Free, Alternative, Autonomous Media
(Español) En estos tiempos, los partidistas de varias comunidades del municipio oficial de Chenalhó, violan flagrantemente los derechos humanos de varias familias miembros de nuestra Organización Las Abejas de Acteal
Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Tierra Sagrada de los Mártires de Acteal
Municipio de Chenalhó, Chiapas, México.
10 de noviembre de 2022
Al Congreso Nacional Indígena
Al Concejo Indígena de Gobierno
A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Al Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas
A las y los Defensores de los derechos humanos
A los Medios libres y alternativos
A los Medios de comunicación nacional e internacional
A la Sociedad Civil Nacional e Internacional
Al Pueblo de San Pedro Chenalhó
Hermanas y hermanos:
Hace 25 años una comisión de nuestra Organización Las Abejas de Acteal, en el mes de octubre de 1997, vino a advertirle al presidente municipal priista de Chenalhó Jacinto Arias Cruz que hablara con su gente armada o sea el grupo paramilitar que cesaran las agresiones, las quemas de casas, robo de pertenencias y amenazas de muerte hacia los miembros de Las Abejas. Sin embargo, en lugar de escucharnos con respeto y entablar una plática seria, nos acusó de “provocadores y de ser zapatistas”. Y después, 5 días antes de la masacre de Acteal, se intentó hacer un diálogo en la comunidad Las Limas, son testigos los gobiernos de Chiapas y federal, además de varias organizaciones de derechos humanos y la misma CONAI, y este alcalde de Chenalhó en lugar de abonar para la paz y enfriar la violencia, paralela a esta fecha sus paramilitares estaban quemando casas y disparando sus armas de grueso calibre en contra de Las Abejas a quiénes posteriormente el 22 de diciembre los masacró.
Hoy, al igual que hace 25 años, a pocos días de cumplirse 25 años de la cruel masacre de Acteal, venimos aquí en la cabecera municipal de Chenalhó, para advertirle al presidente municipal Abraham Cruz Gómez (familiar y vecino de Jacinto Arias Cruz de la colonia Puebla) y a todo su ayuntamiento, que, no sigan el ejemplo y camino que tomó su antecesor del año de 1997.
En estos tiempos, los partidistas de varias comunidades del municipio oficial de Chenalhó, violan flagrantemente los derechos humanos de varias familias miembros de nuestra Organización Las Abejas de Acteal, las causas son; porque seguimos señalando que la Masacre de Acteal es un crimen de Estado y que los paramilitares priistas y cardenistas que ahora se han cambiado al partido Verde Ecologista, siguen impunes; además les molesta nuestra resistencia y rechazo a los programas asistencialistas del mal gobierno y entre otros.
Desde la Masacre de Acteal, el pueblo de San Pedro Chenalhó se dividió, los paramilitares y la guerra de contrainsurgencia producto del Plan de Campaña Chiapas 94, vino a romper el tejido social y el sentido de vida comunitaria que nos unía como hermanas y hermanos tsotsiles. El ayuntamiento de Chenalhó, que antes fungía como autoridades que velaban por la vida y tenían la responsabilidad de mantener el respeto y el equilibrio de todos sus habitantes, ahora se han convertido en simples servidores de los malos gobiernos y entregan a su pueblo en manos de la muerte.
Y a pesar de tanta burla y desprecio que nos tienen nuestros propios hermanos que se han cegado por la ira del poder y del dinero, no nos cansamos en despertarles su conciencia y quitarles el velo de la mentira y de la simulación que los esclaviza.
Es entonces que este día venimos a recordarle al presidente y a todo su ayuntamiento de Chenalhó, que convoque de inmediato a sus agentes en las comunidades de Campo Los Toros y Bach’en para que de manera urgente reconecten los servicios de agua como derecho humano y la luz eléctrica a las 4 familias de Campo Los Toros que se les cortó dichos servicios desde hace 21 meses y a las 2 familias de Bach’en, que en el mes de agosto de este año también se les privó de dichos servicios.
El motivo del corte de agua y luz eléctrica de las familias Abejas de Campo Los Toros, fue porque una compañera nuestra se casó con un hombre de otra comunidad el cual decidió integrarse a nuestra Organización. Cinco días después de casarse, nuestra compañera y su esposo fueron a hablar con los representantes para pedir su incorporación a la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, y solicitarles que les apoyaran para pedir los servicios de agua y luz ante la comunidad, como se hace normalmente, pagando las cuotas necesarias de entrada. Pero, la envidia de la gente partidista decidió castigarlos sin ninguna razón, cortándoles dichos servicios, porque se molestaron de que el esposo de nuestra compañera haya decidido unirse a nuestra organización.
Y la razón de la suspensión de servicios de agua y luz eléctrica de nuestros dos compañeros de Bach’en, fue porque nuestro compañero Miguel Pérez Pérez quién actualmente es representante de Las Abejas de Acteal, no aceptó un cargo de comité de educación, porque tienen un acuerdo estipulado en un acta de acuerdo elaborado el día 5 de diciembre de 2014 ante la asamblea de dicha comunidad, que en una de sus cláusulas dice al pie de la letra, en el consejo parroquial, zonas y coordinadores de la religión católica fungirán tres años consecutivos como discípulos de nuestro dios todo poderoso, al dejar dicha encomienda, tendrá el derecho de descansar tres años consecutivos en la comunidad y en su posterioridad podrá ocupar cualquier cargo si la comunidad a si le ve conveniente. Nuestro compañero Miguel, se avaló de este acuerdo, porque lleva menos de un año haber dejado su cargo de Consejo Parroquial de Chenalhó. Pero, la asamblea violó su propio acuerdo. Y lo peor es que a dicho documento le cambiaron las cláusulas sin el consentimiento de toda la gente quiénes habían participado en ello desde el 2014. Queremos mencionar que el síndico municipal de Chenalhó, avaló este documento falsificado, concluyendo que nuestro compañero no tiene la razón.
Los motivos de los cortes de agua y de luz eléctrica que hacen los partidistas, no solo han sucedido en estas comunidades ya mencionadas, sino, que se ha vuelto una práctica recurrente para ejercer presión y agresión a nuestra lucha pacífica y resistencia.
Otro caso que queremos hacerlo público es de un compañero de Las Abejas en la colonia Puebla de nombre Francisco Arias Cruz, el pasado 14 de octubre fue encarcelado por el agente y comisariado de dicho lugar por órdenes de la asamblea, porque dos de sus hijos no quieren estudiar la secundaria, según dicha comunidad tiene un acuerdo que todos los jóvenes deben de estudiar y, la familia que no cumpla con dicho acuerdo paga una multa de 5 mil pesos por cada hijo o hija que no quiera estudiar. Sin embargo, los hijos de nuestro compañero ni siquiera tienen certificado de primaria, ya que en tiempos de covid muchos de las y los niños no pudieron seguir estudiando, pero, el comité de la escuela secundaria, insiste en “que estudien los hijos de nuestro compañero, que no importa que no tengan certificado, el maestro de la secundaria lo va a aceptar”. Nuestro compañero estuvo 8 horas privado de su libertad y después se le dejó “libre”, con la condición de que pague los 10 mil pesos por sus dos hijos.
Y el último caso que queremos evidenciar, es de la comunidad Nuevo Yibeljoj, que en el año del 2000 se creó esta comunidad como reubicación de campamento de las familias de Las Abejas que estaban desplazadas en el Campamento X-oyep por la guerra de contrainsurgencia en Chiapas. Pero, las políticas de desgaste del mal gobierno cooptaron a un grupo de personas, para causar la división de en nuestra organización Las Abejas de Acteal en el año de 2008. Estas mismas personas, simularon hacer una asamblea para cambiar el nombre de la comunidad Nuevo Yibeljoj, sin consultar al resto de las y los fundadores de dicha comunidad. El mismo secretario municipal quien es actual síndico municipal de Chenalhó, avaló esta asamblea manipulada, pidiéndole al INE que haga cambio del nombre de dicha comunidad por “Centro Nuevo Yibeljoj”, aunque por la presión de las familias Abejas se recuperó el nombre original de la comunidad Nuevo Yibeljoj. Ahora el grupo partidista “Centro Nuevo Yibeljoj”, niega el reconocimiento y respeto de derechos de nuestros compañeros a hacer uso del espacio para construir su casa de reuniones y escuelita autónoma exclusivamente de Las Abejas.
De los tres casos como de las comunidades: Campo Los Toros, Bach’en y Nuevo Yibeljoj, recurrimos al ayuntamiento de Chenalhó para que dichos problemas se resuelvan de manera dialogada y en base al respeto, sin embargo, tanto el presidente municipal y los agentes municipales correspondientes, se han negado a llegar a soluciones favorables y nosotros como organización hemos ofrecido propuestas para que dichos problemas se resuelvan de verdad.
Además, tanto el presidente municipal como sus agentes, usan estrategias para desgastarnos, por ejemplo, programan una fecha y a la mera hora nos dejan plantados, y así han sucedido una tras otra. Y la última vez que el presidente municipal canceló una cita por el caso de Nuevo Yibeljoj, argumentó que había un problema en Santa Martha, pero en realidad es que no tiene voluntad de traer la paz a Chenalhó.
Le decimos al presidente municipal que estos hechos que viven nuestros compañeros ya mencionados, son casos de emergencia y de gravedad que pueden constituir situaciones de desplazamientos forzados como han ocurrido en el barrio Río Jordán de la colonia Miguel Utrilla Los Chorros y en la colonia Puebla.
Ante la cerrazón y falta de seriedad del ayuntamiento de Chenalhó, dijimos ¡Ya Basta! de tanta mentira y simulación de justicia, es la razón por la que estamos denunciando todo públicamente en este día.
Ante todo, lo anterior exigimos al presidente de Chenalhó y a su ayuntamiento:
- En el caso de las familias Abejas de Bach’en, se les restituya inmediatamente el servicio de agua y electricidad en un lapso de 11 días a partir de mañana.
- A las familias de Campo Los Toros también se les reconecte los servicios de agua y electricidad, del mismo modo dentro de 11 días a partir de mañana.
- A nuestro compañero de la colonia Puebla, se le retire la sanción impuesta con la cantidad de 10 mil pesos.
- Al agente de Centro Nuevo Yibeljoj y su gente, acudan a los citatorios que les hace su presidente municipal y que nuestros compañeros de Las Abejas de esa comunidad se les reconozcan sus derechos que les corresponden hacer uso de dicho campamento creado desde el 17 de octubre del 2000, ya que el conflicto que dio origen a la masacre de Acteal, sigue impune.
- Y, por último, pedimos al ayuntamiento de Chenalhó, reanude las pláticas de los casos correspondientes y que esta vez sean con seriedad y buena voluntad, ya estamos cansados de tantos engaños.
Hermanas y hermanos: les pedimos urgentemente exijan junto a nosotros enviando cartas y llamamientos a los tres niveles de gobierno a que nuestros compañeros y compañeras sean reconectados sus servicios de agua y luz eléctrica y se detenga toda la violencia en contra de nuestra lucha. En este 22 de noviembre en el marco de la conmemoración mensual de la Masacre de Acteal, haremos público los resultados de nuestras exigencias al ayuntamiento de Chenalhó.
Atentamente.
La Voz de la Organización sociedad Civil Las Abejas de Acteal.
Por la Mesa Directiva:
Manuel Pérez Jiménez Antonio Ramírez Pérez
Presidente Secretario
Víctor Manuel López Gómez Mariano Sánchez Díaz
Tesorero Sub Secretario
(Español) Notas provisionales sobre Estado plural y democracia según Luis Villoro.(borrador inconcluso)*
Publicado en Camino al Andar
09 de noviembre de 2022
Por Arturo Anguiano
1. En su libro, Estado plural, pluralidad de culturas (Paidós/UNAM, México, 1998), Luis Villoro llama la atención sobre la mundialización capitalista y la manera como ha puesto en crisis el orden mundial caracterizado por la existencia generalizada de los Estados-nación. Menciona “una radical transformación de las relaciones entre las naciones: la globalización de la economía, de las comunicaciones, de la ciencia y la tecnología e incluso, en gran medida, de las decisiones políticas” (p. 48). Un nuevo culto al mercado, unas cuantas grandes empresas transnacionales, capitales que se mueven sin que se les pueda controlar en ningún país. “Estamos, escribe Villoro, ante un nuevo poder mundial del que depende la suerte de una gran parte del mundo. Un poder sin fronteras, sin contrato social, sin leyes ni sanciones”. Los Estados nacionales disminuyen o pierden su capacidad de acción y de regulación, resulta imposible que en forma aislada puedan hacer frente a los “grandes desafíos que conciernen a todo el planeta” e incluso a sus economías internas. Ante el debilitamiento de los Estados-nación, la crisis se manifiesta en su incapacidad para “mantener un orden homogéneo en la sociedad y en la emergencia de reivindicaciones nacionales y étnicas”. Escribe: “los individuos buscan revivir sus vínculos personales en comunidades cercanas, capaces de ser vividas y no sólo pensadas, que puedan dar un nuevo sentido a sus vidas. La nostalgia del individuo por una comunidad perdida no se satisface en el Estado nacional, anhela formas de pertenencia a las que pueda integrarse su vida”. Así, cuando el mundo parece unificarse por la globalización, “asistimos al desmembramiento de países y a la formación de naciones nuevas”. La geografía del planeta y de numerosos Estados se trastoca y rehace.
Un Estado soberano, una única nación, el Estado-nación centraliza su poder e impone su dominio político. El nacionalismo se vuelve la ideología dominante que integra hacia el interior y excluye lo que aparece ajeno, extraño, posible enemigo.
Es muy rica la visión de Villoro, que aquí simplifico en extremo. En América hispana, como la llama, se desarrolla un proceso similar del cual nos habla. En especial sobre México, después del fin de la larga colonización y luego de la derrota de las rebeliones de Hidalgo y Morelos, serán los criollos y mestizos quienes tratarán de crear el “nuevo Estado homogéneo e individualista”, imponiéndose a la multiplicidad de etnias y regiones del país. De entrada, “los pueblos indios no son reconocidos en la estructura política y legal de la nueva nación”. Pero Villoro observa desde el inicio una situación peculiar: “los dos siglos de vida independiente pueden verse, desde entonces, bajo una luz: la contraposición de dos corrientes que responden a ideas distintas de la nación. Por un lado, la construcción del Estado-nación moderno, que había imaginado el grupo fundador; por el otro, la resistencia de las comunidades que no encajan en ese proyecto” (p. 42).
Frente a los pretendidos valores de la libertad individual y la igualdad formal ante la ley, que parecen orientar al nuevo Estado que emerge en el fondo como una salida contrarrevolucionaria, se confrontan la comunidad, la solidaridad y la justicia de esos campesinos y plebeyos de Zapata y Villa que a pesar de su fuerza devastadora fueron derrotados como Hidalgo y Morelos. Nuestro autor se pregunta si “¿No empezará a revivir actualmente esa idea otra de nación?”. El Estado no muy cambió con la Constitución de 1917 y reafirmó de nuevo una suerte de Estado liberal (con matices entonces inéditos) y una Federación que tardaron en unificar a la nación toda, centralizar el poder y reproducir la homogeneidad en una sociedad en extremo diversificada y desigual, que no dejó de transformarse en el transcurso de los años. Villoro concluye que el proyecto liberal que “respondía al reto de unificar a la nación” en realidad conduce a “aumentar la escisión entre estos dos México”.
3. Tardó décadas en articularse y lograr su consolidación un Estado unitario y fuerte que en verdad poco tenía que ver con el viejo liberalismo (o con ningún otro). Aunque se construyó un mercado que permitió modernizar y semi-industrializar al país bajo la batuta del Estado interventor (no muy liberal), la sociedad no asumió la forma de una maraña de ciudadanos titulares de derechos, más que individuos aislados fueron corporativizados, al menos en sus sectores fundamentales. Esto es, sus organizaciones y asociaciones, sus comunidades perdieron cualquier tipo de autonomía y fueron encuadradas como parte del aparato estatal a través del partido de Estado, del PRI. En tanto que la mayoría de la población no organizada, reducida a la pobreza y la pobreza extrema, fue sometida por medio de relaciones clientelares o la violencia, por el ogro filantrópico (como lo llamó Octavio Paz) en que devino el poder central encarnado en el presidente. De manera que lo colectivo fue desnaturalizado y las comunidades y pueblos tampoco dejaron de sufrir el acoso, el despojo y su desnaturalización. El Estado homogéneo, como lo llama Villoro, se impuso en forma autoritaria a la sociedad, asentado en la dominación corporativa y la ausencia de procesos democráticos efectivos. Hay que precisar que los titulares de la riqueza material y los capitales fueron favorecidos a pesar de también haber sido encuadrados en corporaciones que, empero, no perdieron su autonomía y vivieron un tiempo bajo la sombra de Estado y siempre bajo su protección.
Pero las propias transformaciones materiales y sociales a que dio lugar el desarrollo del propio Estado-nación aunados a los grandes cambios acarreados por la mundialización del capital, también desgastaron y luego lanzaron a la crisis al Estado-nación mexicano, la cual se anuncia en forma reveladora durante el movimiento estudiantil-popular de 1968, cuando la sociedad irrumpe en el ámbito resguardado de la política. Hoy parece obvio que la República ilusoria y la Federación ficticia que los liberales mexicanos imaginaron y que disimulaban la dictadura encubierta y la estatización de la sociedad que denunció José Revueltas, no han logrado encontrar una solución de continuidad a la crisis estatal interminable que nos aqueja.
Luis Villoro encuentra una posibilidad en el reconocimiento de una realidad en extremo compleja, caracterizada por la multiplicidad de culturas diversas que no han dejado de resistir a los intentos de aplastamiento y uniformización e incluso no dejan de renovarse, enriquecerse y fraguar incluso su autonomía. “Frente al Estado-nación homogéneo, explica, se abre ahora la posibilidad de un Estado plural que se adecue a la realidad social, constituida por una multiplicidad de etnias, culturas, comunidades” (p. 47). La reforma del Estado-nación permitiría superar a través de una suerte de síntesis las dos ideas de nación que chocaron en México desde la Independencia. “Tenemos que diseñar un nuevo tipo de Estado, escribe, que respete nuestra realidad y termine con el intento alocado de imponerle por la violencia un esquema pretendidamente racional. Tendría que ser un Estado respetuoso de todas las diferencias. Sería un Estado en que ningún pueblo, ni siquiera el mayoritario, impondría a otros su idea de nación. El Estado plural no renunciará a la modernización de país, si por ella se entiende progreso hacia una sociedad más próspera y más democrática. Pero la modernidad deseada no consistiría en la destrucción de las estructuras locales y su supeditación a las fuerza ciegas de un mercado mundial, sino en la participación activa de todas las identidades sociales en un proyecto común de cambio. El Estado se reduciría a coordinar, en este proceso, los proyectos diferentes de las comunidades reales y a proponerles una orientación común. La sede del poder real se acercaría cada vez más a las comunidades autónomas que constituyen la sociedad real. El adelanto hacia un Estado plural es, así, una vía hacia una democracia radical” (pp. 47-48).
4. Aunque lo ve como un proceso que tendría que irse desplegando y dibujando con el tiempo, Luis Villoro propone varias ideas articuladoras: una soberanía parcialmente compartida, la integración de un Estado múltiple, la democracia participativa y el Estado equitativo.
Una soberanía que no excluya ni aísle, que sea compatible con la interdependencia pero que igualmente posibilite la defensa frente las grandes empresas mundiales y los Estados hegemónicos en el planeta. Volver a controlar la política económica y los recursos internos y relanzar la regulaciones necesarias en defensa del aparato productivo y la desigual competencia de capitales. También implicaría la posibilidad de avanzar en regulaciones y acuerdos de integración con otros Estados-nación, sin perder la autodeterminación. Incluso Villoro plantea la urgencia de “un poder político mundial con facultades coercitivas, restringidas a asuntos específicos de interés general y encargado de tomar decisiones y emprender acciones en esos asuntos que afectan la vida de todos” (Los retos de la sociedad por venir, FCE, México, 2007, pp. 178-179).
El Estado tendría que partir de la diversidad real del país, de la existencia de numerosas etnias, culturas, regiones distintas -y yo añadiría clases- que tendrían que encontrar vínculos, una forma de asociación plural. De esta forma, las comunidades reales participarían en el poder a la vez que reafirmarían su autonomía específica. La autodeterminación de los pueblos se combinaría con la adhesión libre al Estado nacional. “Formar la patria, escribe nuestro autor, no sería tratar de uniformar a todos los componentes del país en un solo molde, sino desarrollar en un acuerdo superior la riqueza de una multiplicidad de expresiones y de formas de vida” (ídem, p.180).
La democracia participativa (que en otros textos denomina radical) parte, según Villoro, de la lucha por la autonomía, la cual se puede realizar en todos los ámbitos y por todos los núcleos sociales (lo mismo en comunidades y pueblos que en sindicatos, centros de trabajo, escuelas, colectivos de todo tipo), cada uno según su modo, sus prácticas sociales y sus tradiciones dentro de sus circunstancias sin duda singulares. Este es un “movimiento de difusión del poder hacia la base de la sociedad [que] puede aprovechar las estructuras de las instituciones democráticas de los Estados ya existentes” (ídem, p.180). El municipio podría desempeñar un papel fundamental como correa de transmisión del Estado pero igualmente en tanto ”la estructura política del Estado para la transferencia del poder a las comunidades locales”. Es la instancia territorial donde la gente vive su vida en común, aunque la herencia española no es muy buena, incluso ahora no contamos siquiera con tres mil municipios, mientras en Francia, por ejemplo, se organizan alrededor de 35 mil comunas. Habría que recuperar la experiencia de pueblos y comunidades que han sobrevivido a pesar de despojos, acosos y cercos múltiples que el Estado les ha impuesto a lo largo de la historia. Por lo demás, los municipios formales se organizan arbitrariamente, sin criterios claros y cambiantes, sin respetar a los pueblos y comunidades, las demarcaciones verdaderas. Por algo los zapatistas del EZLN plantearon desde el inicio de su rebelión la necesidad de una reorganización de los municipios en Chiapas y al final lo hicieron a su modo en su zona de influencia. Lo mismo la federación que también nació artificialmente y no corresponde a las comunidades reales, según apunta Villoro. Tendría que organizarse un federalismo radical que “corrigiera las divisiones geopolíticas” existentes, situándose bajo el signo de la descentralización de recursos y poderes, para “acercar las decisiones colectivas a los lugares en que pueda ejercerse una participación real del pueblo”.
Luis Villoro teoriza ampliamente sobre las distintas figuras de la democracia en varios de sus textos, en los que regresa a la democracia participativa una y otra vez, a la que entiende como “el tránsito del Estado homogéneo a una nueva forma de Estado múltiple, respetuoso de la diversidad interna”. En especial vuelve de tiempo en tiempo a la experiencia que realizan en la actualidad las comunidades indígenas rebeldes de Chiapas, que recuperan las tradiciones ancestrales de organización, autogobierno y autogestión pero renovándolas imaginativamente, y donde se ensaya una democracia directa y se atisba el germen de una sociedad futura. Por lo demás, nos dice: “El Estado plural no nacería de una repentina destrucción del Estado actual, sino de un lento proceso de reforma de las instituciones existentes” ( Los retos…, cit.,p. 183)
En fin, el Estado plural, múltiple, lo concibe Villoro asentado no solo en la tolerancia, sino sobre todo en la cooperación. No se trata de tolerar al otro, sino de compartir con él, con todas, con todos los diferentes, colaborar activamente en un propósito común. “El Estado tendría que disminuir y eliminar la marginación o discriminación que impida alcanzar la igualdad de oportunidades y consenso entre todas las comunidades e individuos que componen la nación. Ésa es la equidad, otro nombre de la justicia” (p. 184).
5. Todavía en su libro póstumo, La alternativa. Perspectivas y posibilidades de cambio (FCE, México, 2025), Luis Villoro ataca duramente al Estado-nación homogéneo, lo considera un artificio que se rige por la simulación de una voluntad del pueblo que decide el sector hegemónico de la sociedad y lo confronta con el Estado plural multicultural. En cambio, considera que el Estado plural “daría lugar a una nueva forma de comunidad”; esa sería la alternativa frente a la sociedad excluyente que genera el Estado homogéneo.
Cuando trata de definir un nuevo proyecto, esto es, de buscar una alternativa, rechaza toda dominación y plantea “la resistencia que podría llegar hasta la eventual reconciliación con el dominador”. Repasa y recapitula la historia de México a través de varios conceptos fundamentales como revolución, democracia y pluralidad, polemizando con el liberalismo realmente existente que nos tocó, sus contradicciones y la alternativa de la democracia que ahora desemboca en la democracia comunitaria.
Sin duda, Luis Villoro ve la urgencia de “transitar hacia otro tipo de Estado, un Estado que reconociera un pluralismo jurídico y social, con la existencia de derechos, no sólo individuales sino también colectivos, los que podrían ejercer los pueblos indígenas del país. Este sería el paso de la actual ‘partidocracia’ a una democracia auténtica. Solo ésta podría resolver la llamada ‘cuestión indígena’. En la Constitución tendría que haber explícitamente el reconocimiento de los derechos de las culturas indígenas. Esto fue, en gran medida, el resultado del alzamiento zapatista, en el estado de Chiapas. Una de sus acciones fue establecer las Juntas de Buen Gobierno en las comunidades chiapanecas. ¿No fue ésta la mejor respuesta al capitalismo?”, se pregunta y concluye Luis Villoro. (La alternativa…, cit., p. 58).
Hay mucho que reflexionar sobre cuestiones claves que aborda Luis Villoro, como el Estado, el poder, la dominación, la igualdad y la emancipación. En realidad, percibo en muchas de sus consideraciones una vena utópica, pues concibe un Estado que pueda coordinar sin dominar, un poder que no oprima, un cambio sin ruptura, una igualdad que puede resultar del establecimiento formal de la igualdad de oportunidades. En fin, un pensamiento muy rico, abierto, inacabado e inagotable. Luis Villoro, cien años. Irreductible, disruptivo. Seguiremos compartiendo mucho con él.
Tlalpan, Ciudad de México, 6 de noviembre 2022