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3 posdatas 3 IV.- DE GATOS Y CAJAS. (oh, lo sé. Había dicho que eran 3 posdatas 3, pero… ¿no eran 4 los Tres Mosqueteros? … ok, ok, ok, mentí: no son 3, son …) | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Julio de 2025
3 posdatas 3
IV.- DE GATOS Y CAJAS.
(oh, lo sé. Había dicho que eran 3 posdatas 3, pero…
¿no eran 4 los Tres Mosqueteros? … ok, ok, ok, mentí: no son 3, son …)
Una paradoja de la paradoja de Schrödinger
Erwin Schrödinger (Austria-Irlanda. 1887-1966), quien parece que no era muy afecto a los felinos caseros, propuso un ejercicio teórico para la física cuántica.
El planteamiento es sencillo, aunque sus implicaciones son muy complejas. Dentro de una caja han metido un gato. La caja tiene un dispositivo que, sin tiempo definido, libera una suerte de mecanismo letal y el gato morirá. Como la caja es hermética, no se sabe si el gato está vivo aún o ya pereció. Hasta que la caja se abre, se confirma una posibilidad o la otra. El momento previo, cuando no sabemos si está vivo o muerto, supone que hay dos mundos o dos universos simultáneos. En uno el gato está ya muerto, en el otro está vivo aún. Un mecanismo mortal activado y sin activar; un gato vivo y muerto a la vez; una superposición de estados según la física cuántica.
Dejemos, por ahora, de lado las referencias a los multiversos de los comics y las consecuencias en la física cuántica. Dejemos de lado también la animadversión de don Schördinger respecto a los gatos, y que es obvio que no conocía mucho de esos felinos (cualquiera que haya lidiado con ellos sabe que no se dejarían atrapar, y mucho menos permitir que los encierren, sin protestar y sin defenderse -más aún si se trata de un… gato-perro -). Tampoco nos fijemos mucho en que el gato está preso y condenado a muerte, a menos que alguien tenga a bien abrir la caja cuando el mecanismo mortal no se ha activado, y el gato salte y se libere de la prisión.
Se supone que este ejercicio teórico, sería una base para mostrar que son posibles mundos en varios universos, es decir, en un multiverso (aunque también es para mostrar que las leyes de física cuántica no aplican en lo cotidiano).
Hasta donde mi limitado conocimiento de los comics me permite, entiendo que, en esos mundos diversos, sigue prevaleciendo el individuo, pero en diferentes versiones. En un mundo, Sheldon Cooper (serie televisiva “The Big Bang Theory”), es un científico con problemas para relacionarse socialmente. En otro es un mujeriego irredento. En uno más es un juez “popular” del sistema judicial en México (oh, lo sé, mi perversidad es sublime).
Y esta digresión que, eso espero, desconcierta, viene al caso, o cosa, según, de que aún con la capacidad imaginativa para plantear la existencia simultánea del gato vivo y el gato muerto, no se plantea la posibilidad (o el universo) de que haya uno o varios gatos que se nieguen a entrar a la caja. Y tal vez con el agravante de que el supuesto gato en realidad sea un gato-perro.
Al señalar unas posibilidades, se omiten otras.
Cuando se habla del sistema capitalista, las diferentes propuestas se refieren a lo que pueden hacer para mejorar las condiciones del gato encerrado en la trampa, para alargar su vida (o sus posibilidades de vida), o para “humanizar” el dispositivo mortal.
Es, digamos, lo que plantea el progresismo. ¿Definición de progresismo? Bueno, quienes son de izquierda hasta la víspera de convertirse en gobierno y tener un puesto, cargo, paga pues. Entonces dejan de ser de izquierda, se convierten en oficialismo, y disfrazan su pragmatismo (que los lleva a aliarse y hermanarse con sus enemigos de la víspera -y a distanciarse de su pasado social-), de “realismo político”. Es, entonces, una izquierda agradable al capital. Es decir, una derecha “cool”, bonita, recatada y ruborosa.
En este caso, el progresismo promete, en la víspera, liberar al gato de su prisión. Luego, como no puede o no quiere hacerlo, “cambia” su propuesta: “voy a hacer que estés más cómodo”; “voy a conseguir mejores condiciones para tu muerte”; “voy a luchar para que el mecanismo mortal no se active muy rápido”. O, puede, en cambio, exhortar al prisionero a aguantar, ya que tiene el 50% de probabilidades de sobrevivir temporalmente. Preso, sí, pero vivo.
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El sistema capitalista es esa caja. Dentro de ella, multitudes esperan, sin saberlo, que se active el mecanismo asesino. Guerras, hambrunas, catástrofes “naturales”, asaltos violentos, asesinatos, arbitrariedades gubernamentales, destrucciones que habrán de solucionar el enigma: “¿vivir o morir?”.
En la caja hay quien tiene el delito de ser mujer, niño o niña, joven, anciana, otroa, de piel oscura, de modo originario, con lengua extranjera en su propia tierra, etcétera. No importa su condición, género, raza, ideología, religión, modo, estatura, complexión física: esa persona está dentro de la caja y está sujeta a esas leyes mortales.
No sólo sin posibilidad de salir, también sin imaginar siquiera que otro mundo exista allá afuera.
La opción para retrasar la muerte o mejorar las condiciones de la condena, es la sumisión y la aceptación a ser parte del escaparate de “cosas raras” que el sistema exhibe para esparcimiento de sí mismo. Mujer, Otroa, Originario, Raza, Barrio, Nacionalidad, cada “rareza” tiene su lugar en la tienda de curiosidades si se porta “bien». Si no, bueno, la “mano invisible del mercado” accionará la palanca exterminadora.
Ejemplo: el delito de nacer, crecer y luchar en tierras palestinas es no aceptar ser parte de la vitrina del capital. Y resistir y rebelarse contra la máquina. La máquina quiere un centro recreativo en Gaza y le estorba la civilización palestina, el pueblo palestino lucha por un territorio para vivir.
Palestina es el mejor ejemplo de la crisis terminal de los llamados “Estados Nacionales” y sus gobiernos. No ellos mandan, sólo obedecen a conveniencia. Son incapaces de presentar una política exterior independiente, digna y consecuente.
Y en al asesinato masivo en marcha, la complicidad y omisión de los gobiernos del planeta (salvo algunas excepciones), es patética. Las policías de los distintos gobiernos europeos y americanos reprimiendo las manifestaciones por el cese al genocidio en Palestina, son el mejor discurso sobre el “humanismo” occidental.
En el mundo de arriba, los gobiernos europeos son la corte ociosa e inútil del rey en turno. Rusia y China son los condes y duques conspirando para el regicidio, y ofrecen un monarca alterno. El resto de los gobiernos nacionales en el mundo, salvo quienes se han manifestado claramente en contra, son los pajes afanosos, estresados por las continuas demandas y hostigamientos de la familia real.
¿Quiénes contemplan, operan, se divierten y hacen apuestas sobre lo que ocurre en la caja? Los grandes capitales financieros, comerciales, industriales y, ahora, digitales y aeroespaciales.
Los gobiernos del mundo, en su mayoría, sólo son los boleteros de las apuestas, los “brokers” en las bolsas de valores donde las guerras siempre están al alza, y la vida de abajo… a la baja. Y, como los Mileis que en el mundo son y serán, son a quienes se manda a comprar y servir el vino que presidirá los banquetes monárquicos (la motosierra es un detalle autóctono).
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Sin embargo, hay quien o quienes se plantean otra posibilidad: no entrar a la caja o salirse de ella.
Más aún, hay quienes cuestionan la caja misma, su existencia eterna y omnipotente; y su pretensión de ser el único universo que tolera la existencia, dentro suyo, de la diversidad, de varios universos o multiversos… domesticados.
Esas personas que se plantean eso son lo que los zapatistas llamamos “resistencia y rebeldía”. Resistencia para entrar a la caja o, si se está adentro, Rebeldía para luchar por salir.
Resistencia y Rebeldía que se plantea la destrucción de la caja, de la lógica que la creó y de la creencia de que no es posible “otra cosa”.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Julio del 2025.
4 años del asesinato de Simón Pedro Pérez López. Por la justicia, memoria, la vida y contra la impunidad
Comunidad de Acteal, Chenalhó, Chiapas
5 de julio de 2025
Boletín No. 04
4 años del asesinato de Simón Pedro Pérez López. Por la justicia, memoria, la vida; y contra la impunidad
- Las condiciones de violencia que denunció Simón Pedro, se han enraizado en los territorios, y están cubiertas de impunidad.
Hoy, en Acteal, Casa de la Memoria y de la Esperanza, nos congregamos para conmemorar cuatro años de la ejecución de nuestro compañero y hermano Simón Pedro Pérez López, defensor comunitario de derechos humanos, miembro activo de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, y sembrador incansable de la paz en su comunidad.
También es un día importante para valorar y reconocer la lucha que han dado su madre, padre, hermana y hermano, esposa, hijas e hijos de Simón Pedro; para denunciar lo que el Estado silencia, sosteniendo la voz frente a la violencia contra quienes defienden los derechos humanos.
Cuando una persona defensora es asesinada, como Simón Pedro, también se golpea a las mujeres que sostienen las familias y los procesos organizativos, a las hijas e hijos que crecen con la ausencia del papá o mamá asesinada. Los impactos de esta violencia también son colectivos, contra la comunidad y la propia organización de Las Abejas de Acteal.
Simón Pedro fue guía y vocero de un caminar colectivo, profundamente enraizado en la espiritualidad cristiana liberadora y en la cosmovisión de los pueblos tsotsiles. Su compromiso con la vida digna, su lucha no violenta y su palabra firme contra la violencia estructural y criminal en los Altos de Chiapas, marcaron un ejemplo vivo de lo que significa ser defensor del territorio y de los derechos humanos desde abajo, desde el corazón del pueblo.
Reafirmamos que su asesinato fue un crimen contra toda la humanidad. Aunque el autor material ha sido sentenciado, la justicia sigue incompleta; la Fiscalía General del Estado de Chiapas no agotó todas las líneas de investigación, ni esclareció la responsabilidad de autores intelectuales. Esta omisión no solo representa una falta de diligencia institucional, sino que se convierte en una forma de tolerancia a la violencia contra quienes defienden la vida.
Negar la calidad de defensor comunitario a Simón Pedro es invisibilizar la lucha de miles y es también una forma de complicidad. La vida, como bien sagrado e irreparable, no puede ser resarcida con medidas parciales. El Estado mexicano sigue en deuda: con Simón Pedro, con su familia, con Las Abejas de Acteal y con todos los pueblos que luchan por el Lekil Chapanel —La Otra Justicia, la verdadera.
La impunidad que cubre el Caso de nuestro compañero Simón, es la misma que cobija la violencia que azota la región de los Altos, en medio de una diversificación de grupos armados y criminales; esta misma impunidad se enraizó en el territorio, agudizando las condiciones que denunció y por lo que le costó la vida.
Recordamos al Estado mexicano su obligación indeclinable de garantizar los derechos humanos, proteger la integridad y la vida de las personas defensoras, especialmente la de los pueblos originarios a quienes históricamente, no sólo se les excluye, margina o ignora, también se les criminaliza y asesina.
Desde este Centro de Derechos Humanos, decimos que hoy, más que nunca, seguiremos nombrando a Simón Pedro, sembrando su memoria, caminando su palabra, luchando por la paz y la justicia verdadera; y porque todas podamos defender los derechos humanos.
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