Autonomia y Resistencia
“Si queremos seguir viviendo y existiendo tenemos que organizarnos” – Recorrido del CIG y su Vocera en Morelos
Bajo el volcán, los pueblos en resistencia de Morelos recibieron este martes 21 de noviembre al Concejo Indígena de Gobierno y a su Vocera acaso con el coraje, el dolor y la incertidumbre al filo del desborde, pues el trabajo acumulado en los últimos años por colectivos, activistas y comunidades –incluso resurgió después de diez años un nuevo Congreso de los Pueblos de Morelos con su respectiva Asamblea Permanente- para hacer frente al Proyecto Integral Morelos no ha logrado expandir la urgencia de resistir a muchos de quienes no asistieron o supieron de los encuentros públicos de hoy en Amilcingo y Tepoztlán.
Y el detalle es decisivo, pues seguramente cada vez será más complicado sobrevivir sin incorporar a personas y grupos desorganizados a experiencias y prácticas de vida (seguridad, alimentación, trabajo cooperativo, comunicación, salud) autogestivas ajenas o al menos paralelas a la devastación ambiental y social que aumentarán –asegura el CIG- tras las elecciones del 2018. Si esta vez la urgencia es por sobrevivir, las palabras, las denuncias y las experiencias organizativas –en Amilcingo participaron en el encuentro con el CIG justamente su Asamblea Comunitaria, su Brigada de Salud y su Radio Comunitaria- compartidas este día en Morelos probablemente tendrán que viajar ahora a otros espacios y escuchas locales quizás inhabituales.
En Morelos, tras compartir en Amilcingo y en Tepoztlán la historia del Congreso Nacional Indígena y explicar que su tirada es fortalecerse (“Si queremos seguir viviendo y existiendo tenemos que organizarnos”, sintetizó Marichuy), el Concejo Indígena de Gobierno dejó bien en claro que en el camino inmediato lo urgente no es tanto firmar como sí trabajar y trabajar, y que en ello esta vez va en juego la responsabilidad de perdurar. “Nosotrxs a lo que le apostamos es a la que la vida siga existiendo, y por eso mismo creemos que eso nos puede llevar a la victoria”, explicó en entrevista para Radio Amilcingo Carlos Gónzalez, integrante del Congreso Nacional Indígena. “Nos han quitado tantas cosas estos malvados, pero lo que no nos han quitado es la sangre guerrera”, añadió después durante el acto público -segura, firme y convencida- la concejala de Tepoztlán doña Osbelia Quiróz.
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Palabra de la vocera Marichuy en San Pedro Tlanixco
Compañeros, compañeras:
Llegamos a esta comunidad de San Pedro Tlanixco con la dignidad y el sufrimiento de este pueblo en el pensamiento. Mucho hemos aprendido de ustedes en el espacio que somos el Congreso Nacional Indígena, no solo de la defensa del agua y el territorio, sino del camino consecuente y claro.
La clase política, de todos los niveles y poderes de eso que llaman Estado Mexicano nos debe tanto que la cuenta la tenemos mas presente que nunca. La verdad y la justicia no vendrá desde arriba, pues allá solamente hay mentira y traición.
A los pueblos, naciones, tribus y comunidades originarios del Concejo Indígena de Gobierno y el Congreso Nacional Indígena nos urge en el corazón la libertad de la compañera Dominga González Martínez, Lorenzo Sánchez Berriozabal, Pedro Sánchez Berriozabal, Marco Antonio Pérez González, Rómulo Arias Mireles y Teófilo Pérez González presos de esta comunidad de San Pedro Tlanixco, encarcelados injustamente por defender el agua que es la vida de nuestros pueblos.
Arriba nos dicen que lamentan nuestros muertos y muertas, que buscan a los desaparecidos y desaparecidas, que nos brindan seguridad, que persiguen a los culpables, pero nada es cierto. No lamentan nuestros muertos sino que les alegran, pues con ellos creen enterrar nuestra dignidad, no buscan a los desaparecidos y desaparecidas, sino que negocian la verdad y el sufrimiento de quienes no paran de buscarlos; No nos brindan seguridad, sino que negocian el terror, el despojo, la explotación y la represión con las corporaciones delincuenciales que dicen combatir. No buscan hacer la justicia para nuestros hermanos y hermanas presos, sino que buscan callar la verdad, detener el trabajo de quienes defienden la madre tierra y de paso matar la dignidad de quienes no tienen miedo.
Nos deben la justicia para las compañeras sobrevivientes de la tortura sexual en San Salvador Atenco, para las y los compañeros que fueron privados de su libertad. Nos deben la justicia para el compañero Alexis Benhumea, asesinado por el gobierno asesino de Enrique Peña Nieto.