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“Vinimos a escuchar, vinimos a aprender”, dijeron lxs zapatistas este 13 de agosto en la Plaza de Colón de Madrid. Escuchar y aprender de quienes luchan, resisten y crean alternativas para nuestro mundo en Slumil K’ajxemk’op, la Europa insumisa.
Entre el 11 y el 13 de agosto, previo al encuentro con el “Escuadrón 421” zapatista, colectivxs, organizaciones, movimientos, familias y personas de la Europa insumisa organizaron una jornada de tres días intitulada No claudicaremos. Lavapiés y otros lugares de resistencia se convirtieron nuevamente en puntos neurálgicos para el hospedaje y la convivencia, como centro de medios libres y para la expresión artística y los (re)encuentros.
Centros Sociales Autogestionados como ‘3 peces 3’ , La Tabacalera , la Oficina de Derechos Sociales la Ingobernable, el Centro Social La Villana de Vallekas, el pueblo okupado Navalquejigo y los jardines comunitarios como el de ‘Esto es una Plaza’ fueron los espacios solidarios para ello. Cercano también el Auditorio Pilar Bardem en el pueblo de Rivas-VaciaMadrid en donde tuvo lugar el concierto de Bienvenida de la Gira Zapatista organizado por la Confederación General del Trabajo (CGT) con la participación de las bandas Boikot y Amparanoia.
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Madrid, Agosto, 2021. En la Puerta del Sol, la histórica plaza en el hoy centro de Madrid, danzantes reproducen rituales mexicas y danzan al ritmo de los tambores.
En la misma plaza, una carroza-navío inicia su recorrido rumbo a la Plaza de Colón. A bordo, siete indígenas mayas provenientes del sureste mexicano, miembrxs del denominado Escuadrón 421, la avanzada marítima de la Travesía por la Vida zapatista. Con ellas y ellos, algo más de un millar de personas en alegre procesión.
Es el 13 de agosto de 2021, y este día se cumplen 500 años de la caída de Tenochtitlán, la capital del imperio azteca, a manos de los conquistadores españoles liderados por Hernán Cortés. Las fechas, más allá de los hechos que en ellas sucedieron, son símbolos. Y los símbolos, tanto como los espacios físicos, son territorios disputados por las luchas de poder.
En marzo de 2019 el presidente de México le envió una carta al rey Felipe VI y al Papa Francisco exigiéndoles que pidieran perdón por la conquista, presumiblemente con el objeto de que el año del 500 aniversario de la caída de Tenochtitlán fuera el año de la “reconciliación histórica” a pesar de que México no existía en ese entonces y a pesar de que el México de hoy, que sí existe, continúa pisoteando, despojando y despreciando a los pueblos originarios.
Mientras tanto, para la derecha en España la caída de Tenochtitlán significa la heroica y generosa liberación de “millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas”. Ambos polos simplifican y tergiversan una historia mucho más compleja y la utilizan para sus propios fines políticos, evocando un nacionalismo ramplón que divide al mundo en “buenos” (nosotros) y “malos” (ellos), aunque ni el nosotros ni el ellos hayan existido en la época ni quede muy claro a qué se refieren dichos términos en el presente.
En ese escenario irrumpe un pequeño grupo de rebeldes indígenas mayas, que hicieron el recorrido marítimo de la conquista en sentido inverso, que llegaron a las costas de Galicia el pasado 22 de junio, que tuvieron la osadía simbólica de renombrar el antiguo continente, que anuncian una “invasión” para escuchar y aprender, y que ahora “navegan” en una manifestación cuyo lema es: “No nos conquistaron”.
¿No nos conquistaron? ¿Qué significa eso? ¿Otro acto de demagogia? ¿Quién es el “nosotros” que el “nos” implica? El nosotros que el “nos” implica es amplio. Los pueblos indígenas de América, para empezar, que resistieron y resisten y seguirán resistiendo. Pero no sólo ellos. El “no nos conquistaron” significa, también, el desafío a la historia única, al sistema único, a la homogeneidad colonial y postcolonial, a los valores hegemónicos que constituyen los pilares del capitalismo, a la visión única que pretende regir el mundo único: el Universo.
El “nosotros” no conquistado se encuentra en las grietas, en los intersticios, en los abajos, en los márgenes, en la pluralidad jovial de la multiplicidad y la divergencia, en la vitalidad de la vida que se niega a ser enterrada bajo el asfalto del “progreso”, en la pulsión del encuentro ante la dictadura del individualismo, en la efervescencia de la memoria ante la dictadura del olvido, en el respeto, el cuidado y el amor ante el desprecio, el odio y la indiferencia, en la consagración de la vida ante el imperio irracional de una razón totalizadora, en la mirada y la escucha ante la ceguera y la sordera de la verdad absoluta.
Y es ese, precisamente, el sentido de esta gira: el encuentro de los nosotros no conquistados. Los muchos nosotros que nos insurgimos ante el desatino de un sistema mundo que, según nuestro análisis y nuestro dolor, ha perdido el rumbo. Pero en la soledad de nuestras pequeñas o grandes luchas no atinamos a vislumbrar una salida para el desatino de nuestra humanidad, porque la Hidra es inmensa y luchamos apenas contra una o algunas de sus cabezas. Sabemos que es tan enorme aquello a lo que nos enfrentamos, que nuestros pequeños esfuerzos jamás lo podrán derrotar, y si seguimos caminando es sólo por necios, por tercos, porque no tenemos otra opción, porque no nos rendimos, no nos vendemos y no claudicamos. Porque las generaciones venideras merecen una esperanza y para eso es necesario plantar semillas, aunque a veces nos parezca casi imposible que puedan germinar.
¿Pero qué sucede cuando las soledades se encuentran? ¿Qué sucede cuando las semillas se reúnen, cuidan y reproducen en más y más semilleros?
Desde hace casi un año, muchos nosotros se han encontrado para hacer posible esta gira, y en esos encuentros algo se gesta. Se generan oleadas de alcances imprevisibles. Por toda Europa, colectivos, organizaciones e individuos organizados en torno a una gran multiplicidad de luchas se articulan motivados por la provocación de esta Travesía por la Vida. Que los zapatistas sean el catalizador de esas oleadas se entiende: con el gobierno autónomo, la justicia autónoma, la salud autónoma, le educación autónoma, la producción y economía autónomas, con el pensamiento crítico, con sus encuentros de mujeres, de artes, de ciencias, con su construcción laboriosa de otro mundo posible, son ejemplo y prueba de que es posible crear alternativas al mundo único que se nos impone.
En la Plaza de Colón, frente al Monumento al Descubrimiento de América, lxs miembros del Escuadrón 421 dieron su palabra. Reiteraron que ellxs son sólo “el antecedente de un grupo más grande”, y anunciaron que “por partes” llegarán a Europa 501 delegadxs no sólo zapatistas, sino también miembros del Congreso Nacional Indígena y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua. Y dieron a entender que ese sería el último de los grandes actos, y que en adelante los encuentros serían más íntimos. “El mañana no se gesta en la luz. Se cultiva, se cuida y se nace en las sombras inadvertidas de la madrugada, cuando la noche empieza apenas a ceder terreno. Los terremotos que sacuden la historia de la humanidad empiezan con un ‘ya basta’ aislado, casi imperceptible. Una nota discordante a mitad del ruido. Una grieta en el muro.”
Y también dejaron claro a qué vienen y a qué no vienen: “…no venimos a traer recetas, a imponer visiones y estrategias, a prometer futuros luminosos e instantáneos, plazas llenas, soluciones inmediatas. Ni venimos a convocarles a uniones maravillosas. Venimos a escucharles.”
Sabemos que la multiplicidad de los nosotros es riqueza pero también fuente de divisiones y desencuentros, y así lo reflexionaron lxs zapatistas. “Sólo una amenaza más grande, un dolor más terrible, una rabia mayor, es la que puede hacer que nos pongamos de acuerdo en dirigir esa rabia y ese dolor más arriba… de lo que hablamos las comunidades zapatistas es de una causa, de un motivo, de una meta: la vida.”
Cada pequeña lucha es una lucha por la vida. Y sólo en el encuentro de los muchos nosotros se podrá reinventar la vida. Sólo en el encuentro será posible destruir a la Hidra. Sólo en el encuentro habremos de reinventarnos y transformarnos en semillas que, algún día, de alguna forma, en algún lugar, habrán de florecer.
“Porque vivir no es sólo no morir, no es sobrevivir. Vivir como seres humanos es vivir con libertad. Vivir es arte, es ciencia, es alegría, es baile, es lucha.”
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El Escuadrón 421 del EZLN a su llegada a tierras de Extremadura, en su recorrido de bienvenida por el Estado Español. Foto: Caracol Extremadura.
En el país de la muerte soñaron un planeta vivo. Y para contagiar a mucha gente de ganas de habitarlo de nuevo, pues optaron por compartir ese sueño, así que desde el cementerio gigante en que se ha convertido México, desde su esquina más olvidada por lo que sea que signifique la justicia, diseñaron una travesía por la vida. Se reunieron durante meses para sacar acuerdo en lenguas diversas, en asambleas de gente libre que se ha procurado un buen gobierno. Conscientes de la profundidad del dolor que nos inflama las venas, las comunidades rebeldes autónomas de Chiapas eligieron a quienes llevarían la voz, la escucha y la fuerza del zapatismo a diversas partes del mundo.
Y llegó a buen puerto el sueño. Un escuadrón de siete personas fue el primero en cruzar el Océano Atlántico para desembarcar en Vigo, Galiza, el 22 de junio pasado, y renombrar Europa como Slumil K’ajxemk’op: “Tierra Insumisa”, o “Tierra que no se Resigna, que no Desmaya”. Carolina, Bernal, Ximena, Marijose, Yuli, Lupita y Felipe (Escuadrón 421 del EZLN) navegaron siete semanas con el capitán Ludwig y su tripulación aventurera. Otras personas llegarán por aire. Comenzará entonces esta travesía por la vida, diseñada en medio de una pandemia que, aquí en México, ha dejado centenares de miles de muertes y de familias rotas por la negligencia criminal de un gobierno inútil que ha estimulado la violencia, ha militarizado el país como nunca, ha paralizado el sistema de salud pública, ha desdeñado la dignidad de todas nuestras luchas y ha facilitado la consolidación de la hegemonía económica y política del narcotráfico.
En espera de sus compas que llegarán por aire y de camino hacia París, Francia, el Escuadrón 421 comenzó a fines de junio un recorrido por comunidades autónomas del Estado Español que les han dado la bienvenida en actividades públicas diversas. Como si fueran olas que empapan y golpean la tierra firme, la colectividad zapatista y su obstinación por la vida están alborotando a muchos grupos que llevan tiempo organizándose, trabajando y soñando también con el planeta vivo que merecemos habitar. La diversidad de luchas, cantos, poemas, danzas, pinturas, aplausos o gritos que han recibido al zapatismo tras su llegada a Galiza, han hecho vibrar calles, museos, teatros, ramblas, puertos y plazas con el mensaje articulado de rebeldías y resistencias organizadas que, desde muchas lenguas y distintas expresiones corporales, no dejarán morir la flor de la palabra. He aquí una pequeña ventana para asomarnos a esas entrañables bienvenidas.
Mérida
Síntesis en audio de la bienvenida en Mérida (3:32 min): (Descarga aquí)
Hay cuatro Méridas en el mundo. Esta Mérida de la provincia de Badajoz, Comunidad Autónoma de Extremadura, Estado Español, lleva en su nombre la huella de la colonización romana. Las otras -en México, en Filipinas, en Venezuela– se nombraron a partir de ella, de la Emérita Augusta que nació como símbolo de la presencia militar romana en el año 25 a.C., para luego repartirse por los continentes como símbolo de la colonización española. Ese enclave ubicado a unos 500 km del puerto de Vigo, donde pisara tierra el Escuadrón 421 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional hace dos semanas, preserva un espectacular Teatro Romano que sigue vivo como espacio para representaciones. El 30 de junio llegaron hasta él Yuli, Lupita, Ximena, Carolina, Marijose, Felipe y Bernal. Les acompañó el Caracol Extremadura (la articulación que se conformó para recibirles en Europa) con visita guiada del lugar y su historia, fotografías sobre el escenario y buen ánimo, como el que usó un compa del caracol para hablar de una “invasión a la inversa”, y luego afirmar: “aquí es donde vendremos a celebrar la caída del imperio”.
El Escuadrón 421 del EZLN visita el Teatro Romano de Mérida, Estado Español. Foto: Caracol Extremadura.
Con los grupos visitantes y locales sentados en la ‘cavea’ (nombre en latín para las gradas del teatro) hubo más explicaciones históricas, aplausos y las infaltables consignas libertarias, seguidas por una visita al Museo Nacional de Arte Romano que alberga el famoso mosaico en cuyas teselas se ilustra el origen del nombre de este continente. Allí pudo ver el Escuadrón 421 la imagen del “Rapto de Europa”, la hermosa princesa fenicia secuestrada por Zeus, ese dios que se ocultó en la figura de un toro blanco para llevar a la joven Europa hasta la isla de Creta, donde pudo violentarla.
Extremadura como comunidad autónoma, con sus dos provincias de Cáceres y Badajoz, se encuentra al centro-sur del Estado Español y tiene su propio estilo para hablar el “castilla”. Ese estilo propio recibió a la representación zapatista el miércoles 30 de junio en la estación de trenes de Mérida con una ‘marcha reivindicativa y pasacalles lúdico’ hasta la plaza de Santa María. Portando mantas que resumían luchas: “Por un mundo donde quepan muchos mundos. Caracol Extremadura”, “No al tren maya. No al A.V.E. Sí al tren que une a los pueblos”. Durante la marcha retumbaron fuerte por las calles de Mérida varias consignas: ¡Anti-anti-anticapitalistas!, ¡NO a la mina, Sí a la vida!, ¡Que vivan las luchas de las mujeres!, ¡Ninguna persona es ilegal!, ¡Zapata vive, la lucha sigue!, ¡De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste!, ¡EZLN!”
A la llegada a la plaza hubo rap feminista, lectura de poemas y palabras del Caracol Extremadura y sus luchas desde varias plataformas colectivas, antifascistas, ecologistas y de mujeres, refugiadas de las dos provincias de Cáceres y Badajoz.
Para el Caracol Extremadura, “esto es un regalo” pues “nos comenzamos a juntar las invisibilizadas, las ecologistas, las feministas, las anticapitalistas. Invitamos a todoas a que se junten. Somos varios colectivos, no todos han podido venir.”
El Caracol Mérida tomó la palabra y señaló que “toda la gente que estamos en esta plaza somos de luchas desde abajo. Damos la bienvenida a vosotras, vosotros y a Marijose. Pero sobretodo que vengáis a traernos agua fresca de allá de este México lindo que no es tan lindo pero que su lucha es grande. Bienvenidas todas las luchas, porque si no estamos organizadas nos vencerá el capital que tiene nombre y apellidos y lugar de residencia.”
La CNT de Extremadura celebró que haya tantas mujeres reunidas y agradeció al EZLN “sus años de resistencia”, su “estar aquí” y “haber sido tanto tiempo una luz”. Luego agregaron: “compartimos con ustedes el rojo y el negro. Es la primera vez que vemos una convocatoria con tantas mujeres.”
En el mismo tono de reconocimiento a la lucha de las comunidades zapatistas hablaron el CSOA de la Algarroba Negra, Mujeres Sembrando, el Frente Sur Andalú, el Ateneo Libertario Mérida, Ecologistas en Acción, el Colectivo de la Vera, la Red Solidaridad, el Campamento Dignidad así como muchas compañeras y compañeros a título personal.
Sus participaciones han coincidido en celebrar la presencia zapatista como un impulso para la reciprocidad organizativa en la que se escuchan frases como “queremos aprender de ustedes” y entregar todo “lo que podamos aportar”, “su llegada es una inspiración muy grande para juntar esfuerzos”, “esperamos hacer un mundo mejor”, “les recibimos con ilusión”, “habéis empezado una revolución porque se están juntando los colectivos y aunando los esfuerzos, “la defensa de la vida nos la jugamos también aquí”, “el capitalismo no es compatible con la vida”, “ustedes nos inspiran”, “estamos en la lucha del pueblo”, “gracias por haber venido”.
Una modesta multitud muy combativa acompañó con palmas las intervenciones de cierre, cuando varias compañeras leyeron poemas, danzaron y taconearon, cuando rapearon como mujeres que luchan.
Síntesis en audio de la bienvenida en Madrid (2 min): (Descarga aquí)
“Gracias por traer vuestro mundo a nuestro mundo”, dijo uno de los niños que cargaban un gran barco de cartón con una estrella roja, un caracol, la bandera zapatista y la palabra “Europa” en grandes letras. Enseguida, otros niños entregaron, a lxs visiblemente emocionadxs miembrxs del Escuadrón 421, dibujos de la travesía marítima, seguidos por una niña con una bandera negra con las 12 estrellas de la rebautizada Unión Europea, con las palabras “Slumil K’ajxemk’op” escritas en el centro: Tierra Insumisa.
Era el 3 de julio de 2021, y la delegación marítima zapatista se acababa de presentar, a su llegada a la capital del Estado Español después de su paso por Extremadura. La bienvenida era en el Teatro del Barrio, en el barrio de Lavapiés, en el centro de Madrid. No es casual que estuvieran allí, en ese teatro y en ese barrio. Lavapiés ha sido y es barrio y barriada o, como dirían los tepiteños del otro lado del charco, barrio bravo, barrio macabrón. Barrio obrero, de migrantes y contracultural, ‘periférico’ en pleno centro, donde en otros tiempos proliferaron las “corralas”, el equivalente de las vecindades mexicanas, paupérrimas estructuras habitacionales pero llenas de vida y convivencia vecinal. Durante la Guerra Civil el franquismo mantuvo al barrio en completo abandono. Pero la decadencia y el abandono de muchos inmuebles dio lugar, en la década de 1990, al surgimiento de okupas libertarias, asociaciones y movimientos vecinales, haciendo de ese barrio uno de los más combativos de Madrid. Hoy Lavapiés enfrenta y resiste las políticas gentrificadoras que intentan desplazar a sus habitantes para convertirlo en centro inofensivo para consumo turístico. Lavapiés, sin embargo, resiste.
Uno de los focos de resistencia y reexistencia es justamente el Teatro del Barrio. Fundado en 2013 como forma de combatir “la ignorancia, el miedo y la apatía”, el Teatro del Barrio se organiza como cooperativa y se autodefine como “asamblea permanente”. Además de la programación de teatro, música, poesía y baile, el proyecto incluye talleres de formación artística, una Universidad del Barrio (espacio de encuentro, debate y difusión de cultura histórica, económica, política y artística) y los Martes Ciudadanos (donde colectivos, organizaciones y grupos de personas realizan proyecciones, debates, mesas redondas, coloquios, presentaciones de libros y más).
“Os damos la bienvenida desde la recién bautizada por vosotras Tierra Insumisa. No más Europa, no más La Europa fortaleza. Nos habéis dado un regalo, porque renombrar las cosas nos permite nuevos imaginarios, nuevos mundos, nuevos marcos para pensar”, dijo la activista antirracista Mónica Gortayre, quien condujo el acto de bienvenida, y añadió: “Madrid os recibe en lucha”, antes de dar un breve resumen del contexto en el que en Madrid reciben a lxs zapatistas.
“El Covid nos pilló de sorpresa pero reaccionamos rápido. Nos organizamos en redes vecinales de apoyo, en cajas de resistencia, comida, ropa y medicinas, pero sobre todo calor humano”, dijo. Y es que Madrid es la ciudad en donde la pandemia se ha cobrado más vidas en el país mientras la derecha, que gobierna Madrid y la Comunidad Autónoma del mismo nombre, la ha utilizado como instrumento político, extenuando y precarizando su sistema de salud, manipulando su incidencia y relajando medidas de seguridad para fomentar la llegada del turismo supeditando la salud a la economía. Las esperpénticas manifestaciones en contra de las restricciones pandémicas en los barrios más acaudalados y privilegiados de la ciudad en sus autos de lujo con banderas españolas y franquistas clamando ‘libertad’ constrastaron con la dignidad de los barrios populares y de clase trabajadora que se auto organizaron para construir redes de cuidados comunitarios:
“Defendemos cada centro de salud de cada calle en cada barrio”, dijo Mónica. “Luchamos para evitar los desalojos y los desahucios, contra la destrucción de barrios y del tejido asociativo, defendiendo la educación, contra las fronteras, que causan muerte cada día en el mar, contra el racismo y el machismo y todas sus violencias.”
La intención de la travesía zapatista por la vida en Europa tiene como objetivo compartir experiencias y enlazar luchas, para enfrentar el sistema global de muerte. Los testimonios que escuchamos en Madrid dan cuenta de que esto ya está sucediendo, de hecho desde antes de la llegada del Escuadrón 421. El proceso de organización para recibir a la delegación zapatista dio lugar a debates, charlas, exposiciones, murales colectivos. “Vivimos un 1 de Mayo interseccional maravilloso, como no se había visto en Madrid hace mucho tiempo. Estábamos unidas en la inmensa diversidad, al mandato que nos dijisteis cuando venías: organícense.”
De la comisión jurídica, Aránzazu repasó la lucha zapatista y su resonancia en Slumil K’ajxemk’op. “La revolución zapatista nos despertó para recordar que lo político no está arriba, sino con los de abajo. Vuestra lucha también es nuestra.”
Entrelazando luchas, Nuria Álvarez, del colectivo Acción Poética Revolucionaria, en una de las tres intervenciones poéticas del día, creó un puente entre Ayotzinapa y la lucha colombiana actual, con los poemas “Ayotzinapa a un año” y “Los desaparecidos de Colombia”.
Pablo Mayoral, miembro de la Comuna de presos y presas represaliados por el franquismo, reconoció que la travesía zapatista los motivó a volverse a encontrar y a continuar la lucha por la memoria histórica y contra la dictadura franquista, que “hoy vuelve a estar presente en nuestras instituciones políticas”.
Tati, de la Plataforma de Encuentros Bolleros, un “espacio de mujeres y otroas que se identifican como lesbianas” fundado hace tres años, dijo que “la lucha zapatista ha sido rayo de luz que nos va guiando con su hacer, con los siete principios y, para nosotras, especialmente con la Ley revolucionaria de mujeres. Eso nos ha cambiado la vida.” Y Mirayes, del Movimiento Marika, dijo: “El eco rebelde de vuestras palabras influye en lo que nosotras hoy somos. (…) Sus palabras nos resuenan tanto que nos hacen pensar, reflexionar, mirarnos de frente para reconocer quiénes somos y cómo nos gustaría ser”.
Rafaela Pimentel, de Territorio Doméstico, una organización de trabajadoras del hogar fundada en 2006, insistió en que todas las luchas son para todos y todas. La osadía zapatista de atravesar el Atlántico y cruzar fronteras resuena con los miles de migrantes que cruzan las fronteras todos los días, arriesgando (y muchas veces entregando) sus vidas, enfrentando racismo, explotación y violencia, como buena parte de las trabajadoras del hogar.
Desde luego, la fiesta y la alegría no podían faltar, con la música de los grupos Puerto Vaivén y Calle Siete.
Más tarde, el Escuadrón 421, acompañado de lxs organizadores y demás presentes, se dirigieron a la Plaza Arturo Barea, mejor conocida como Plaza Agustín Lara, en el mismo barrio de Lavapiés, para una breve pero emotiva despedida.
Allí, un mensaje de los colectivos de apoyo a Kurdistán y a la revolución de Rojava, justamente en ese 3 de julio, día de acción global por la defensa de Kurdistán:
“Damos la bienvenida a La Montaña. Deseamos que vuestro viaje por la Europa de abajo y a la izquierda traiga la brisa limpia de la Selva Lacandona a esta vieja Europa enferma de egoísmo y soberbia. Muy al oriente de aquí, allá donde Europa se junta con Asia, se encuentran las altas montañas de Kurdistán. En esas montañas y en las planicies que la rodean se expandió la revolución neolítica hace 10 mil años. Y desde hace 40 se gesta una nueva revolución, hermana de la revolución zapatista. La democracia de base, la liberación de género y la defensa de la tierra son los pilares de la revolución de Rojava, que hoy se encuentra en peligro inminente a causa de la invasión de Turquía y sus hordas yijadistas.”
Finalizando la jornada, Marijose, a nombre del Escuadrón 421, compartió unas palabras de despedida, recordando que, aunque el Escuadrón partía, ellas u otra delegación zapatista regresarán en los próximos meses.
Síntesis en audio de la bienvenida en Valencia (2 min): (Descarga aquí)
La gran Plaza de la Virgen (Plaça de la Mare de Déu) resonó con vivas y aplausos de cientos de personas cuando llegó el Escuadrón 421, este 5 de julio, resguardado por el equipo de seguridad como medida sanitaria ante la pandemia.
Fotografía de Raúl Ruiz
La Plaza de la Virgen es punto neurálgico de la vida social de la ciudad de Valencia, provincia que junto con la de Alicante y Castellón configuran la Comunidad Valenciana. La Plaza es punto en donde confluye y se entrecruza la historia citadina desde la época romana en el siglo II A.C., con importantes emblemas como su Catedral y la Plaza de L’Almoina, herencia de 2 mil años de historia. Al igual que otros barrios como el de Benimaclet, Russafa o el marítimo de El Cabanyal, el centro histórico al que pertenece la plaza ha sido afectado por la gentrificación y la turistificación.
No fueron pocos los esfuerzos previos para hacer posible no sólo esta bienvenida, sino también los encuentros posteriores cuando la Travesía por la Vida zapatista regrese, después de la llegada de la delegación aérea del EZLN, Congreso Nacional Indígena y el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra.
Desde hace muchos meses se conformó en el País Valencià la Xarxa Solidària Gira per la Vida(Red Solidaria Gira por la Vida), un espacio donde se encuentran más de 40 colectivos, asambleas, organizaciones y personas, aglutinando luchas en defensa del territorio y la vivienda, por la soberanía alimentaria, migrantes y antirracistas, feministas, ecologistas, de solidaridad internacionalista, de economía social, centros sociales ocupados y autogestionados y más.
Como en las demás geografías por donde ha pasado hasta ahora la delegación zapatista, el eje fundamental de la lucha por la vida es la convergencia en la divergencia, la politización de la diferencia. “Vertebrarnos desde la diversidad de las luchas, re-conocernos y fortalecernos desde las diferencias de todo aquello que nos hace iguales”, así lo expresaron cuando se presentó la Xarxa en la Plaza Poeta Miguel Hernández en Valencia el pasado 2 de mayo, el mismo día en que el navío La Montaña zarpó rumbo a Europa llevando consigo al Escuadrón 421.
Así, la bienvenida en la Plaza de la Virgen fue punto de encuentro de una gran diversidad de luchas. La migración y la lucha antirracista estuvieron de nuevo presentes con las participaciones de la Caravana Abriendo Fronteras (Obrint Fronteres) y Regularización Ya. Emilia, de la Caravana Abriendo Fronteras, hizo hincapié en la criminal hipocresía de los Estados europeos, que, mientras explotan los recursos y riquezas de otros países, reprimen a los migrantes que huyen de esa misma devastación, causando “la muerte de miles de personas en el mar, en el desierto, en los bosques, de frío, de hambre, ahogada”.
“Hoy les recibimos con dolor y con rabia”, saludaron las compañeras de Regularización Ya, un movimiento de trabajadoras y trabajadores, jornaleros, del hogar y cuidados, sexuales, manteras y manteros y activistas antirracistas. Denunciaron que el pasado 31 de diciembre de 2020 España se abstuvo de la resolución de la ONU por la lucha contra el racismo, posicionándose así del lado de la opresión y el racismo institucional, “en este país donde los migrantes mueren privados de asistencia médica de urgencia, donde la policía mata por el color de piel, donde no se respetan los protocolos para el derecho al asilo y al refugio”.
La migración también estuvo presente con dos miembros senegaleses de la comunidad Baay Faal en Valencia, que encontraron un paralelo entre su travesía de un mes en el mar para llegar al Estado Español y la travesía zapatista a bordo de La Montaña. Entre cantos religiosos, explicaron el sentido del culto Baay Faal, una de las tres grandes hermandades islámicas de Senegal, derivada del muridismo.
El vínculo entre la migración y la lucha feminista encontró voz con la colectiva Mujeres, Voces y Resistencia, “que acoge diversas expresiones feministas y antirracistas y que busca denunciar las violencias (…) que atraviesan las vidas y procesos de las mujeres migrantes racializadas en el territorio español”. En el acto, las compañeras leyeron un extracto de la obra “La isla de los lobos” de Constanza Carlesi. También presente estuvo la Assemblea Feminista València, que nació a partir de la organización de la Huelga Feminista de 2018 y mantiene una lucha anticapitalista, antirracista y decolonial desde un enfoque feminista.
La lucha por la soberanía alimentaria estuvo representada por Ecollaures, un colectivo de proyectos agroecológicos organizados en asamblea alrededor de Valencia.
También estuvo presente La Verdulería, un centro social autogestionado donde se reúnen varios colectivos: un colectivo transfeminista, un grupo de consumo solidario, una biblioteca, un fondo de resistencia y, más recientemente, un grupo transfeminista de apoyo a la gira por la vida.
La Koordinadora de Kolectivos del Parke es un proyecto comunitario establecido desde 1985 para enfrentar la pobreza y defender los derechos de los más vulnerables en el barrio periférico de Parque Alcosa, al sur de Valencia. “Un barrio abandonado por las instituciones, pero con mucha organización vecinal ante problemáticas sistémicas: desempleo, exclusión, empobrecimiento, vivienda, prisión y represión.”
El Centro Social Ocupado Anarquista L’Horta es una casa del pueblo que resiste la urbanización en el barrio de Benimaclet y que incluye biblioteca, patrimonio restaurado, zona agrícola, talleres comunitarios, reuniones y educación.
Luchando también por la vida digna en Valencia, EntreBarris es una red de colectivos y asociaciones vecinales de varios barrios que luchan contra la turistificación de la ciudad.
La Comissió Ciutat-Port, conformada por asociaciones ecologistas, vecinales y de defensa del territorio, lucha contra la ampliación del puerto de Valencia, “como icono de una actividad completamente destructora del territorio”.
Desde 2012, la Plataforma para la Defensa y Protección de Les Moles de Paterna, ha luchado contra la construcción de un gran centro comercial en un territorio lleno de vida. Después de casi 10 años de lucha, dos semanas antes de este encuentro, los esfuerzos se vieron coronados con la cancelación del proyecto.
Frenem la Contaminació del Grau de Castelló, es una organización vecinal que lucha contra la contaminación por parte de un gran complejo petroquímico industrial.
También estuvo presente la recién creada Plataforma contra la ampliación del by-pass (No a l’ampliació del by-pass) de Valencia (un tramo de la autovía A-7 que rodea la ciudad), un proyecto de 144 millones de euros con graves efectos ecológicos.
Los medios libres también dieron su palabra: Radio Malva, radio libre y feminista de Valencia; La Directa, medio libre de investigación, independiente, asambleísta, autogestionado y feminista en catalán; la Coordinadora Obrera Sindical de clase y feminista de los países catalanes y la CGT (Confederación General del Trabajo).
La lucha internacionalista estuvo presente con varias organizaciones de solidaridad con la lucha zapatista como la Asamblea de Solidaridad con México PV y otras luchas en el mundo, incluyendo al Grupo autogestionado de Boicot, Desinversions i Sancions (BDS) a Israel del País Valencià o la Xarxa Internacionalista Valenciana que trabaja “desde perspectivas anticolonialistas, feministas, anticapitalistas y de defensa del territorio”. Las expresiones de apoyo resonaron fuerte: “¡Sahara Zapatista! ¡Kurdistán Zapatista! ¡Palestina Zapatista! ¡País Valencià Zapatista!” Otras organizaciones internacionalistas incluyeron la Coordinadora AMANDLA, CEDSALA, EntrePobles PV, Pau i Solidaritat, la Intersindical de Dones y Perifèries del Mòn.
Como siempre, la música y la poesía no podían estar ausentes, con las participaciones de La Postissa, la rapera Tesa, el músico Xavi Sarrià, Los Chatarreros y el poeta Enrique Falcón. Al final del evento, Marijose dio unas palabras de agradecimiento a nombre del Escuadrón 421.
Síntesis en audio de la bienvenida en Barcelona (3:46 min): (Descarga aquí)
Bienvenida al Escuadrón 421 del EZLN en la Plaza Catalunya, Barcelona. Foto tomada de: Assemblea catalana de suport a la Gira Zapatista 2021.
Ha habido un alegre alboroto en las ramblas. El Escuadrón 421 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que representa a miles de personas que habitan las comunidades en lucha de Chiapas, México, fue recibido y acompañado en el puerto de Barcelona por las plataformas organizadas en Catalunya. Se dieron cita el 6 de julio bajo la enorme estatua dedicada a Cristóbal Colón, 57 metros de altura que simbolizan el alcance de vista de la ocupación que lleva su apellido. Fue bajo este monumento, que mira hacia las tierras colonizadas, que resonó el ‘yo vengo a ofrecer mi corazón’, cantado al unísono por luchas e historias diversas.
Tras el canto, a unos metros de la playa que baña el Mediterráneo, partió una bicifestación por las ramblas hacia la Plaza de Catalunya, una rodada de más de un kilómetro, mientras se escuchaba de fondo el himno zapatista. Bajo un cielo nublado, se marchó respetando protocolos por la pandemia de Covid-19. El Escuadrón 421, de camino hacia París, marchó en cordón de seguridad, levantando todo el tiempo sus puños en un coro de “vivas” y seguido por una gran manta de EZLN abrigada por el canto de Víctor Jara: “El derecho de vivir en paz”. Estas famosísimas ramblas de Barcelona suelen estar llenas de turistas, pero también hay en ellas migrantes, gente haciendo magia, música y malabares para subsistir en un entorno de extremos y contrastes. Fue aquí y en la plaza en donde se reprimió la voz del voto independentista en el referendo de 2017.
Tras llegar a la Plaza Catalunya, comenzaron las “buenas tardes” (bona tarda) y los “bienvenidas, compañeras” (benvingudes, companyeres), para luego llevar a cabo el acto en distintos idiomas. Así como ha ocurrido en actos de bienvenida de días anteriores, el Escuadrón 421 saludó a sus anfitriones en voz de Marijose, Yuli, Ximena, Felipe, Carolina, Lupita y Bernal en castellano, ch’ol, tzotzil y tzeltal.
A lo largo de varias horas de evento de bienvenida, se escucharon las expresiones y participaciones que denotan una amplia gama de luchas colectivas.
El Movimiento de Migrantes denunció los dolores que causa la Ley de Extranjería, que propicia persecución y expulsión de personas ‘sin papeles’, así como mano de obra barata: “Las migrantes no nos rendimos y buscamos un caminar conjunto sabiendo que este camino no es nada fácil por las conciencias que hay que despertar (…) En el centro de la vida también están los cuidados (…) Nos convocamos desde nuestras resistencias y cosmovisiones para seguir en la lucha y en nuestro caminar”.
El Sindicato de manteros agradeció al EZLN “por cruzar las fronteras y compartir experiencias” pues, dijo, “tenemos la misma historia de esclavitud, colonización del saqueo y del desplazamiento forzado”. Por eso agregó: “Tenemos que unir todas las luchas del mundo, porque se trata de defender los derechos humanos en esta revolución que es para mejorar la vida humana”. El sindicato informó que se reunieron “para trabajar en varios ejes, educación, soberanía alimentaria, feminismo”, es decir, “lo básico para asegurar la vida”.
El grupo de Poetisas Feministas y Antirracistas de México habló de los “dolores y las penas arrancadas”, pero también de la forma en que “las compas zapatistas nos hacen tener la esperanza bien agarrada” y “aferrarnos a lo que nos quede de vida”. Luego acompañaron sus palabras con el poema ‘Ustedes son mis maestras y maestros’, escrito a partir del genocidio en Guatemala y ahora dedicado al Escuadrón 421.
Vinieron luego varias horas de participaciones de voces colectivas que hablaron desde espacios ocupados, desde el Ripollés, desde espacios sociales autogestionados como Can Batlló, desde la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, la PAH.
Espacios ocupados: “Tampoco pedimos permiso para ser libres, tomamos espacios y ocupamos para vivir la vida en libertad y autogestionarnos para solucionar nuestra necesidad de vivienda, para el desarrollo del arte, conciertos, talleres de oficios, espacios no mixtos de mujeres, bibliotecas, comedores populares, ocupamos para huertos urbanos y para hacer espacios de comunidad, gimnasio y un cine en Sant Andreu (…) Somos un magma, un espacio diverso que sigue tras 25-30 años ocupando y liberando espacios y aun con los desalojos de ayuntamientos que se dicen progresistas como el que hay aquí (…) Esta mañana bajé al huerto y vi que el maíz había florecido (…) Más seres les están dando la bienvenida, la lucha sigue.”
Desde el Ripollés hablaron 2 compañeras: “Hoy acercamos nuestras voces desde la ruralidad del norte, ríos que nutren y recorren la Garrotxa, ríos que se despiden en l’Empordà y llegan al mar Mediterráneo. Son tierras que escuchan a sus abuelas, sus nietas, campesinas, que escuchan sus sabidurías (…) Tierras llenas de vida que se encuentran con un modelo extractivo, que se encuentra con nuestros cuerpos, que nos tritura día a día, nos oprime y nos ciega este modelo heteropatriarcal. Tierras que germinan para romper la violencia (…) Las ruralidades despertamos, recuperando procesos de gobernanza cooperativa, somos pueblos, barrios y ríos que despertamos. Hoy estas tierras les abrazan y dan la bienvenida. Les acompañamos a crear este mundo en donde quepan muchos mundos.”
Can Batlló dijo: “Gracias por venir a traer la fuerza de los pueblos originarios y zapatistas (…) Venimos de un espacio autogestionado (…) Catalunya aglutina colectivos diversos: de autogestión, espacios de cuidado, artes, transfeminismo, vivienda, memoria histórica, cultura, soberanía energética y alimentaria. Trabajamos interaccionando para la transformación, para una economía cooperativa, una educación autogestionada, para el asociacionismo”. Entonces llamaron a “generar lazos de comunicación” porque hay “ganas de compartir saberes, ignorancias y pesadillas (…) para continuar navegando en la corriente zapatista en la libertad, la democracia y la justicia.”
La PAH (Plataforma Afectados por las Hipotecas) dijo: “La lucha es por la vivienda (…) Nuestro problema de vivienda afecta a toda la clase trabajadora, sobre todo a mujeres y migrantes” que han perdido la vida. “Sufrimos la crisis provocada por la especulación, la salvación de la banca por dinero público (…) Paramos los desahucios, no hemos parado tampoco de crecer como plataforma.” Terminaron su participación afirmando que hay que defender “el derecho a habitar en este mundo”.
Hubo también una amplia participación de quienes luchan desde el arte, la música, la poesía, la escritura. David Fernández citó, entre otros poemas, uno del italiano Erri de Luca intitulado ‘Després’ (después) entonando algunos vernos en catalán como el de ‘cuando la humanidad será poca e irá a pie’. De Mireia Calafell retomó versos del ‘porque hay revoluciones que son monosilábicas’. También recitó el contundente ‘NO’, acerca de la represión del 1 de octubre de 2017 recitando ‘No levantéis la voz’ ‘no hagáis memoria’ ‘no despertéis los muertos’ ‘no queréis un SÍ que se pone en duda y que tiene identidades’ ‘regresad a casa, no lo queráis todo, que todo está en camino y no hay tanta prisa’. David finalizó dirigiéndose al Escuadrón 421 para decirles: “no tengáis tanta prisa en regresar”.
Bienvenida al Escuadrón 421 del EZLN. Plaza Catalunya. Barcelona. Foto tomada de: Gira zapatista Catalunya @girazapatistac1
Unao compañerao leyó después el poema “Ancestra del futuro”con ‘Devuélvannos el oro’ como un grito de dolor, una herida colonial no cicatrizada. “El futuro está en el pasado” fue leído en inglés y en lengua castellana: “Si mi voz te incomoda prepárate, en el futuro seremos muchas (…) seguiremos disputando el tiempo robado (…) confrontaremos la imposibilidad del habla (…) el futuro está siempre en el pasado.”
También cantó Adala su ‘música d’arrel’, música de raíz, que dio la bienvenida a las zapatistas: “¿Quién puede comprar o tomar el cielo o la tierra? (…) No somos amos del aire y el reflejo del agua (…) Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo porque vive de la tierra y del río (…) Somos iguales por dentro y es el mismo sol el que nos despierta (…) Conserven la tierra para vuestros hijos”. Su último canto fue una versión en catalán de “Todo cambia”, de Mercedes Sosa. ‘Si tot canvia en aquest món, que jo canvi no es estrany’, dijo al final.
Bruno, poeta palestino y activista transfeminista, agradeció a Marijose especialmente por ser un referente, pues “el binarismo es un invento colonial, las personas trans siempre hemos existido y estamos por todas partes”.
El colectivo transfeminista ‘MariCarmen’ llegó desde Collserola para recordar que “nos queremos vivas, no queremos machos ni TERFS (habla del asesinato de un compañero Samuel en A Coruña por su orientación sexual). “Que nadie nos cuestione nuestra identidad. Cuestionémonos los privilegios, apoyemos, amor y cariño para todos, todas y todes. Nos queremos vives”.
Montserrat Vilaplana del Grupo ‘Llibertat per la Juani’ hizo un llamado a la solidaridad con Juana Ruiz y todas las presas políticas palestinas. Juana Ruiz será juzgada por Israel el 27 de julio. Fue detenida el pasado 13 de abril por 30 militares. Desde entonces, “Juani ha sufrido vulneraciones de derechos humanos, sin lentes para leer, y no solo lo vive Juani, es una constante de Israel a la población palestina en general. Juani es internacionalista que apoyaba al pueblo palestino y por eso la detuvieron, está este proceso de enjuiciamiento y los canales diplomáticos prometidos por el gobierno no hacen nada. La organización para la que trabajaba también la arrasaron (…) La lucha es una misma lucha. ¡Visca Palestina Lliure!, ¡Solidaritat amb el poble palestí!, ¡Juani, t’estimem i et volem a casa!
Es entonces cuando mujeres migradas cantaron juntas “Sin Miedo”, de Vivir Quintana, con mantas de “México Feminicida”, “Furia Mexicana, al sororo rugir del amor”. Tras el canto, gritaron al unísono sobre el escenario: ‘Europa, Europa, cuestiona tu riqueza, tu comodidad es nuestra pobreza’ (…) y cantaron ‘Hay que quemar, hay que quemar, hay que quemar el sistema por racista, colonial y patriarcal’.
Llegó el turno de Cumbia Kaos, cumbia chilena, música combativa que entonó letras en donde se escuchó ‘mar Mediterráneo como mar muerto y podrido, como las democracias en las que hemos vivido’. ‘¡Renuncia, Piñera, asesino! Que renuncien todos los asesinos, que aguanten las luchas de este territorio y las del otro lado del charco (…) Es la cumbia antisistema y la canto pa’ vencer. Asambleas libertarias otra vez’ (…) ‘Expropiar a los burgueses su poder’. Mientras la gente bailaba, Marijose grababa con su teléfono celular.
Para cerrar, hablaron mujeres migrantes y racializadas: “La otra Europa también nos violenta, no vamos a permitir más, ya son más de 500 años, aquí están sus hermanas y hermanos”. Nos hablaron de las resistencias en Colombia, de la Europa extractivista, “la Europa que acosa en el metro llamándonos sudacas, la Europa que nos ve y se agarra el bolso. Abrazamos a los hermanos y hermanas de Abya Yala, indias, campesinas. Que esto nos dé fuerza, ya nos está dando fuerza. Y de nuevo se escucharon fuerte las exclamaciones en la plaza ¡Hay que quemar el sistema por racista y colonial! ¡De sur a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste!
Llegó entonces el momento de la partida del Escuadrón 421, tras haber recorrido diversas regiones del Estado Español. Como en todos los eventos de bienvenida, estxs siete navegantes levantaron olas en tierra y se retiraron escuchando consignas que empapan acantilados en muchas lenguas: ¡Visca, Visca, Visca, la lluita zapatista!
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Una charla con Fernando y Denis de XirapolaVida, Galiza
Junio, 2021
Por Colectivo Radio Zapatista
Vives donde comienza y termina tu continente, donde amanece y oscurece al final. Luchas desde la zona templada a la que abrazan una zona frígida y una tórrida. Habitas aquella región que se pensó la Finisterre. Mientras contemplas el ocaso en el poniente oceánico, tu mirada apunta allende el mar para imaginar que vislumbras, a más de siete mil kilómetros, esa gigantesca isla continental de la que ha zarpado una “Montaña” en travesía por la vida. Antes, un poco más cerca, a unos doscientos kilómetros, tu memoria se nubla con el horror del hundimiento del buque petrolero Prestige, con su marea de chapopote que bañó de muerte dos mil kilómetros de costas atlánticas y cantábricas hace dos décadas. Pero estás en Galiza y sabes de resistencia. También recuerdas a la marea humana que se organizó para lavar miles de toneladas de petróleo y empapar de vida las playas turbias. Hoy que la gente ha llegado al puerto de Vigo desde muchos lugares para recibir al Escuadrón 421 que agrupa a Lupita, Carolina, Ximena, Yuli, Bernal, Felipe y Marijose, lees una manta provocadora que les llama a despertar y les apresta a levar anclas para zarpar hacia una travesía colectiva en su propia tierra, articulando experiencias tan diversas como olas. Así que es posible que veas la llegada de la “Montaña” como un reto “hermoso, grande y necesario” que nos anima a “artellarnos (articularnos, unirnos) territorialmente”, como lo plantean Fernando y Dennis, “artellados” en decenas de Colectivos de la Coordinadora Galega da Xira Zapatista pola Vida.
La comunidad autónoma de Galicia es una de las 17 que existen en el Estado Español. Las ahora cuatro provincias galegas (Pontevedra, Ourense, Lugo y A Coruña) se distribuyen en una cartografía que históricamente fue reduciéndose pero que aún abarca una gran extensión de tierra y territorios costeros, mareños y numerosas aldeas, además de centros urbanos, que albergan narraciones que dan sentido a su pasado común. Desde ahí cuidan su cultura, sus tradiciones, su lengua, su vida. Desde aquí se organizaron para recibir al zapatismo en el puerto de la ciudad de Vigo.
Fernando y Dennis nos comparten sus experiencias de lucha, organización y resistencia.
Fernando: Trabajo en varios colectivos, casi todos de una forma u otra ligados a la defensa del territorio. Con Dennis coincidí en las brigadas deseucaliptizadoras en Froxán (Galiza). Esto porque Galicia tiene un problema importante con el eucalipto como una especie invasora plantada cada vez más masivamente por los intereses de la industria papelera, de la celulosa. Y hay una iniciativa de las brigadas deseucaliptizadoras que nacieron del Monte Vecinal de Froxán y de la Asociación Ecologista de VerdeGaia (http://verdegaia.org/brigadas/) que es como un voluntariado ambiental para apoyar a los Montes Vecinales, que es una propiedad comunal de los pueblos, y a particulares que quieran eliminar el eucalipto de sus tierras y poner especies autóctonas. Porque el eucalipto empobrece el suelo, favorece los incendios, chupa mucha agua. Es un problema medioambiental. Igualmente me vinculo con la lucha de los Montes Vecinales en Mancomún. En Galicia permanece esta figura legal de propiedad de los montes que son del colectivo, de la comunidad, no se pueden vender ni partir. Es algo previo a la lógica capitalista. Las vecinas y vecinos, simplemente por el hecho de vivir en el sitio, tienen derechos de uso pero no de propiedad mercantil. Entonces es una forma muy extendida que ocupa una cuarta parte de Galicia. Este problema en Galicia en las últimas décadas, desde hace unos 50 años, se ha acrecentado sobretodo con la entrada en la Unión Europea, ha habido políticas capitalistas que se han ido imponiendo y que fomentan el abandono rural. Políticas que buscan romper las comunidades labregas, la autosuficiencia, la cultura campesina, e ir ‘vaciando el campo’, para dejarlo en manos de los intereses de las grandes empresas. De hecho, relacionado con el eucalipto, también hay un serio problema de acaparamiento de tierras en Galiza por empresas de la celulosa y del papel, o bien, directamente, hay acaparamiento del uso, aunque la propiedad siga siendo de particulares. Sobre los Montes Comunales, y debido al abandono, el mal gobierno está planeando leyes para poder obligar a una cesión de gestión a empresas privadas. Pero hay otros lugares en donde si se mantiene una comunidad viva, que quiere gestionar el territorio y defenderlo hay proyectos muy interesantes como el de las brigadas de Froxán. Donde yo vivo, estamos luchando por un monte donde aún tenemos que recuperar la titularidad de los vecinos. El ayuntamiento lo usurpó en los años sesenta, en tiempos de (Francisco) Franco. Ahí estamos en esa lucha, y estamos también enfrentándonos a una ola tremenda en este último año de proyectos eólicos que arrasarían una gran parte de los montes gallegos, por no decir todos. En Galiza hay 4,000 eólicos instalados en los montes de compañías eléctricas privadas, algunas de ellas que están operando en el Istmo de Oaxaca (México, como Naturgy, Fenosa, Endesa o Iberdrola).
Nos identificamos con los problemas del extractivismo: (Descarga aquí)
Denis: Yo estoy trabajando en construir Bravos Foundry (Ferrería de Bravos, http://bravosfoundry.com/es/), un proyecto con una aldea abandonada, pero yo no soy gallego (viene de Berlín, Alemania), es una lucha menos local. El objetivo principal de Foundry es crear espacios, o liberar espacios del neoliberalismo, crear espacios afuera del ámbito de estado y capital. Soy académico y no me gusta trabajar en una universidad, pero me gusta investigar y quería crear un espacio donde se pueda hacer de otra manera. Llegando a Galicia ‘el campo te come’. Ya no haces tanto trabajo académico. Estás con el monte, estás con la tierra. Yo no veo una contradicción ahí. Creo que liberar estos espacios del neoliberalismo se trata de construir una infraestructura que funcione fuera de este ámbito. Y la autonomía comienza con la tierra, con la autosuficiencia, con la defensa de la tierra. Lo que yo defiendo tal vez es menos concreto que las luchas que dibuja Fernando ahora pero es parte. Tal vez sea más una “tierra mental” o algo así, pero el neoliberalismo también nos coloniza mentalmente. Para liberarse de eso hay que tener espacios liberados y tejer redes entre ellos. Y trabajar para construir infraestructuras afuera del capitalismo que nos destruye. También estoy involucrado en un proyecto que se llama freeingspace.com (https://freeingspace.com/) que es un mapa sin ánimo lucro, sin estados, sin discriminación, proyecto manejado de manera democrática. Creo que lo más importante es tejer redes entre ese tipo de espacios para crear otro tipo de mundo, como suelen decir los zapatistas, “un mundo en que quepan muchos mundos”, no sé si lo digo bien.
Construir espacios liberados y tejer redes entre ellos: (Descarga aquí)
RZ: Pues vemos muchas similitudes con los múltiples rostros del despojo. Nos gustaría conocer más a profundidad qué tipo de acciones, qué personas están involucradas en crear estos espacios y tejer estas redes como un movimiento hacia la Xira.
Fernando: ¿Cómo hacemos aquí en Galiza con la Xira? Cada uno aportando lo que podemos y lo que sabemos. La vemos como una oportunidad de reconectarnos, de reconocernos, de aprender de las otras luchas (…) Es muy interesante que estamos gente ligada a movimientos rurales contra megaproyectos, colectivos feministas, LGTB, organizaciones obreras, anarcosindicalistas, colectivos antifascistas, organizaciones por la recuperación de la memoria histórica (que vivieron la represión tras la guerra civil), proyectos autogestivos de educación. Es la muestra de un mundo donde quepan muchos mundos.
Denis: Aquí vivo en la aldea y hay ese sentido de apoyo mutuo, toda la gente se conoce y la gente se apoya en enfrentar cosas muy concretas que trascienden las divisiones partidarias. El sentido de proyecto de Montes Comunales es para las generaciones que vienen. Y ese sentido es súper importante. La gente siente la necesidad de construir eso. (La delegación zapatista) va a llamar a Europa La Tierra Insurgente, pero aún no existe, está por construir, la gente lo quiere. Estamos en un camino de muerte y destrucción mundial. Y hay que construir esta tierra comunal. La Xira trata de trabajar para esto. Esta red se trata no sólo de mostrar solidaridad con los zapatistas sino de hacer las redes.
Los Montes Comunales son para las generaciones que vienen: (Descarga aquí)
Es a partir de esa necesidad de construir redes que los colectivos organizados en torno de la llegada zapatista a Europa se identifican con el mensaje y la práctica cotidiana de las comunidades indígenas rebeldes. Dennis agrega que “los proyectos de estos movimientos y colectivos parten de cosas muy concretas”, como por ejemplo la lucha contra los eólicos, el trabajar junto con los vecinos. “Eso nos junta, poco a poco podemos construir burbujas de autonomía para poder autogestionar nuestros territorios, nuestros barrios, nuestras vidas, nuestros cuidados”, agrega Fernando.
La importancia de reconstruir la comunidad local: (Descarga aquí)
RZ: ¿Qué tanto se ha logrado la vinculación? ¿Cuáles son los desafíos?
Denis: Un desafío es entender que lo que enfrentamos globalmente -la hidra y sus cabezas y sus manifestaciones, con su poder de metamorfosis y sus bichos expansivos- siempre quiere más, junto con el Estado que es expansivo y quiere poder. El desafío es fomentar una conciencia de que en varias luchas estamos afrontando el mismo bicho, pero al fin es un bicho. ¿Cómo hacerlo? Conectándonos, no sé, haciendo mesas redondas. Es muy difícil. El enemigo es global, eso es cierto, la lucha es global. Hace cien años había un internacionalismo. Hoy es otra cosa, la globalización de hoy es la del capital, es la de Facebook, es otra cosa, de hecho nació un nacionalismo nuevo. No tengo una respuesta buena.
Fernando: El reto que afrontamos es muy grande ahora mismo, estamos ante la gran tormenta y la definen muy bien los compas. Llevamos doscientos años de combustibles fósiles que han permitido la expansión del capitalismo para llegar a esta destrucción y ahora se acaban y el sistema va hacia un colapso. Y tiene una capacidad de mutar para conseguir el beneficio, el poder y la explotación. Yo veo que la excusa de la pandemia, en Europa, se usa como doctrina del shock. La gente está preocupada. Si es para tanto o no es discutible. Pero se está usando para incrementar el control sobre la población. Hay medidas represivas y empobrecimiento de sectores populares (por desvío recursos hacia grandes empresas). Vamos hacia otra fase del capitalismo. Los compas lo están viendo claro. ¿Cómo reaccionar ante esto? Acá es difícil por lo desestructurado de las comunidades. En las aldeas a veces por el despoblamiento se deja de celebrar la fiesta, pero hay que intentar de múltiples maneras. Debe haber múltiples respuestas porque son múltiples las realidades. La izquierda convencional, partidista, está totalmente perdida, no quiere ver cuál es la situación histórica a la que nos enfrentamos. Se sueña con los tiempos del estado bienestar, ferramenta inútil, y si se dice (lo que ocurre) no hay votos.
Aquí agrega Dennis que hay otro desafío, que es conectar todas las luchas. Parte del objetivo de la Xira por la Vida es eso y de hecho ya se está logrando. Nos cuenta que ya estaba anunciado y que, con la preparación para la llegada del escuadrón zapatista, comenzaron a conectarse, aunque el desafío no termina.
Crear comunidad haciendo cosas conjuntamente: (Descarga aquí)
RZ: En la preparación de la gira, más allá de lo local, ¿cómo lo ven en lo europeo?
Denis: Lo que ha llamado la atención ante el anuncio de la gira es la conformación de comités a nivel nacional y luego subcomités. Creo que hay mucho contacto entre colectivos que antes no lo tenían y eso es bueno. Yo conozco un montón de proyectos que no conocía y tienen más contacto que antes. Toda la gente está haciendo lo que puede.
Fernando: ¡Yo es que flipo!, cuando ves en la Escuelita (iniciativa zapatista de 2013) su capacidad organizativa y observas que tienen todo el rodaje de treinta años de organización. En Europa no lo tenemos. Llegan y nos hacen un reto muy hermoso pero nos muestran nuestras incapacidades. Yo no sé si estar muy de acuerdo con Dennis acerca de la burocracia en los comités. Nos falta mucho que aprender para ser operativos, pero nos falta porque no tenemos costumbre de trabajar colectivamente. Decía una compañera del sindicato labrego que no hay un espacio común de movimientos sociales en Europa, como mucho la Marcha Mundial de las Mujeres y la Vía Campesina. Pero no había cuando los compas lanzan esta maravillosa ‘proposta’ de la XirapolaVida, no hay ese espacio. Al principio desde Galiza estábamos esperando un poco qué es lo que se organiza desde Europa y tal. Y me acuerdo que nos decía un compa en una reunión: “es que no hay a quién dirigirse en Europa, tenemos que tejerlo nosotros con Europa”. El reto es muy grande, es muy hermoso y es muy necesario. Es difícil, no partimos de cero, partimos de menos diez y es muy necesario. Creo que los compas nos dan un ejemplo de abajo arriba y ellos lo hacen así, en asambleas en comunidades, los MAREZ (Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas), las Juntas de Buen Gobierno. Aquí en Galicia hemos intentado establecer grupos locales, comarcas, ciudades y artellarnos (articularnos) territorialmente. Aquí en el Estado Español se pretende un poco así, que a veces es poco operativo, farragoso, pero bueno, por lo menos vamos caminando e intentando mejorar.
RZ: Y para esta Gira por la Vida, ¿qué necesidades hay en cuestiones operativas, teniendo en cuenta que es el primer puerto?
Fernando: Hay un equipo de gente trabajando. En Vigo tenemos prevista la llegada, recibimiento, acto primero en el puerto. Antes de que llegue La Montaña llegarán las delegaciones europeas para recibirlos, tenemos espacios para alojamiento de la delegación zapatista pero también un espacio para el trabajo, el encuentro y para delegaciones europeas. Hay muchas comunidades de montes y algunas tienen instalaciones muy buenas y nos han ofrecido la de Taneiga, el Centro Sociocultural y Deportivo las Pedriñas (Caracol Base de la Europa Zapatista que se reúne para recibir a la Montaña) y otras más.
Los colectivos articulados en la Xirapolavida han organizado un equipo de comunicación y trabajan en la difusión por redes sociales, como Facebook, Twitter y un blog. Recogen las acciones en la calle, en mesas informativas, foros, seminarios, con acciones de recaudación de fondos. Desde el punto de vista más logístico, trabajan en comisiones y grupos de trabajo, con una comisión legal, una de logística, de finanzas, de alimentación para la llegada y el recibimiento para la delegación zapatista, así como para las delegaciones europeas y del Estado Español.
Fernando: Habrá fiesta y acto político, porque van juntas, quien quiera acercarse puede poner sus necesidades de alojamiento, alimentación, etcétera, y lo que se puede aportar, actos, actividades, menaje de cocina, para que el equipo logístico sepa lo que se necesita y lo que se cuenta. Aquí tenemos una lengua, hermana del portugués, hay diferentes lenguas y pueblos en el Estado Español como en Catalunya o Euskadi. Los enlaces estarán en galego.
Para cerrar la charla, Fernando narra la que recuerda como “una de las cosas más bonitas” que alguien le ha dicho en la vida. Fue algo que escuchó en uno de sus viajes a México. Ocurrió en la Escuela Normal de Cherán (municipio autónomo en el estado de Michoacán) cuando él estaba hablando de la realidad de Galicia, cuando contó que eran un pueblo que estaba perdiendo su lengua por la fuerza del castellano, cuando contó que eran un pueblo campesino, marinero. Uno de los niños le respondió “¡Es que no sabíamos que en Europa hubiera pueblos indígenas!” Fernando comenta que “el 99.9 por ciento de los gallegos no se identificarían con esa definición de indígena” y propone “buscar en esa raíz común indígena que creo que todos los pueblos tenemos de conexión con la tierra” mucho más viva en Latinoamérica que en Europa, quizá, nos dice, porque “ustedes llevan quinientos años de represión, pero nosotros llevamos dos mil, por lo que ese pozo de raíz indígena aquí está mucho más borrado”.
Denis, para despedir la conversación, nos cuenta que se está preparando una exhibición “Samir Vive”, a más de dos años del fallecimiento del defensor de la tierra y del agua Samir Flores Soberanes, comunicador asesinado en la puerta de su casa en Morelos, México, en febrero de 2019.
Hay muchas historias por contar sobre las tormentas que han sorteado estas tierras en su empeño antifascista y republicano. El legado de los núcleos de resistencia de mujeres libertarias que se “artellaron” en A Coruña en 1936 está por cumplir un siglo. Ese legado es lucha que continúa, incluso al interior de las organizaciones anticapitalistas. La migración, el arraigo inadvertido, el dolor de la invisibilidad que excluye a personas migrantes y racializadas son heridas abiertas, también al interior de las organizaciones anticapitalistas, como sueños pendientes.
Hace 528 años que Cristóbal Colón, los hermanos Pinzón y sus marineros volvieron a Europa de su primer viaje al Caribe. Mientras Martín Pinzón tocó puerto en Bayona con La Pinta, Colón regresó por Lisboa. Llevaba en La Niña a un grupo de diez pobladores taínos capturados en La Española (hoy Haití y República Dominicana), aunque sólo cuatro sobrevivieron la travesía. Siguiendo una ruta similar, el capitán Ludwig y su tripulación, en medio de una pandemia, han llevado a buen puerto en Vigo a la delegación marítima zapatista “Escuadrón 421”, gente libre que se embarcó en la Isla Mujeres, la Finisterre del sureste mexicano.
Siete compas que navegaron por miles llevan la fuerza de las batallas comunitarias libradas dignamente. Acaban de renombrar un continente (Slumil K’ajxemk’op, Tierra Insumisa, la que no se resigna) tras desplegar un mensaje que se ancló en Vigo en pleno solsticio de verano: “DESPERTAD”. Pisaron este nuevo continente en plenilunio. Con la profundidad histórica que “artella” la conexión de Galiza con la vida, la lengua, la tierra y el trabajo, si vives o luchas o habitas en colectivo este confín, el pronóstico anuncia que volverás a sortear el barlovento.
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A nombre de todas las mujeres, niños, hombres, ancianos y, claro, otroas zapatistas, declaro que el nombre de esta tierra, a la que sus naturales llaman ahora Europa, de aquí en adelante se llamará “Slumil K’ajxemk’op”, que quiere decir “Tierra insumisa”, tierra que no se resigna, que no desmaya. Y así será conocida por propios y extraños mientras haya alguien aquí que no se rinda, que no se venda y que no claudique.
Con esas palabras Marijose, otroa zapatista del Escuadrón 421, rebautizó el “viejo continente” este martes 22 de junio de 2021 en la ciudad de Vigo, Galicia.
Foto: Juana Machetes
Quinientos veintiocho años después de que la carabela La Pinta arribara a estas costas tras el primer y fatídico “encuentro” entre el continente europeo y el que poco después sería nombrado América, llegó a Galiza el navío La Montaña, tras 50 días de navegación desde Isla Mujeres en el Caribe mexicano.
A bordo trajo a siete zapatistas, el Escuadrón 421 –cuatro mujeres, dos hombres, unoa otroa–. A bordo trajo cinco siglos de resistencia y 38 años de lucha zapatista. A bordo trajo oídos y miradas atentas y corazones abiertos, para encontrarse con quienes resisten y luchan contra el sistema enloquecido que atenta contra la humanidad. A bordo trajo la utopía de un verdadero Encuentro que no sea de muerte sino de vida, de lucha, de resistencia y rebeldía.
Desde hace días, empezaron a llegar a Galiza delegaciones de muchos rincones de Slumil K’ajxemk’op y de otros países, para darle la bienvenida al Escuadrón 421, la avanzada de una “invasión zapatista” a la que se sumarán muchos y muchas más que llegarán por vía aérea, incluyendo a niñas y niños. No muy lejos del local del desembarque, el Centro Social das Pedriñas, renombrado “Caracol Base de la Europa Zapatista”, se acondicionó para recibir a lxs delegadxs que llegaron de las muchas geografías.
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La jornada de convivencia comenzó con un mitin en el Puerto de Vigo, para posteriormente trasladarse al Centro Social y Cultural As Pedriñas. Las delegaciones internacionales y la asamblea gallega llaman a la acción para fortalecer la lucha y caminar juntas y juntos hacia la construcción de otro mundo.
Voceras
Galicia (SLUMIL K´AJXEMK´OP), 20 de junio de 2021. Esta mañana llegaron delegaciones desde Suiza, Alemania, Francia, Suecia, Italia, Portugal, Grecia, Marruecos, Brasil, Suecia, Colombia, República Checa, Irán, Cataluña, País Vasco, País Valenciá, Andalucía, Murcia, Cantabria, Asturias, Madrid y Castilla y León. Se unieron a la asamblea gallega de Xira pola Vida en el Puerto de Vigo para dar inicio a la jornada de convivencia y de solidaridad internacional en el rebautizado ‘Caracol Zapatista As Pedriñas’, lugar de recepción para las personas que lleguen a Galicia para participar en la Travesía por la Vida.
La asamblea gallega aprovechó esta oportunidad para reiterar su agradecimiento y dar la bienvenida a las personas desplazadas hasta Vigo para participar en la recepción del Escuadrón 421:
“Llevamos muchos meses trabajando, con mucho entusiasmo, en una agenda común. Sobre todo este último mes, por la noticia que llegaría el Escuadrón 421 al Puerto de Vigo. Este regalo nos hizo soñar y nos dio el impulso para seguir fortaleciendo la lucha, la unidad y para gritar que hay que construir un mundo diferente. Para esto contamos con la energía de este mar que nos une a todos y todas”.
“Esperamos que la llegada de los compañeros zapatistas funcione como un impulso de energía que nos permita fortalecernos, avanzar en las luchas sociales y en la construcción de otro mundo, un mundo solidario donde quepan muchos mundos”, enfatizaron delegadxs internacionales ahí presentes. “Lxs compañerxs zapatistas nos dan el regalo de venir a visitarnos a nuestras tierras. Ellas y ellos nos enseñaron un camino, ahora depende de nosotros y nosotras encontrar el nuestro. Nos hace falta, pero el viaje ya ha comenzado”.
Xira pola Vida agradece la difusión y el apoyo en la organización colectiva del acto de bienvenida. Igualmente comunicarán a la brevedad sobre el evento de bienvenida-acto-festejo al Escuadrón junto con el resto de delegaciones.
Fuente: Comisión Comunicación Xira pola Vida (Galiza)
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Ayer, 20 de mayo de 2021, regresaron a sus hogares en el barrio Río Jodrán de la colonia Miguel Utrilla Los Chorros, Chiapas, las seis familias pertenecientes a la organización civil Las Abejas de Acteal desplazadas hace casi dos años. De la sede en Acteal salió la caravana compuesta por los más de 30 miembros de las familias, decenas de miembros de Las Abejas, el Coro de Acteal, observadores de derechos humanos y periodistas de medios libres. Con ellos viajaba también el dolor y la indignación por las muchas vejaciones sufridas antes del desalojo, la destrucción y saqueo de sus viviendas y la muerte de dos bebés a causa de las condiciones del desplazamiento forzado: Angélica Jiménez Ramírez, de 11 meses, y María del Carmen, de apenas 3 meses de edad.
En el transcurso de la mañana llegó la caravana a la comunidad de Guayabal. De allí, la procesión continuó a pie hasta la casa semidestruída de una de las familias desplazadas en Río Jordán, donde se celebró el retorno, en un acto emotivo que simbolizó la larga lucha por lekil chapanel, la justicia verdadera que nunca llega pero la cual Las Abejas de Acteal continúa buscando por medios siempre pacíficos.
La historia de las mútliples violaciones a los derechos de las familias y su eventual desplazamiento es reflejo fiel de las políticas contrainsurgentes del Estado mexicano, la impunidad otorgada a los grupos paramilitares u oficialistas y el uso de proyectos y recursos gubernamentales para dividir a las comunidades y acabar con la organización y la resistencia.
El conflicto inició en 2015, cuando tres familias de Las Abejas rechazaron en asamblea un proyecto gubernamental de drenaje, argumentando que, por un lado, ellos no lo utilizarían, pues contaban con baños secos que evitan la contaminación ambiental, y por otro, porque estando en la resistencia no aceptan proyectos de gobierno. Por otro lado, un tiempo después se les intentó obligar a asumir cargos para la gestión de una clínica de salud que sólo atendía a quienes recibían apoyos de gobierno por medio del programa Prospera (ve la denuncia aquí), a pesar de que existía el acuerdo previo de que sólo se impondrían dichos cargos a quienes hicieran uso de la clínica.
A partir de entonces el conflicto fue escalando, con la aplicación de multas, detención arbitraria, cortes de luz y de agua y amenazas de todo tipo, denunciadas en diversas ocasiones tanto por Las Abejas como por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas. En 2018, las autoridades de Río Jordán detuvieron a José Vázquez, presumiblemente por no tener derecho de usar el camino de la comunidad. Cuando una delegación de diez personas de Las Abejas llegó para revisar su estado de salud y ofrecerle apoyo emocional, los ocho hombres de la delegación también fueron detenidos. Fue la determinación y el valor de 22 mujeres, 13 de ellas sobrevivientes de la masacre y cuatro con bebés en brazos, que, tras una acción pacífica, logró la liberación de los detenidos. Finalmente, el 10 de agosto de 2019, las seis familias fueron desplazadas violentamente, destruyendo sus hogares y saqueando sus pertenencias.
En todo el proceso, las autoridades municipales fueron omisas o abiertamente cómplices con los agresores. Es importante resaltar que, como lo ha denunciado múltiples veces Las Abejas, Los Chorros es la cuna de los paramilitares que cometieron la masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997. Y es allí a donde regresaron algunos de ellos después de su indignante liberación por la Suprema Corte de Justicia en 2010, entre ellos Víctor López López, uno de los reconocidos autores materiales de la masacre y uno de los instigadores de las agresiones a las familias de Las Abejas.
Es la persistente resistencia por vías pacíficas y la inquebrantable fe de Las Abejas de Acteal lo que logró finalmente el retorno de las familias desplazadas, tras intensas negociaciones con autoridades locales, municipales y estatales. En el acuerdo que se firmó con las autoridades de Río Jordán el día de ayer, se estableció que las familias aceptarían las obras de drenaje, pero no asumirían cargos en la clínica.
Como afirmó el Frayba en el boletín leído durante la celebración, el retorno se da en condiciones difíciles de violencia y desplazamiento forzado en Chiapas, en particular en los municipios de Aldama, Chalchihuitán, Chilón, Pantelhó y Venustiano Carranza. Esta victoria de la lucha pacífica contra la violencia y la impunidad es una pequeña luz de esperanza en la búsqueda de la justicia por medio del diálogo y la paz.
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Este medio día en la Glorieta de Siloé, Cali, colectivxs y organizaciones en Defensa de Derechos Humanos denunciaron y le pidieron al mundo entero que difunda lo que está pasando: que al pueblo de Cali le están tirando a matar. El Estado Colombiano ha reaccionado con un trato militar al estallido y la movilización popular pacífica, y ahora mismo mantiene cercado al pueblo Caleño, pues estas organizaciones resaltan que no se permite a las ambulancias apoyar a lxs heridxs, además de que periodistas y observadores y defensorxs de derechos humanos también han comenzado a ser atacadxs. Por todo ello, estas organizaciones llaman al desmantelamiento del ESMAD; y al mundo entero le piden estar atento, difundir las masacres perpretadas en estos días por el Estado Colombiano y exigir su cese inmediato.
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Isla Mujeres, 1 de mayo de 2021
La delegación marítima zapatista –el Escuadrón 421– abordó ayer el navío La Montaña en tierras sagradas de la diosa maya Ixchel, en Isla Mujeres, Quintana Roo. Larga fue la travesía que la llevó hasta aquí y mucho más larga la que la llevará a las costas de Galicia en el viejo continente. La misión: Reunir las cartas náuticas de la resistencia y rebeldía zapatista con las de las luchas europeas, para así poder navegar estos tiempos tormentosos y encontrar puertos otros donde pueda florecer la vida a contrapelo y a pesar de este sistema de muerte.
La travesía de l@s delegados en territorio maya comenzó hace tres semanas desde sus diferentes comunidades al “Centro de adiestramiento marítimo-terrestre zapatista” en el Caracol de Morelia, donde llegaron el 10 de este mes. Allí permanecieron en cuarentena dos semanas, por precaución ante la pandemia del Covid-19. Durante ese tiempo, a partir del día 15, en varias geografías del territorio rebelde se realizaron actos de despedida a la delegación marítima que llevará la palabra zapatista para compartirla con las luchas y las resistencias del viejo continente.
Mientras tanto, manos zapatistas labraban y pintaban cuatro bellísimos cayucos que representan los diferentes elementos y etapas que conforman el caminar del EZLN: la ancestralidad maya con todo lo que eso significa; la silenciosa e inmensa construcción en la clandestinidad y el levantamiento armado del 1 de enero de 1994; la construcción de la autonomía en todos sus aspectos (gobierno, justicia, educación, salud, comunicación, agroecología, economía y mucho más); y la infancia zapatista, la encargada de preservar el pasado y caminar el futuro. El Escuadrón 421 se preparaba para la partida y los milicianos, insurgentes, autoridades civiles y bases de apoyo se preparaban para despedirlos.
Finalmente, el 26 de este mes, con una sencilla pero emotiva despedida, el Escuadrón 421 abordó la camioneta que lo llevaría hasta el puerto donde esperaba el navío La Montaña, llevando consigo a los cuatro cayucos, el equipo de comunicación de los Tercios Compas, el acompañamiento de observadores nacionales e internacionales de derechos humanos y el propio Subcomandante Insurgente Moisés. Y, según se dice, también el Gato-Perro. La caravana, a la que se sumaron varios medios libres, inició su largo recorrido, con una primera parada en el Caracol Patria Nueva, muy cerca de Ocosingo, donde fue recibida y despedida con cariño y alegría por mujeres, hombres, niños, niñas y pichit@s.
De allá se dirigieron al Caracol de Roberto Barrios, cerca de Palenque, donde además de palabras de despedida y reflexión sobre el significado de la travesía, hubo ceremonias, rezos y cantos: consagración de las cartas náuticas para que el espíritu de la lucha y de la vida l@s acompañara en su misión.
De allí partieron en un largo recorrido por la península de Yucatán hacia Isla Mujeres, a donde llegaron ayer, 30 de abril de 2021, para finalmente embarcarse en el navío La Montaña que desde hace tiempo allá los esperaba.
Es difícil describir lo emotivo de esa llegada. Su significado profundo. El sentido de la osadía y de esa quizás desesperada y sin duda alguna necesaria esperanza con la que l@s zapatistas se embarcan en esa travesía para sembrar semillas que permitan el florecimiento de la vida. No morirá la flor de la palabra, nos dijeron hace muchos años. No morirá la flor de la vida, nos dicen ahora.
Y es que resulta en extremo doloroso imaginar los tiempos en que los mayas hacían la travesía anual a Isla Mujeres para venerar a la diosa del amor, del agua, de la luna y la medicina, en este lugar otrora floreciente con una naturaleza deslumbrante, y presenciar ahora el horror en el que se ha convertido esa isla, símbolo fiel de la decadencia a la que ha llegado nuestra humanidad.
Si existe alguna alternativa para esto en lo que nos hemos convertido y lo que le hemos y continuamos haciendo a nuestro mundo, se encuentra en la delirante esperanza de los sueños imposibles que, en la conjunción de la teoría y la práctica, se puedan, quizás, transformar en realidad.
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En unos días navegarán a Europa siete zapatistas – cuatro mujeres, dos hombres, unoa otroa, denominados Escuadrón 421 – con la alegre y delirante esperanza de que la semilla abrigada por siglos por los guardianes de la montaña pueda florecer en aquellas tierras.
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Hace 503 años y pocos días, un barbudo y quizás no muy aromático conquistador posó sus pies en las arenas de la Isla de Cozumel, perteneciente al señorío maya de Ekab, un 3 de mayo de 1518, tras navegar 25 días desde el puerto de Matanzas, en Cuba. Unos años antes, el 12 de octubre de 1492, el probablemente genovés Cristóbal Colón, tras dos meses y nueve días de navegación atravesando el Océano Atlántico, llegó a la isla de Guanahani en las Bahamas. Inició así lo que algunos han llamado el “encuentro de dos mundos” y que los mayas, en los Libros del Chilam Balam de Chumayel, llamaron “el inicio de los atropellos, el inicio del despojo de todo”.
Del cataclismo que acometió a los pueblos originarios de nuestro continente tras el dicho encuentro, se construyó una civilización que prometía y fructificó en riqueza de pensamiento, de creatividad, de belleza, de ciencias y artes. Pero también la idea de que había que progresar, que el Hombre (así, en masculino) se erguía superior a la naturaleza, a la que había que conquistar y subyugar y dominar para beneficio del hombre racional. Y con ello, subyugar y dominar y “educar” a aquellos otros y otras que por su naturaleza o desidia o ignorancia o pobreza o lo que sea, alejados estuvieran de ese Hombre sentado en la cúpula de la Creación.
Cinco siglos después, es difícil no preguntarse a dónde nos ha llevado esa carrera desaforada llamada progreso y modernidad. La destrucción sin precedentes de nuestro planeta que, de continuar así, todas las previsiones indican nos llevará al colapso de la vida humana y no humana. La brutalidad del feminicidio, la desaparición forzada, el despojo de todo, los cada vez más numerosos contingentes de mujeres y hombres y niños y niñas y ancianos y ancianas sin horizontes ni medios para subsistir, ya no se diga para florecer, la maquinaria de megaproyectos que arrasan todo lo que encuentran a su paso dejando destrozos por doquier, las guerras presentes y futuras, la pandemia presente que no es más que un síntoma y un aviso de lo que habrá de venir, el reino del crimen organizado y desorganizado ya no como aberración de nuestra civilización sino como el modusoperandi de un sistema que ha perdido el rumbo. El dolor que crece aunque muchas veces su raíz sea difícil de identificar por quienes lo padecemos. La muerte que mata no sólo los cuerpos, sino el pensamiento, el espíritu, el corazón, la vida misma.
Desde hace ya algunos años es eso lo que los zapatistas nos han dicho una y otra vez. Y la pregunta: ¿Es posible un cambio de rumbo? ¿Es posible sembrar semillas de vida capaces de renacer de entre los escombros de un mundo que a todas vistas está llegando a su fin? En uno de los muchos encuentros organizados por ellas y ellos en tiempos recientes, el Subcomandante Galeano nos dijo con toda sinceridad: Lo único que les puedo asegurar es que es casi imposible. Pero los que sufren la brutalidad del sistema y la resisten e intentan re-existir cueste lo que cueste “nos dicen, nos enseñan, nos abofetean que hay que aferrarse a esa millonésima cifra de probabilidad”.
Y es que sucede que, a pesar, o quizás gracias al mar tormentoso de muerte que amenaza con hacer naufragar la esperanza, y con ella la vida, hay quienes resisten, quienes crean, quienes luchan por mantener a flote las embarcaciones colectivas y conducirlas a puertos otros donde la vida pueda volver a florecer. Y quizás sea en el encuentro de esas luchas y resistencias y esperanzas que no esperan sino que navegan contra viento y marea lo que nos permita vislumbrar el camino. Reunir las cartas náuticas corazonadas y sentipensadas en la lucha por sobrevivir y así darnos cuenta que, más allá de la mera sobrevivencia, hay mundos otros por construir, y que los ventarrones de muerte de modernidad y progreso serán incapaces de derrumbar.
Es por eso que ahora, siete zapatistas avanzan rumbo a las costas que hace 503 años pisó el conquistador Juan de Grijalva para zarpar rumbo a las Europas para encontrarse con todas y todos y todoas aquellas que en aquél continente resisten la muerte y luchan con todo lo que tienen por mantener a la vida con vida.
Porque sucede que, tras la devastación que aquí ocurrió con el aquél histórico encuentro que marcó “el inicio de los atropellos, el inicio del despojo de todo”, no todo quedó enterrado. Las semillas de ese otro mundo se mantuvieron guardadas, cuidadas, protegidas por los guardianes de las montañas, esperando el momento en que habría que volver a plantarlas para que así surgiera no el mundo de antaño, sino otro mundo. No la venganza, no el retorno, sino algo muy otro.
“Que mañana al oriente naveguen la vida y la libertad en la palabra de mis huesos y sangres, mis crías. Que no mande un color. Que no mande ninguno para que ninguno obedezca y que cada quien sea lo que es con alegría. Porque la pena y el dolor vienen de quien quiere espejos y no cristales para asomarse a todos los mundos que soy. Con rabia habrá que romper 7 mil espejos hasta que el dolor se alivie. Mucha muerte habrá de doler para que, al fin, sea la vida el camino. Que el arcoíris corone entonces la casa de mis crías, la montaña que es la tierra de mis sucesores”.
Navegarán así en breve siete zapatistas – cuatro mujeres, dos hombres, unoa otroa, denominados Escuadrón 421 – con la alegre y delirante esperanza (delirante por tratarse de una millonésima cifra de probabilidad, pero también por ser una creación insurgente, creación que sueña y hace nacer lo imposible) de que la semilla abrigada por siglos por los guardianes de la montaña pueda florecer en aquellas tierras. Que las cartas náuticas del navegar zapatista en las montañas del sureste mexicano se puedan encontrar con otras cartas náuticas igualmente experanzadoras y delirantes de las luchas por la vida en el “viejo” continente.
Cartas náuticas con los cuatro puntos cardinales de la cruz maya, la cruz parlante de la experiencia zapatista. Los cuatro puntos cardinales representados por cuatro bellísimos cayucos labrados y pintados por manos zapatistas, que viajan con el Escuadrón 421 rumbo a Isla Mujeres, donde los espera el navío Montaña, y que ahora descansan en el Caracol de Roberto Barrios en la Selva Lacandona, antes de continuar su travesía rumbo a la embarcación.
La ancestralidad como pueblo originario de raíz maya.
La organización en la clandestinidad y el levantamiento armado.
La autonomía zapatista, el otro mundo posible hecho posible y en permanente construcción con el sudor y la alegría, la resistencia y la rebeldía de los pueblos zapatistas.
La infancia zapatista, las y los encargados de resguardar, proteger y reimaginar las cartas náuticas con las que se seguirá navegando el futuro.
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Palabras de despedida de la Junta de Buen Gobierno del Caracol de Morelia, a nombre de todas las Juntas de Buen Gobierno zapatistas, el domingo 25 de abril de 2021: (Descarga aquí)
Ritual de despedida del “Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista”, Caracol de Morelia: (Descarga aquí)