DENUNCIA DEL PUEBLO DE COHUIRIMPO, RIO MAYO, SONORA
A escasos tres días del fallecimiento del señor Severo Aguilar Ontamucha,
gobernador Tradicional del Pueblo Originario de Cohuirimpo, uno de los 8
pueblos Mayos del Estado de Sonora, las huestes del sistema de gobierno
Mexicano, por segunda vez en los últimos 3 meses, intenta despojar de una
parte del territorio que ancestralmente ha sido parte de los yoremes de
mencionado pueblo. En ésta ocasión, es la Comisión Nacional de los
Pueblos Indígenas (CDI) quien pretende construir ahí la laguna de
oxidación del drenaje de una comunidad aledaña en proceso.
Para la obra mencionada, no se tomó en cuenta a los pobladores, ni a
los legítimos dueños del terreno en cuestión, ni al gobierno tradicional,
cuya estructura se encuentra en sesión permanente desde ayer martes a las
10 de la mañana, para estar alertas ante la injusticia de que son víctimas.
El día de hoy, miércoles 13 de septiembre, acudió al lugar de los
hechos un abogado de CDI de apellido Encinas, intimidando a los
presentes, particularmente al comandante general del gobierno Tradicional
el Sr. Remedios S. Aguilar Osuna, a quien le comunica que ya hay un
proceso legal en su contra por impedir el desarrollo, obstruyendo la obra
del drenaje y por oponerse al uso del terreno.
El pueblo de Cohuirimpo fue dotado en 1890 de 7620 hectáreas, a raíz
de un acuerdo de paz firmado el 25 de dic de 1885, como colonia con
carácter especial. A diferencia de las colonias que surgieron con las leyes
de colonización y deslinde, posteriormente, durante la Revolución
Mexicana, los pobladores Nativos, fueron los primeros en luchar por los
ideales que se pretendía conquistar, abandonando involuntariamente sus
posesiones, parte de las cuales sus descendientes ocupan actualmente y
forma parte de su identidad.
Es imposible ignorar la cacería de la que fueron objeto los indígenas
de Cohuirimpo, en la época postrevolucionaria, cuando se pretendía
organizar al país eliminando los grupos étnicos. Posteriormente con la
introducción del ejido, la población fue dividida entre los nuevos
propietarios miembros y los desposeídos que a la fecha defienden con su
presencia y su identidad, el territorio que les pertenece.