Con el amparo, Alberto Patishtán ganó una batalla en camino a su liberación
Es considerado preso político emblemático y el principal recluso de conciencia del país
Reconocimiento festivo a su retorno al penal de San Cristóbal de las Casas, Chiapas
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 28 de julio de 2012, p. 18
San Cristóbal de las Casas, Chis., 27 de julio. Desde su salida del penal federal en Guasave, Sinaloa, la mañana del jueves, para retornar a la prisión estatal de donde fue arrancado en octubre, Alberto Patishtán Gómez ha recibido un reconocimiento amplio. Primero fue despedido con gritos de viva Chiapas por los demás reclusos del Cefereso 8. A su llegada al penal de San Cristóbal fue recibido festivamente por sus compañeros de la Voz del Amate y Solidarios de la Voz del Amate.
Considerado preso político emblemático y el principal preso de conciencia en el país, al conseguir que las autoridades acataran el amparo concedido por un juez federal contra su traslado, Patishtán ganó una batalla en el camino a su liberación.
Como él mismo relata en su primer testimonio desde su retorno, me sacaron de mi celda, me dieron mis cosas y dijeron que me iban a regresar. Me pasaron al área médica, luego a los resguardos. Esperé; los trabajadores no habían llegado. Luego esperamos el desayuno. Me entregaron mis documentos y cartas de mis amigos. Hacia las 9 me llevaron con una ambulancia al aeropuerto. Desde que salí del Cefereso me esposaron pies y manos. El trato de regreso fue diferente, porque me llevaron al avión. No me quitaron las esposas. Recuerda: Cuando salí de la celda en Guasave, todos me felicitaban. Qué alegría. Cuando me llevaron (en octubre) me llevaron con pura violencia.
Una persona me dijo que venían conmigo un abogado y un doctor, relata. Me ofrecían comida y me decían que para que no hablemos mal de ellos. Una persona me preguntó de cómo va el asunto, me decían que le eche ganas, que mi bronca es política. Me revisaron como tres veces y me tomaban fotos cuando me revisaban y cuando me daban de comer. Luego llegamos a Villa Aldama, en Veracruz, dejaron a un interno y subieron otros dos. Luego fuimos a dejar esos internos a San Luis Potosí y luego ya me trajeron a Chiapas.
En el aeropuerto subieron unos médicos y me revisaron. Me quitaron las esposas y bajé del avión. Hicieron documentos y preguntas. Llegamos como a las 18:30. Me tomaron muchas fotos. Luego el Grupo Lobo me recibió y me trajo para acá. El trato fue diferente. Cuando llegué aquí me recibió el director. Me recibió el comandante y el alcaide, y me trajeron directo.
Sus compañeros solidarios de la Voz del Amate contaron que el director nos había dicho que el día 3 de agosto iba a llegar; anoche cuando Alberto llegó, todo mundo hizo fila para saludar.
La traumática experiencia del castigo que significó el traslado al norte y el trato de delincuente peligroso no sólo consolidó una vasta red de solidaridad en el mundo, sino que le dejó nuevas enseñanzas. Se pronuncia por mejorar el sistema penitenciario con respeto a los internos y sus familiares, salud, medicamentos, alimentación. Y añade: Conocí a un compañero en la cárcel. Me dijo que hay que tomar en cuenta las tesis y jurisprudencias. Tenía documentos de Acteal y Atenco que estaba estudiando para defenderse.
También se refirió a su estado de salud: Decían en Guasave que no tenían el expediente médico. Que cuando lo tuvieran me iban a comprar las gotas. Me decían que no tengo glaucoma, pero luego un médico del consejo federal penitencial me dijo que tengo neuropatía óptica isquémica. Y aclara: El 14 de febrero se mencionó que me hicieron revisión médica, es mentira, nunca lo hicieron.
Por su parte, Gabriela Patishtán, quien ha seguido de cerca el caso de su padre al grado de matricularse en la carrera de Derecho en la universidad estatal, agradeció hoy la solidaridad recibida por el profesor y su familia: “Se ha logrado una parte de esa ‘justicia’, que mi papá regrese, y estoy muy agradecida por todos los que no nos dejaron y siempre estuvieron con nosotros ya sea en sus diferentes modos. Estamos presenciando el fruto de los esfuerzos y luchas que se han hecho. Lo que sigue, y lo que he anhelado durante estos 12 años y seguiré pidiendo, es la libertad de mi papá. Lo que me ha motivado es su inocencia, sé que la verdad saldrá triunfando y que en algún momento estará libre”.