La Granja Sur Central y la Otra Campaña en el Otro Lado
por Daniel Nemser
Publicado en: CIEPAC
Las ideas de La Otra Campaña ya trascienden fronteras. En California, migrantes mexicanos, centroamericanos y de otros países latinoamericanos, junto con estadounidenses de bajos recursos, se posesionaron de un terreno en el centro industrial de Los Angeles y lo convirtieron en un vergel. Su forma de organización se inspiró en los zapatistas de Chiapas.
No sólo son personas las que migran de México hacia los Estados Unidos cada día-las ideas, también, cruzan la frontera. En California, muchos colectivos inspirados por la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la Otra Campaña de los Zapatistas han intentado incorporar el mensaje de la autonomía “de abajo y a la izquierda” en su práctica cotidiana. Una organización en particular que ha enfrentado luchas muy parecidas a las que están enfrentando algunos adherentes a la Otra Campaña es la Granja Sur Centro, un jardín urbano ubicado en una de las colonias más pobres de la ciudad de Los Ángeles.
La noche del 28 de mayo, me encontraba entre un grupo de alrededor de 100 personas que escuchaban al grupo de raperas, Cihuatl Tonali, interpretar su letra política y consciente. El concierto se realizó en medio de 14 acres (5.67 hectáreas) de tierras bajo cultivo por 350 familias (la mayoría latina e inmigrante)-que son una de las granjas urbanas más grandes del país. Por encima de nuestras cabezas, de vez en cuando, pasaba un helicóptero que parecía-por lo menos desde nuestra perspectiva de terrícola-observar el evento y el pulular de la gente. De hecho, varias personas del público me contaron que unos días antes, un helicóptero llegó en plena noche y, suspendido sobre la granja, la iluminó con sus faros para apreciar la situación e intimidar a la comunidad. Tal presencia policíaca le dio más urgencia al mensaje en la manta que adornaba el escenario detrás de las raperas: “Repudio total a la represión en Atenco. Castigo a los asesinos y violadores: la otra del otro lado.” El flujo trasnacional de ideas, lenguas y lenguaje, conocimientos, e identidades se había hecho evidente desde el principio.
El 13 de junio, aproximadamente dos semanas después del concierto, la policía de la ciudad de Los Ángeles llegó equipada para el combate, acompañada de esbirros de seguridad privada y excavadoras, para desalojar a la fuerza a los granjeros y destruir la granja. Miembros de la comunidad, activistas, hasta grandes estrellas de Hollywood lucharon por parar la invasión, utilizando tácticas de desobediencia civil como la de amarrarse con cadenas a los árboles para impedir su tala por la policía. Hoy, la comunidad ha sido desalojada. Algunos granjeros se trasladaron a otro terreno cedido por el ayuntamiento y se aprestan a cultivarlo. Pero con sólo 7.8 acres (3.16 hectáreas), un poco más de la mitad del tamaño de la granja original, el valor de este terreno ha disminuido para la comunidad entera.
¿Por qué tanta violencia en un ámbito tan tranquilo? Según la página web de los Granjeros del Sur Centro, la historia es la siguiente: a finales de los 80, el ayuntamiento de la ciudad de Los Angeles expropió una manzana cuadrada con el pretexto de “utilidad pública” que pertenecía a intereses privados, mayormente a una compañía de Ralph Horowitz. La ciudad había destinado el terreno para la instalación de un incinerador de basura (en lo que ya era uno de las colonias más pobres y contaminadas), pero tuvo que abandonar los planes por el movimiento de protesta que surgió de la propia comunidad. Por tanto, el terreno seguía vacío en 1992, cuando, después del llamado “tumulto de Rodney King”(1) el ayuntamiento decidió que el terreno se convirtiera en jardín comunitario. Los vecinos de Sur Centro lograron convertir este terreno baldío, rodeado por desolación industrial, en una serie de parcelas fértiles, verdes y productivas, cultivándolas con éxito y esmero durante los últimos 14 años. Horowitz, sin embargo, dispuso recuperar la propiedad y demandó a la ciudad. En 2003, después de años de pleitos legales, el ayuntamiento por fin aprobó un acuerdo-a puertas cerradas-para revenderle el terreno a Horowitz por aproximadamente US$5 millones.(2) Laura Palomares, colaboradora de La Granja y de El Puente, organización de Los Angeles que trabaja por una economía justa, argumenta que este precio, muy por debajo del valor del mercado, es el resultado de corrupción y componendas inconfesables. De hecho los auditores de la propia ciudad valoraron el terreno en US$13 millones en 1994, casi el triple del precio que la ciudad le pidió a Horowitz en 2003.(3) ¿Qué pasó con la inflación?
Inmediatamente, los granjeros de Sur Centro se organizaron y se lanzaron a la lucha. Iniciaron un pleito legal y buscaron el apoyo de la comunidad, aparte de realizar eventos para difundir información en los medios y recaudar fondos. El concierto de finales de mayo pasado tuvo ese fin, pero el momento está haciéndose cada vez más urgente a medida que las amenazas de la policía-y las “alertas rojas” llamadas por los granjeros-se profieren con mayor frecuencia. Los granjeros ya cuentan con el apoyo de Hollywood. Durante mi visita, la reconocida activista ambiental Julia Butterfly Hill continuaba su huelga de hambre, trepada en un viejo nogal y con vista de las tiendas de campaña de los activistas y ciudadanos que salieron en solidaridad para proteger a la granja con su presencia. Joan Baez, Daryl Hannah, Leonardo de Caprio, y Alicia Silverstone son algunas de las estrellas que han defendido los derechos de los granjeros.(4) Y ¿los resultados? $7 millones recaudados. Cantidad formidable, desde luego, pero todavía lejos de la cantidad que Horowitz pide a estas alturas para vender el terreno a los granjeros de Sur Centro, es decir, US$16 millones.
Lo cual nos lleva a otro nudo en el hilo del argumento: tanto Palomares como Roberto Flores, colaborador de la granja y fundador del centro comunitario East Side Café en Los Angeles, advierten que la oficina del alcalde Antonio Villaraigosa se comprometió a contribuir una cantidad igual a la recaudada por los granjeros-lo cual los habría puesto muy cerca de la meta. Hasta hoy, sin embargo, Villaraigosa ha decidido que la ciudad no tiene suficiente dinero para cumplir con su promesa, pero eso sí, la ciudad de Los Angeles invirtió $800 millones en un nuevo estadio de fútbol americano.(5) Así que a los granjeros se les acabó el plazo que tenían para pagarle a Horowitz.
La granja
En la Granja Sur Centro, se cultivaba orgánicamente. Según Flores, muchos granjeros usaban técnicas que habían aprendido y empleado en sus países de origen-México, Centroamérica, inclusive Venezuela. El cultivo orgánico, por supuesto, ya representa un paso adelante, dado que la gran mayoría de los cultivos de Estados Unidos (y América Latina también) incorporan productos petroquímicos. Pero el hecho de cultivar alimentos en un corredor industrial de la colonia de Sur Centro hace del proyecto todavía más innovador. Los granjeros comunitarios arrancaron el concreto y quitaron la basura, creando fertilidad donde antes había un terreno yermo. Tuvieron que restaurar la calidad de la tierra, aumentando poco a poco el contenido de materia orgánica y convirtiendo el terreno en tierra fértil. En poco tiempo la granja empezó a producir verduras sanas, baratas y de consumo local, además de que sus terrenos exhiben un nivel sorprendentemente alto de biodiversidad. Devon Peña, profesora de antropología en la Universidad de Washington, estima que el ecosistema de la granja contenía entre 10050 especies diferentes.(6) En comparación con el entorno industrial, lleno de concreto, bodegas y ferrocarriles, La Granja representa un paraíso ecológico, casi una selva urbana. De hecho, Tezozómoc, representante de la comunidad, ha argumentado que las plantas frondosas de la granja sirven para impedir la degradación ambiental de la colonia y para disminuir la contaminación del aire.(7) La comunidad reconocía las ventajas de sus métodos y esperaba crear una escuela para difundir esta alternativa agrónoma y las prácticas del cultivo urbano a un público más amplio.
Esta manera de cultivar no sólo beneficia el medio ambiente sino también resulta rentable económicamente para estos granjeros a pequeña escala. Se trata de lo más básico, pues la Granja les permite a las familias pobres que ahí trabajan acercarse a la autosuficiencia alimenticia. Además, en el mercado que se lleva a cabo cada domingo, pueden vender sus productos sin transportarlos o venderlos a intermediarios-lo cual sería difícil de todos modos, pues la escala de estos productores locales es menor a la que maneja la mayoría de los supermercados. Todo esto tiene ventajas ambientales, puesto que comer localmente disminuye el desbordado consumo de combustible en todo el mundo. Michael Pollan, profesor de periodismo en la Universidad de California, Berkeley, ha demostrado que las prácticas agrícolas (inclusive los tractores, los petroquímicos, y sobre todo el transporte) son responsables del 20 por ciento del consumo anual de combustible de EEUU, mientras, sorprendentemente, el transporte personal solamente llega al 18 por ciento.(8)
Las decisiones en la granja se toman democráticamente. Los granjeros tomaban decisiones colectivas durante las reuniones de la Asamblea General. Esta democracia local les permitía determinar su propio futuro (aparte de enfrentar sus necesidades económicas) y fortalecer el empoderamiento. “Dentro de los procesos democráticos aquí,” decía Tezozómoc, “una parte de nuestro trabajo es desarrollar con la gente la habilidad de ser líderes en sus comunidades. Hemos tenido algunas personas que han salido y participan en los consejos de la colonia, y otros que abogan por el pueblo… [Nuestra lucha] no sólo tiene que ver con salvar este proyecto, sino también con el desarrollo de una conciencia en la gente para que puedan luchar por lo que creen.”(9)
La otra campaña en el otro lado
La lucha en la granja del Sur Centro es una lucha por los derechos comunitarios y por la tierra, una lucha campesina posindustrial y urbana por la existencia. Tal vez parezca exagerado, pero existen rasgos compartidos con luchas en México. En 2002, Atenco enfrentó la expropiación de sus tierras comunitarias por parte del gobierno federal, para construir un nuevo aeropuerto internacional para la Ciudad de México. La comunidad se levantó en resistencia, alzó el machete y, con el apoyo y la solidaridad de organizaciones nacionales e internacionales, obligó a la administración de Fox a abandonar sus planes. Muchos analistas creen que el enfrentamiento reciente entre la Policía Federal Preventiva (PFP) armada y los machetes de los defensores comunitarios se salió de control tan rápida y fácilmente, con consecuencias mortales, no sólo por los vínculos entre Atenco y los Zapatistas sino también por el deseo del gobierno de desquitarse el fracasado proyecto aeroportuario. También notables son los rumores casuales, por lo visto iniciados por el subcomandante Marcos, que la policía quiso desalojar a los floricultores en anticipación de la llegada de un nuevo Wal-Mart. (Wal-Mart México no contestó mis repetidas cartas pidiendo verificación.). Tal vez esto explica los rumores (respaldados, eso sí, con abundantes pruebas) de que Horowitz quiere convertir la granja en una bodega de Wal-Mart.(10) Lo que sí queda claro es que los trenes que pasan continuamente al lado de la granja transportan mercancía procedente de las maquiladoras de Wal-Mart en China, echando hollín al aire y contaminando la calidad de vida de todo mundo.(11)
Desde luego, los vínculos con Atenco automáticamente generan conexiones conceptuales con la Otra Campaña zapatista. La guardia personal del Delegado Zero, durante una parte del recorrido de la caravana, constó de miembros de la organización atenquense, el Frente Popular por la Defensa de la Tierra. Asimismo, posteriormente de la violencia en Atenco, los Zapatistas prestaron de inmediato su apoyo y solidaridad, dejando su “campaña” para presionar al gobierno mexicano a que liberara los presos políticos. Y los vínculos con los Zapatistas llegan directamente a la propia granja. Los granjeros utilizan tácticas de consenso comunitario y democracia participativa, llenan sus discursos con términos zapatistas (recuérdense las “alertas rojas”), y son adherentes a la Otra Campaña a través de su colaboración con el Autonomous Peoples’ Collective, un colectivo angelino inspirado por ideas zapatistas. Lo cual llevó a Hermann Bellinghausen a llamar el concierto del 28 de mayo “el primer gran evento de la Otra Campaña en el otro lado.”(12)
A diferencia de los atenquenses, quienes pudieron poner fin a la intervención destructiva del gobierno, los granjeros de Sur Centro no pudieron impedir el desalojo. Pero la lucha sigue. Los miembros de la comunidad continúan con su vigilia frente a la granja. Además, el 12 de julio, representantes jurídicos de la granja demandarán a Horowitz, por los métodos corruptos que utilizó para comprar su terreno. Las próximas semanas, entonces, serán cruciales para enfrentar la devastación. Afortunadamente, los granjeros, vecinos, y activistas siguen movilizándose en defensa de la tierra. Y si el gobierno de la ciudad no escucha, por lo menos no cabe duda de que sus voces han llegado a activistas en todas partes, de los dos lados de la frontera.
El sheriff y el capitán del Departamento de la Policía de Los Ángeles se postularon para cargos públicos en una elección que se llevó a cabo el 6 de junio, y probablemente tenían miedo de que una acción en contra de la granja generara mala publicidad. Ahora las elecciones quedaron en el pasado y los granjeros seguramente tendrán que emprender la lucha otra vez. La participación local seguirá siendo absolutamente crítica hasta que el ayuntamiento oficialmente se retire o los granjeros consigan recuperar su terreno.
*Daniel Nemser es excooperante de Ciepac y ahora es doctorante en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de California, Berkeley.
NOTAS
(1)King, avecindado negro, sufrió una brutal paliza a manos de la policía de Los Angeles que fue grabada por casualidad y luego transmitida por los medios de comunicación. El incidente provocó una violenta revuelta callejera en esa ciudad.
(2)Véase la historia entera en http://www.southcentralfarmers.org/story.html .
(3)Tom Philpott, “Neoliberalism at the Garden Gate,” CounterPunch, 16 de marzo, 2006, http://counterpunch.org/philpott03162006.html .
(4)La lista entera puede encontrarse en http://en.wikipedia.org/wiki/South_Central_Farm.
(5)”South Central Farmers Resist Eviction,” LA-IMC, 24 de mayo 2006, http://la.indymedia.org/news/2006/05/159770.php.
(6)”Third-Space Farmers,” Vision Magazine (May 2005), http://www.visionmagazine.com/11_05/la.htm.
(7)Eric Einem, “Peak Oil and the South Central Farm,” http://la.indymedia.org/news/2006/01/144878.php.
(8)Michael Pollan, The Omnivore’s Dilemma (New York: Penguin Press, 2006); también véase la entrevista con Pollan en The Plain Dealer, 19 de abril, 2006, http://michaelpollan.com/press.php?id=40.
(9)Cita traducida del inglés por el autor. “Trouble in the Garden,” L.A. City Beat, 26 de enero, 2005, http://www.lacitybeat.com/article.php?id=3200&IssueNum=138 .
(10)Michael Ruppert, “L.A. South Central Farm Receives 3-Day Eviction Notice,” From the Wilderness, 3 de marzo, 2006, http://www.fromthewilderness.com/free/ww3/030306_scf_eviction.shtml.
(11)Véase el texto del blog “Save the Garden” con el título “Tezozómoc,” 1 de junio, 2006, http://savethegarden.blogspot.com/2006/06/tezozomoc.html.
(12)”Inicia en EU movilización internacional del EZLN,” La Jornada, 29 de mayo, 2006, http://www.jornada.unam.mx/2006/05/29/012n1pol.php .