En su segundo turno a la palabra, la joven concejal tsotsil Lupita Vázquez inició el recuento de su experiencia de los últimos meses con una aparente contradicción que suena a ejemplo de las avenidas hacia la libertad evocadas por Paul Theroux al conocer hace unos días el caracol de Oventik: “He aprendido mucho y al mismo tiempo no he aprendido nada”. Jaime Martínez Luna señaló que nunca entendió la propuesta pero le había dado gusto darle su firma a Marichuy y, poco antes que ambos, Fernanda Navarro compartió su incredulidad para explicarse por qué no se había logrado entender en todos los rincones de este país tan herido una propuesta tan inédita e incluso más fuerte que el “Ya basta” de 1994, aunque adelantó que quizás ahora, sin el maldito reloj del INE, es cuando realmente ella arrancará. Y la Comisión Sexta del EZLN, en voz del SubGaleano aportó dos guías decisivas a la valoración colectiva de esta tarde: en los comunicados del CIG y el CNI sobre la propuesta nunca se alojaron meses sino décadas y, a diferencia de 1994, esta vez la convocatoria a hacer frente a la guerra no es excluyente sino incluyente.
Esta tarde, las dudas sobre la posibilidad de ganar el partido quizás se volvieron miradas, pensamientos y preguntas sobre el campo de juego y sobre quiénes han desdeñado o temido no ya firmar sino entrarle al partido. Por ejemplo, Lupita contó que a los concejales solían pedirles carreteras o preguntarles si las comunidades podían formar parte del CNI aunque recibieran apoyo económico del gobierno; Jaime Martínez Luna contó que suele preguntarse a cada rato si en Oaxaca realmente mandan las más de 8 mil asambleas comunitarias y los 417 municipios libres o en realidad lo hace el gobernador en turno; y la abogada Erika Bárcenas, que con el colectivo Emancipaciones ha protegido y acompañado el proceso autonómico de Cherán los últimos siete años, indicó que el Estado no es un ente monolítico sino fraccionado e incoherente al que se le pueden hallar –en su caso desde el Derecho– suturas y oportunidades para la transformación social.
Para no perderse en ese piso hoy tan rojizo y minado, Jaime Luna explicó con su voz de pie, con rabia y con coraje, que necesitamos ratificar, reconocer y respetar lo que somos: seres comunales –¡y no individuos!– a quienes nos han roto y oscurecido; y Lupita indicó que algo a lo que le tenían mucho miedo era a caer en el juego de los partidos políticos, a decir “yo mando” o “yo soy tu ejemplo”. Aquí, el punto de encuentro con Jaime (mantenernos juntxs trabajando-en-movimiento por la reciprocidad) fue sorprendente: la lucha es, había dicho Lupita, “(…) para que nadie sea más ni nadie sea menos. Todos somos iguales. Que nadie sea superior ni esté por encima de nadie (…) No lograrán exterminarnos mientras tengamos fe en nosotros mismos y trabajemos y resistamos (…)”.
Más tarde, para cerrar la jornada del 19 de abril que había iniciado con un violento desalojo de profesores en San Cristóbal (desalojo tras el cual varios niños de primaria y preescolar sufrieron daños por los gases lacrimógenos) y con la denuncia de la desaparición forzada del concejal Catarino Aguilar Márquez y el comunero Noé Aguilar Rojas en Azqueltán, Jalisco, a manos de un grupo armado, con la convocatoria abierta al partido decisivo de la supervivencia como marco de fondo, el EZLN en voz del SubGaleano trajo a cuenta una larga cita que no es del Che sino de Al Pacino, Oliver Stone o alguien más. Con ella los zapatistas dijeron describir lo que es no sólo su vida sino la de cualquiera:
“Estamos en el fondo del infierno, podemos quedarnos ahí o podemos luchar para salir a la luz. Luchar por escalar cuesta arriba, pulgada por pulgada, una por una, uno aprende que la vida es eso… que la lucha es por esa pulgada, y esas pulgadas que necesitamos por escalar están por dónde quiera alrededor de nosotros. Están en cada minuto, en cada segundo. Aquí luchamos por cada una de esas pulgadas. Aquí nos hacemos pedazos a nosotros mismos ya los que nos rodean por esas pulgadas. Arañamos y nos aferramos con las uñas por esas pulgadas porque sabemos que cuando sumamos todas esas pulgadas eso es lo que hace la puta diferencia entre la vida y la muerte, y les digo que en cualquier lucha es quién esté dispuesto a morir por esa pulgada quién la va a conseguir. Y si estoy vivo es porque aún estoy dispuesto a luchar y morir por esa pulgada, porque eso es vivir, y o lo hacemos en colectivo o moriremos como individuos”
“Así nos tocó”, concluyó el SubGaleano.
“Y pues creo que es todo y tomé de más el tiempo porque luego cuando agarro confianza ya no paro, muchas gracias”, concluyó la jóven concejal tsotsil del CIG Lupita Vázquez, quién antes ya había adelantado: “Lo que nosotros queremos que siga es lo que todos queramos, no lo que los compas quieran ni lo que el Concejo Indígena quiera que siga ni lo que el CNI quiera que siga, sino el pueblo, ¿qué es lo que quiere que siga?”
¿Entonces quién se animará a jugar? ¿El pueblo tan evocado todos estos días, meses y décadas? ¿Lxs futurxs zapatistas? ¿Quiénes, pues?
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