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(Español) Argentina: campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito
Desde hace años un conjunto de organizaciones se han movilizado en la Argentina para luchar por el derecho de las mujeres a decidir con su cuerpo y su vida. Este miércoles y jueves se vota en el congreso argentino el reconocimiento legal de este derecho sin embargo, partidos, grupos conservadores y sectores reaccionarios de la iglesia busca impedir la aprobación de dicha iniciativa.
Tuvimos la oportunidad de conversar con la compañera Diana, de la colectiva Mala Junta, que nos compartió la situación de las movilizaciones en Argentina y el panorma de las discusiones que se han desarrollado con mayor presencia desde el 2008 a la fecha.
Diana Broggi-Colectiva Mala Junta:
Por su parte, la compañera Lucila nos compartió algunas de las estrategias que están implementando las compañeras en Buenos Aires y en otras provincias en la Argentina para mantener la presencia y la presión para conseguir el reconocimiento de la ley en el marco de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Lucila-antropóloga
Estos temas nos parecen fundamentales por el aumento de la violencia
en México se asesina a a 7 mujeres cada 24 horas, según el informe Igualdad de género y empodeamiento de las muejres en México elaborado por la ONU.
Detener la violencia que se ejerce contra las mujeres es una de las demandas más urgentes en nuestro país, el aumento de los feminicidios denunciados por la campaña #Ni una mas nos da cuenta de la dimensión de este problema.
Recuperamos el concepto propuesto por la ONU que establece como feminicidio: la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea
perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.
Entre 2006 y 2013 se reportan 3 mil asesinatos de mujeres y tan solo en los últimos años hubo 591 feminicidios en 2016, 617 en 2017 y en lo que va del 2018 suman mas de 500 feminicidios. Cifras por demás alarmantes y que dan cuenta de la situación de emergencia que se vive en nuestro país.
(Español) El cooperativismo de vivienda uruguayo: cinco décadas construyendo comunidades urbanas
Texto: Katia Valenzuela | Foto y video: Jerónimo Díaz
Co-publicación entre SubVersiones (México) y Resumen (Chile).
La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) es uno de los movimientos sociales más emblemáticos de América Latina y un referente internacional en el cooperativismo de vivienda. Con casi 50 años de trayectoria, FUCVAM federa a 363 cooperativas habitadas, que en conjunto proveen de vivienda a 18 mil familias uruguayas. Esto sin mencionar 90 proyectos en trámite y otros 62 en etapa de construcción. Bajo los principios de ayuda mutua, autogestión, democracia directa y propiedad colectiva, este movimiento reivindica el derecho a la vivienda y a una vida digna, desafiando las reglas de la oferta y la demanda que buscan subsumir todas las esferas de la vida.
¿Cómo nace y se sostiene este monumental proyecto cooperativo? ¿Cómo funciona en la práctica? ¿Qué aprendizajes de esta experiencia podemos extrapolar a nuestras propias realidades en Chile, México y otros países latinoamericanos? Gracias a las compañeras y compañeros de FUCVAM, que generosamente nos abrieron las puertas de su organización y cooperativas en Montevideo, este breve reportaje busca contribuir a esta reflexión, visibilizando un modelo pionero en la construcción de vivienda digna en América Latina.
Primeras décadas: entre la fuerza del movimiento popular y la amenaza de los de arriba
El nacimiento de la FUCVAM fue posible gracias a la acumulación de fuerzas del movimiento popular en el Uruguay, que durante la década del sesenta resistió la avanzada conservadora y presionó para que se legislara a favor de los derechos sociales de la población. En este contexto, en el año 1968 se aprueba la ley 13.728 que da origen al Plan Nacional de Vivienda. Esta legislación, aún vigente en el Uruguay, permitió la creación de un Fondo Nacional orientado a la construcción de vivienda para la clase trabajadora, y formalizó la figura de las cooperativas de vivienda. Con la nueva institucionalidad, la opción cooperativa tomó fuerza, e influenciadas por el movimiento sindical, estas asociaciones prontamente decidieron articularse. El 24 de mayo de 1970 nace la FUCVAM, como organización de segundo grado que federa a las cooperativas de ayuda mutua, en aumento en el país. Fernando Zerboni, ex secretario general de FUCVAM y actual director de su Escuela Nacional de Formación, explica el origen de la Federación:
En 1970 en el Uruguay había once cooperativas (…). En ese momento se propone la formación de una coordinadora de las once cooperativas a fin de simplificar procesos de compras de materiales y de reivindicación de algunas de sus necesidades. En la medida que las cooperativas estaban integradas fundamentalmente por trabajadores, casi enseguida surgió la idea de constituir una especie de sindicato de las cooperativas, o sea, la Federación.
Desde su nacimiento, el movimiento cooperativo tuvo un crecimiento exponencial, hasta que los días oscuros de la dictadura uruguaya amenazaron su florecer. Entre 1973 y 1985, aunque mantuvo su estatuo legal, la FUCVAM, al igual que el resto del movimiento popular, fue duramente golpeada por el régimen autoritario, negándosele personería y tierras y retrasando la entrega de préstamos. Pero a pesar de la vigilancia y obstáculos interpuestos por el régimen a las cooperativas, éstas buscaron formas creativas de seguir existiendo, convirtiéndose en espacios centrales para la solidaridad popular, rearticulación del movimiento social y resistencia a la dictadura. Así, las cooperativas de vivienda levantaron guarderías, policlínicas, ollas populares y salones comunales, además de sumarse activamente a la lucha por la defensa de las empresas públicas y de rechazar la reforma constitucional que buscaba la legalización de la dictadura.
Uno de los golpes más duros a la organización se dio en el año 1983, con la orden gubernamental de modificar la tenencia de las viviendas y su re-tipificación como «propiedad horizontal». Con esta acción, se buscaba quebrar el poder colectivo del movimiento, su poder reivindicativo, y su visión social de la vivienda. Pero a pesar de la represión y restricción a las libertades individuales y colectivas, las y los cooperativistas resistieron la medida, iniciando un proceso de movilización y recolección de firmas que logró la no aplicación del decreto por parte del régimen. Con el retorno a la democracia en 1985, el cuestionado decreto no fue inmediatamente anulado, por lo que la movilización popular continuó siendo un recurso necesario para las y los cooperativistas de FUCVAM. Gracias a las multitudinarias movilizaciones, tomas de terrenos e interpelación a las nuevas autoridades políticas, FUCVAM logró mantener su modelo popular de acceso a vivienda. Este modelo fue validado por las propias familias cooperativistas, quienes por votación optaron por la continuidad del estatuto de usuarios de las viviendas, en contraste con el de propietarios.
Construyendo vivienda y vida digna: la consolidación del cooperativismo de vivienda
A lo largo de su trayectoria, la FUCVAM ha logrado consolidar un modelo alternativo de acceso a la vivienda popular y de construcción de comunidad, basado en cuatro principios rectores: la ayuda mutua, la autogestión, la democracia directa y la propiedad colectiva.
La ayuda mutua consiste en la construcción de los complejos habitacionales mediante la contribución en trabajo de los/as propios/as cooperativistas, quienes aportan tanto en el diseño y ejecución de las obras como en la gestión y control del uso de los recursos. Este aporte se cuantifica en un mínimo de 21 horas semanales de trabajo familiar durante el período de edificación.