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Los rostros (no tan) ocultos del mal llamado “tren maya”. Parte 1 : El tren de la 4T y el fomento de la agroindustria
Colectivo Grieta, 04 de agosto de 2020
Ciudad de México.- La publicidad y el discurso oficial tienden a presentar al mal llamado tren maya solo como un proyecto de desarrollo turístico. A partir de eso el mismo discurso oficial ha tendido a circunscribir los posibles impactos ecológicos y sociales al mero trazo de la vía férrea y, si acaso, a mencionar los terrenos necesarios para la construcción de las estaciones. Sin embargo, el proyecto del mal llamado tren maya se inserta en la lógica de destrucción/despoblamiento- reconstrucción/reordenamiento que impulsa el gran capital, es decir, la destrucción de la vida social, de la cultura de la gente y de su relación con la naturaleza, el despojo de los medios de vida -incluyendo la tierra- y la reconstrucción de acuerdo a los intereses de los grandes empresarios, reorganizando la vida de las personas para que solo produzcan y consuman aquello que da ganancias al capitalismo; quienes no asuman ese modo de vida impuesto no caben en el mundo capitalista. A lo largo de los últimos meses se ha acumulado información sobre cómo el mal llamado “tren maya” busca transformar la producción agrícola de la región suroriental y oriental de México como parte de este proceso continuado de despojo y destrucción. Esta transformación busca destruir la vida campesina para convertir a sus mujeres y hombres en población asalariada, sea en la agroindustria o en las maquiladoras que ya explotan a los trabajadores. Por ejemplo, el Consejo Mexicano para la Silvicultura Sostenible ha explicado que existe un fuerte riesgo de desplazamiento de poblaciones locales justamente debido al acaparamiento de tierra y a la destrucción de las agricultura comunitaria de la zona.
El autodenominado “programa agroalimentario” del mal llamado “tren maya” contempla usar la vía férrea para transportar hasta 5,500 millones de toneladas de “carga agroalimentaria”. Si bien este impacto en la región ha sido ocultado en los documentos legales clave como la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), al presentar el programa frente al Comisión de Asuntos de la Frontera Sur de la Cámara de Diputados, el titular de turismo del gobierno de la 4T se sinceró: “Andrés Manuel (López Obrador) siempre habló de un tren que si bien en su primera etapa es muy elocuente y es la parte, digamos, muy llamativa, atractiva, inicial del proyecto como un tren turístico, en el fondo es un proyecto integral de desarrollo que incide en todos los sectores y fundamentalmente en la región en el área agroalimentaria”. En esa misma reunión, el funcionario federal detalló que existe incluso un calendario estimado de cómo se intensificaría el tráfico de mercancías entre el 2021 y el 2023.
Pero ¿cuál es el tipo de producción agrícola que se impulsa como parte del proyecto? ¿qué implica para la vida de las comunidades campesinas que allí se encuentran? Por otra parte, resulta revelador que sea hasta ahora (después de la farsa que llamaron consulta, realizada por el gobierno en la que se “aprobó” el megaproyecto) que el gobierno de la 4T reconozca, a cuenta gotas, la intención real de este “tren”: mover más rápido las mercancías. Así lo han reportado los medios cercanos al gran capital donde se han recogido y celebrado los planes del gobierno para construir infraestructura agroindustrial alrededor de las estaciones del tren. Estas instalaciones incluirían plantas frigoríficas y de secado de vegetales y carne, más aún, como detalla el propio gobierno cuando habla frente a diputados o representantes del gran capital se piensa en que el mal llamado tren maya traslade entre otros productos: caña de azúcar, palma aceitera y carne de cerdo.
El que se piense precisamente en el traslado de palma aceitera y carne de cerdo revela que el impacto ecológico y social del proyecto de tren de la 4T es mucho mayor al reconocido en la Manifestación de Impacto Ambiental, pues tanto las plantaciones de palma aceitera como las granjas porcícolas son conocidas por los efectos devastadores en los agroecosistemas de la región. Las granjas porcícolas han sido ampliamente denunciadas por la contaminación que generan, la palma aceitera desgasta brutalmente los suelos, reduce la agrobiodiversidad y ambos sistemas de producción se caracterizan por una explotación salvaje de los trabajadores asalariados; la caña de azúcar altamente demandante de nitrógeno degradaría los suelos de la región en aras del mercado. Un cuarto elemento que entra en juego es el crecimiento de las granjas menonitas que, acaparando tierras al amparo de la reforma salinista al artículo 27 constitucional, han extendido el monocultivo de soya transgénica y ahora también de arroz, incluso desmontando bosque tropical, el monte de los ejidos y comunidades en la península de Yucatán y que es un elemento muy importante en su subsistencia al proveerles entre otras cosas agua, leña, frutos y ocasionalmente animales para la caza en épocas de dificultad. En la cadena de producción de la soya transgénica producida para fines industriales participa de manera importante la empresa Enerall, propiedad de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la presidencia, en patente conflicto de interés. Así la apuesta del gobierno y los empresarios es destruir los sistemas de milpa y de huertos de la región donde se cultivan variedades de calabaza, maíz, frijol, chile, jitomate y frutales -algunas de las cuales son endémicas de la zona maya- que dan alimento a sus comunidades y reemplazarlos por monocultivos comerciales. Tal es el desarrollo prometido por la 4T: acumulación de riqueza para unos cuantos, dilapidación de la tierra y de la vida de los seres humanos para los de abajo.
Por ello, las comunidades indígenas de la región, por ejemplo a través de la Asamblea Muuch’ Xíinbal’, del Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar, de Guardianes de los Cenotes Kanan Ts’ono’ot y del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil han luchado contra las granjas porcícolas, contra la soya transgénica y el avance de la palma aceitera, incluso desde antes de que el gobierno de López Obrador relanzara el proyecto calderonista del tren. Esta lucha se ha articulado y fortalecido aún más en los últimos meses. Así, en las tierras donde la 4T impulsa el mal llamado tren maya existe un historial de lucha de los apicultores contra el cultivo de soya transgénica y una lucha de los pueblos y comunidades contra las granjas porcícolas altamente contaminantes como en el caso de Homún. Todo ello ha llevado al fortalecimiento de los vínculos entre las comunidades en lucha que se han expresado una y otra vez de forma clara en defensa de su territorio y contra el megaproyecto como lo hicieron en junio de 2019 y más recientemente el pasado 21 de mayo, sumando el apoyo de intelectuales y académicos.
No en balde el proyecto del mal llamado tren maya ha sido caracterizado por GRAIN como un proyecto de “mega zona económica especial” que busca acaparar territorios. Por eso la lucha de los pueblos y comunidades mayas contra el mal llamado tren maya es una lucha por la vida. Los términos del pensamiento mercantil en cuyo horizonte se mueve el actual gobierno y aquéllos a quienes sirve, no pueden conciliarse con la vida de los pueblos. La lucha contra el tren maya fue uno de los ejes de las Jornadas en Defensa de la Tierra y el Territorio “Samir somos Todas y todos”, realizadas del 20 al 22 de Febrero de 2020 y convocadas por la Asamblea en Resistencia de Amilcingo, el EZLN y el Congreso Nacional Indígena, y sigue siendo uno de los ejes de los pueblos en defensa de la vida, como lo plantea la Asamblea Muuch’ Xíinbal’ en su texto del 21 de mayo de 2020:
“NO permitiremos que sigan pisando nuestra dignidad como pueblos originarios: ¡ESTA LUCHA ES POR LA DEFENSA DE NUESTRO TERRITORIO Y POR NUESTRAS VIDAS!”
Aysén y el proyecto turístico Isla Renaico: Las amenazas nunca terminan
Los canales patagónicos, esa extensa red de islas y archipiélagos que se extiende desde Chiloé hasta la región de Magallanes, ha sido siempre una fuente de historias enigmáticas, inspiración para escritores y artistas, a su vez que ha sido el escenario donde piratas y corsarios deambularon en la búsqueda de tesoros que nunca se encontraron. Tal vez las riquezas y pomposos tesoros no estaban en la superficie, sino que bajo el mar. Esto quizás lo tenían claro desde un principio las distintas comunidades que habitaron sin mayor ostentación, que su embarcación y pieles de lobo marino, hace 5000 años estas costas e islas y que una vez llegado el europeo invasor, desaparecieron hasta casi la extinción.
Por Deisy Avendaño y Fernando Castañeda / Red Regional No + Mineras en la Patagonia / Radio Latue
Los canales patagónicos, esa extensa red de islas y archipiélagos que se extiende desde Chiloé hasta la región de Magallanes, ha sido siempre una fuente de historias enigmáticas, inspiración para escritores y artistas, a su vez que ha sido el escenario donde piratas y corsarios deambularon en la búsqueda de tesoros que nunca se encontraron. Tal vez las riquezas y pomposos tesoros no estaban en la superficie, sino que bajo el mar. Esto quizás lo tenían claro desde un principio las distintas comunidades que habitaron sin mayor ostentación, que su embarcación y pieles de lobo marino, hace 5000 años estas costas e islas y que una vez llegado el europeo invasor, desaparecieron hasta casi la extinción.
Esta lejanía y enigma que envuelve a los canales patagónicos, ha sido por años la mejor herramienta para la mega industria salmonera para hacer y deshacer a su antojo, total en parajes tan recónditos son amos y señores. Esto le sirve a cualquiera que quiera accionar en dichas latitudes, como por ejemplo las infinitas historias sobre personas lanzadas al mar en poblados del litoral en donde no existía autoridad alguna más que el discernimiento de pobladores y pobladoras. Es por esto que es muy fácil poder plantear proyectos de cualquier índole y el resto de la región de Aysén no se da ni por enterada.
Hace unas semanas, nos enteramos de que existe un proyecto “turístico” que está en proceso de calificación en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Isla Renaico, es el nombre del complejo náutico que abordaremos en este articulo, conversaremos con la comunidad Mapuche Huichille Nahuelquin Delgado sobre sus apreciaciones y conoceremos brevemente el registro arqueológico de la zona, para poder dimensionar el impacto de este proyecto que a primeras luces se muestra interesante y hasta inofensivo.
El proyecto ingresado actualmente al SEA, y que acumula la cifra de $4.200 millones de dólares de inversión, que se pretende construir al norte de la Isla Traiguén, la tercera isla más grande de todas las que componen el archipiélago de los Chonos, en la comuna de Aysén, donde se intervendrán bosques nativos de Ciprés de las Guaitecas, Tepú, Coihue y Arrayán. Además esta isla está ubicada en la confluencia de cinco canales importantes de nuestra región: Canal Moraleda, Canal Aysén, Canal Costa, Canal Errázuriz y Canal Darwin, siendo estas las principales vías de navegación y las cuales permiten que ingresen, por ejemplo, embarcaciones al santuario Laguna San Rafael así y como lo describe el proyecto en él SEA “Asimismo, está pensado en servir como centro de operaciones o coordinación de circuitos turístico de navegación para recorrer archipiélagos, islas, fiordos y canales, como también, acceder a la Laguna San Rafael, entre otros programas” (SEA, 2020). Estos canales y fiordos son la reserva de millones de formas de vida que enriquecen aun más la gran biodiversidad de la región de Aysen. Además las costas de la isla cuentan con registros arqueológicos que datan de hace unos 5000 años, hallazgos realizados por diversos investigadores y que han servido para poder conocer las formas de vida de los seres humanos que antiguamente vivieron y se desplazaron por estos territorios (Ocampo, Aspillaga, Porter, Curry, Reyes, Stern desde el año 1984 hasta la actualidad).
Comunidad Nahuelquín–Delgado
Hace más de medio siglo que la Isla Traiguén es habitada por la Comunidad Mapuche Huilliche Nahuelquín Delgado. Doña Isabel Delgado y Don Benjamín Nahuelquín, han realizado gran parte de su vida en la isla, pese a todos los inconvenientes que han tenido que ir sorteando a lo largo del tiempo. Uno de ellos fue en el 2008 cuando el ejército de Chile, vendió la isla Traiguén al Empresario Eduardo Ergas por una suma de $1.500 (mil quinientos millones de pesos), pese a que en el 2004 la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena de la Región de Los Lagos, le otorgó a la Comunidad Nahuelquín Delgado los derechos legales sobre la isla.
Para saber sobre la situación actual que enfrenta la Comunidad Nahuelquín- Delgado, cómo afrontan la invasión salmonera y qué les parece la instalación de este proyecto náutico, nos contactamos con Marcia Nahuelquín Delgado, hija de doña Isabel y don Benjamín y que también es parte de esta comunidad Mapuche Huilliche:
“La verdad es que para la comunidad Indígena Nahuelquín Delgado vivir y ser parte de este territorio es parte de la vida de cada uno de nosotros. Como comunidad pertenecientes a este territorio, no lo vemos como un espacio donde se pueden hacer faenas extractivistas ni nada de eso, hay una relación, hay un equilibrio y de verdad que nosotros necesitamos ese espacio para poder vivir, somos parte de ese espacio desde que mi padre llega a esa isla hace más de 50 años, es que nosotros nos hemos crecido, criado y desarrollado en ese territorio, es parte de la vida de cada uno de los miembro de la comunidad y por eso es que tenemos ese apego tan grande con este territorio.
La verdad es que la actividad de la pesca artesanal, cuando uno la ve desde el territorio, siendo parte de él, tiene un sentido distinto, tiene un sentido de vida, de desarrollo, de productividad pero también de responsabilidad, en el sentido que nosotros siendo parte de este territorio tenemos que ser los primeros defensores del mismo, defensores de distintos poderes, hoy el poder económico está arrasando con el mar.
Hoy día la industria salmonera ha sido uno de los poderes que ha contaminado y empobrecido a las comunidades costeras y es lo que la ciudadanía no ve. Nosotros como parte de la comunidad hemos sufrido el avasallamiento de esta industria, una industria que ha sido poco responsable, que no ha pensado en el desarrollo de las comunidades, que no ha mantenido comunicación con ellas y que lamentablemente ha causado un desastre ambiental que muchas veces no se ve desde la ciudad, pero que sin embargo siendo parte de este lugar, haber crecido en este lugar, nos permite ver cómo va cambiando el territorio, nos damos cuenta de lo dañino que pueden ser aquellas industrias…
Recientemente hemos conocido de un proyecto náutico que se pretende instalar en isla Renaico, una isla pequeña que queda a 10 o 20 minutos de navegación de isla Traiguén, también está dentro de la solicitud de espacio costero marino que pide la comunidad Nahuelquín Delgado, que por cierto lleva su solicitud a partir del año 2008, se vuelve a ingresar el 2010 y posteriormente el 2012 y a la fecha no hemos tenido respuesta por parte de la institucionalidad respecto de la solicitud de este espacio costero marino, eso quiere decir por cierto, que la institucionalidad no está cumpliendo con los plazos, retrasando otros proyectos y deja de ver que a la institucionalidad no le importan estas materias o simplemente no es una necesidad de ellos poder resolver.
No solo la comunidad Indígena Nahuelquín-Delgado utiliza este territorio para sus distintas actividades, sino que hay actores como son los pescadores artesanales, los recolectores y también la gente que trabaja la jaiba. Por un tema de formación geográfica, esta isla tiene mucha importancia para la navegación de las embarcaciones menores, ya que se forma un paso que los pescadores artesanales utilizan para resguardarse de los temporales y el mal tiempo, y tener una navegación segura. Además en esta isla tenemos muchas especies de aves, piedras loberas, muchos recursos que tenemos en el borde costero y que lamentablemente una vez que se emplace este proyecto, de alguna manera va afectar a todos los actores que desarrollan sus faenas de pesca.”
Para escuchar la entrevista completa a Marcia Nahuelquin Delgado, ir al final de la nota.
Vestigios humanos del pasado en las cercanías de Isla Renaico
Isla Renaico, se encuentra emplazada como un punto de encuentro natural de cinco importantes canales de navegación en la zona, ubicación que le confiere un emplazamiento estratégico dentro de los canales y por lo tanto dentro del maritorio que antiguamente y en la actualidad habitan diversas comunidades. Esto queda de manifiesto en la exigua presencia del mundo científico en el sector, que aun así, ha reportado una gran cantidad de material arqueológico y lugares utilizados para diversas actividades de antaño como también en momentos más recientes.
En cuanto a los restos materiales que se han podido identificar como pertenecientes a grupos indígenas del pasado, los investigares Ocampo y colaboradores iniciaron trabajos arqueológicos en el Archipiélago prácticamente sin reportes ni información clara (Ocampo y Aspillaga 1984). Excavan en la isla Gran Guaiteca, Sitio Ch11 Rep 02, montículo conchal e inhumaciones presentes con 2430 +/- 80 años AP e isla Benjamín, Sitio Ch11 BEN 01, conchal en cueva con 410 +/- 70 años AP (Ocampo y Aspillaga 1984).
Porter (1993), registra un sitio en la isla Gran Guaiteca, GUA-010, en la misma área reconocida arqueológicamente en las Guaitecas a 5 mt sobre el nivel actual del mar, y con 5000 años de antigüedad. Se trata del primer registro arqueológico propiamente tal, en el que se describe: material sobre piedra tallada, que se caracteriza por la utilización de cabezales líticos lanceoladas bifaciales similares a los recuperados en Chiloé, hachas de piedra y pesas de red; moluscos.
Unos años más tarde, Patricia Curry (1997) realizó la primera prospección costera sistemática en el área central del Archipiélago de los Chonos, identificando alrededor de 40 sitios y hallazgos aislados, principalmente conchales, y levantando media centena de material lítico del borde costero e intermareal, compuesto principalmente por herramientas de piedra para desarrollar actividades de caza y recolección del mundo marino, como son cabezales de forma lanceolados de sección espesa, hachas y pesas de red.
Los investigadores Reyes y colaboradores exploraron la costa noroccidental de isla Traiguén, específicamente la localidad conocida como Las Mentas. El área se emplaza hacia la salida sur del fiordo Aisén, entre los canales Errázuriz por el oeste y Costa por el este (Reyes et al. 2011).
De dicho trabo se conoció el sitio arqueológico Nahuelquín 1, el que se encuentra en la costa noroccidental de isla Traiguén (45°27’S–73°41’W). Está formado por un gran depósito de conchal situado en una pequeña bahía reparada de los vientos del oeste. Presenta una costa rocosa hacia su extremo noroeste y una pequeña playa hacia el sector sur. Su extensión norte-sur es de 30 m y un ancho entre 8 m (sector norte) y 15 m (sector sur) cubriendo un área aproximada de 345 m2. En el borde oeste de este gran conchal, se registró un perfil expuesto en donde aforaban restos óseos humanos, específicamente la bóveda craneana de un individuo que presentaba evidentes huellas de intemperización (cubierto de musgo y blanqueamiento de superficie).
La inhumación se encuentra en una posición de entierro orientada norte (pies-pelvis) – Sur (cabeza) a partir de la disposición de elementos óseos observables. Los restos humanos corresponden a la bóveda craneana por lo que presentan un color blanco y verde (por acción de los musgos). Se registraron además otros elementos anatómicos como un fragmento de escápula y fragmentos de una vértebra cervical y una dorsal. En perfil se observaron más vértebras y la diáfisis de un húmero que quedaron in situ. A juzgar por los elementos anatómicos presentes se trataría de un entierro primario e individual de un adulto de edad y sexo indeterminados.
El registro realizado en la playa y el intermareal situados inmediatamente al sur del extenso conchal, permitió la recuperación de una punta lanceolada fragmentada elaborada sobre obsidiana riolítica de color gris, materia prima proveniente del volcán Chaitén, situado 400 km más al norte y documentada desde las costas de Chan Chan hasta el sur de isla Traiguén.
El sitio arqueologico Nahuelquín 2 se trata de un antiguo corral de pesca a 500 m al norte del sitio Nahuelquín 1 (45°27’S– 73°42’W). Se emplaza en una pequeña bahía de exposición norte, que posee una extensa franja de intermareal. Corresponde a una continuidad de grandes y medianos bloques de piedra sobrepuestos, obtenidos del entorno. Corren en dirección suroeste–noreste en forma elíptica por cerca de 25 m. Parte de esta acumulación antrópica de piedras se encuentra a más de 2 msnm actual. Según lo que relata don Benjamín Nahuelquín, al menos hace 50 años, ya se encontraban los corrales en esa misma condición.
También corresponde a un antiguo corral ubicado 700 m al sur del sitio Nahuelquín 1 (45°28’S– 73°41’W) el que se denomino Nahuelquin 3. Se emplaza en un sector donde la costa conforma una bahía muy estrecha, a manera de poza, con exposición noroeste. Al igual que la descripción del corral anterior, se trata de una continuidad de grandes bloques pétreos que corren, en forma elíptica, en un eje suroeste–noreste a lo largo de 70 m, sobre 1 m.s.n.m.
Sitio Nahuelquín 4 se trata de un pequeño conchal ubicado a unos 8 km al sur del sector Las Mentas (45°31’ S-73°44’W), sobre una pequeña bahía con exposición sur. Principalmente compuesto por valvas de choros (Mytilus edulis chilensis). La dispersión del conchal sigue la misma dirección que la orientación de la playa sobre la cual se ha depositado, es decir, 30 m en dirección este–oeste, 10 m en dirección norte–sur y a 5 msnm.
Otro antecedente que debemos considerar en esta discusión es el sitio EB-01 o Ensenada Baja 01, el cual se encuentra emplazado en el extremo oriental del Fiordo Aysén (45°27’S72°48’S) en una entrada de agua con boca estrecha y rodeada de montañas denominada Ensenada Baja. Se trata de un refugio abrigado y protegido de las tempestades y marejadas, utilizado actualmente como puerto natural y área propicia para el desarrollo de proyectos relacionados a la actividad salmonicultora y pesquera (Pérez y Azocar, 2018).
En el año 2013, la remoción en masa de tierras con retroexcavadora para la construcción para un varadero, dio lugar al reconocimiento accidentalmente del sitio EB01. Este se emplaza a unos 50m por encima de una playa estrecha de arenas oscuras y bolones. Desafortunadamente la mayor parte del sitio fue destruido con la consecuente descontextualización de sus elementos culturales.
Los materiales recuperados fueron resultado de una maniobra de rescate arqueológico efectuado ante la inminente destrucción del sitio. Se identificó lítica tallada, pulida, clastos termofracturados y restos óseos animales. Éstos fueron trasladados al Centro de Ecosistemas de la Patagonia (Coyhaique), donde se practicaron los primeros estudios básicos. Se obtuvieron tres fechados radiocarbonicos 1411-1625, 1672- presente, 1697- presente.
Con esto queda de manifiesto que el patrimonio cultural material e inmaterial de la zona isla Traiguen-Renaico es de alta relevancia, es un reservorio de información que no se ha conocido en su totalidad y un proyecto de esta magnitud, como el que se plantea amenaza fuertemente que en un futuro se pueda acceder a dicho conocimiento.
Tal vez sería esperable que si hablamos de comunidades que solamente en la antigüedad habitaron dichos parajes, se busque intervenir sin mayores resquemores, pero en este caso también hay comunidades mapuches huichilles que actualmente ocupan su maritorio e incluso han recibido el reconocimiento de algunos organismos estatales.
Con todo lo planteado por la comunidad Nahuelquin Delgado más la información científica sobre los distintos yacimientos arqueológicos que se encuentran en el área en cuestión es que no podemos seguir invisibilizando esta situación.
Aquí se puede escuchar la entrevista completa a la Sra. Marcia Nahuelquin Delgado
https://archive.org/details/marcia2
Bibliografía
CURRY, P. 1997. Archaeological exploration of the Central Chonos Archipelago. Informe Arqueológico Consejo Monumentos Nacionales, Santiago. MS.
Ocampo, C; Aspillaga, E.
Breves notas sobre una prospección arqueológica en los archipiélagos de las Guaitecas y los Chonos. Revista Chilena de Antropología N°4.
Pérez Barría, L., S. Escobar Pinto y M. A. Azócar Un ‘curanto’ arqueológico en Fiordo Aysén: ¿receta chilota o prehispánica?. Revista de Aysenologia N°5.
PORTER, C. 1993. GUA-010, un sitio costero erosionado en una zona sísmica activa. En: Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Chilena, pp. 81-88. Boletín del Museo Regional de la Araucanía 4.
Reyes, O. 2017 El poblamiento del archipiélago de Los Chonos (43° – 47°S). Patagonia Occidental. Chile. Tesis doctoral. UBA, Buenos Aires, Argentina.
Reyes, O. M. San Román y M. Moraga. 2011 Archipiélago Archipiélago de los Chonos: nuevos registros arqueológicos y bioantropológicos en los canales septentrionales. Isla Traiguén, XI Región de Aisén. Magallania 39.
Servicio de Evaluacion Ambiental https://seia.sea.gob.cl/expediente/ficha/fichaPrincipal.php?modo=normal&id_expediente=2146858409