Chiapas
Qué sigue I: Antes y ahora
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Qué sigue I: Antes y ahora
Subcomandante Insurgente Moisés
3 de enero 2017
Buenas noches a todos y a todas. Nada más queremos decirles que esto va a tardar, así que aprovechen para dormir o se van.
Bueno pues entonces, primero que como dice la compañera que habló acá del Viejo Antonio, el mismo nombre lo dice, Viejo Antonio. O sea que ya pasó. Hay cosas que quizá se puede rescatar ahí, pero ahora los tiempos cambian.
Nosotros pues, las y los zapatistas les queremos decirles de verdad, en serio, que queremos pues aprender lo que es ciencia de verdad, no de eso de lo que ya caminó el Viejo Antonio, que sirvió para ese tiempo, el tiempo pasado que ahora es otra forma como pues está la vida ahora. Entonces porque les queremos platicar de cómo está de las compañeras y los compañeros que están ahora como comisión de delegados, delegadas, lo que han enfrentado pues ya a lo largo del tiempo de su lucha de resistencia y que entonces, la forma de cómo vivieron pues sus papás, sus mamás, aunque la quieren aplicarla ya no les resulta. Como por ejemplo, en la selva Lacandona, cuando siembran su maíz, ya saben que entonces en 3 meses ya está el elote, ahora resulta de que antes ya hay elote. En los Altos, por Oventik, el caracol de Oventik, sabían pues antes que a los 6 meses va a haber elote, y ahora 5 meses ya hay elote. Eso les dificulta pues porque sabían antes cuando sembrar. Ahora resulta de que entonces empiezan hora si que el viejo método de cómo hacía el Viejo Antonio antes, porque sí lo sabían, pero ahora cambió. Y cómo cambió, y quién lo cambió. Entonces surge toda eso. Entonces y en todo, no es que estamos inventando, como dijo pues ya estos días el Sup Galeano, porque el Viejo Antonio sí sabía cuándo es el tiempo de frío, busca sus leñitas, su carbón, estar preparado, ahora resulta que ya no.
SupGaleano: Alquimia Zapatista
ALQUIMIA ZAPATISTA.
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2 de enero del 2017.
El valor de la palabra es algo que cuidamos mucho. Cuando nos referimos a alguien, no sólo lo nombramos, sino que también nombramos su estar con nosotras, nosotros.
Así decimos “hermano”, “hermana”; pero cuando decimos “compañera”, “compañero” hablamos de un ir y venir, de alguien que no está fuera, sino que, junto nuestro, mira y escucha el mundo y por él lucha.
Menciono esto porque está aquí, junto nuestro, el compañero zapatista Don Pablo González Casanova, quien, como es evidente, es en sí mismo un municipio autónomo rebelde zapatista.
Como está aquí el compañero Pablo González Casanova, voy a tratar elevar el nivel y el rigor científico de mi exposición, evitando toda clase de albures (en grande o en chiquito, presten atención).
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Alquimia. Antes de que agoten su saldo consultando en sus celulares y tabletas qué es “alquimia”, en “Wikipedia”, y que me abrumen con toda clase de definiciones, les aclaro que con esto nos estamos refiriendo a un antecedente, a un paso previo (si es necesario o no, ahí lo vean) a la constitución de una ciencia como tal. O como como decía el finado SupMarcos, “la alquimia es una ciencia enferma, una ciencia invadida por los parásitos de la filosofía, el “saber popular”, y las evidencias que saturan el complejo mundo de la comunicación actual”, según se puede leer en uno de los documentos que dejó a su muerte.