21 de Diciembre de 2012: El sonido de la esperanza zapatista
El 21 de Diciembre de 2012 fue el último día del baktún de la cuenta larga de los mayas. No sabemos desde qué hora empezaron a llegar los miles de zapatistas que ocuparían las cabeceras municipales de Ocosingo, Palenque, Las Margaritas, Altamirano y San Cristóbal de las Casas. Lo que sí sabemos es que desde las ocho de la mañana empezaron a hacerse visibles, a ocupar cuidadosamente sus lugares asignados en filas y contingentes. En la ciudad de San Cristóbal los contingentes iban desde el recién construido Soriana hasta más allá de una de las entradas al Huitepec en el periférico de esta ciudad. Hombres, mujeres y niños bajaron desde sus comunidades en medio de un frío y una lluvia tenaces que no cesarían durante todo el día. Y así, con números bordados en sus pasamontañas que marcaban el contingente al que pertenecían y en un perfecto orden, empezaron a avanzar una vez más sobre la orgullosa Jovel.
El gris, la tempestad que los esperaba ese día no dejan de ser simbólicos. Así se mira, se siente el mundo estos días, particularmente la realidad nacional. El retorno del PRI al poder (que es prácticamente en los tres niveles en Chiapas), las reformas laboral y educativa, la amenaza inminente de desmantelamiento de lo que queda del ejido (en la forma de reformas a la ley agraria presentada por Calderón a días de terminar su mandato), la represión y criminalización de la protesta social con el PRI reloaded y la profundización del modelo extractivista, léase de saqueo abierto de recursos naturales. Así de gris y tormentoso es el panorama. Y en medio de esa noche aparecieron una vez más los y las zapatistas.
En silencio, en un orden perfecto, aguantaron la lluvia, el frío y el viento como de por sí resisten. Avanzaron las columnas, los ríos de gente, de pasamontañas y paliacates. A su paso, salieron los simpatizantes que se han sentido convocados por el zapatismo. También hubo periodistas y turistas como en el 94. Muchos negocios cerraron sus puertas, así es el miedo coleto. Pero también hubo aquellos, los menos, que saludaban a los contingentes desde las puertas de sus negocios.
Cuando las columnas alcanzaron la Plaza de la Resistencia, ya una brigada zapatista había montado un templete sencillo y pequeño. La vanguardia que traía las banderas de México y la Zapatista se pusieron como fondo para lo que sería un espectáculo de dignidad. Por ese templete pasaron todas las columnas, todos y todas de los miles de zapatistas que vinieron a San Cristóbal subieron y bajaron con el puño izquierdo en alto, en medio de un silencio que sólo era roto por el ruido de sus pisadas al subir y bajar apuradamente. Eso y de vez en cuando alguna consigna de los simpatizantes que observaban desconcertados, preguntándose a qué hora se daría el comunicado tan anunciado en la página de Enlace Zapatista. Sin embargo, ese acto era el comunicado: el mensaje fuerte y sabio que mandaba no sólo la Comandancia General del EZLN, sino las bases de apoyo zapatista. El EZLN que resiste, camina y construye son ellos que son sujeto colectivo y alzan su puño izquierdo como diciendo: no nos rendimos, no nos vencimos, aquí seguimos.
Por las calles aledañas a la plaza central seguían llegando los y las zapatistas, apurando el paso para después tomar su lugar en un acto que pareciera ensayado muchas veces y que sin embargo no había visto el escenario hasta ese día. El esfuerzo organizativo de movilizar a miles de personas en un acto cargado de simbolismo y dignidad contrastan como nunca con toda la vacuidad y el cinismo de los actos de gobierno. La pista de hielo construida por el gobierno municipal y que ocupa prácticamente la mitad de la plaza de la catedral puede también servir de metáfora: costosísimo elefante blanco construido sin duda para el turismo, con fondos del erario público en un estado en quiebra, la pista se encuentra no sólo fuera de contexto sino que además no sirve. Ocupación-usurpación del espacio público. Y ¿qué pasó durante la movilización zapatista? Ahí siguió el elefante blanco, mientras que la movilización, los zapatistas desbordaron las calles, los límites: el centro entero fue tomado.
Poco a poco, así como llegaron, los miles de colores que son los pueblos zapatistas salieron en silencio de la ciudad para regresar a las montañas. Dejaron detrás una vez más la algarabía en medio del gris que reina. Abonaron la semilla de la esperanza que sembraron hace muchos años.
December 21, 2012: The sound of Zapatista hope written in articles, audio, Radio Zapatista December 22, 2012 by Radio Zapatista. Chiapas, Mexico.
December 21 was the last day of the baktún of the Long Count of the Mayas. We do not know from what hour the thousands of Zapatistas that would occupy the municipal centers of Ocosingo, Palenque, Las Margaritas, Altamirano, and San Cristóbal de las Casas began to arrive. What we do know is that from 8:00 o’clock of the morning, they began to make themselves visible, to carefully occupy their assigned places in files and contingents. In the city of San Cristóbal the contingents went from the recently constructed Soriana to further than one of the entrances to Huitepec on the periphery of the city. Men, women, and children descended from their communities in the midst of tenacious cold and rain that did not cease throughout the entire day. And thus, with numbers embroidered on their balaclavas that marked the contingent to which they belonged and in perfect order, they began to advance once again over the proud Jovel.
The gray, the tempest that awaited them that day do not cease to be symbolic. The world is thus seen, felt these days, particularly the national reality. The return of the PRI to power (which is practically on the three levels in Chiapas), the labor and education reforms, the imminent threat of the dismantling of what remains of the ejido [commons](in the form of reforms to agrarian law presented by Calderón days before finishing his term), repression and criminalization of social protest with the PRI rearmed, and the deepening of the extractive model, read the open plunder of natural resources. So gray and stormy is the panorama. And in the middle of that night there appeared once again the Zapatistas.
In silence, in perfect order, they bore the rain, the cold, and the wind as if their very nature is to resist. They advanced in columns, the rivers of people, of balaclavas, and bandanas. On their passing, came out their sympathizers who have felt themselves called by Zapatism. There were also journalists and tourists as in ‘94. Many businesses closed their doors, such is shameless fear. But there were also those, the lesser in number, that greeted the contingents from the doors of their businesses.
When the columns reached the Plaza de la Resistencia, already a Zapatista brigade had built a simple and small platform. The vanguard that carried the Mexican and Zapatista flags placed themselves as backdrop for what would be a spectacle of dignity. All the columns passed through that platform, all the thousands of Zapatistas who came to San Cristobal climbed and descended with the left fist raised, in the midst of a silence broken only by the noise of their steps on climbing and descending hurriedly. That and from time to time some word from the sympathizers who watched disconcerted asking themselves at what hour would the communiqué so much announced on the Zapatista link be given. Nevertheless, that act was the communiqué: the message strong and wise that not only the General Command of the EZLN (Zapatista Army of National Liberation) but the Zapatista bases of support sent, The EZLN that resists, walks and builds are they who are the collective subject and raise the left fist as if to say: we will not give up, we do not surrender, here we continue.
Through the village streets, to the central plaza continued arriving the Zapatistas hurrying their step to then take their place in an act that seemed many times rehearsed and which nevertheless had not seen the stage until that day. The organizing effort of mobilizing thousands of persons in an act loaded with symbolism and dignity contrasts as never before with the emptiness and cynicism of the acts of the government. The ice rink constructed by the municipal government and which practically occupies half the plaza of the cathedral can also serve as metaphor: extremely costly white elephant built without doubt for tourism with monies from the public funds in a state of bankruptcy, the rink finds itself not only out of context but furthermore is useless. Occupation-usurpation of public space. And what happened during the Zapatista mobilization? There stood the white elephant while the mobilization, the Zapatistas overflowed the streets, the limits: the entire center was taken, occupied.
Little by little, as they had come, the thousands of colors that are the Zapatista peoples went out the city in silence to return to the mountains. They left behind once more the gabble in the midst of the gray that reigns. They fertilized the seed of hope they planted many years ago.
(English translation from the Spanish by © Rafael Jesús González 2012)
Comentario by Rafael Jesús González — Dec-22-2012 @ 20:12