos de disputas y conflictos territoriales se puede observar en los sectores de la agroindustria, la minería, la construcción de represas hidroeléctricas y el turismo. Según una base de datos del Monitor de Derechos Humanos y Violencia Política de Honduras, “entre 2009 y 2019, cerca del 40 por ciento de todos los casos agrarios involucraron agresiones por parte de actores armados no estatales que resultaron en diversas formas de violaciones de derechos humanos, entre ellas asesinatos”.

Comencemos con el sector agroindustrial, particularmente las plantaciones de palma de aceite en el Valle del Bajo Aguán. Esta es una de las regiones más fértiles de América Latina y también la más mortífera para los defensores de la tierra y el medioambiente. Entre los años setenta y mediados de los noventa, las tierras del Valle del Aguán pertenecieron a cooperativas campesinas, hasta que la Ley de Modernización Agraria de 1992 revocó las prohibiciones de la venta de tierras de propiedad colectiva (Carasik, 2017).

Esto, junto con otros factores, permitió la rápida toma de tierras de cooperativas por un par de grandes empresas, entre ellas Corporación Dinant – propiedad de Miguel Facusse, conocido antes de su muerte como el hombre más rico de Honduras y uno de los partidarios del golpe de Estado contra Zelaya.

Desde el año 2000 se han formado numerosos movimientos campesinos con el objetivo de disputar la legalidad de estas controvertidas ventas de tierras cooperativas. Gradualmente, representantes de la mayoría de estos movimientos se unieron para coordinarse bajo la Plataforma Agraria del Valle del Bajo Aguán.

Esta organización ha estado exigiendo al gobierno una investigación adecuada sobre las circunstancias en las que se llevaron a cabo las ventas de tierras en la década de 1990, la nulidad de los acuerdos de compra y una reforma agraria nacional integral y justa. Dada la falta de respuesta del gobierno a estos llamamientos, los campesinos se han involucrado en acciones directas en forma de ocupaciones para la recuperación de tierras en disputa.

El Valle del Bajo Aguán fue la ubicación del Centro Regional de Entrenamiento Militar (CREM) financiado por los Estados Unidos, que participó en el entrenamiento de los Contras nicaragüenses y el Ejército salvadoreño desde 1950 hasta 1980. Actualmente, el Valle del Aguán sigue siendo un sitio altamente militarizado donde los Batallones 14 y 15 de las fuerzas armadas han establecido una presencia permanente como parte de la Operación Xatruch II y III (Bird, 2013).

Leer también T-MEC abre puerta a nuevo corredor de despojo entre México y Norteamérica

El operativo militar-policial de estilo contrainsurgente ha desplegado más de 8.000 efectivos desde 2011, con el objetivo de combatir la violencia relacionada con los conflictos territoriales en la zona. Según un portavoz del operativo: “Esta es una fuerza pacificadora… Somos una fuerza que escuchará a ambas partes, para ayudarlas a llegar a un acuerdo de convivencia pacífica apoyado por nosotros de acuerdo con nuestras responsabilidades bajo la ley”. (Ramsey, 2012).

Sin embargo, el personal del operativo en realidad protege exclusivamente a los grandes propietarios a costa de los pequeños agricultores. “Las fuerzas de Xatruch protegen las plantaciones de palma de aceite junto con la pertinente seguridad privada, desalojan por la fuerza a los campesinos, intimidan a los residentes locales y acosan sexualmente a las mujeres, sin ofrecer protección a las víctimas de la violencia, dijeron en entrevista los miembros del movimiento campesino Plataforma Agraria.

Según testimonios locales, las fuerzas de Xatruch cosechan el fruto de la palma en la finca Paso Aguán, lo que parece ser un pago en especie de Corporación Dinant, financiada por el Banco Mundial (Bird, 2016).

Operativo de la policía para desalojo de familias campesinas ι Marzo 2019

El Bajo Aguán también alberga un número alarmante de ejecuciones extrajudiciales y otras formas de violaciones de derechos humanos contra miembros de movimientos campesinos locales involucrados en disputas y ocupaciones de tierras. Ha habido más de 150 casos de ejecuciones extrajudiciales de activistas en defensa de la tierra o sus familiares (Defensores en Linea, 2016).

Además, asesinatos, palizas, torturas, detenciones ilegales, intimidación, destrucción de viviendas, cultivos y ganado, y otras formas de agresión han tenido lugar en el contexto de desalojos violentos forzosos, así como el ataque a activistas y sus familias en el interior de sus hogares o en espacios públicos.

Desalojo de familias pertenecientes a la organización campesina Unidos Lucharemos, Valle del Bajo Aguan noviembre 2018

En este entorno altamente militarizado, los actores más comunes que participan en la violencia paramilitar han sido los guardias de seguridad privada y las bandas criminales locales.

Según las observaciones de 2013 del grupo de trabajo de la ONU sobre el uso de mercenarios, en el Valle del Aguán hay una “presunta participación de empresas de seguridad privada, contratadas por terratenientes, en violaciones generalizadas de derechos humanos que incluyen asesinatos, desapariciones, desalojos forzosos y violencia sexual”, (HRW, 2014).

El 15 de noviembre de 2010, cinco integrantes del Movimiento Campesino del Aguán (MCA) – Raúl Castillo, José Luis Sauceda, Ciriaco Monoz, Teodoro Acosta e Ignacio Reyes García – fueron masacrados por fuerzas de seguridad privadas de la empresa Orión, contratada por Corporación Dinant. Dinant admitió públicamente que sus guardias de seguridad privada habían llevado a cabo la masacre (Bird, 2013; HRW, 2014).

Al participar en acciones que normalmente están restringidas a las fuerzas de seguridad del Estado (es decir, detenciones, interrogatorios y desalojos), así como en acciones que son ilegales, como asesinatos, golpizas y tortura, los guardias de seguridad privada juegan un papel muy importante en el mantenimiento de un clima de miedo entre los residentes locales.

Un miembro del movimiento Gregorio Chávez, con sede en la comunidad de Panamá, municipio de Tocoa, da un ejemplo de ello: “al otro día la guardia de la corporación Dinant paró a un niño de 12 años y lo tiró al suelo y le quitó una maletilla que andaba, que anda comprando un fresco iba a dejárselo al papá, el papá lo había mandado en la mañana a traer un fresco y ya iba con el fresco cuando lo paró la guardia de corporación Dinant y lo tiró y lo esculcó, y le esculcó la maleta, ‘¿Qué llevas aquí, no le llevas alguna arma a tu papá?’, ‘no’ le decía el niño temblando, ‘no, no, aquí está la maleta, mire ve, busque, no llevo armas, yo lo que llevo es un fresco, que le llevo a mi papi’, estas son las cosas”, dijo en entrevista campesino Gregorio Chávez.

Por supuesto, estos no son casos específicos de la región del Aguán sino patrones encontrados en todo el país. El 2 de abril de 2020, Iris Argentina Álvarez fue asesinada por guardias de seguridad privada de la empresa CRAE´S, empleada por el Ingenio Azucarero La Grecia en Marcovia, Departamento de Choluteca, durante un desalojo violento de familias de la cooperativa Cerro Escondido que se habían asentado en la tierra hace más de un año para cultivar alimentos (Iniciativa Mesoamericana, 2020).

Leer también  ⇒ México: La Guardia Nacional y las Zonas Económicas Especiales

No sólo las luchas de los movimientos rurales (así como de otros sectores sociales como se mostrará más adelante) se enfrentan a la violencia, sino que las propias víctimas a menudo enfrentan cargos penales como usurpación de tierras, posesión ilegal de armas, alteración del orden público, y terrorismo.

En 2011, el jefe de la policía que trabaja junto a las operaciones militares de Xatruch declaró que grupos armados extranjeros de Venezuela y Nicaragua se habían infiltrado en el Bajo Aguán para capacitar a los campesinos locales con el fin de desestabilizar el país (La Prensa, 2011). En la misma línea, el coronel Germán Alfaro, que dirige Xatruch III, afirmó que las “bandas criminales” armadas con fusiles AK-47 recibieron $7.500 de los grupos campesinos, para apoderarse de las plantaciones de palma de aceite y ponerlo a disposición de los campesinos.

No se ha presentado evidencia de esto (HRW, 2014). Actualmente, la usurpación de tierras es uno de los delitos más comunes de los que se acusa a personas pobres de las zonas rurales. Actualmente, hay al menos 6.200 trabajadores rurales o pequeños agricultores en Honduras que enfrentan cargos de usurpación de tierras (WOLA, 2019). A partir de 2018, estos casos son gestionados por los Tribunales de Jurisdicción Nacional especiales, entidades creadas en 2010 para delitos de alto impacto cometidos por grupos delictivos organizados como el narcotráfico, el terrorismo y el lavado de dinero.

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La Zarzamora

Chile | Una adulta mayor grave y enfermas crónicas contagiadas, tras brote masivo de Covid en cárcel de Chillán

Esta semana privadas de libertad del CCP de Chillán, denunciaron la delicada situación sanitaria que se vive en la sección femenina de dicho penal, esto tras generarse un brote de Covid 19, que producto del hacinamiento, las malas gestiones sanitarias y las negligencias institucionales, resultó en el contagio de 22 presas (imputadas y condenadas) que conviven hacinadas en un mismo espacio. Entre las contagiadas se encuentran enfermas crónicas y una adulta mayor con complicaciones.

Esta situación se suma a una seguidilla de hechos nefastos dentro de las cárceles, en lo que podríamos calificar como una profunda crisis del sistema carcelario, en la cual se han incrementado las falencias de este, desde la aparición de la pandemia. De la misma manera el nuevo brote en la cárcel de Chillán, demuestra el fracaso del bullado protocolo de visitas y medidas sanitarias, puesto en marcha desde diciembre del 2020.

Las presas de la cárcel de Chillán hacen un llamado al INDH, a las instituciones sanitarias (MINSAL) y judiciales, a que se hagan presentes en el lugar para proporcionar la atención correspondiente a estas denuncias y velar por el cumplimiento de sus derechos, así como de los tratados internacionales a los cuales esta suscrito el Estado.

El único derecho que se le quita a las personas privadas de libertad es precisamente su libertad de desplazamiento, pero no pierden sus otros derechos”

 Sthefania Walser. Directora Ejecutiva de Leasur.


COMUNICADO PÚBLICO DE PRESAS SECCIÓN FEMENINA CCP CHILLÁN

El día 24 de diciembre se levantó la alarma de contagiados en C.C.p Chillán sección varones , pero ese día hubo visita interpenal (mujeres se vieron con sus maridos que tienen aquí mismo en el recinto) y ahí empezó la primera negligencia de Gendarmería, ya que ellos sabiendo que habían sospechosos con Covid-19, teniendo un listado con los varones que se les hizo el pcr, decidieron dar igual esa visita y mientras mis compañeras estaban ahí, llegan los resultados de los exámenes, en los cuales aparecía un varon que estaba en visita, era positivo.

Por prevención mis compañeras pasaron aisladas altiro, sin tener contacto con la población femenina. Dentro de esos días empezaron algunas compañeras a tener síntomas extraños, el paramédico sólo nos decía que era resfriado no se realizaba ningún control nada , hasta que las enfermas cada día eran más.

El sábado 16 de enero realizaron el pcr a todas y el domingo inmediatamente llegaron los resultados, sacando a 12 aisladas que arrojaron positivo, y el lunes llegó una nueva lista arrojando 10 positivas más, en total somos 57 internas y todas vivimos en el mismo dormitorio colectivo, imputadas con condenadas.

Nos trajeron a todas las contagiadas a un anexo aparte de la sección, pero no nos han venido a chequear como corresponde, lo que más preocupante es una señora de 62 años que se encuentra muy mal, no come y le duele su pecho, pero Gendarmería dice que sólo quiere dar lástima. A ella la mantienen dopada todo el día durmiendo, pero lo que ella necesita es estar en el hospital, necesita una atención digna que la examinen completa en que condiciones se encuentra.

Otra negligencia de Gendarmería fue que apenas comenzó la pandemia, separaron a todas las crónicas para protegerlas dejándolas en un anexo por casi 8 meses, pero cuando salió el brote de los varones, sacaron a las aisladas crónicas para habilitar el dormitorio para los contagiados, mezclándolas a ellas con la población, razón por la cual tenemos 4 mujeres crónicas contagiadas, gracias a las ideas de Gendarmería cuando el cuidado debería ser más intenso para ellas, esto existiendo más habitaciones para utilizar, sin embargo decidieron dejarlas junto con nosotras.

Por último nuestra exigencia es que se presenten las instituciones necesarias (INDH y MINSAL) y que nos respondan qué pasará con nosotras y nuestras compañeras que “salieron negativo” ya que estamos todas juntas en un dormitorio muy pequeño, en donde compartíamos ellas (quienes dieron negativo) que ahora también se sienten enfermas, y nosotras, es por esto que necesitamos que se les vuelva a realizar el pcr, y que al terminar nuestra cuarentena podamos a volver a un lugar seguro, donde ya no queden contagiadas.

Queremos prevenir que esto aumente. Sabemos que si hacen el examen nuevamente habrán más contagiadas.-

Presas sección femenina CCP Chillán

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Prensa Comunitaria

El Estor: la lucha es una, en defensa del territorio y la vida

Cristobal Pop es presidente de la Gremial de Pescadores Artesabales, en 2017 iniciaron una batalla social y legal en contra del proyecto minero Fénix, por la contaminación del agua del lago de Izabal, desde julio de 2019 la Corte de Constitucionalidad (CC) ordenó la suspención de este proyecto minero, las dos empresas que lo operan siguen en desacato de esta resolución legal. Primera Parte. Video Baudilio Choc / Prensa Comunitaria El Estor Izabal, Guatemala. Enero de 2021

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Radio Progreso

Pese a la represión y el impedimento de su paso, migrantes siguen en territorio guatemalteco

La policía y soldados guatemaltecos rociaron gas lacrimógeno y utilizaron sus garrotes y escudos sobre la caravana de migrantes hondureños y hondureñas que intenta cruzar territorio guatemalteco.

El bloqueo policial y militar fue montado estratégicamente en un cuello de botella en la carretera de dos carriles hacia Chiquimula, en un área conocida como Vado Hondo.

La caravana, que salió desde el viernes anterior de la terminal de buses en San Pedro Sula, sigue con más de cinco mil integrantes. Muchos migrantes fueron obligados a regresar por las autoridades guatemaltecas pero el grueso de la misma sigue instalada en Vado Hondo.

Los migrantes han pasado una noche muy fría en Vado Hondo, Chiquimula, Guatemala. Los migrantes permanecen allí sin poder pasar por el bloqueo policial y militar que ha impuesto el gobierno de Guatemala. No hay alimentos ni acceso al agua. Las tiendas cercanas cerraron sus puertas.

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Avispa Midia

Honduras | Violencia pro-capitalista y la reestructuración económica neoliberal

Por Jasmin Hristov y Karen Spring

Traducción: Paula Jiménez Argumosa


 A continuación se presenta el segundo artículo de la serie Entre palma, plomo y policías: paramilitarismo el brazo armado del desarrollo, que reflexiona sobre el paramilitarismo, la militarización y el papel que juegan ante los procesos de lucha y resistencia en Honduras, mientras los complejos de capital avanzan. Este es el según texto de una serie de cinco que Avispa Midia publica cada domingo.

Lea aquí la primera parte de este especial

Honduras | Entre palma, plomo y policías: paramilitarismo el brazo armado del desarrollo

 


Parte II

No toda la violencia colectiva en Honduras se puede explicar a través de las actividades de las organizaciones criminales y las pandillas. Los militares estatales, la policía y otros miembros de su aparato coercitivo, así como los actores armados no estatales, se involucran en la violencia pro-capitalista – un tipo de violencia que es funcional para el capital al crear, reproducir o restaurar las condiciones para la acumulación de capital.

El concepto de violencia pro-capitalista desarrollado por Hristov (2020) nos invita a conceptualizar una nueva forma de violencia – no en términos de los actores que la ejercen sino en términos de sus implicaciones estructurales – en función de su relación a las estructuras de clase.

Una de las razones por las cuales la violencia pro-capitalista es de naturaleza estructural es que interactúa con las estructuras legales, particularmente la legislación económica y de seguridad. Este aspecto es muy pertinente para el caso de Honduras. Como se demostrará en lo que resta de este artículo, el uso sistemático de la violencia contra periodistas, estudiantes, campesinos, indígenas, organizaciones de mujeres y otros sectores de la sociedad civil no puede explicarse como producto de la criminalidad, abuso de poder o coincidencias accidentales entre las actividades de los actores armados y los intereses capitalistas.

La violencia pro-capitalista se utiliza cuando personas y colectivos se manifiestan contra la reestructuración económica neoliberal discutida previamente. La violencia llevada a cabo, no solo por actores estatales sino también no estatales, sirve para hacer cumplir leyes y políticas económicas neoliberales que facilitan la acumulación del capital, frente a la resistencia de la población adversamente afectada. Al mismo tiempo, la legislación en materia de seguridad legitima la violencia dirigida a neutralizar los obstáculos que surgen de los agravios de los movimientos sociales desde abajo y criminalizar a quienes obstaculizan los avances del capital.

La Violencia Paramilitar

La violencia pro-capitalista se presenta en diferentes modalidades: producto del tipo de actor (estatal / no estatal) y si la violencia contraviene la legislación existente. Debido a que académicos y funcionarios del Estado suelen clasificar la violencia según el tipo de actor armado, los casos de violencia pro-capitalista en Honduras y otros países de América Latina terminan categorizados simplemente como violencia criminal relacionada con actividades de pandillas u organizaciones de narcotráfico. Por lo tanto, es crucial reconocer las diferentes modalidades: (1) estatal legal, (2) estatal ilegal, (3) no estatal legal y (4) no estatal ilegal.

La primera modalidad es llevada a cabo por actores estatales dentro de los parámetros de sus deberes legalmente prescritos; por ejemplo, “contener” (es decir, reprimir) las protestas para mantener el orden y la seguridad, o desalojar a los campesinos en relación al cumplimiento de una orden judicial.

Represión de protestas ante la privatización de la salud y educación. Tegucigalpa, Abril 2019

La segunda modalidad es lleva a cabo por actores estatales que participan en acciones fuera de su servicio; por ejemplo, ejecuciones extrajudiciales, violaciones y torturas. La tercera es la de actores armados no estatales que realizan operaciones que no contravienen la legislación existente; por ejemplo, personal de seguridad privada que dispara para proteger a su cliente en un ataque.

El sector de seguridad privada genera gran flujo de capital

La cuarta ocurre cuando los actores armados no estatales se involucran en actividades que: (a) están fuera de sus obligaciones habituales (como parte de un trabajo asalariado) pero que no violan directamente ninguna ley, como es el caso del personal de seguridad privada que acompaña a la policía estatal en casos de desalojo, o para participar en registros y detenciones arbitrarias de personas; y / o (b) son contrarios a la ley como asesinatos, amenazas, violaciones, torturas, desplazamientos forzados y secuestros.

En esta modalidad (4b) pueden existir actores que se encuentran empleados formalmente, como guardias de seguridad privada que durante o fuera del horario de su trabajo formal realizan violencia ilegal, o actores que solo trabajan en la realización de actos de violencia ilegal, es decir, sicarios a tiempo completo. Categorizamos dos modalidades de violencia pro-capitalista, las 2 y 4, como violencia paramilitar – esto es, actores estatales que participan en violencia fuera de su servicio legalmente prescrito y actores armados no estatales que participan en violencia más allá de la definición formal de su trabajo (si lo hay) y / o infligen daño a civiles de manera ilegal.

En Honduras, tanto la violencia estatal como paramilitar sustentan estructuras de poder institucionalizadas. Así, actos de violencia como la represión violenta de las protestas estudiantiles o la violencia sexual vivida por mujeres lideresas comunitarias contra la minería, contrastan con la violencia de pandillas que surge de la guerra con pandillas rivales, extorsión y control social no orientado a reproducir relaciones institucionalizadas de acumulación del capital.

Los actores estatales (militares) o no estatales (personal de seguridad privada) utilizan la violencia descrita en todas las modalidades, junto con un grupo armado de civiles reclutados localmente o residentes integrados en las comunidades locales empleando la violencia descrita en la modalidad 4.

Estos reclutas locales o bandas (grupos delictivos organizados localmente a pequeña escala) cuentan con una cultura y unos conocimientos locales y pueden aportar información esencial que ayude a identificar a los agentes clave que representan una amenaza para los intereses capitalistas. Las bandas no solo ejercen violencia, sino que también generan terror psicológico que es particularmente efectivo cuando los grupos o comunidades en resistencia están extremadamente unidos y no se ven afectados por la violencia estatal.

Militarización y criminalización: dos condiciones esenciales para la violencia paramilitar

La violencia paramilitar en Honduras ha sido llevada a cabo por: personal de seguridad privada, militares en activo o ex-militares u otro personal de seguridad del Estado, sicarios (pistoleros contratados), pandilleros, bandas de narcotraficantes y grupos de civiles armados al estilo paramilitar.

Es importante señalar que la proliferación de la violencia paramilitar en el país ha concordado con un resurgimiento de las prácticas de contrainsurgencia, desde la Guerra Fría y justificadas bajo el mantra de la Guerra contra las Drogas. En 2009, Estados Unidos creó la Iniciativa de Seguridad Regional Centroamericana (CARSI), que surgió de la Iniciativa México-Estados Unidos Mérida.

CARSI recibió un presupuesto de $496 millones entre 2008 y 2013; el programa fue diseñado para incluir la participación de contratistas privados de seguridad, la CIA, así como las fuerzas militares de Estados Unidos y Colombia, para combatir las organizaciones criminales y el narcotráfico. En 2011, el Pentágono aumentó su gasto en contrataciones en Honduras a 53,8 millones (Paley, 2014).

Tegucigalpa, Mayo 2019

El Plan Colombia, así como las organizaciones paramilitares colombianas, han servido como modelo para el diseño de reformas policiales y de militarización en Honduras, que han fortalecido el poder de las fuerzas de seguridad del Estado, aumentado la militarización y facilitado la “cooperación” entre la seguridad pública y privada.

Este fortalecimiento del aparato coercitivo del Estado a través de una mayor militarización y la proliferación de asociaciones de seguridad público-privada ha ido acompañado por una legislación de seguridad orientada a la flexibilización del uso del ‘Estado de emergencia’ y la criminalización de la protesta social y el activismo por el derecho a la tierra y protección del medioambiente.

Un ejemplo de ello son las reformas del artículo 335 del código penal, realizadas en el 2017, que ampliaron la definición de lo que constituye el delito de terrorismo. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y otras entidades han expresado su preocupación por la ambigüedad de los delitos definidos en la reforma, que permiten interpretaciones muy dispares y sanciones sobre conductas que no corresponden a la gravedad y naturaleza del delito de terrorismo (OEA, 2017), y en consecuencia, perjudican el trabajo de defensores de derechos humanos, periodistas y movimientos sociales.

La criminalización de la disidencia se manifiesta en detenciones arbitrarias durante manifestaciones o acciones de recuperación de tierras, detenciones como parte de procesos judiciales, prolongación de procesos judiciales en los que se restringe enormemente la acción y libertad de movimientos de las víctimas, y estigmatizaciones mediáticas donde los principales medios de comunicación retratan a los movimientos sociales, activistas y quienes los defienden como criminales o terroristas (OCMAL, 2016).

Breves discusiones sobre los grupos paramilitares en el contexto hondureño comenzaron a aflorar en los medios de comunicación en 2009, dos meses después del golpe, en relación a la reclutación de alrededor de 130 ex-miembros de la organización paramilitar más grande de Colombia, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), para trabajar para empresarios y terratenientes hondureños en el Valle del Aguán y para sofocar las protestas nacionales contra el golpe (El Tiempo, 2009; BBC, 2009). Sin embargo, posteriormente, las menciones a los grupos paramilitares disminuyeron a pesar de que continuó la violencia paramilitar.

 

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Prensa comunitaria

Guatemala | En aquella esquina de la cuarta avenida hace 50 años…

Por Marlon García

En la actual Esquina de “las fotocopiadoras” de la 4ª avenida y 9ª. calle de la Ciudad de Guatemala, el 13 de enero de 1971, culminaba el plan de eliminación del último miembro de la Comisión para el Estudio de las Inversiones Extranjeras en Guatemala, USAC.

Como hoy, muy seguramente hace 50 años la muerte de esta persona pareciera carente de importancia directa a las familias campesinas a 268 km. en Panzós, Alta Verapaz. Pero la comprensión de un intrincado plan geopolítico, verdades ocultas por empresarios y gobernantes, un jugoso negocio transnacional en medio de dictaduras militares, la dignidad y resistencia del pueblo Q´eqchi´ y el sacrificio de cuatro profesionales de la Economía y el Derecho lo explica.

Para que sepas o confirmes su importancia te comparto este PDF. Quise haber terminado una versión actualizada de mi investigación pero la búsqueda de la sobrevivencia al 2020 no me lo permitió. Estoy trabajando en ella desde hace un tiempo. Y te la compartiré cuando este terminada ojalá en 2021.

Por de pronto desde mi taller dedico mis palabras y colores a Oscar Adolfo Mijangos López y la línea continuada de victimas provocadas por la minería en la Cuenca del Río Polochic.

Oscar Adolfo Mijangos López
Pintura Marlon García, 2008

Descargue el libro en pdf:

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Prensa comunitaria

Guatemala | Gobierno hace un mal manejo de la epidemia

Créditos: PDH

Por Nelton Rivera

El Gobierno fue mal calificado en el manejo de la epidemia en Guatemala a 10 meses del aparecimiento de primero de los casos covid-19 positivos. Este 14 de enero, el presidente Alejandro Giammattei presentó el primer informe de su Gobierno en un acto en el Congreso de la República, para el Laboratorio de Datos, el presidente y los distintos ministros de salud pública han realizado un mal manejo de la epidemia de la covid-19 en Guatemala.

No existe transparencia en la ejecución de los fondos destinados para contener y prevenir la pandemia, los trabajadores de salud, especialmente los de la primera línea de atención no cuentan con insumos, equipo y salarios para el trabajo que realizan. Sumado a esto, el presidente decidió que cada guatemalteco y guatemalteca resuelva por si mismos como enfrentar la epidemia que en este momento registra un repunte de la cantidad de contagios a nivel nacional.

A pesar de los serios cuestionamientos por la falta de realización de 5 mil pruebas covid-19 o más al día, la cifras que traslada el Ministerio de Salud siguen siendo deficientes, según el Mspas, Guatemala alcanzó al día 13 de enero los 146 mil casos 937 casos positivos acumulados y los 5 mil 151 fallecimientos, datos que fueron cuestionados por Laboratorio de Datos porque no reflejan los datos reales.

Compartimos el análisis y las conclusiones publicadas este día por el Laboratorio de Datos sobre el mal manejo que el Gobierno ha hecho de la epidemia.

Manejo de la epidemia en Guatemala durante el 2020

Laboratorio de Datos GT realizó un balance del manejo de la emergencia por COVID-19 al final del primer año de Gobierno del presidente Giammattei.

Si bien se tomaron medidas de restricción tempranamente, se implementaron políticas sociales y económicas, estas se acompañan de cuestionables decisiones y no fueron suficientes para contrarrestar los efectos de la crisis.

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social -MSPAS- destinó Q500 millones al manejo de la crisis que implicaron reducir el presupuesto destinado a la prevención de la desnutrición crónica en el país. Esto es inaceptable bajo cualquier punto de vista considerando que el país posee un 46.5% de sus niñas y niños menores de 5 años afectados con esta tragedia.

Derivado de varias ampliaciones presupuestarias que aprobó el Congreso de la República esta entidad llegó a tener un presupuesto vigente para atender a los pacientes afectados con COVID-19 de Q1,694.4 millones (en junio). Posteriormente este tuvo reducciones de hasta Q129.8 millones dejando un presupuesto vigente a diciembre de Q1,564.6 millones. Al cierre del ejercicio fiscal 2020 solamente fue ejecutado el 78.1%, siendo en extremo vergonzoso que el hospital que el Presidente de la República inauguró como emblemático en la lucha contra la pandemia: el Hospital de Villa Nueva, apenas pudo ejecutar el 53.8% de su presupuesto. A esto se le suma las protestas del personal médico en primera línea por el atraso en el pago de sus salarios.

A pesar de haber creado dos instituciones ad-hoc: Comisión Presidencial de atención a la emergencia COVID-19 -COPRECOVID- y el Comité Nacional de Coordinación para Vacunación contra COVID-19, el control de la epidemia se destacó por la falta de una estrategia adecuada para el control de la epidemia, un deficiente testeo, escaso rastreo, mal uso del recurso público y retraso en la gestión para la adquisición de la vacuna.

El 2020 dejó un sistema de salud más debilitado, una población con hambre, y el lamentable registro de más de 12,500 muertes en exceso.

El manejo de datos para la toma de decisión y la comunicación han sido las mayores debilidades. Desde Laboratorio de Datos GT. seguiremos trabajando en recomendaciones estratégicas que sirvan al manejo de la epidemia, plan de vacunación, ejecutar el gasto con transparencia, efectividad, eficiencia y sobre todo con criterio de oportunidad a fin de que el Gobierno pueda recuperar cuotas de legitimidad y credibilidad.

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Prensa comunitaria

Guatemala | Diversos sectores repudian el primer año de Gobierno de Alejandro Giammattei

Este jueves14 de enero el presidente Alejandro Giammattei presentó su primer informe de gestión, pero la población no lo recibió como él esperaba, y nuevamente salió a las calles a manifestar el descontento y a exigir su renuncia.

Por Gilberto Escobar

El rechazo popular a la gestión de Giamattei se centra en la desatención que brindó a los sectores vulnerables de población durante la pandemia de coronavirus, sumado a la falta de apoyo a las comunidades que lo perdieron todo durante las tormentas tropicales Eta e Iota que golpearon al país en noviembre; los sectores sociales, colectivas feministas, autoridades indígenas, sindicalistas, estudiantes, también señalaron la imposición de estados de prevención durante el paso de las caravanas de migrantes hondureños, el incremento de femicidios y violencias contra las mujeres, embarazos por abusos sexuales en niñas; incremento de la pobreza y desnutrición, entre otros.

Foto: Nelton Rivera.

Ciudad de Guatemala

En la mañana del jueves 14 de enero, varios sectores sociales se concentraron en el parque central de la plaza de la Constitución, en donde repudiaron el primer año de gobierno de Giammattei, otros sectores como la Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda De León, de la Universidad de San Carlos recordaron la excesiva violencia de las fuerzas de seguridad que reprimieron las manifestaciones ciudadanas del 21 de noviembre #21N y las sucesivas, donde la población también salió a cuestionar la gestión del Gobierno y como resultado dos personas perdieron un ojo, varias heridas y hasta denuncias de torturas durante las detenciones.

Grupos como Sororidad Guatemala en el marco del primer año de gobierno también publicaron en sus redes sociales una serie de estadísticas donde señalan la incompetencia del Gobierno, señalando que en los primeros días de enero se han activado 43 alertas Alba Kent y durante el 2020 unas 695 mujeres se reportaron desaparecidas con la alerta Isabel Claudina, sumado a 455 femicidios y 77 mil 847 embarazos en niñas y adolescentes en las edades de 10 a 19 años.

Otros de los motivos que la población señaló fueron el mal manejo de fondos y falta de transparencia durante la pandemia (10 programas sociales) y el abandono institucional durante las tormentas Eta y Iota, ya que varias comunidades aún siguen sin recibir atención e incomunicadas; la gota que derramó el vaso en la recta final del 2020 fue el presupuesto que se pretendía aprobar para el 2021 por parte de los diputados del Congreso.

En Quetzaltenango

Varios líderes comunitarios, autoridades ancestrales y sectores sociales se fueron sumando en la tarde del jueves, para iniciar con una caminata pacífica en rechazo al primer año de Giammattei, en el departamento de Quetzaltenango, en el trayecto varias personas se fueron sumando y la caminata concluyó en el parque central de esa localidad con varios discursos.

En las afueras de la municipalidad se encontraban unos 50 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) resguardando el edificio.

Foto: Gilberto Escobar.

Entre los mensaje que portaba la población en algunas pancartas se destacaron: “un pueblo pasivo es un pueblo oprimido, el pueblo está en total abandono por el Gobierno; si eres neutral has elegido el lado del opresor, el pueblo exige cuentas claras”.

Foto: Gilberto Escobar.

José Luis Ramírez, autoridad del pueblo maya K’iche’ comento que los motivos de la movilización fueron en torno a la presentación del informe del mandatario “durante la pandemia y las dos tormentas tropicales la población quedó desprotegida y el gobierno no cumplió en proteger la vida de la población”.

Ramírez recalcó que “la población no acepta el informe del mandatario”.

Para el académico Percy Aguilar, de ese departamento, quien portaba una pancarta señalando al gobierno como “reprobado”, además calificó como “nefasto al gobierno de Alejandro Giammattei” e indicó que por eso rechazan su gestión, así como el actuar del Congreso y de las autoridades del sector justicia del país.

Aguilar señala que a nivel local también se están dando grandes actos de corrupción en varias dependencias.

La población de Quetzaltenango también hizo un llamado para conformar una asamblea plurinacional de carácter urgente, para abordar las problemáticas nacionales.

Las autoridades ancestrales de ese departamento también expresaron que en abril enviaron un documento al mandatario Giamattei con sus propias propuestas para abordar la emergencia durante la pandemia de coronavirus, pero nunca recibieron respuesta.

Marta Elena Toj, de las autoridades comunitarias de Quetzaltenango, tomó el micrófono y en su discurso cuestionó al gobierno de Giammattei, e indicó que también se debe discutir la Ley Electoral y de Partidos Políticos.