Parroquia de San Pedro Chenalhó a 20 de noviembre de 2017

A todos los creyentes católicos de San Pedro Chenalhó
A todos los creyentes católicos de San Pablo Chalchihuitán
A todos los habitantes de estos municipios
A las autoridades municipales de Chenalhó y Chalchihuitán
A las autoridades estatales y federales
A todos los creyentes
A los organismos defensores de derechos humanos
A los medios de comunicación
A todas las personas de buena voluntad
A la opinión pública

Hermanos y hermanas

Nosotros y nosotras servidores de la Iglesia Católica de la parroquia de San Pedro Chenalhó queremos dar nuestra palabra sobre el conflicto de colindancia con el municipio de Chalchihuitán que una vez más está ensombreciendo las vidas de nuestros municipios, no nada más las de aquellos directamente afectados en sus parcelas, en sus viviendas, en su seguridad, y hasta en sus vidas, sino la de todos los habitantes de Chenalhó y Chalchihuitán aunque no estén directamente implicados en el conflicto y también los de otros municipios que no pueden transitar libremente por los caminos y carreteras.

La palabra de Dios que hemos leído estos días nos ilumina como siempre sobre la realidad y los acontecimientos que estamos viviendo. Así dice el libro de la Sabiduría:

Escuchen reyes y entiendan… el señor juzgará sus obras y examinará sus intensiones; porque siendo ministros de su reino, no gobernaron rectamente, ni guardaron la ley, ni obraron según la voluntad de Dios. Él vendrá sobre ustedes de manera repentina y terrible, porque a los poderosos los juzga implacablemente. A los más humildes se los compadece y perdona, pero los poderosos serán examinados con rigor. (Sabiduría 6; 1, 4-6)

Y así es en el conflicto entre Chenalhó y Chalchihuitán, justamente como dicen estas palabras. No son los campesinos los culpables, ni los de Chenalhó, ni los de Chalchihuitán: Aunque algunos de ellos sí hayan cometido alguna falta, a ellos, como dice esta palabra, se los compadece y perdona. Pero los gobernantes ellos sí serán juzgados con gran rigor porque ellos son los verdaderos culpables porque no gobernaron rectamente ni guardaron la ley. Así lo sabemos todos en nuestros municipios, los pedranos y los pableros, los católicos y los de otras religiones, los de cualquier partido y organización. Así lo saben los más ancianos que lo vivieron y así lo dice hasta un documento que el gobierno mandó a elaborar en 2008 a raíz de una lamentable muerte que se causó por este mismo conflicto: ¿Qué es lo que todos saben y dicen? Pues que entre Chenalhó y Chalchihuitán no había ningún problema de colindancia sino hasta 1973 cuando intervino la Secretaría de la Reforma Agraria para los trabajos de Reconocimiento y Titulación de Bienes Comunales de los dos municipios y que el problema se causó porque no se hicieron bien los trabajos, no se respetó la palabra, ni las costumbres, ni los documentos antiguos de los pueblos indígenas. Y los gobiernos, tanto federales como estatales, en vez de reconocer este error no han hecho más que hacer cada vez más profundo el conflicto ofreciendo falsas soluciones que en realidad no solucionan nada.

Por todo esto le decimos a los tres niveles de gobierno:

¡Ya basta de tantas mentiras e irresponsabilidades!

Cuando ustedes andan en campaña hacen promesas y dicen : “pobres indígenas, nosotros los vamos a ayudar” pero cuando llegan al poder dicen: “ahí se mueran no nos importan sus vidas”.

Les exigimos justicia y solución inmediata y satisfactoria para los dos municipios. Ustedes tienen todos los elementos para solucionar el problema, tienen los planos y croquis, las colindancias, conocen la historia. Tienen sus cargos que es para resolver los problemas del pueblo, pues si no es así ¿para qué los tienen?

Ustedes dicen “esperen unos días” y así esperando ya llevamos 45 años con este problema que en vez de solucionarse se pone cada vez peor. Se dedican a administrar el problema y sólo les interesa conservar su cargo y ver qué otro se consiguen después.

En estos días se ha escuchado en Chiapas una mala palabra de las autoridades que nos hizo recordar lo que se dijo antes de la Masacre de Acteal en 1997: “Ustedes mátense entre ustedes, ya después nosotros recogemos los cadáveres”.

¿Esa es su forma de gobernar? ¿Así cumplen sus promesas de campaña? ¿Así es como respetan la Constitución que juraron cumplir y hacer cumplir cuando tomaron el poder?

Parece que sí, que eso es lo que quieren, que nos matemos entre nosotros, y si no es así, ¿Por qué están permitiendo que cada vez haya más armas en nuestros municipios y no sólo permitiendo sino promoviendo su compra?

A nuestros hermanos de Chenalhó y Chalchihuitán les pedimos que abran los ojos y se den cuenta de lo que quiere el gobierno. ¡No caigamos en la violencia! Lo que quieren los ricos y poderosos es que nos matemos entre nosotros para así poderse quedar más fácilmente con nuestras tierra.

¡Ya no más desplazados en nuestra tierra! ¡No más masacres en nuestros municipios! Que haya paz y convivencia entre hermanos como la había entre nosotros antes de que el gobierno viniera a crear este problema hace ya casi 50 años.

A los desplazados les decimos que nos unimos en su exigencia de justicia y que los acompañamos en su dolor y en sus oraciones.

Hace tres años, en mayo de 2014, ya habíamos dado nuestra palabra sobre este problema y la volvemos a repetir ahora. Cuando Caín mató a su hermano Abel, el Señor Dios le dijo:

“¿Qué has hecho? la voz de la sangre de tu hermano clama a mi desde la tierra. Por eso te maldice esta tierra que se ha abierto para recibir la sangre de tu hermano que tu mano derramó. Cuando cultives la tierra, no te entregará sus frutos. Andarás errante y perdido por el mundo”. (Génesis 4, 10-13)

Hermanos, en vez de violencia entre nosotros busquemos el diálogo, la reconciliación y las soluciones pacíficas. Recordemos que somos hermanos, hijos de un mismo Padre que no ama la injusticia y protege a los pobres. Él nos lo ha dicho y nos ha dado su promesa y también a los gobernantes les da su oportunidad: ” Se lo digo a ustedes, gobernantes, a ver si aprenden sabiduría y no pecan: los que cumplen sensatamente su voluntad serán conocidos como justos, los que se la aprendan, encontrarán quien los defienda (Sabiduría 6, 9-10).

Fraternalmente

La voz de la Parroquia de San Pedro Chenalhó