Megaproyectos
CONVOCATORIA Encuentro de Resistencias y Rebeldías
CONVOCATORIA
Encuentro de Resistencias y Rebeldías
A 24 años de la fundación del CNI y a 528 años de resistencia indígena,
afrodescendiente y popular en nuestra América
Considerando
Que el sistema capitalista mundial bajo su actual modelo neoliberal, el cual se encuentra en una de sus más profundas crisis económica, política, sanitaria, ecológica, social, representa mayor despojo, racismo, desprecio, explotación a través de políticas que profundizan la extracción de la ganancia por diferentes vías; el patriarcado, como parte de su política de exterminio que se expresa en la alta tasa de feminicidios: La violencia sistemática del Estado aliado con la delincuencia organizada que se traduce en asesinatos, violaciones, desapariciones forzadas, a hombres y mujeres, a periodistas, a luchadoras y luchadores sociales
Que en nuestro país la política institucional que atiende los asuntos indígenas a través del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), reproduce las mismas políticas asistenciales y clientelares, y sirve de parapeto justificando consultas a modo para imponer proyectos y megaproyectos que sólo benefician al gran capital, como lo son el mal llamado Tren Maya, el corredor transístmico, el Plan Integral Morelos, “Sembrando Vida”, el aeropuerto de Santa Lucía, entre otros
Que la expulsión progresiva de las comunidades indígenas de su tierra y territorio para apropiárselas el gran capital a través de políticas de Estado, sólo les ha dejado a muchas y muchos como alternativa de subsistencia migrar a las ciudades donde se recrudece el desprecio, el racismo y la precariedad en sus condiciones de vida negándoles derechos sustanciales y humanos como el de la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la cultura, la alimentación, etc.
Que la toma de las instalaciones del INPI por parte de la comunidad otomí residente en la ciudad de México, es un YA BASTA a la violación sistemática de sus derechos elementales, siendo este un ejemplo de dignidad que ha permitido denunciar las condiciones en las que viven los pueblos indígenas en las ciudades, permitiendo asimismo que otras resistencias hagan resonar su voz y evidenciar que como pueblos originarios son víctimas de políticas solo ven en ellos sujetos de caridad,
Que el mal gobierno sigue su paso contrainsurgente, incrementando los niveles de militarización y paramilitarización en todo el país, y particularmente en las comunidades zapatistas en Chiapas, impone sus proyectos de muerte, genocidio y ecocidio en beneficio de los capitalistas, aprovechando la desmovilización por la pandemia de Covid 19 que para el pueblo trajo muerte y para ellos oportunidades, como “anillo al dedo”
Convocamos
A todos los que luchan, se organizan y resisten contra las imposiciones, el desprecio, la represión, la guerra de exterminio, la explotación, el despojo y la destrucción de la tierra y el territorio, a un
Encuentro de Resistencias y Rebeldías
(Presencial y Virtual)
El sábado 07 de noviembre de 2020, a partir de las 9 horas, en la toma otomí del INPI, avenida México Coyoacán No. 343, colonia Xoco, alcaldía- Coyoacán, ciudad de México, de manera presencial. Y de manera virtual en el enlace que más adelante se precisa:
De Acuerdo al siguiente REGLAMENTO:
Presencial: Dadas las condiciones sanitarias derivadas del COVID-19, quienes acudan a través de confirmar previamente su asistencia será con una pequeña comisión (2 ó 3 representantes) por comunidad, pueblo, colectivo u organización. El aforo máximo posible será de aproximadamente 40 compañer@s
Virtual: Transmisión en VIVO por facebook.com/coordinacionmetropolitana
para la participación virtual pide informes al correo: cmaa.cig@gmail.com
Intervenciones que se irán intercalando con las intervenciones presenciales
Tiempos de intervención: Por las razones expuestas, las intervenciones tendrán un límite de entre 5 a 7 minutos máximo, por representación colectiva o individual.
PD: Si fuera posible, sugerimos que las intervenciones se presenten de preferencia por escrito, con objeto facilitar el contar con una memoria física del Encuentro.
Los trabajos se llevarán a cabo en plenaria y se abordará la discusión de acuerdo a la siguiente temática:
1. Cómo nos organizamos y luchamos contra el sistema capitalista desde los pueblos y comunidades originarias, desde el campo y la ciudad
2. Cómo vinculamos y organizamos nuestras luchas desde abajo y a la izquierda, desde nuestras demandas particulares, locales y generales para seguir avanzando
3. Plan de Acción
Alto a la guerra contra el EZLN
Alto a la militarización del país.
Fuera paramilitares de Chiapas, de Guerrero y de todo México
Apoyo total a la digna resistencia y rebeldía de los otomíes del CNI en la Ciudad de México
No al tren maya
No al corredor en el Istmo de Tehuantepec.
No a los megaproyectos de muerte
Justicia para nuestros hermanos asesinados por defender el territorio y la Madre Tierra
Justicia para los asesinados del CNI y del CIPOG-EZ
Justicia para Alexis Benhumea
Justicia para Samir Flores
Justicia para Carlos Sinhué
P r o g r a m a
10.00 a 10.30 Registro
10.00 a 10.30 Bienvenida a cargo de representantes de la comunidad Otomí
10.30 a 14.00 Discusión en plenaria, presencia y virtual
14.15 a 15.30 Receso para comida
15.30 a 18.00 Se reanuda la discusión orientada a establecer un Plan de acción
Coordinación Metropolitana Anticapitalista y Antipatriarcal con el CIG
Colombia: dicen que la epidemia nos mata, pero el Covid 19 es el Estado y su gente armada
A pesar de la crisis sanitaria, el mes de octubre fue un mes de intensas movilizaciones en Colombia, en particular con la Minga social y comunitaria, por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz que se llevó a cabo a partir del 10 de octubre.
Miles de indígenas de diferentes pueblos, así como sectores campesinos, comunidades afros y otros sectores sociales de los departamentos de Nariño, Cauca, Huila, Valle y Caldas y Putumayo principalmente, recorrieron el país: empezaron en Monterilla, Zona Sat Tama Kiwe Cauca, para luego alcanzar la ciudad de Cali antes de dirigirse a la capital Bogotá, pasando por las ciudades de Armenia, Ibagué, Fusagasugá y Soacha.
Según lo cuenta la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), esta minga salió en medio de la pandemia para buscar “un debate político claro y hablar de diversas situaciones que desarmonizan la vida en los territorios, como la militarización, presencia de multinacionales, incremento de violencia en los territorios y despojo, esto ligado a un modelo de muerte que pretende dejar en el olvido a los pueblos”.
“Estamos pasando por cosas muy graves, se está matando a la gente. Ya estamos cansados. Ahora dicen que la epidemia nos mata, que el Covid 19, pero el Covid 19 es el Estado y su gente armada que está matando la gente, la Covid-19 donde estamos nosotros no ha matado”, lamenta la mayora del pueblo Nasa Blanca Andrade, en un audio difundido por la ACIN.
A este escenario le anteceden los registros de la ONG británica Global Witness quien registró que tan solo en 2019, Colombia y México encabezan la lista de los países con más altos índices de asesinatos contra defensores ambientales, en su mayoría, integrantes de pueblos originarios. Según el informe de 2019 de esta organización, de los 212 defensores de la tierra y el medioambiente que fueron asesinados, 64 eran colombianos. Una de cada 10 víctimas era mujer.
En lo que va del año 2020, por lo menos media centena de indígenas han sido asesinados en medio de la pandemia. Junto a ellos se suman los decesos provocados la Covid-19. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), desde la firma de la paz al menos 300 líderes indígenas, así como 600 líderes campesinos, afro y sindicales, han sido asesinados.
“Antes nos mataban, pero ahora estamos ante un genocidio”, denuncia Serna al respeto.
La minga, poderosa institución pre-colonial
La palabra “minga” o “minka” viene del Quichua y hace referencia a la reunión de diversos actores, saberes y herramientas en busca de un objetivo común. Es una forma de organización usada en todos los aspectos de la vida social, incluso en lo político. En este caso, “cada grupo apoya con lo que puede, comida, guardia, autoridades, música, pero el fin es la construcción de un país mejor”, explicó Marilen Serna, integrante de la comisión política de la Minga.
“La palabra minga tiene un significado profundo y busca aprender y construir trabajando en conjunto, hacer las cosas unidos en comunidad. Por eso, esta minga se desarrolla desde la base de escucharnos desde abajo, desde el pueblo, que es la base del entender que vivimos en lugares diferentes, pero, que las realidades no son tan distintas”, detalla por otro lado la ACIN.
En las últimas décadas, la Minga se ha organizado varias veces para enfrentarse a distintos gobiernos. En 2008, llegó a un punto de tensión importante durante el gobierno de Álvaro Uribe. Con la Minga Nacional de Resistencia Indígena y Popular, cerca de 45.000 indígenas de diferentes pueblos marcharon, por al menos 60 días, cerca de 120 kilómetros de territorio, entre Santander de Quilichao, departamento del Cauca y Santiago de Cali en el departamento del Valle del Cauca.
La minga siguió hasta Bogotá, donde fue recibida, en noviembre, por representantes de varios sectores sociales y por las organizaciones estudiantiles, que apoyaron el movimiento.
Hoy, la Minga social y comunitaria, por la defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz, coincide con el Paro Nacional de Colombia, un inédito movimiento de protesta que nació en 2019 y en el que millones de colombianos se manifestaron por razones económicas, educativas y de orden público.
En defensa de la vida, el territorio, la democracia y la paz
La minga que salió en octubre con rumbo a la capital de este país, Bogotá, buscaba plantear un debate nacional, en sintonía con otros sectores sociales, para sacar a la luz los problemas estructurales que el gobierno está ignorando.
Uno de ellos es la violencia que sigue golpeando al país, a pesar del mal llamado Acuerdo de Paz firmado en 2016.
“En el 2008 nos movilizamos por cuatro elementos: vida y derechos humanos, territorio, paz y modelo económico. Y hoy, incluso con la firma de la paz, la situación es la misma. O peor, porque tiene el sinsabor del fracaso del proceso”, explica Marilen Serna.
Otro problema, vinculado de cerca con el primero es el del saqueo de los territorios que están siendo entregados masivamente a la industria extractivista, para la explotación minera, hidroeléctrica, forestal o la agroindustria.
“La violencia ha sido compañera del reordenamiento extractivista de los territorios. Estos proyectos le abren otro frente de rentas a los grupos armados y narco paramilitares, que extorsionan y someten poblaciones. Esto también le abre el camino al acaparamiento de tierras y al despojo”, denuncia el Presidente de Indepaz, Camilo González Posso.
Por eso, lo que pretenden los pueblos originarios es provocar un cambio profundo del sistema: “la minga reclama otra forma de política, que defienda la vida y la paz: que el Estado responda con eficacia a la ola de asesinatos, masacres, desplazamientos y otras graves violaciones a los derechos humanos que se han disparado en los últimos años. Pero estos cambios no se logran con unos pequeños ajustes o concesiones. Para cambiar esta realidad, es necesaria una nueva forma de hacer política y de gobernar, con profundas modificaciones en el Estado. Por eso, la minga exigió una amplia conversación con el presidente para dar estos debates”, detalla González Posso.
“Estamos buscando que den la cara, porque queremos respuestas sobre lo que está sucediendo en el país, y no dinero o migajas de los que saquean al país, a la madre tierra”, agrega la ACIN.
Entre apoyo y criminalización, la lucha sigue
En su recorrido, la Minga de este año 2020 recibió mucho apoyo por parte de la sociedad colombiana.
“Vimos con la llegada a Bogotá que el pueblo colombiano tiene mucha esperanza en el movimiento indígena, en esta movilización que se ha hecho. Entonces el mensaje que estamos dando al país es que nos sumemos a este proceso que hoy como minga da una alternativa al país y ojalá en las próximas mingas no sólo seamos el suroccidente sino todo el país colombiano”, declaró por ejemplo un indígena Nasa del departamento del Valle del Cauca para la ACIN.
Sin embargo, la minga también recibió criticas y también sufrió una ola de criminalización y desprestigio por parte de la elite y de los medios masivos de comunicación. De forma repetida, las y los participantes de la Miga han sido calificados de “aliados de la guerrilla”. También han sido acusados de propagar la Covid-19 y de ser entonces un peligro para la salud pública.
El Consejo Gremial Nacional, una asociación de empresarios, publicó por ejemplo un comunicado en el que aseguró que, el “incumplimiento (de protocolos de seguridad) atenta contra la salud, no solo de quienes hacen parte de la marcha, sino de todos los colombianos”.
Acerca de la campaña de desinformación que sufrió la Minga, la ACIN señaló que “los opresores siempre buscan privilegios, ellos no quieren que caminemos la palabra y nos escuchemos. No quieren que aprendamos de lo caminado, nos quiere dividir con sus tentáculos utilizando la desinformación de los medios de comunicación que están a su servicio y mediante la estigmatización, creando paradojas y dudas ante la prensa nacional e internacional. El pueblo en general que desde lejos sin estar atento y participando no logra entender la grandeza de las acciones en la minga y lo que busca, que no es beneficio para unos pocos si no para el pueblo colombiano en general”.
La asociación del Norte del Cauca también recalcó que la minga es un movimiento histórico, heredero de las luchas que se han dado a lo largo de los últimos 500 años, y cuya fuerza no se dejará debilitar por las críticas.
“En la minga no somos pocos, somos un pueblo que creció como un río, con el dolor y la sangre de los más desfavorecidos, somos un pueblo que tiene el respaldo de la naturaleza, de la misma historia que narra en sus recuerdos todo lo que lo caracteriza por luchar por la vida y sus territorios es hora de volver a la lucha que da desde la invasión y saqueo cultural y de riquezas, hasta ahora. Hoy sabemos que es hora de cambiar estos malos sistemas de gobierno y de sostenimiento del mundo entero, es por eso que la conversa es desde el pueblo y para el pueblo”, concluye.
“Los pueblos hemos sobrevivido peleando. Ahora tenemos que pelear, esto va para largo”, afirmó por su lado la mayora Blanca Andrade.
Fotos de la Minga 2020 por Medios Libres de Cali.