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Canadá: TC Energy deja rastro de criminalización en territorio Wet’suwet’en
Fuente: Avispa Midia
Por Renata Bessi
En portada: La jefa de ala del clan Gidimt’en Sleydo’ (Molly Wickam) forma parte de las personas criminalizadas por oponerse a la construcción de un gasoducto en su territorio ancestral.
Tres defensores indígenas en Canadá pueden ser condenados a la cárcel en el próximo mes debido a sus acciones para proteger el territorio ancestral de la Nación Wet’suwet’en, en la provincia de Colombia Británica, contra el gasoducto Coastal GasLink (CGL), de la empresa TC Energy, corporación que opera y construye infraestructura relacionada a la producción de energía en América del Norte. Jefes de la Nación Wet’suwet’en argumentan que no dieron consentimiento para que el gasoducto atravesara su territorio.
La jefa de ala del clan Gidimt’en Sleydo’ (Molly Wickam), la mujer Gitxsan con conexión familiar Wet’suwet’en, Shaylynn Sampson, y el hombre Mohawk de Akwesasne Corey Jayohcee fueron detenidos durante una redada violenta de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP), en 2021, y declarados culpables de desacato por haber desobedecido presuntamente una orden judicial de no acercarse a las zonas donde se construía el gasoducto, pese a que estaban en su territorio ancestral.
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La defensa jurídica de los tres indígenas ha presentado un recurso ante la Corte Suprema de Columbia Británica, en el que afirma que la policía violó sus derechos humanos durante las redadas. El Tribunal Supremo está estudiando ahora si sus detenciones y condenas violaron sus derechos constitucionales, incluidas las alegaciones de que la RPMC hizo un uso excesivo de la fuerza durante las detenciones. Una sentencia – esperada para mediados de febrero de 2025 – a su favor podría anular las condenas.
La orden judicial solicitada por CGL Pipeline Ltd. y concedida por el Tribunal Supremo de Columbia Británica, en 2018, prohibió a las personas defensoras de la tierra y sus simpatizantes cualquier acción que se considere perjudicial a la construcción del gasoducto, incluso aproximarse de las obras. La decisión autoriza a la Real Policía Montada de Canadá a detener a cualquier persona cuando considere que alguien contraviene la orden.
Para hacerla cumplir, la policía ha llevado a cabo desde entonces cuatro redadas violentas en el territorio Wet’suwet’en, utilizando armas, helicópteros y perros. Por lo menos 75 defensores y defensoras de la tierra han sido detenidos, como fue documentado por la Amnistía Internacional (AI).
Resultado de la redada de 2021, los detenidos permanecieron bajo custodia por hasta cinco días antes de que ser liberados bajo fianza. El testigo del jefe Na’Moks, uno de los jefes hereditarios Wet’suwet’en, a Amnistía Internacional revela la discriminación racista que predominó en la acción policial. “Sólo estaban encadenados los indígenas, (…) ni nadie más. Éstos solamente estaban esposados. Pero hicieron que todos los indígenas (…) encadenados y en ropa interior comparecieran así ante el juez”.
El jefe Dsta’hyl (Adam Ganon), jefe de ala del clan Likt’samisyu, fue detenido en 2021 en la misma redada y fue declarado culpable de quebrantar la misma orden judicial. Fue condenado, en julio de 2024, a 60 días de arresto domiciliario en territorio Wet’suwet’en, cumplidos año pasado.

La autoridad ancestral fue la primera persona encarcelada de las cuatro defensoras Wet’suwet’en que han sido procesadas y de otros defensores declarados culpables del delito de desacato por violar dicha orden judicial. Fueconsiderado el primer preso de conciencia de Canadá, por haber sido encarcelado por sus convicciones políticas, religiosas u otras convicciones profundas, como define la AI.
“He sido condenado por proteger nuestra propia tierra mientras se marginan las leyes Wet’suwet’en”, dijo el jefe Dsta’hyl. “Esta lucha dura ya 240 años. Nos encarcelan en las reservas donde nos han convertido en ‘legalmente indios’. Ahora todos los miembros de la comunidad somos ‘presos y presas de conciencia’ debido a lo que nos han hecho los colonizadores”.
La Fiscalía de Columbia Británica (BCPS) acusó, en 2022, a otros 20 defensores de desacato por desobedecer la orden de mantenerse alejados de las obras de construcción del gasoducto. A algunos de los defensores se les retiraron los cargos o fueron declarados inocentes. Otros se declararon culpables en respuesta a las restrictivas condiciones de libertad bajo fianza, informa la AI.
El acceso a una gran parte de la tierra está restringido excepto para la empresa del gasoducto, su empresa de seguridad privada y la policía canadiense. Eso ha apartado al pueblo Wet’suwet’en de su territorio ancestral. Le impide realizar muchas de sus actividades tradicionales, como cazar y pescar.
A menudo, al acceder a su tierra las personas Wet’suwet’en son intimidadas y hostigadas por la policía canadiense y la empresa de seguridad privada. Sus cabañas han sido incendiadas, la policía ha efectuado registros en sus campamentos y confiscado sus pertenencias.
El gasoducto
TC Energy anunció a finales de 2023 que había finalizado el gasoducto Coastal GasLink, iniciado en 2019. Son 670 km de longitud. Sin embargo, todavía no ha sido activado para transportar el gas.
De acuerdo con su página web, Coastal GasLink “es la primera ruta directa de Canadá para el gas natural canadiense producido de forma sostenible y un componente crítico para apoyar la reducción de las emisiones globales (…) es un componente esencial de nuestra labor de apoyo a la transición energética mundial”.
TC Energy posee 93,600 km gasoductos en toda América del Norte. Según la empresa,
30% del gas metano consumido en América del Norte es transportado por sus estructuras.

Avispa Mídia platicó con el jefe hereditario Na’Moks, una de las autoridades ancestrales de la Nación Wet’suwet’en. Desde hace por lo menos 10 años su pueblo ha entablado una lucha contra gasoductos en su territorio. Lograron echar para tras cuatro proyectos. Hoy están previstos al menos 11. El más reciente es el gasoducto de TC Energy, Coastal GasLink. A seguir, les compartimos parte de la platica con el jefe hereditario Na’Moks.
Lugar estratégico
Estamos en el norte de Columbia Británica, provincia localizada al extremo oeste de Canadá, estamos a dos horas de Alaska. El gas metano es extraído en la provincia vecina, Alberta, y quieren llevarlo al océano Pacífico, donde deben construir plantas para licuar el gas y enviarlo a Asia. Quieren pasar los ductos por nuestro territorio. Por eso estamos tan fuertemente presionados. Todo es extraído por fracking. Siguen diciendo que es ‘gas natural’, pero no hay nada natural. Acabamos de volver de la región de Athabasca (Alberta), donde el río está envenenado. El lago Great Slave ha bajado 3 metros.
No es no
Nosotros somos los jefes. Somos los que tomamos las decisiones en nombre de nuestro pueblo, hacemos lo que nuestra gente nos manda hacer. Y dijimos que no. Como no pudieron obtener nuestro consentimiento, entonces llegaron a criminalizarnos.
Todo el proceso ha sido duro. Cuando entran por la puerta de nuestras casas con sierras mecánicas, hachas y perros de ataque, cuando sales a la calle y te apuntan francotiradores con sus rifles, cuando detienen y llevan a la cárcel a mujeres embarazadas, cuando nos golpean, nos encarcelan, queman nuestras casas. No es fácil.
¿Dónde está la humanidad en eso? No somos menos que nadie. A nosotros nos han criminalizado solo por defender nuestra agua, nuestro territorio.
Experiencia con TC Energy
Lo que les queremos decir es que esta empresa [TC Energy] no tiene ninguna consciencia. Ellos les van a dar muy poco dinero [refiriéndose a los proyectos en México] y después les van a dejar su agua y sus tierras devastadas. Si ustedes no se defienden, así les va a tocar dejar sus territorios para sus hijos, sus nietos, sus bisnietos, devastados. Lo que están haciendo es dañar el futuro de las nuevas generaciones. Estas corporaciones y el gobierno no son nuestros amigos. El mundo no necesita estos proyectos. Lo que necesitamos es nuestra tierra, aire, agua limpios.
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Gasoductos tras gasoductos
Hasta ahora la Nación Wet’suwet’en ha derrotado cuatro gasoductos, hay uno en el terreno, pero no está en operación todavía y hay varios por venir, por lo menos otros 11 proyectados, de distintas empresas.
Proyectos zombis
Lo que hacen es proponer proyectos que son básicamente como proyectos zombis. Desaparecen, pero nunca mueren. Siempre están en la agenda, así que pueden volver a activarse en cualquier momento, dependiendo de cómo convenzan al gobierno de que pueden hacerlo. Y siguen diciendo que aplicarán las mejores prácticas, pero sus mejores prácticas son siempre la devastación y el envenenamiento de nuestra agua y nuestro aire.
Siempre hemos estados
Utilizamos mucho las Naciones Unidas para reivindicar nuestros derechos, porque dependiendo del gobierno en turno, respetan más o menos nuestros derechos. El Estado nos reconoce por los procesos judiciales que hemos tenido que hacer. Ganamos un juicio el 11 de diciembre de 1997, en el que Canadá reconoce que existimos [como pueblos], que nunca hemos renunciado a nuestra autoridad. Nuestro territorio es de 22 mil quilómetros cuadrados. Siempre hemos estado ahí. Sin embargo, siguen autorizando proyectos que pasan por nuestras tierras sin nuestro consentimiento.
Que el mundo sepa
Le importa mucho a Canadá su reputación. Tiene miedo de perder su reputación de ser este gran lugar para estar y vivir. Nosotros no vemos eso, así que se lo decimos al mundo. Por eso hablamos en las Naciones Unidas. Es por eso que vamos a diferentes países, para expresar y decir la verdad. Que el mundo sepa lo que está siendo el gobierno canadiense. Que el mundo sepa cual es su real reputación.
La prioridad es el dinero
Aunque ganemos en los tribunales, aunque lo diga la Constitución, simplemente darán prioridad al dinero, seguirán las indicaciones de las corporaciones. Las empresas van por el camino de menor resistencia, que generalmente es un funcionario electo que sólo está ahí unos pocos años y que facilita la ejecución de los proyectos. Nosotros somos hereditarios, estamos ahí para siempre y ellos harán la táctica de ‘divide y vencerás’ que siempre les funciona.
Tenemos que ir más allá de los funcionarios electos porque, de nuevo, cambian en cada elección. Así que hay que llevarlo a la escena mundial y mucha gente piensa que es algo demasiado grande, pero no lo es tanto si crees en lo que haces y estás haciendo lo correcto. No es gran cosa. Es un trabajo duro, pero merece la pena. Y cuando decimos no, queremos decir no.
Órdenes judiciales criminalizan
Las empresas utilizan órdenes judiciales contra nosotros. Dicen que estamos invadiendo nuestra propia tierra. Nos criminalizan, nos sacan de la tierra, nos encierran. No podemos circular en nuestro territorio libremente.
Las corporaciones dicen que, para operar, necesitan que nos mantengamos alejados y el 88% de las veces lo consiguen. Eso demuestra que el Estado canadiense está al lado de las corporaciones. Eso no significa que sea legal. Así es como acaban metiéndonos en la cárcel y acusándonos. Estamos siguiendo nuestra ley. Nos llamarán criminales por hacerlo, pero estamos siguiendo nuestra ley. Nuestra ley dice que tenemos que proteger nuestra tierra. No queremos el dinero. Sólo queremos aire limpio, agua limpia. Lo que es bueno para nuestros niños, nuestros hijos. No queremos más de lo que tenemos. Tenemos lo que necesitamos. Sólo queremos protegerlo.
Último a ser contactados por los europeos
La mayor parte de los pueblos originarios de Canadá ha tenido contacto europeo durante cientos y cientos de años, pero nosotros somos probablemente el último a ser contactado. Eso fue en la época de mi abuela, hace alrededor de 150 años. Y el nombre que llevo, jefe Na’Moks, era el de mi abuela y ella tenía cargo cuando llegaron los europeos. Nosotros nunca perdimos nuestra cultura, nuestra ley.
¿Pocos?
No hemos tenido un censo desde los años 1990, pero somos entre 10.000 y 15.000. Las corporaciones miran ese número y dicen que somos pocos, pero se olvidan que el mundo nos apoya. Tenemos varias naciones diferentes que se trasladan a nuestro territorio y son bienvenidas.
Fuerzas
Tenemos que mantenernos firmes, saber quienes somos, tener identidad, saber cual es nuestra cultura, y saber que nosotros estamos haciendo lo correcto. Que los pueblos alrededor del mundo no se rindan. Todo lo que hacemos afecta a todo el planeta. Afecta a todo el mundo. Nuestra cultura, nuestros mayores, nuestra gente, nuestra juventud, (…) tienes que llevar eso contigo todo el tiempo. Si lo olvidas, ellos ganan.
Perú: se construye resistencia ante minería de oro en nevado de Lima
Fuente: Avispa Midia
Por Javier Bedía Prado
Las comunidades campesinas de los andes de Lima se organizan ante la aprobación de minería aurífera en el nevado Llongote, donde nace el río Yauyos-Cañete.
Esta cuenca recorre dos provincias agrícolas de la capital del Perú, Cañete (a 100 kilómetros al sur de Lima metropolitana) y Yauyos (a 220 kilómetros al suroeste de Lima metropolitana).
Yauyos se localiza en la sierra limeña, en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes. En sus alturas se encuentra la reserva paisajística Nor Yauyos Cochas, apreciada por la belleza de sus lagunas. Las poblaciones temen que este ecosistema sea contaminado.
En Catahuasi, distrito de la provincia Yauyos, este domingo 19 de enero representantes de algunas de las 60 comunidades campesinas provinciales discutieron la creación de un frente de defensa que se posicione contra la explotación de oro en el nevado Llongote, ubicado a 13 kilómetros del centro de Yauyos.Nobel Rodríguez Parra, presidente de la comunidad campesina Huangáscar, durante asamblea de comunidades el 19 de enero, en Catahuasi
Las autoridades comunales coinciden en proteger la cabecera de cuenca y la vida de sus valles, donde se cultivan variedades de frutas que se distribuyen en la capital. La ganadería ovina y de camélidos -en las pampas más altas- es la otra actividad económica vital en la provincia. En su parte baja, el caudal riega el territorio de Cañete, provincia de alta producción de frutas para la agroexportación.
“Hemos decidido activar nuestras rondas campesinas, no dejaremos que pase la minería, que ingresen a nuestras tierras, no vamos a dejar que se posesionen. Sabemos que las empresas mineras van a atacar, intentarán dividirnos, comprarnos, atacarnos, estamos preparados para defender el agua con nuestra vida”, expresó el presidente de la comunidad campesina Huangáscar, Nobel Rodríguez Parra.
Comunidades campesinas en abandono
Un mensaje repetido por los comuneros es el olvido por parte del gobierno central, la falta de infraestructura y servicios básicos en comparación con otras provincias de Lima y localidades del país.
En Yauyos hay más de 60 comunidades campesinas en cuyos orígenes convergen culturas ancestrales andinas, como la kauki, aimara y quechua.
“¿Cómo en una cabecera de cuenca se va a permitir una concesión minera? Las comunidades campesinas de Yauyos, como las de toda Lima, se encuentran abandonadas. Para solucionar los problemas ambientales debemos empezar por solucionar la situación de las comunidades”, señala el economista Juan Romero, dirigente de la provincia de la sierra limeña.
El nevado de Llongote se ubica en el área de la comunidad Santo Domingo. En la Ley de Comunidades Campesinas se establece como prioridad que el Estado reconozca un área de extensión a las poblaciones campesinas ancestrales. Sin embargo, en Yauyos no están registradas formalmente sus tierras comunitarias ni sus juntas directivas.

A su vez, el concejo de cuenca del río Yauyos-Cañete no está en funcionamiento, advierten desde las comunidades yauyinas. De acuerdo a la Ley de Recursos Hídricos, las operaciones mineras que autoriza la Autoridad Nacional del Agua (ANA) deben contar con el visto bueno de estos organismos, conformados por instituciones, grupos técnicos y la sociedad civil.
“Las comunidades campesinas son las llamadas a prevalecer la identidad ancestral que tienen los pueblos milenarios”, añade Romero. En comunidades de Yauyos aún se conservan dos lenguas originarias que se resisten a desaparecer: el jaqaru, hablado por menos de 500 personas; y el kauki, hablado por alrededor de 150 personas, según la Base de Datos de Pueblos Originarios del Ministerio de Cultura.
Extractivismo en la provincia
El 25% del territorio de Yauyos había sido concesionado a mineras hasta el año 2016, de acuerdo a un reporte de Cooperacción.
En la asamblea de las comunidades campesinas, el relato recurrente en torno al avance de la minería apunta a la corrupción de autoridades de las instituciones públicas; al convencimiento de poblaciones campesinas a cambio de favores, como obras e infraestructura; y al soborno de comuneros en forma de bienes y dinero.
Cuando representantes del proyecto Gloria, en diciembre pasado, intentaron convencer a la población de que apruebe la licencia social para la exploración de oro en las montañas, se realizó la primera protesta contra la actividad minera, autorizada en 2020 por el Gobierno Regional de Lima.
La Dirección Regional de Energía y Minas, mediante la resolución 53-2020, otorgó a la empresa nacional Los Chunchos S.A.C. la concesión de más de 130 hectáreas en las alturas de la cadena montañosa. Todavía no está autorizada la fase de exploración y tampoco se ha realizado aún la licencia ambiental.
La compañía, considerada de fondos pequeños y medianos, ya cuenta con otras dos operaciones mineras en 1890 hectáreas de la provincia, para las que el Ministerio de Energía autorizó en 2011 actividades de explotación subterránea. Se teme que una posible extracción de oro en el nevado atraiga a grandes capitales mineros y se derive en un desastre ambiental.
La posición de algunos comuneros ante la gran minería es favorable “si es responsable”. Para el caso del nevado Llongote, es unánime la postura de no aprobar la licencia social, que no es una figura legal, pero resulta determinante para la ejecución de proyectos mineros. En la práctica funciona como el permiso de las comunidades, garantiza que no habrá conflictos sociales.
Al respecto, autoridades municipales respaldan a las comunidades campesinas de su jurisdicción. La Municipalidad de Viñac, donde el Gobierno Regional de Lima ha concesionado 900 hectáreas para la extracción de minerales, se manifestó en contra del proyecto Gloria y pidió a la población no otorgar la licencia social.

A los yauyinos les genera más desconfianza que la concesión se haya aprobado en los primeros meses de la pandemia por coronavirus y la celeridad en la construcción de una carretera en la zona. Actualmente, la empresa ya trasladó maquinaria pesada a la zona
En este encuentro se acordó debatir la conformación de frentes de defensa zonales en una próxima reunión, debido a falta de representatividad. Las distancias entre los pueblos yauyinos complican la organización provincial.
“Lo importante aquí es que este frente de defensa sea conformado por las personas adecuadas, tienen que ser autoridades comunales comprometidas con la defensa de sus pueblos, que no se dejen comprar por las mineras”, resalta Antonio Lázaro, presidente del Comité de Gestión de la Carretera Qhapac Ñan, integrado por dirigentes de las regiones Lima, Junín y Huancavelica.



















