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5° Congreso Nacional Indígena: las resistencias y las rebeldías
Fuente: SubVersiones
Por María González
Fotografías por SubVersiones
Las afirmaciones y ejemplos de este artículo fueron recogidas durante las sesiones del 5° CNI de octubre de 2016. No es una presentación exhaustiva. Algunos datos complementarios se han obtenido de las páginas web de pueblos y medios libres compañeros.
Las formas en que los pueblos originarios de México –participantes del Congreso Nacional Indígena (CNI)– resisten y se rebelan ante los malos gobiernos, las empresas voraces y sus proyectos de muerte, implican procesos de organización popular de largo aliento. Resulta sustancial comprender que sus procesos son heterogéneos, llevan ritmos variados e implican condiciones, duraciones, obstáculos, metas y acciones diversas, aunque todos coinciden en que lo primordial es la defensa del territorio (con todo lo que implica), las comunidades que lo habitan y la vida.
Por tal motivo, resulta enriquecedor asistir a la escucha de la multiplicidad de caminos y experiencias que delegadas y delegados de cada lugar comparten cuando están junt@s. El horizonte convenido es el cumplimiento –por ahora en los hechos– de los Acuerdos de San Andrés Sacamch’en, que el gobierno federal ha incumplido desde su firma, el 16 de febrero de 1996, y que son el fruto de las negociaciones por la paz tras el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en enero de 1994, por democracia, libertad y justicia.
Durante las mesas de trabajo que se realizaron el 11 de octubre de 2016, en el marco del 5° Congreso y 20 aniversario del CNI –que se encuentra en sesión permanente y reanuda trabajos el 30 de diciembre–, pudimos escuchar cómo los pueblos han ido implementando a lo largo de su lucha un entramado de acciones encaminadas a generar su autonomía y salvaguardar sus territorios –incluidos los bienes materiales/naturales (tierras, ríos, bosques, montañas, etc.) y los inmateriales/culturales (lenguas, costumbres, formas de organización, identidad, etc.).
Autodeterminación y democracia
L@s zapatistas y las ConCiencias por la Humanidad (día 4)

Texto: Raúl Romero (@cancerbero_mx), Gustavo Rojas, Carla Escobar y Diego Delezé
Fotografía: Regina López, Dante Saucedo, María Gonzalez, Xilonen Pérez y Elis Monroy
Por cuarto día consecutivo, zapatistas, escuchas e integrantes de pueblos originarios, atendieron a las reflexiones que cientific@s de distintas disciplinas hacen sobre diversas problemáticas.
Al punto de las 10 de la mañana, en el CIDECI en San Cristóbal de las Casas, Chiapas; comenzó la séptima sesión general del encuentro. La primera intervención corrió a cargo del Dr. Adolfo Olea Franco, con la ponencia «La función social de la ciencia». Olea señaló que la persecución que antes hacía la iglesia contra el conocimiento científico, hoy la hace el capital. Sin embargo, aclaró, la persecución hoy se da de forma distinta: ya no se queman a científicos, como ocurrió con Giordano Bruno, sino que se han creado nuevos mecanismos, como el «escarnio público». Así, dijo, no es sólo el salario o los presupuestos lo que limitan la posibilidad de una ciencia crítica, hay que tomar en cuenta elementos que son interiorizados por l@s propios científic@s.
Por su parte, la Dra. Eva Jablonka envío una ponencia sobre la «epigenética», ciencia que estudia los patrones de expresión de los genes y como la evolución de estos responde a factores fisiológicos y culturales. En su texto, Jablonka explicó cómo la herencia epigenética contempla experiencias traumáticas de nuestros ancestros, las cuales puedan tener efectos transgeneracionales en distintos ámbitos, uno de ellos, por ejemplo, el proceso de aprendizaje. Las experiencias traumáticas, como el estrés causado por situaciones de guerra, pueden expresarse en una mayor vulnerabilidad a otro tipo de traumas. Sin embargo, la Dra. Jablonka enfatizó en las posibilidades de revertir los efectos transgeneracionales de la herencia genética, lo anterior a través de la acción política que posibilita la transformación del ambiente social. Así, concluyó el texto, la acción política como resistencia ante las formas de destrucción del mundo social y de la genética tiene el potencial de transformar la fisiología de la gente y de las futuras generaciones.