Hermanas y hermanos de esta ciudad de Huajuapan de León,
Hermanas y hermanos de los pueblos indígenas de la región y del Movimiento Agrario Indígena Zapatista:
Nuestro caminar como Concejo Indígena de Gobierno va recogiendo los dolores en cada rincón de los pueblos, naciones y tribus originarias del país, sus luchas de resistencia y de rebeldía. Vamos caminando entre la guerra declarada contra todas y todos los mexicanos, como es la cobarde represión que ha llevado a cabo el mal gobierno de Michoacán en contra de maestros y maestras a quienes respetamos por sus legítimas y justas exigencias. Represión que también ha golpeado a nuestros hermanos de las comunidades purépechas solidarias con la lucha magisterial.
Para el gobierno de Michoacán, corrompido históricamente por lo peor de la violencia de la delincuencia organizada, el camino para resolver la exigencia de derechos de quienes enseñan en las escuelas, es declararles la guerra a ellos y a quienes con su corazón firme y la conciencia despierta le han dado la mano a la lucha por la justicia.
Somos los pueblos las víctimas de la guerra que los malos gobiernos en todos sus niveles y órdenes hacen para defender la muerte, la explotación, y la destrucción de los tejidos que nos mantienen vivos como pueblos. Los partidos políticos hacen justo lo que su nombre dice, parten a nuestras comunidades y el costo a ninguno de los capitalistas asesinos que dicen gobernar México les interesa, pues el dolor y la rabia son solo nuestros, de los de abajo en el campo y la ciudad. O sea, no les interesa la justicia, menos la democracia ni la libertad.
Los partidos políticos se disputan el poder que no solo destruye por los intereses corrompidos que representan, sino porque llenan de confrontación, y discordia nuestras comunidades, que pagan con la sangre de nuestros hermanos y hermanas por el odio que siembran los poderosos y sus podridos objetivos en la vida de nuestros pueblos. Nos duelen los muertos de Oxchuc, en el estado de Chiapas y pensamos que la justicia nacerá cuando arranquemos de raíz a los gobiernos capitalistas y que de la organización surja el gobierno que mande obedeciendo, no porque nos lo prometa mentirosamente un candidato o candidata sacada de las entrañas de la clase política, sino porque el gobierno seamos todas y todos y no ocupemos pedirles nada.
Desde estas tierras denunciamos que el mal gobierno no ha hecho más que simular la justicia ante el asesinato, ocurrido el 7 de abril de 2010, por grupos paramilitares, de la compañera Alberta Cariño Trujillo, más conocida como Bety Cariño, hermana hondamente comprometida con las luchas y las resistencias de nuestros pueblos; y del compañero internacionalista Jyri Antero Jaakola.
Exigimos el castigo de los responsables intelectuales y materiales de dichos asesinatos y que no se obstruya más el ejercicio de la justicia.
A todo esto, le llamamos represión y su objetivo es nuestro exterminio, pero la paz la haremos nosotros y nunca los de arriba, o sea que la haremos con libertad y para ser libres los pueblos originarios nunca hemos necesitado pedir permiso a nadie.
En esa libertad somos capaces de hacer lo que la historia nos está exigiendo y ese es el llamado del Concejo Indígena de Gobierno, ese es el llamado que empieza hoy, como empezó hace cientos o miles de años con la resistencia de nuestros pueblos y culturas. Por eso no es una campaña electorera lo que necesitamos, sino ser capaces de soñar y caminar nuestros sueños hasta que sean la luz que buscamos.
Desde el estado de Oaxaca
A 29 de enero de 2018
Nunca más un México sin Nosotros