megaproyectos
Encuentro Internacional en Defensa de la Vida: el Maíz, el Agua, el Territorio y la Madre Tierra
Del 25 al 27 de julio de 2025 se reunieron en Chiapas 250 personas de 60 comunidades, organizaciones y redes provenientes de diferentes estados de México y de otros países para un Encuentro Internacional en Defensa de la Vida: el Maíz, el Agua, el Territorio y la Madre Tierra. El objetivo del encuentro fue compartir experiencias organizativas en defensa de la vida y pensar en común cómo hacer frente a los proyectos y megaproyectos, así como la militarización y el crimen organizado, que atentan contra la vida.
Tras tres días de encuentro, los presentes emitieron una declaratoria en la que analizan la situación actual que se vive en los territorios.
DECLARATORIA
SÍ A LA VIDA, NO A LOS PROYECTOS DE MUERTE
A la Sociedad Civil local, nacional e internacional
A los organismos defensores de derechos humanos
A los Estados y a los gobiernos del Planeta Tierra
A los movimientos, luchas dignas y rebeldes
A la prensa local, nacional e internacional
Estando presentes 250 personas, integrantes de 60 comunidades, organizaciones y redes nos reunimos los días 25, 26 y 27 de julio de 2025 en la comunidad Ahlan Muc’ul Ha’ (Abajo del Río Grande), en el municipio de Chilón, Chiapas, con el objetivo de compartir experiencias organizativas y comunitarias en las resistencias y en la defensa de la vida, el agua, el maíz, el territorio y la Madre Tierra.
Somos mujeres, hombres, jóvenas, jóvenes, mayores y mayoras, niños y niñas, reconociéndonos en nuestras diversidades culturales, generacionales, espirituales y sexo-genéricas.
Venimos de diferentes territorios de México, tales como Oaxaca, Coahuila, Veracruz, Hidalgo, Guerrero, Puebla, Estado de México, Chiapas, así como Colombia, País Valenciano y Alemania.
Nos hemos encontrado para buscar juntes cómo hacer frente a los proyectos de muerte tejiendo con mayor fuerza nuestras alternativas que ya estamos construyendo en cada familia, comunidad, pueblo, región, territorio, organización y lucha.
Luego de tres días de compartir y analizar lo que sucede en nuestras regiones y en el mundo, DECLARAMOS Y REAFIRMAMOS que:
Nuestros territorios tienen una gran diversidad biocultural que nos han heredado nuestros ancestros y ancestras, las cuales están puestas en grave peligro a causa de un modelo de desarrollo extractivista que, bajo la lógica individualista, capitalista y patriarcal, nos está despojando de todo lo que nos da vida.
Reconocemos que sufrimos las mismas amenazas: a) la violación de nuestros derechos como mujeres, niñeces, jóvenes, jóvenas, hombres, diversidades sexo-genéricas, pueblos y Madre Tierra; b) la militarización de nuestros territorios por las diferentes fuerzas de seguridad local, regional y nacional, así como, c) la presencia del crimen organizado y su complicidad con los gobiernos y los Estados.
Denunciamos que, en todos nuestros territorios, se nos imponen proyectos sin el consentimiento de los pueblos e instrumentalizando las consultas para efectuar y consumar el despojo. También denunciamos cómo de forma sistémica se instiga, desde el poder institucional y los poderes fácticos, la división comunitaria a favor de las empresas capitalistas.
En un mundo que está agotado sabemos que nuestro enemigo es el mismo y por eso declaramos que no estamos a favor del desarrollo colonialista y patriarcal porque nunca ha funcionado para nosotros y nosotras.
GRACIAS A LAS COMPARTICIONES QUE REALIZAMOS, hemos conocido de viva voz la lucha que las mujeres y los pueblos de los municipios que conforman el MODEVITE (Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio), el Gobierno Comunitario de Chilón, así como de su Pluriversidad Autónoma Comunal Yutsilal Bahlumilal-Gobierno Comunitario Ch’ich’.
El MODEVITE nos ha compartido su experiencia de más de 10 años de resistencia contra la Autopista San Cristóbal de Las Casas-Palenque, mal llamada “la Carretera de las Culturas”. Esta lucha resonó junto a las luchas de comunidades y organizaciones de la sociedad civil de Oaxaca contra el Corredor Interoceánico, la presa Margarita Maza de Juárez y las concesiones mineras. Desde el sureste de Coahuila compartieron la resistencia contra el basurero de residuos tóxicos industriales, ilegal y clandestino y la defensa del agua del arroyo San Miguel. Las compañeras de Hidalgo compartieron la lucha contra el parque solar que se quiere establecer en ciudad Sahagún y la contaminación del agua en Tula, proveniente de los desechos de la zona metropolitana de la Ciudad de México. Desde el norte de Veracruz se denunció la distribución gubernamental de fertilizantes y agrotóxicos que enferman la tierra y la salud de las comunidades.
A la par conocimos por parte de Crianzas Mutuas Colombia la defensa de los ríos en el municipio de Suárez en el valle del Cauca. De ese mismo país, nos trajeron las palabras de las luchas del Cabildo de Taganga, Santa Marta, realizada por las comunidades de pescadores de la costa atlántica colombiana quienes luchan por defender sus maritorios.
Hemos compartido nuestros dolores, pero también nuestras esperanzas y fortalezas: nuestra organización comunitaria tejida a través de nuestros sistemas normativos, nuestras espiritualidades y ceremonias, así como el trabajo colectivo comunitario que sostiene las alternativas que caminamos en nuestra cotidianidad.
Hemos tejido nuestra capacidad de compartir y de soñar en medio de las violencias y guerras que nos atraviesan.
DENUNCIAMOS
las estrategias de los gobiernos, partidos políticos, élites empresariales y caciques locales que buscan desestabilizar nuestras organizaciones comunitarias para despojarnos de nuestros territorios, a favor de sus intereses capitalistas.
(Continuar leyendo…)VIII.- EL COMÚN CONTRA LAS CAJAS MORTALES Y LAS PIRÁMIDES. Una asamblea de jefas, jefes y jefoas. | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Julio de 2025
Fuente: Enlace Zapatista
VIII.- EL COMÚN CONTRA LAS CAJAS MORTALES Y LAS PIRÁMIDES.
Una asamblea de jefas, jefes y jefoas.
Imagine que llega a una asamblea zapatista. Permítame acompañar su mirada y su escucha. Estamos en una reunión. Preside el SubMoy. En una mirada general (“a vuelo de pájaro”, se decía antes -ahora es “con un dron”-), puede usted detectar diferencias evidentes entre quienes participan.
De género, por ejemplo. Hay mujeres, hombres y otroas.
De calendario. Hay niños, jóvenes, adultos y personas ya de juicio (“tercera edad” o “adultos mayores”). No falta la cría que aún está en el vientre de la madre.
De lengua. Hay quienes tienen por lengua madre el Cho´ol, el Tzotzil, el Tzeltal, el Tojolabal, el Mam o Ta Yol Mam, el Zoque, el Kakchikel, y la castilla.
De geografía. Hay de las distintas zonas de pueblos originarios del suroriental estado mexicano de Chiapas.
De credos y creencias. Hay católicos, evangélicos, presbiterianos, ateos, y sin creencia definida o indefinida.
Hay diferencias también en lo que es o significa nacer, crecer, vivir, y luchar como originarios en una geografía donde ser “otro” es motivo de desprecio, explotación, represión y despojo. “Ser” donde “no ser” es la regla y el estigma para el diferente.
Por ejemplo, hay quien sostiene, argumenta, debate, grita, manotea, se enoja, bromea, murmura: “viera que no nos chingaron los reyes mayas, los aztecas, los españolistas, los curas, los franceses, los gringos, los malos gobiernos de México y el mundo, y todos los cabrones, cabras y cabritos caxlanes que llegaron nomás a ver qué roban, ya hubiéramos encontrado la cura para el cáncer, el remedio para la tristeza y el consuelo para el desamor. Para todas las demás desgracias, ahí la llevamos, aunque lentos… como el caracol”.
Y, en cambio, hay quien le contra argumenta y defiende a ciertas religiones y caxlanes; que para la tristeza ya se descubrió la cumbia; y que, para el desamor, cualquier carpintero sabe que “un clavo saca a otro clavo”.
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Ahora busque semejanzas, identidades comunes.
Bueno, la primera que salta es que esas personas son zapatistas. Eso usted lo supone porque el gran galerón en el que se encuentran reunidas está en un caracol. Un “puy”. Esos como centros de trabajo y reuniones, donde suelen haber clínicas, a veces laboratorios, campos deportivos, tiendas de colectivo y del común, comedor, templetes, y gente caminando de un lado a otro.
Es posible que ahí ande también la Verónica Palomitas, quien tiene su propio servicio de mensajería. A cambio de un dulce, usted puede encargarle que vaya a conseguirle algo de la tienda cooperativa. La Verónica Palomitas se monta en su bicicleta y pedalea sin descanso para cumplir la misión. No importa la distancia. Así sean hasta 100… metros, la jefa en funciones del Comando Palomitas le asegura que su pedido llegue a sus manos de usted.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, puede ser que no todos sean zapatistas. Es normal que, a veces, lleguen hermanos no zapatistas a algún servicio de salud -el ultrasonido, por ejemplo-, a pedir orientación sobre algún asunto, a echar fiesta o simplemente a pasear.
Si esperamos a la hora del pozol (esa especie de “break lunch” que se acostumbra en zonas campesinas en el trabajo o en sus largas reuniones), les escuchará hablar y sonreír en lenguas que usted supone originarias porque no entiende nada. Porque sí, no es lo mismo reírse en tzeltal que en tzotzil o cho´ol.
Ni llorar.
El finado supGaleano acostumbraba desesperar a la Verónica Palomitas cuando se ponía a chillar: “no te entiendo si lloras en cho´ol”, le decía y la Verónica se desconcertaba. “Viera que chillas en castilla, tal vez te entiendo”. La niña trataba de averiguar cómo se llora en castilla, pero ya se le había olvidado por qué era el berrinche…
Ah, ya. Unas chanclas muy bonitillas que la Verónica Palomitas miró en la tienda cooperativa. Su papá le decía que “no hay la paga” y el finado divagaba porque le argumentaba que eran mejor las botas. Inútil todo, por eso la chilladera. Nada grave, porque el Capitán, siempre prevenido, sacaba de su chistera… ¡un dulce de chamoy! Y entonces la Verónica y el Capitán se ponían a planear cosas terribles y maravillosas… como una obra de teatro con notas de pie de página. Pero todo eso son secretos que no se van a publicar… todavía.
Pero no se distraiga, concéntrese. Las semejanzas no son concluyentes, porque el ser originarios lo comparten con millones en México y en el mundo; el ser zapatistas con cientos de miles; el ser mujeres o varones u otroas también lo comparten con millones.
Cierto, tiene usted razón. Es palpable que esas personas no están ahí para quejarse, sea de su mala suerte, sea de que nacieron indígenas, sea que los han despojado, explotado, despreciado, reprimido. En fin, esa historia que comparten con otros pueblos originarios del mundo.
No se escuchan quejas más allá de que duele su panza porque los tamales estaban crudos, o porque ya entró su sueño, o porque ese otro compa usa palabras muy duras que ni él entiende, pero ni modos, hay que respetar su palabra.
Pero no se engañe, el silencio que se escucha no es de acuerdo, aceptación o resignación. Es de pensamiento.
Tampoco crea que todo transcurre en calma, no. Hay discusiones, y fuertes. No hay gritos y sombrerazos porque son pocos los que usan sombrero. Digamos que hay “gritos y cachuchazos”. Las compañeras suelen ser más letales: se lanzan mal miradas y gestos. Y no hay trifulcas con sillas como arma y escudo, porque… no hay sillas, sino unas bancas que disuaden cualquier carrera armamentista (pesadas pues).
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Ah, es cierto. Entre las diferencias está su historia como zapatistas. Los hay quienes, en la clandestinidad, prepararon el relámpago de enero de 1994. Quienes marcharon, armados de verdad y fuego, en las calles de 7 cabeceras municipales que fueron tomadas por “los indios”. Veteranos combatientes, viejos guerrilleros, responsables locales, de región y de zona, comandantas y comandantes del llamado “Comité Clandestino Revolucionario Indígena”.
Están quienes eran unas crías en el alzamiento, y crecieron en medio de traiciones de todo tipo, ataques y hostigamientos de los ejércitos, las policías, los paramilitares. Quienes levantaron la autonomía zapatista.
Están quienes han nacido en los últimos 30 años y que levantaron escuelas, clínicas y toda la estructura organizativa de la autonomía zapatista. Quienes han organizado encuentros, festivales, semilleros, torneos, juegos, artes, cultura. Quienes son Tercios Compas, Promotores de Educación, Promotores de Salud, Coordinadores de Arte y Cultura, pintores y pintoras, teatristas, canta-autores, bailarines y bailarinas, músicos y músicas (sin agraviar), albañiles, poetas, carpinteros, novelistas, mecánicos, choferólogos, milicianas, milicianos y milicianoas, poetizas, insurgentas e insurgentes, autoridades autónomas, cineastas, escultores, comisiones de todo lo necesario (comisión de templete, de limpieza, de estacionamiento, de letrinas, de bañaderos, de perritos y gatitos, de cocina, de leña, de vigilancia, de tienderos, de taquería, de tamale crudo, de pirámide, de musicales, de motor, de agua, de luz, de… ¿escarabajos?)
Y, claro, están las crías que se dedican a lo que toda cría en el mundo debería dedicarse: a hacer travesuras.
Tres generaciones. Cuatro si tomamos en cuenta a la niñez. 5 contando la que viene en camino.
En fin, una sociedad más o menos compleja. Con sus trabajos y sus disputas. Con la forma que estas mismas comunidades se han dotado para organizar los primeros y resolver las segundas.
Lo que se aprecia es la seriedad de la reunión. La misma seriedad con la que decidieron y llevaron a cabo un alzamiento; la misma seriedad con la que decidieron la autonomía y la levantaron; la misma seriedad con la que definieron su camino con dos palabras “Resistencia y Rebeldía” -y la luchan y la viven día y noche-; la misma seriedad con la que llamaron a la lucha por la vida; la misma con la que ahora planean este próximo encuentro.
La misma seriedad con la que se miraron en el espejo de la práctica, criticaron no el reflejo que les devolvía el espejo, sino lo que eran y son, y así se reconstruyeron.
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Muchas personas. Muchas diferencias. Y lo que tienen en común en realidad no les hace diferentes a otros, otras, otroas en el mundo.
Pero encontraron un punto de coincidencia. Un común. Algo en lo que coinciden y no les demanda dejar de ser lo que son, ni renegar de su historia, sus raíces, su modo. Algo a lo que pueden aportar, apoyar, con sus conocimientos, trabajos, opiniones, dudas.
Ya. Son parte de lo que se conoce como “Interzona”. Pero sólo una parte, porque hay autoridades de Inter-ACGAZ, ACGAZ, CGAZ y GAL. Hay coordinadores. Hay jóvenes de las distintas áreas. Mucha juventud. Mucha bulla.
Ahora les une un propósito común: dar de entender a otras geografías, modos, géneros, lenguas, generaciones, el cómo, contra una pirámide, se construyó otra; cómo fue derribada esta última; y cómo el común fue y es machete, hacha, barretón, martillo, que la edificó primero, y que luego la destruyó para así destruir la más grande: el sistema. El capitalismo, la pirámide madre, la que bajo su sombra y jerarquía ha visto nacer y crecer otras pirámides: el patriarcado, la homofobia, el vanguardismo, el autoritarismo, la psicopatía hecha gobierno, los nacionalismos, la destrucción criminal de la naturaleza, las guerras.
Y el por qué hay que destruir la pirámide, cualquier pirámide, todas las pirámides.
Es una asamblea por el modo. Pero no se reunieron para enterarse, sino para sacar un acuerdo del qué, cómo, dónde, por qué.
Una reunión para acordar y organizarse. Para preparar todo de modo que nuestras compañeras, compañeros y compañeroas de México y el mundo, se sientan como es de por sí, es decir, en compañía.
Y toda esta bulla para prepararse para un encuentro. Uno con compañeros, compañeras y compañeroas semejantes en sus diferencias. Uno internacional. Uno por la vida.
Desde las Montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, julio del 2025.
Imágenes de preparativos para el «Encuentro de Resistencias y Rebeldías Algunas Partes del Todo» en agosto del 2025, Terci@s Compas Zapatistas
Audio: Voz y palabras de Eduardo Galeano, «El derecho al delirio».





