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Pueblos Indígenas
Esto es como una segunda colonización.
Adriana Guzmán, una de las referentes del movimiento feminista de Bolivia, analizó la composición de los grupos opositores a Evo Morales que perpetraron el golpe de Estado. ¿Quiénes se sumaron a Camacho? La influencia del racismo y la religión. “Se alimentó una cultura del odio, colonialista, profundamente racista”, disparó.
El golpe en Bolivia tuvo como actores fundamentales a Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa y, en el final, a las Fuerzas Armadas. Sin embargo, hay una composición social de los sectores que se plegaron al golpe. Adriana Guzmán, referente del Movimiento Feminista Comunitario Antipatriarcal de Bolivia, dijo que “la clave es preguntarse cómo se suma la gente a las movilizaciones”, más allá de los grupos armados y financiados desde el exterior que impulsaron la maniobra.
“Mientras este país ha estado transformándose desde los pueblos originarios, planteándose como plurinacional, desde que levantamos la cabeza y recuperamos nuestra voz se alimentó una cultura del odio, colonialista, profundamente racista”, señaló la dirigente social, quien agregó que “desde este lógica de que los indios de mierda somos ladrones, corruptos y queremos quedarnos en el poder, nunca se cuestionó lo mismo de los presidentes blancos”.
La clase media formó los cabildos de los que surgió Luis Fernando Camacho como figura opositora, sin cargo ni candidatura. “Hay una clase media que está lejos de la administración del Estado y no puede entender cómo con todos sus títulos no están administrando. Y no están por su incompetencia, por los años en los que vendieron y saqueron el Estado”, reveló Guzmán.
Un reporte vecinal desde la Ladera Oeste: Un día histórico y una noche de zozobra y organización vecinal en La Paz
A modo de crónica, queremos compartir lo que vimos, y no lo que no hemos visto, algo obvio pero que a estas alturas de las circunstancias, puede salvarnos de difundir fake news en medio de una noche de tanta zozobra en las ciudades de El Alto y La Paz.
La situación de los bloqueos de vecinos de la zona sur en La Paz, frente a los visos de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre, parecía, hasta el viernes 7 de noviembre, apagarse por cansancio. De manera inopinada, fue definida por el motín policial que comenzó en la ciudad de Cochabamba ese viernes por la tarde, motín que se extendió a otros departamentos, y por el hecho de que el alto mando militar en el último día haya quitado su apoyo al gobierno de Morales, en una suerte de alianza inédita. Este fue el día, histórico porque para muchxs quedó clarísima la ola de división y profundización del racismo y de las relaciones que son tan profundamente coloniales que están estallando por todos lados.
Por la tarde de ayer, 10 de noviembre, las calles paceñas del centro de la ciudad estaban llenas, luego de la renuncia de Morales, y luego de 21 días de paros protagonizados en la zona sur de La Paz, a la cual se plegaron otras zonas. El centro de la ciudad estaba medio repleto de la gente de la UMSA y la Universidad Católica, vecinxs sobre todo de la Zona Sur, carros particulares que arribaban también desde la zona sur, desfilaron por todo El Prado de La Paz, seguidos de carros de la policía, donde la gente festejaba la renuncia, en uno de ellos iba el conocido dirigente cívico cruceño Luis Camacho, (el “facho Camacho”, anoto).
Festejos, tristeza y saqueos
Sin embargo, en calles de barrios de las laderas y en la ciudad de El Alto, las actividades eran normales, como en los anteriores días, aunque había desconcierto frente a lo incierto de este momento. En El Prado, mientras unxs festejaban, algunas vendedoras, mujeres de pollera, derramaban lágrimas que parecían más de tristeza, lágrimas que también nos salieron incontenibles al saber de la quema de la wiphala que perpetraron las gentes que salieron a su festejo, lo vimos con mucho dolor por los símbolos que mal utilizó el partido que se desmoronaba a la vista de todxs. Otra señora que vendía sus refresquitos de durazno decía: “¡¿Por qué no ha aceptado el Evo la segunda vuelta?!”. Sin embargo, más tarde, la gente comenzó a dispersarse por rumores de grupos que vendrían a atacar la concentración. Este fue el día, histórico porque entre una gran incredulidad, se veía caer un gobierno que había entrado con toda la popularidad que jamás ha soñado cualquier presidente.
Ya en la tarde se supo de los saqueos de la populosa zona 16 de Julio, en El Alto, al caer la noche, se supo del saqueo de El Ceibo muy conocido edificio de productores de chocolate en plena Ceja de El Alto, y que pertenece a cooperativas de productores de cacao, perpetrada por grupos que son del MAS, también se reportó de la quema, ya verificada por el munipio paceño, de una flota de Buses Puma Katari, el servicio municipal de transporte, en La Paz y la quema de casas de líderes opositores al que era partido de gobierno.
Ante los ataques, autodefensa vecinal
Ya cerca de las once de la noche, se oyó gente bajando por nuestra calle, con palos gritando, se supo que eran luego de que pasó este grupo amenazante, la gente entre asustada y decidida, salió a armar fogatas en todas las esquinas como autodefensa por si pasaba otro. La respuesta vecinal fue inmediata, y muy fuerte en varias zonas de la ciudad, cada esquina está con vigilia, porque no sabemos bien quiénes son los que atacan, de dónde son, donde se dirigen y a qué plan obedecen, a pesar que por las redes, las noticias y reportes vecinales de toda la ciudad corrían como reguero: “avanzan por este barrio (foto cuando se puede)”, “en mi barrio también”, “y por el mío”, “estamos saliendo para defendernos”, “estamos en vigilia en mi barrio también”. El miedo aumentó cuando se recibieron reportes de muchas zonas por el recorte del servicio de agua potable. La pregunta que flotaba era ¿por qué estos grupos atacan en El Alto y bajan a las laderas?.