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Pueblos Indígenas
CNI denuncia agresiones contra pueblos originarios y saluda liberación de preso político
Al pueblo de México
A los medios de comunicación
A la Sexta Nacional e Internacional
Por acuerdo de la reunión de la comisión de coordinación provisional del Congreso Nacional Indígena, saludamos con alegría la libertad de nuestro compañero Álvaro Sebastián Ramírez, quien estuvo durante mas de 19 años secuestrado por el mal gobierno y a quien reiteramos que el CNI es y será siempre su casa, donde la lucha por un mundo donde quepan todos los mundos le reconoce y espera.
Los pueblos naciones, naciones, tribus y barrios indígenas que somos el Congreso Nacional Indígena nos pronunciamos en contra de la agudización del despojo y la represión, parte de la guerra capitalista en contra nuestra, que tendrá siempre como respuesta nuestra resistencia y nuestra rebeldía.
Denunciamos el cobarde ataque que sufrieron nuestros compañeros de la comunidad de Santa Cruz Acalpixca, delegación Xochimilco en la Ciudad de México el pasado 9 de julio del presente mientras la Comisión en Defensa de la Tierra realizaba un recorrido por su territorio y un grupo de narco paramilitar auspiciado y solapado por el mal gobierno de la Ciudad de México rafagueó con armas de grueso calibre el vehículo de los compañeros sin causar heridos, pero buscando intimidar y detener la lucha por la tierra que nuestros compañeros han mantenido.
Repudiamos el agresión perpetrada en contra del compañero Mario Luna, secretario del gobierno tradicional de la tribu yaqui en la comunidad de Vicam, Sonora y miembro del Concejo Indígena de Gobierno, el pasado 27 de junio del presente año cuando personas entraron en su domicilio e incendiaron su vehículo como parte del constate hostigamiento a la lucha de la tribu que no ha dejado de resistir en contra del funcionamiento del Acueducto Independencia que roba el agua del río Yaqui amenazando la existencia de este pueblo.
Damos nuestro apoyo y solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de la casa del estudiante Vladimir Ilich Lenin de Morelia, Michoacán, quienes resisten con su organización autónoma las imposiciones y lineamientos orientados a hacer individual la asignación de presupuesto y reglamentos, desaparecer su autonomía y solidaridad, la comunidad que se enseña y construye en su interior.
Denunciamos el despojo que persiste en la comunidad Mayo de Cohuirimpo, Sonora a manos de empresarios que saquean materiales pétreos, por lo que mediante las autoridades tradicionales fue desalojada de manera pacífica el pasado 5 de julio del presenta año la empresa que mantenía este saqueo; acción que saludamos y respaldamos.
La guerra es contra todos los pueblos, lo ha demostrado la perpetua guerra que sostiene el mal gobierno guatemalteco en contra de los pueblos mayas, como es el despojo en contra de la comunidad Dr Laguna Larga, a quienes la policía nacional y el ejército guatemalteco, que quemaron sus viviendas y las constantes amenazas e intimidaciones los mantienen refugiados en la línea divisoria entre ese país y México, en condiciones en las que todo falta, el agua, los alimentos, medicamentos y techo. A ellos nuestra solidaridad y apoyo.
Decimos una vez mas que los pasos que siguen dando las luchas, las resistencias y las rebeldías que nos hacen ser Congreso Nacional Indígena son la luz que nos guía, que es anticapiltalista, es de abajo y es de izquierda.
Atentamente
Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Mas un México Sin Nosotros
Julio de 2017
Congreso Nacional Indígena
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MANIFIESTO INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA EL PUEBLO MAPUCHE
MANIFIESTO INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA EL PUEBLO MAPUCHE
Ante el asesinato de Luis Marileo Cariqueo (24 años) y Patricio González Guajardo (23 años), el brutal allanamiento policial que sufrieron niños y niñas de la Escuela G-816 de Temucuicui (Región de la Araucanía, Chile) el día 14 de junio de 2017 y frente a la violencia policial sistemática contra comunidades mapuche que impulsan procesos de recuperación y defensa territorial, los profesores y profesoras, estudiantes, activistas, profesionales e integrantes de organizaciones sociales que suscribimos este manifiesto internacional venimos a expresar lo siguiente:
- Rechazamos enérgicamente que el crimen de Luis Marileo y Patricio González sea calificado como acción de “legítima defensa” frente a supuestos actos “delictuales” o “terroristas” mapuche. El asesinato debe ser contextualizado en la incapacidad que el Estado chileno, la clase política y los gobiernos democráticos han tenido en generar las condiciones para una resolución política a las legítimas demandas del pueblo mapuche por recuperar su territorio y derecho a la autodeterminación. De igual forma, la llamada “legítima defensa” y “paz” que pregonan organizaciones de latifundistas en la Región de la Araucanía, lo que busca es cercenar derechos al pueblo mapuche y acentuar la violencia contra líderes, comunidades y organizaciones que protagonizan procesos de reclamación territorial en el marco de la construcción de autonomías y reparaciones históricas frente al despojo.
- Repudiamos con indignación la violencia policial que sufrieron los niños y niñas de la Escuela G-816 de Temucuicui, quienes producto de los gases lacrimógenos expulsados por Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile, debieron huir del lugar asfixiados y atemorizados. Estos acontecimientos no constituyen efectos colaterales del actuar policial, por el contrario, son parte de una estrategia política estatal que mediante la violencia focalizada hacia niños, jóvenes, mujeres y ancianos, pretende infundir terror y desmovilizar a actores que son fundamentales para la reproducción y proyección autónoma de la vida social, política y cultural mapuche.
Esta estrategia de golpear, amedrentar y violentar a niños y niñas, es común en el despliegue de las Guerras de Baja Intensidad (GBI), pero también representa la continuidad de los castigos, la violencia simbólica y los secuestros vividos por generaciones mapuche en las escuelas misionales, estatales e internados durante el siglo XX, como parte de una política estatal de exterminio legitimada en las ideas de “progreso” y “civilización”. La continuidad de esta violencia en nuestros días, justificada en discursos de seguridad nacional, no hace más que aumentar la rabia acumulada producto de una historia larga de violencia y despojos coloniales.
- Los asesinatos de Alex Lemún (2002), Julio Huentecura (2004), Zenón Díaz Necul (2005), José Huenante (2005), Matías Catrileo (2008), Jaime Mendoza Collío (2009), Rodrigo Melinao Lican (2013), Macarena Valdés (2016) Luis Marileo y Patricio González (2017), así como la sistemática criminalización y violación de los derechos humanos mapuche durante el contexto democrático post-dictatorial chileno, no constituyen eventos aislados. Se explican por un Estado de Ocupación Colonial que se forjó a raíz de la ocupación militar de la Araucanía y la violenta colonización de la Fütawillimapu en los siglos XIX y XX. Esta estructura colonial profunda, instalada en la organización política del Estado, los procesos territoriales, la economía, la desigualdad estructural en Chile y enquistada en las prácticas cotidianas mediadas por el racismo, en el actual contexto neoliberal se agrava con la violencia que el capital extractivo (forestal, minero, acuícola, hidroeléctrico, etc.) y la economía de activos ejerce sobre el territorio histórico mapuche, las vidas humanas y no humanas que en éste habitan. Es por ello que la defensa mapuche del territorio, es ante todo una defensa y lucha por la vida de todas y todos.
- La violencia que vive el pueblo mapuche en la actualidad, al no restringirse a una coyuntura exclusiva de los gobiernos democráticos, sino a un problema histórico de profunda complejidad que permea distintos campos de la vida, entre ellos la academia, los trabajadores, los estudiantes, pobladores, inmigrantes y organizaciones sociales diversas, requiere de pronunciamientos y alianzas para generar un cambio estructural de las relaciones de poder en Chile.
- Consideramos que las posibilidades de resolución del conflicto que el Estado y el gran capital mantiene con el pueblo mapuche, necesariamente deberán considerar la complejidad y magnitud de los procesos históricos, socioeconómicos, políticos e ideológicos que connotan el Estado de Ocupación Colonial. Para ello, el respeto al derecho a la autodeterminación de los pueblos, la restitución territorial, el freno al capital extractivo, la desmilitarización de las comunidades, la libertad a los presos políticos, el cese a la criminalización, así como la justicia y reparación por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el pasado y el presente contra el pueblo mapuche, debieran situarse como parte de una plataforma básica desde la cual establecer una negociación política.
Junio de 2017