derechos humanos
(Español) Campesinos protestan por crisis alimentaria agravada por acuerdos de libre comercio mundiales
Fuente: Avispa Midia
Por Sare Frabes
En portada: Miembros del Centro de Sindicatos de la India durante una huelga en el campo convocada por agricultores. Jammu, India, febrero del 2024.
Al mismo tiempo que este lunes (26) comienzan los trabajos de la 13ª Conferencia Ministerial (MC13) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, a nivel global, campesinos incrementan las acciones para protestar contra lo que consideran perjuicios de las políticas neoliberales: la profundización de crisis alimentarias, conflictos agrarios, desigualdades sociales y la depredación del medio ambiente.
Estas acciones responden a una serie de comunicados emitidos por más de 200 organizaciones de agricultores, indígenas, migrantes y trabajadores agrícolas de América, Asia, África y Europa, que confluyen en La Vía Campesina, quienes mantienen la convocatoria para movilizarse esta semana por lo que consideran los efectos perjudiciales de la OMC, a quien señalan por socavar y marginar las economías campesinas y rurales mundiales durante las últimas tres décadas.
De acuerdo a La Vía Campesina, las políticas derivadas del Acuerdo sobre Agricultura han sido las principales herramientas con las cuales la OMC ha impuesto reformas neoliberales a nivel mundial, provocando la expansión y acceso a los mercados de las corporaciones del norte global, así como la agroindustria orientada a la exportación.
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Acorde a su análisis, la desregulación de los sectores agrícolas mundiales, en conjunto con el desmantelamiento de precios mínimos para los alimentos y las barreras a la importación, ha apuntalado un sistema alimentario industrial “que ha generado una crisis sin precedentes en todo el mundo, tanto para las personas como para el planeta”, acusa el movimiento que reúne a más de 200 millones de campesinos.
La Vía Campesina detalla que el sistema económico ha marginado a pequeños productores de alimentos y lo ilustra con el caso de los EEUU. El Departamento de Agricultura ha compartido datos de 2022, los cuales revelan la desaparición de que casi 5 millones de granjas en aquel país durante el último siglo, ya que las granjas necesitaban volverse más grandes para compensar los precios más bajos o simplemente desaparecer
“Este modelo económico neoliberal de agricultura ya no está confinado solo a los Estados Unidos. A través de los Acuerdos de Libre Comercio y del altamente problemático Acuerdo sobre Agricultura de la OMC, ha sido exportado a otras partes del mundo. En todos los continentes, ha llevado a una apropiación violenta de tierras, agua y territorios, que desposee a las personas, devasta el planeta y su biodiversidad, y genera una crisis climática sin precedentes”, alerta la plataforma global.
Ante ello, La Vía Campesina ha promovido las protestas a nivel mundial, en el marco de los trabajos de la MC13 de la OMC, para exigir comercio y precios justos para los productos, así como para la defensa de la tierra, el agua, los bosques y la agroecología campesina como alternativa al sistema económico implementado por la organización comercial.
“La OMC tiene una inmensa responsabilidad en la actual crisis social y medioambiental. En un momento en que las movilizaciones campesinas se multiplican en toda Europa, así como en India, África y América Latina, es hora de poner fin a la OMC y construir un nuevo marco comercial basado en la soberanía alimentaria y la solidaridad internacional”, sentencia el movimiento campesino.
Movilizaciones
La convocatoria para movilizarse durante la última semana de febrero se suma a las acciones que han acontecido durante el pasado año y medio. Según registros de La Vía Campesina, en este periodo han estallado protestas en por lo menos 65 países.
Como ejemplo, menciona las movilizaciones masivas de principios de este 2024 en Europa donde agricultores de Francia, Italia, España, Rumania, Polonia, Grecia, Alemania, Portugal y Países Bajos han exigido el fin del régimen de libre comercio que perjudica a los campesinos y favorece a multimillonarios y corporaciones trasnacionales.
Las protestas más radicales se han producido en Francia donde campesinos obstuyeron calles con tractores y bloquearon puertos. También se manifestaron en el Parlamento Europero, en Bruselas, Bélgica para exigir mejores precios para sus productos, regulación ambiental y el cese al exceso de burocracia con la cual tienen que lidiar.
Mas recientemente, los campesinos de la India, quienes protagonizaron agitaciones masivas durante 13 meses en el año 2020, volvieron a convocar protestas. Apenas el 16 de febrero, agricultores y sindicatos convocaron una huelga nacional, sobre todo en zonas rurales, con la demanda de revocar enmiendas que consideran perjudiciales en la legislación laboral del país asiático.
“En México, Sri Lanka, Argentina, Tailandia, Costa Rica, Camerún, Corea, Kenia, Benín y varios otros países, la gente está protestando contra un sistema que ha empobrecido a la mayoría mientras ayuda a prosperar a unos pocos selectos”, subraya La Vía Campesina.
Para este movimiento internacional, la OMC ha demostrado su falta de relevancia al ignorar las demandas de agricultores del Sur Global. En su lugar, argumenta, “la OMC solo ha generado y agravado las crisis del hambre mundial, la extrema pobreza, los conflictos agrarios y la crisis alimentaria”, con lo cual, señalan, ilustra su “alineación con los intereses de los Estados Unidos y otros países fuertemente orientados a la exportación”.
Mediante este análisis, los campesinos señalan que la OMC se ha convertido en un espacio donde prevalece el poder de “unos pocos países desarrollados, determinando el curso del comercio mundial”. Ante ellos, señalan que recae en los campesinos y pequeños agricultores del mundo la responsabilidad de establecer un sistema de comercio justo y equitativo.
Negociaciones
El movimiento internacional indica que, dentro de las negociaciones alimentarias y agrícolas de la MC13, está pendiente llegar a aun acuerdo sobre la adquisición, almacenamiento y utilización de existencias de alimentos por parte de los gobiernos a través de empresas e instituciones, algo que, remarca La Vía Campesina, permanece en debate desde el año 2013.
Otro punto importante es el que negociará el llamado Mecanismo Especial de Salvaguardia, un instrumento que autorizaría a los países en desarrollo a elevar temporalmente los aranceles con la finalidad de enfrentar incrementos súbitos de las importaciones alimentarias. El movimiento campesino enfatiza que ésta representa también una demanda inatendida de larga data.
A su vez, señalan la negociación acerca de los susbsidios proporcionados por los países desarrollados del Norte Global a sus agroindustrias, así como a la pesca industrial. Particularmente en Europa, campesinos han expresado descontento por lo que consideran el fomento de competencia desleal, situación por la que en este marco colocan su rechazo a las negociaciones del acuerdo de la Unión Europea y el bloque Mercosur.
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De acuerdo a La Vía Campesina, “los guardianes de la agricultura industrial” citan las reglas de la OMC y sus cláusulas legales en otros acuerdos de libre comercio, negociados bilateralmente, para interferir y proteger los intereses de la agroindustria, “donde aquellos inmersos en el capital financiero deciden por el resto del mundo”.
Ante este escenario, el movimiento campesino global exige el fin de la OMC para, con ello, poder dialogar soluciones permanentes sobre las existencias públicas de alimentos para combatir la cirsis alimentaria y para la promoción del comercio entre países, “basado en los principios de la soberanía alimentaria, solidaridad, cooperación e internacionalismo, donde la tierra, el agua, las semillas y los territorios no son meras mercancías”.
(Español) Bacalar, en la defensa de su territorio Maya
Fuente: Avispa Midia
En portada: Jóvenes mayas disfrutan la Laguna de Huay-Pix, que se encuentra en el extremo sur de Quintana Roo, y forma un gran sistema lagunar junto a la Laguna de Bacalar y al río Hondo. Enero, 2021. Foto: Haizel de la Cruz.
Bacalar es un pueblo maya que nuestras abuelas y abuelos más primeros eligieron porque hay una laguna: la mayoría de los pueblos en la Península de Yucatán se fundaban alrededor de alguna fuente de agua. Su nombre significa “rodeado de carrizo”, de las palabras mayas Bak’, que significa alrededor y jalal que significa caña o carrizo.
Es conocido como La laguna de los siete colores, que en realidad son siete tonalidades de azul; también tiene tres cenotes. En Bacalar, que se ubica en el estado costero de Quintana Roo, la gente vive de la milpa, siembra maíz, calabaza, frijol, papaya, piña, plátano, mango y otros, además de la apicultura y el turismo comunitario.
Antes la gente de Bacalar vivía alrededor de la laguna, pero el panorama ha cambiado: hoy a la orilla vemos grandes hoteles, restaurantes y servicios de turismo.
En la última década la laguna se ha convertido en un parque acuático para los turistas, generando una derrama económica para los empresarios. Hoy, en Bacalar se pretende poner una estación del mal llamado Tren Maya, afectando no solo la salud de la laguna, sino también del pueblo maya. Ya tenemos claro que los impactos de estas megaobras dañan nuestro tejido social, económico, organizativo, político y cultural.
Hace poco más de 15 años, Bacalar fue nombrada “Pueblo Mágico” por la Secretaría de Turismo . El secretario de esta dependencia, Miguel Torruco, dijo al anunciar la designación que venían cosas mejores para Bacalar. Las declaraciones del secretario reflejan su interés únicamente por el turismo de masas. Cuando dice que vienen cosas mejores, la pregunta que tenemos nosotros es: ¿para quiénes?
Como mayas, vimos con mucha preocupación cómo nuestro territorio comenzaba a ser invadido por diversos megaproyectos. De ahí nos hemos organizado a nivel peninsular a través de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal, en la que soy integrante.
Esta asamblea tiene por objetivo la defensa de la vida maya, para esto construimos algunos acuerdos: No vendemos ni rentamos la tierra, No a las religiones, No a los partidos políticos, Sí a la cultura y lengua maya, Sí a la defensa de nuestros derechos como pueblos mayas, Sí a la identidad como pueblos mayas.
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Nuestra vida, como pueblo maya, es una vida familiar que tenemos con los animales, con las aves, con las piedras, con el viento, con el fuego, con el agua, con los Yuum (guardianes).
Nos preocupa que hoy nuestra vida familiar maya toda se ve amenazada por los megaproyectos, entre ellos la soya transgénica, las granjas porcícolas, el turismo de alto impacto, la energía fotovoltaica y eólica y ahora el tren mal llamado Maya. En enero, la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal, cuyo nombre significa “caminamos juntos”, cumplió seis años como organización. En el marco de la celebración de los seis años, conversé con una persona integrante de la asamblea en Bacalar.
A lo largo de la entrevista, el entrevistado señaló el crecimiento de la violencia en esa zona con la llegada del megaproyecto Tren Maya. También manifestó su desacuerdo con la postura de Torruco y otros funcionarios del gobierno federal, por asumir que el turismo de alto impacto es algo deseado por los “pobladores mayas” del lugar.
Enfatizó que las comunidades no están de acuerdo con el tren, que más bien la gente está desinformada porque la información no está llegando a las comunidades. La persona que entrevisté ha pedido que su nombre quede en el anonimato por temor a represalias. Nuestra conversación ha sido ligeramente editada por claridad y extensión.
Haizel de la Cruz: Para empezar, cuéntanos un poco de Bacalar.
Compañero de Bacalar: Es un pueblo que tiene una historia bastante larga, más de 1,500 años de historia desde que nace Bacalar como un pueblo maya, antes de la llegada de los españoles. Se ha ido poblando: la población es maya y de estados vecinos. Hasta hace una década, o 15 años, digamos, hace relativamente poco, casi todos se conocían en el pueblo. Yo creo que eso de alguna forma mantuvo segura a la población, orque, pues, conoces a tus vecinos. Todos se llevan, todos tienen algún tipo de amistad o cercanía entre familias; muchas son de la misma familia. Entonces Bacalar era bastante tranquilo, podías transitar por sus casas, por sus calles, ir por sus brechas, ir a tu terrenito, a tu milpa sin ningún problema.
El narcotráfico era algo inexistente, todo bastante tranquilo, como ha sido en las comunidades mayas desde siempre. Hasta la propia población se cuidaba, la propia población aseguraba esa tranquilidad, sin que hubiera ni policías, ni militares en la población. Estaba segura, ella misma estaba segura.
De ahí para acá vemos que la violencia inició y se fue incrementando con este empuje que el gobierno ha estado insistiendo de que Bacalar crezca como un pueblo que recibe al turismo, que este lo convierte en “pueblo mágico”.
HdlC: ¿Tú crees que esta violencia la empiezan a vivir ante el anunció de la llegada del Tren?
CdB: La violencia la viene desencadenado principalmente el megaproyecto del Tren y a los megaproyectos asociados al él, que son los aeropuertos, los hoteles, todo ese tipo de proyectos. El propio Estado los está imponiendo en el territorio y los dueños son principalmente de la [Secretaría de la Defensa].
Nosotros hemos visto que los megaproyectos vinieron también a inaugurar la violencia del crimen organizado. Viene este megaproyecto del tren que no es maya, y ahí ya viene una ola enorme de violencia, una violencia, pues, jamás vista por esta zona, por todo este territorio maya.
Está relacionada a secuestros, a extorsiones, a desapariciones forzadas, a levantones, a descuartizados. Ese tipo de violencia era impensable. No es propia de acá. No es algo que hayamos visto antes.
HdlC: ¿Cuál es tu interpretación de la violencia en tu comunidad?
CdB: Nosotros vemos [la violencia] como algo integral: donde mete la mano el gobierno imponiendo megaproyectos, llega el crimen organizado.
El gobierno, siendo pues también un narcogobierno, llegan de la mano con el mismo propósito de despojar a los pueblos indígenas de sus tierras, de su agua, de sus montes, por eso también vemos que es absurdo que digan: “Nosotros estamos militarizado la zona por el bien de la población”.
Realmente están militarizando para defender a sus narcos y defender sus megaproyectos que llegan con una demanda del turismo. También las drogas llegan, no tanto para consumo sino para venta y distribución.
Este movimiento de drogas era bastante mínimo, tal vez en las comunidades ni existía este tipo de cosas, pero sí lo veíamos en las zonas más turísticas de la península de Quintana Roo, como Cancún, Playa [del Carmen], Tulum, Mahahual, pues es donde más se mueve este tipo de sustancias.
La forma en la que esto llega le llaman desarrollo: el gobierno ve que Cancún es una ciudad desarrollada para ellos, es un ejemplo, nosotros la vemos con temor.
HdlC: Tú hablabas de que lo que quiere el estado es generar una división en la comunidad y así es mucho más fácil despojar y controlar el territorio, ¿Cómo percibes esto?
CdB: Ellos [el gobierno] saben cómo meterse en las comunidades y cómo ir rompiendo la propia comunidad.
Con el auge del turismo, toda esta zona la ven como una oportunidad económica. Mucha de la población que está [trabajando] en estos hoteles es explotada. No saben bien cómo se manejan ese tipo de negocios, pues viven un poco engañados, piensan que está bien trabajar tanto y no recibir un sueldo como debería de ser, por eso la mayoría de la población juvenil vive cada vez más en la pobreza.
Se les hace más difícil acceder a la educación, a las universidades. Eso tiene que ver también con el despojo de tierra, con el incremento de las cosas básicas, de la alimentación, de la electricidad, de la luz, porque se encarece realmente Bacalar. No va a la par con los sueldos, ni con la capacidad que tenemos para poder tener ese nivel de adquisición.
[El narco] está captando a la población joven, que es la fuerza que va naciendo de la comunidad, que debería de ser esa fuerza que esté aprendiendo a defender su tierra, que esté aprendiendo a ser más fuerte. Son los herederos de este territorio.
Ahora, en lugar de estar pensando en defender su tierra, pues están pensando en defender a su cártel, están pensando en defender a su jefe y, ¿dónde va a quedar entonces quien defienda la tierra? Si ellos son los jóvenes.
HdlC: Por último, ¿cómo se organizan en tu comunidad a partir de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal?
CdB: Algunas de las cosas que hacemos van enfocados en llevar información a las comunidades, tejer poco a poco ese tejido comunitario, platicar con nuestra comunidad, estar en contacto, expresar esto por medio de textos, de pequeñas asambleas dentro de las comunidades. Nosotros intentamos acercarnos e ir escuchando sus temores, sus dolores, ir buscando cómo apoyarlos, hemos puesto amparos, hemos recurrido a esta parte legal también, porque es parte del caminar.
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También tenemos la No-Radio Múuch’ Xíimbal y usamos este espacio para dar la información de lo que estamos viviendo en nuestras comunidades y para reforzar nuestra identidad y nuestro pensamiento crítico respecto a lo que estamos viviendo.
Cada vez la gente afortunadamente está cuestionándose: ¿qué realmente es la Cuarta Transformación? ¿Es una transformación? ¿Eso da una pauta para hacer algo más? Eso es para pensar qué vamos a hacer como comunidades. Así es un poco lo que andamos haciendo en la Asamblea.
*Haizel de la Cruz es fotógrafa maya e integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal