Radio Zapatista
Construir algo nuevo desde abajo: El Concejo Indígena de Gobierno y Marichuy en San Cristóbal de Las Casas
La plaza de la catedral de San Cristóbal, cariñosamente llamada Plaza de la Resistencia, estaba repleta. Una cuádruple valla de mujeres y hombres de comunidades pertenecientes al Congreso Nacional Indígena resguardaban el templete donde estaban las y los concejales del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy.
San Cristóbal de Las Casas, tan tristemente célebre por su racismo, presenciaba un nuevo levantamiento de los pueblos originarios. Si hace 23 años la delcaración de guerra fue necesaria, ahora el levantamiento es una declaración de vida. Y justo en este lugar, heredero del poder finquero, del racismo, la violencia y el despojo de los pueblos originarios, se congregó un gran número de personas para conocer y escuchar al Concejo Indígena de Gobierno y recibir, de la voz de las y los concejales y la vocera Marichuy, la invitación a construir un nuevo país.
Seis concejalas y concejales compartieron su palabra en sus lenguas originarias y en castellano. La palabra en las lenguas originarias es un acto no sólo de respeto a la diversidad de pueblos presentes, sino también simbólico: son los pueblos originarios los dueños primeros de estas tierras, quienes las cuidan, quienes las trabajan, quienes resisten a pesar de más de cinco siglos de despojo, racismo y opresión. Y son ellos, ahora, quienes nos invitan a unirnos y organizarnos ante la destrucción que vivimos.
“Es que usted no conoce a los indios, con ellos no se puede dialogar, ellos no entienden”, le dijo con indignación una mujer mestiza al autor de estas líneas hace unos años, cuando el mismo platicaba con algunas mujeres tsotsiles que esperaban formadas para recibir cachuchas, playeras y tortas en un evento priísta. Es por eso, por ese racismo y ese desprecio seculares, que este acto, aquí, en este espacio, fue tan significativo.
“Los partidos políticos van hacia nosotras las mujeres porque nos ven débiles, con despensas, con láminas”, dijo la concejala wixárika de Jalisco. Pero llegó la hora de que se escuche la palabra de las mujeres, de que el mundo vea que, al contrario, hay fuerza y dignidad en la mujer indígena. “Las mujeres ya son flor, fuego y palabra”, dijo el concejal de Huixtán, caracol de Morelia, Chiapas.
Las divisiones creadas por las políticas asistencialistas del gobierno fueron uno de los temas centrales en el evento. “La vocera no viene a ofrecer gorras y playeras”, repitieron varios concejales, e insistieron en la necesidad de dejar de depender de “regalitos” y, en vez de eso, construir la autonomía por medio de los propios recursos y el trabajo. “Nosotros somos los pueblos originarios, los dueños de nuestras tierras, de nuestras vidas”, dijo la concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas, “no es posible que entreguemos nuestras tierras por unas despensas, por unas playeras, por unas gorras”.
Repetidas veces hicieron énfasis en la necesidad de dejar de esperar soluciones desde arriba. Sólo el pueblo puede salvar al país, dijo la concejala chol de la zona norte de Chiapas, y aclaró que, cuando habla de salvación, quiere decir vida.
Eso mismo dijo Marichuy: “Tenemos que organizarnos para construir algo nuevo desde abajo… tenemos que organizarnos para derribar este sistema de muerte, porque nosotros queremos vida,” y explicó cómo surgió en Concejo Indígena de Gobierno. “Esta propuesta es porque analizamos que la problemática está más fuerte en nuestras comunidades… y por más que hacemos, no hay solucion desde arriba”. Por eso se creó el CIG, “un gobierno compuesto por representantes de todos los pueblos indígenas de México, un gobierno que escuche al pueblo, donde el pueblo mande y el gobierno obedezca”.
Anunció que el CIG recorrerá el país para escuchar a los pueblos y compartir la palabra, invitando a la organización desde abajo. “Tenemos un gran compromiso y una gran responsabilidad para con todos ustedes, pero también pedimos que sientan que, si no unimos estos esfuerzos, después vamos a lamentar no haber hecho un esfuerzo común entre todos.”
La concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas reforzó ese punto: “Invito a todos a organizarse para que nuestros hijos el día de mañana puedan decir: gracias a mis padres, gracias a mis abuelos, hoy tengo tierra, tengo dónde vivir, tengo qué comer, no soy esclavo. Porque si nos dejamos vencer, si nos dejamos comprar la conciencia por el sistema capitalista, mañana nuestros hijos van a decir: mis padres, mis abuelos fueron cobardes, no defendieron la tierra, hoy soy esclavo, soy el mozo de los capitalistas y de los ricos”.
Así, mientras la concurrencia se retiraba en el frío de la noche sancristobalense, quienes escucharon e hicieron suyas las palabras del CIG llevaron consigo el ánimo de la responsabilidad.
Esucha los audios:
Bienvenida y presentación de las y los concejales del CIG: (Descarga aquí)
Concejala tseltal Irma: (Descarga aquí)
Concejala tseltal Mónica: (Descarga aquí)
Concejal chol Isaías: (Descarga aquí)
Concejal Hugo Sánchez: (Descarga aquí)
Concejala Lucía: (Descarga aquí)
Concejala wixária Patricia: (Descarga aquí)
Concejal Nereo: (Descarga aquí)
Palabras de Marichuy: (Descarga aquí)
Concejala tsotsil Lupita (en tsotsil): (Descarga aquí)
Concejala tsotsil Lupita (en español): (Descarga aquí)
El Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy en la Costa de Chiapas
“Bersaín decía: Solo el pueblo puede salvar al pueblo.” – Concejala de la Costa de Chiapas
“Marichuy no nos va a gobernar; nosotros nos vamos a gobernar.” – Concejala de Los Altos de Chiapas
“Tenemos que voltear abajo, no lo vamos a encontrar arriba.” – Marichuy
Pijijiapan
La destrucción del sismo es muy evidente en la costa de Chiapas. Así lo vimos todas y todos, así lo expresó Marichuy, y relató lo que vio en su comunidad, que es lo mismo que sucedió en todas las áreas afectadas del país. Quien estaba y continúa apoyando, quien se organizó solidariamente para enfrentar la tragedia, fue el pueblo. El gobierno brilló por su ausencia, cuando no por su aprovechamiento oportunista para alimentar sus propios fines de lucro y poder. Y preguntó: ¿Qué lección aprendimos de eso?
Estábamos en la comunidad conocida como Margaritas, en realidad el Ejido Joaquín Miguel Hernández, en el municipio de Pijijiapan, en la costa de Chiapas. Aquí se reunieron algunos cientos de personas para recibir al Concejo Indígena de Gobierno y a su vocera Marichuy, “para escucharlos a ustedes y que ustedes nos escuchen”, como dijo la concejala de Acteal, Los Altos de Chiapas.
La escucha pasó primero por los dolores. Dieciocho miembros de comunidades de la costa de Chiapas compartieron su palabra y con ella pintaron un cuadro de despojo, violencia y burla. Se trata de comunidades que viven en su mayoría de la pesca o de la producción agropecuaria, en un paisaje riquísimo en recursos naturales y diversidad ecológica. Y justamente por eso sus formas de vida y su propia existencia como pueblos se ve cada vez más amenazada.
En varios puntos de la costa y sierra de Chiapas se denunciaron proyectos extractivistas o amenazas de su implantación. En el ejido de Joaquín Amaro, por ejemplo, hay yacimientos de oro, uranio y gas. La minería en particular representa una amenaza de muerte para las comunidades, ante el despojo de sus tierras y la contaminación de las aguas. Se trata de concesiones de 50 años a empresas, generalmente extranjeras, que destruirían comunidades enteras. Curiosamente, al mismo tiempo, en tiempos recientes las concesiones de 20 años que solían otorgarse a cooperativas pesqueras se suspendieron, y ahora dichas cooperativas sólo pueden operar por medio de permisos temporales. Eso a pesar de que empresas camaroneras también se ven beneficiadas por concesiones de 50 años.
Otro de los temas centrales de las denuncias son las altas tarifas de la energía eléctrica y la privatización de la Comisión Federal de Electricidad. A pesar de que Chiapas es el estado que más energía eléctrica genera en el país, el costo de dicha energía es prohibitivo para las comunidades. Ante eso, la organización y resistencia a las altas tarifas es uno de los ejes centrales de la lucha en la costa de Chiapas.
Se denunció también el engaño sistemático por parte de todos los partidos políticos y todas las instituciones gubernamentales que en teoría deberían velar por el bienestar de los pueblos, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Promesas incumplidas, manipulación de fondos de proyectos para fines electorales, división de las comunidades por medio de dádivas y compra de líderes y representantes. En Nicolás Bravo, por ejemplo, el propio gobierno creó un conflicto en 2004 para despojar a la comunidad de las tierras obtenidas desde 1979 por medio de una resolución presidencial.
Mientras los salarios y los precios de los productos de los pueblos disminuyen, el costo de la vida aumenta, las tierras y las aguas se contaminan y se despojan, las promesas se incumplen, los apoyos no llegan o vienen condicionados. “Estamos hartos de tantos engaños”, coincidieron muchos. “Ya no queremos promesas”.
Entre algunos de los presentes hubo también una cierta confusión sobre el papel del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera Marichuy. Ante el dolor y la desesperación, con frecuencia se buscan las mismas soluciones: la esperanza de que, ahora sí, un buen gobierno podrá hacer, desde arriba, lo que ninguno de los presentes o pasados ha hecho. Cupo entonces a las y los concejales invitar a mirar desde abajo, explicar que no es el poder ni la silla presidencial a lo que se aspira, sino a generar un proceso de organización de los pueblos, de todas y todos, para construir otro país. “Marichuy no nos va a gobernar; nosotros nos vamos a gobernar”, dijo la concejala de Los Altos de Chiapas. “El CIG no viene a ofrecer nada”, dijo la concejala de la costa de Chiapas, “nosotros no pretendemos llegar al ‘trono’; sólo la organización nos puede salvar”. “Nuestros dolores son los mismos”, dijo el concejal de la zona selva de Chiapas, caracol de La Realidad. Y si los dolores hieren, son también el impulso para la organización, la resistencia y la construcción de alternativas reales para el país, sin esperar soluciones de arriba.
Al terminar el encuentro, la alegría y la generosidad costeñas se hicieron presentes en la forma de música y un delicioso almuerzo de camarones, mientras una multitud se aglomeraba para apoyar al Concejo Indígena de Gobierno con su firma para validar la candidatura independiente de Marichuy. Es el florecimiento de los pueblos, y la naturaleza pareció concordar, regalándonos el paisaje de árboles de mango en flor en el trayecto rumbo a la ciudad de Tonalá.
Escucha los audios:
Presentaciones de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de las comunidades de la costa de Chiapas: (Descarga aquí)
Palabras de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de la Vocera María de Jesus Patricio Martínez: (Descarga aquí)
Tonalá
La pequeña caravana pasó por la comunidad de Nuevo Urbina, donde se realizan trabajos de reconstrucción solidaria ante el sismo por parte de la sociedad civil organizada, antes de dirigirse a Tonalá. Allá el CIG y su vocera fueron recibidos con una marcha de aproximadamente un kilómetro hasta las oficinas del Frente Cívico Tonalteco. Allí las concejalas y concejales y Marichuy se instalaron en un templete en la calle, con una asistencia de algunos cientos de personas de Tonalá y de otras comunidades organizadas en el Congreso Nacional Indígena.
Como en Pijijiapan, se repitieron las denuncias: megaproyectos de minería, plantas hidroeléctricas, hostigamientos y agresiones, altas tarifas de la energía eléctrica, división de las comunidades por medio de “apoyos” de gobierno.
Varias personas se refirieron al hecho de que, a diferencia de los partidos políticos, aquí no se ofrecían despensas ni gorras ni regalos de ningún tipo, sino que quienes asisten lo hacen porque creen en una propuesta capaz de lograr un cambio real en sus comunidades y en el país.
Al tomar la palabra, Marichuy nuevamente se refirió al sismo que golpeó duramente la costa de Chiapas el pasado 7 de septiembre y la diferencia entre la organización y la solidaridad popular y la inacción o manipulación del gobierno. Se refirió también a los dolores expresados por los diferentes miembros del CNI que tomaron la palabra. Se están acabando las tierras, se están acabando nuestras comunidades, dijo… y si desaparecen nuestras comunidades, desaparecemos nosotros. Es por eso, explicó, que el CNI y el EZLN decidieron conformar el CIG y participar en el proceso electoral de 2018, no para ganar o tomar el poder, sino para, por un lado, utilizar esa plataforma para poder mostrarle al país y al mundo lo que las empresas, el gobierno y los partidos políticos están haciendo con los pueblos, y, por otro, para invitar a la organización. Aquí hay mucha organización y mucho trabajo, dijo, pero falta mucho más.
El evento terminó de manera festiva con consignas y vivas y la música contagiosa de un grupo de jóvenes que, entre los varios temas, cantó un “Corrido a la mujer valiente”, mientras mujeres valientes bajaban del templete para la cena y el merecido descanso antes de un nuevo día de construcción lenta y perseverante de otro mundo posible.
Escucha los audios:
Presentaciones de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de las comunidades: (Descarga aquí)
Palabras de las Consejalas y los Consejales: (Descarga aquí)
Palabras de la Vocera Maria de Jesus Patricio Martinez: (Descarga aquí)
Nota: Durante el recorrido se dieron varios casos de hostigamiento, vigilancia y provocación. Aquí nuestra nota al respecto: https://radiozapatista.org/?p=23643