tierra y territorio
«Error técnico» pone en riesgo el territorio de Ostula
Por Dante A. Saucedo y Regina López | Agencia SubVersiones
En la costa de Michoacán, entre las aguas del Océano Pacífico y la Sierra madre del sur, habita el pueblo nahua de Santa María Ostula. Al menos desde el siglo XIX, ganaderos, pequeños propietarios, mineros y, más recientemente, narcotraficantes, han intentado despojarlo su territorio.
La comunidad de Ostula ha sabido defenderse por todos los medios posibles, pero hoy se enfrenta de nuevo a un riesgo que parecía haberse conjurado ya: un «error técnico» en el plano de la comunidad —generado y solapado por intereses políticos— amenaza más de seis mil hectáreas de territorio comunal.
Apenas en enero pasado, un juzgado agrario volvió a dar la razón a los «pequeños propietarios» que reclaman la propiedad de las tierras bajas y fértiles al norte de la comunidad. Pero la respuesta es clara: las tierras no están «en disputa», son de Ostula y se van a defender.
I. Una historia política del despojo
Los intentos de invasión a la comunidad de Ostula vienen de lejos. Como en todos los antiguos asentamientos nahuas de la sierra-costa michoacana —y en buena parte de las comunidades indígenas del país—, la ola más agresiva de usurpación de tierras comunales fue detonada por las leyes liberales que comenzaron con las Reformas Borbónicas del siglo XVIII y culminaron con las reformas juaristas.
Un país sano y digno, lo hacemos nosotros mismos los pueblos, nunca vendrá una transformación social de un gobierno que no respeta el modo de vida y organización de los pueblos.
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A las y los defensores de los derechos humanos
A los medios libres y alternativos
A los medios de comunicación nacional e internacional
A la Sociedad Civil Nacional e Internacional
Hermanas y hermanos:
Nuevamente las víctimas y sobrevivientes de la masacre de Acteal, nos encontramos en la Tierra Sagrada, para honrar su memoria y demandar justicia para nuestros 45 hermanas y hermanos y más los 4 bebés no nacidos, quienes cayeron a mano de los paramilitares priistas y cardenistas de Chenalhó, por órdenes de los tres niveles de gobierno priista, el 22 de diciembre de 1997.
En el marco del Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas, denunciamos que la masacre de Acteal sigue impune, llevamos más de 21 año sin conocer la verdad, ya hasta la fecha no ha habido voluntad política de garantizar la no repetición de hechos como el de Acteal, al contrario, se siguen asesinando a defensores de derechos humanos y criminalizando la protesta social.
En este Día Internacional del Derecho a la Verdad, volvemos a insistir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ya emita el informe de fondo, lo más pronto posible. Consideramos que una justicia verdadera y digna a la masacre de Acteal, puede dar pie a que otros crímenes cometidos por los gobiernos priistas y panistas, también consigan verdad y justicia.