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Por ser migrantes no somos criminales, sino trabajadores internacionales

La Caravana Paso a Paso hacia la Paz llega al Distrito Federal

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Basta de secuestros de migrantes en su paso por México. Basta de muerte. Basta de desapariciones. Basta de tortura. Por ser migrantes no somos criminales, sino trabajadores internacionales. Queremos justicia. Queremos respeto. Queremos un trato digno. Éstas eran las demandas de la Caravana Paso a Paso hacia la Paz que llegó al Zócalo de la Ciudad de México el lunes, 1 de agosto.

¿Quiénes participaron en la Caravana? Migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador. Activistas. Familiares de personas secuestradas, asesinadas o desaparecidas en su tránsito por México. Directores de los albergues para migrantes. Defensores de derechos humanos. Periodistas.

Los migrantes y sus defensores marcharon al Senado de la República donde varios voceros dijeron: No venimos por la foto o para saludarles. Queremos acción. Queremos resultados. La migración no es un problema de seguridad nacional. Son los migrantes quienes no tienen seguridad. Venimos a exigir el cese a la violencia contra los migrantes, la eliminación de la visa, la asistencia en buscar a las personas desaparecidas y un trato igualitario. Exigimos un alto a la complicidad de las autoridades con los crímenes contra los migrantes. Exigimos la cancelación de la Iniciativa Mérida.

Se acordó que no estamos hablando de unos diez, veinte o cien secuestros al año (aunque esto también sería motivo de protesta). Por lo contrario, según el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de 2010, aproximadamente 20,000 de los 400,000 migrantes que transitan por México cada año son secuestrados. En algunos casos, ellos o sus familiares son extorsionados para pagar miles de dólares de rescate, mientras en otros casos, son asesinados o desaparecidos.

Organizada por el  Movimiento Migrante Mesoamericano, la Caravana recorrió la ruta migrante por los estados de Tabasco, Chiapas, Oaxaca,  Veracruz y Puebla hasta llegar al Distrito Federal. Un contingente salió en autobús de la capital guatemalteca el pasado 24 de julio, mientras  otro contingente salió de Tenosique, Tabasco en la  frontera con Guatemala el siguiente día. El segundo grupo viajó en el lomo del tren conocido como “el tren de la muerte” o  “la bestia” hasta Coatzacoalcos, Veracruz, donde los dos contingentes se unieron.  Llegaron juntos a Tierra Blanca, Veracruz, donde se entrevistaron con el Relator de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, (CIDH). [Vean el hermoso artículo de Alejandro Reyes, “Sobre la bestia: un tren de sueños y quimeras” https://radiozapatista.org/?p=3711 ]

Cabe señalar que varios de los participantes en la Caravana han enfrentado agresiones y detenciones de personal del Instituto Nacional de Migración y policías, pero que siguen con su trabajo en apoyo a los migrantes. Dos ejemplos son el periodista Irineo Mújica Arzate y el organizador y documentalista Cristobal Sánchez. También en Puebla, el padre Alejandro Solalinde, coordinador del albergue “Hermanos en el Camino”, de Ixtepec, Oaxaca y dos de sus escoltas fueron detenidos durante media hora y acusados del transporte de armas, aún cuando los escoltas tenía permiso de portar las armas debido a la larga serie de amenazas recibidas por el padre Solalinde.

Unos migrantes hablan de sus vidas

Al platicar con unos de los migrantes que venían con la Caravana, se hace evidente que muchos van a seguir su ruta hacia el Norte.

Luis y Salvador,  dos jóvenes de Guatemala afirman que no es la primera vez que pasan por México. Para Luis es la segunda vez y para Salvador la tercera.

¿Han venido con la Caravana desde Guatemala?

Salvador: No. Nos unimos en Orizaba. Tenemos dos días con la Caravana. Ha estado bonito. Ahora tengo que agarrar mi rumbo.

Luis: Sí, como sabemos que ahora hay muchos secuestros en el país, nos hemos sentido bien con  la Caravana,  sabiendo que nadie nos iba a molestar. De ahora en adelante, quién sabe.

¿Han tenido problemas en pasar por México antes?

Salvador: Yo, hasta ahora he caminado con la mano de Dios. Nada mal me ha pasado pero siempre está la tensión porque a muchos los han bajado del tren y nada se sabe de ellos.

Luis: A mí me asaltaron en Tapachula la primera vez que vine.

¿Alguien te ayudó?

Luis: Pues no podemos pedir ayuda a la ley porque dicen que somos “ilegales”, pero sí, me ayudaron en un albergue.

Salvador: Donde hemos tenido problemas es en Estados Unidos. De allí nos echaron. Yo me desvié un poquito de sus normas de conducta.

Luis: A mí alguien me chocó y cuando revisaron mis papeles, no tenía todo en orden.

Y ahora cuando las leyes contra los migrantes están más duras allá y hay más peligro para ustedes aquí en México ¿por qué se van de nuevo?

Luis: En Guatemala no hay trabajo. A veces comemos, a veces no. Como me gustaría estar en mi tierra con mi mamá, donde nadie me persigue, donde tengo amigos, pero no se puede. Aparte, ya tengo mi esposa en Colorado. Quiero estar con ella.

Salvador: Mi esposa y mi hija están allí en Oakland. Tengo que regresar.

El joven Leo de Honduras, también va a seguir hacia la frontera.

¿Vienes con la Caravana desde Guatemala?

No, vengo desde Tabasco, primero en tren, luego en autobús.

¿Es la primera vez que pasas por México?

No, ahora tengo la oportunidad de pisar tierra azteca por cuarta vez.

¿Cómo te ha ido antes?

Gracias a Dios, nada me ha pasado aquí. Siempre me han tratado bien.

¿Cuántas veces llegaste a Estados Unidos?

Una vez.

¿La migra te agarró aquí en México?

Sí. Andaba en autobús y me pidieron mis credenciales. Me encontraba sin dinero ese día y me dijeron que me bajara. Entonces, cada vez que me devuelven a mí país, regreso a México para ir al Norte. Me fue más o menos bien en Estados Unidos y puedo ganar la vida allá. En Honduras,  es mucho más difícil.

¿Por qué te uniste a la Caravana?

Porque si nosotros no hacemos escuchar, nadie va a poner atención a los problemas que tenemos. Ya es tiempo que le ponga un alto a todo esto. Secuestran a mucha gente y nos roban mucho. Hay familiares a quienes les han sacado $25,000 dólares. Amenazan a la gente y tienen miedo que vayan a matar a un hijo, a una hija, por eso les dan el dinero. Derechos humanos debe poner fin a esto. Y la violencia se está incrementando. Es una ola de violencia muy fuerte en contra del migrante. Si nosotros no venimos a protestar, esto va a seguir así porque al rico no le interesa lo que pasa al pobre.

¿Cómo está la economía en Honduras después del golpe de Estado?

Peor que nunca ahora que estamos siendo gobernados por un Presidente que es narcotraficante. Es un problema grave que tiene Honduras.

¿Lobo?

Pepe Lobo es narcotraficante. Sólo está pensando en la gente cercana a él. No está pensando en la comunidad, en el pueblo. A él no le interesa eso.

Entonces ¿no es posible encontrar trabajo en Honduras ahora?

Mira, hay un problema muy fuerte. No hay trabajo. Hay mucho sicariato. Matan a mucha gente. Hay mucha extorsión. La droga es como pan caliente. Se vende en la esquina. Antes no se veía esto. La gente se va de Honduras porque no hay oportunidades. Si llegas a una compañía maquiladora que hace ropa, verás que llegan 1,500 personas y ellos sólo contratan a 20 personas al día. ¿Qué significa esto? Sólo 3% tendrá empleo. Es pésimo. Tengo miedo que Honduras quede como Haití. El gobierno no quiere ayudar. Sólo quiere mamar la teta. Pepe Lobo dice al mundo que Honduras se está recuperando. Pero es una gran mentira. No. Honduras está perdida.

¿Cuáles son tus expectativas de esta Caravana?

Que nos ayuden y más que nada, que ayuden los que vienen en camino. Son muchos. No sólo centroamericanos, sino suramericanos. Por ahora la Caravana me ha dado más seguridad. A ver qué va a pasar ahora.

Doris, también es de Honduras. Aparte de sumarse a la Caravana para lograr cambios para todos los migrantes,  tiene una motivación muy personal para participar: Su hija y su nieta están desaparecidas.

“Vengo desde Guatemala. Nosotros íbamos a salir el 22 de julio de Honduras. Supuestamente nos iban a brindar el transporte pero no nos dieron transporte. Nos dejaron burlados. Entonces salimos el sábado por la tarde y lo que tuvimos que hacer fue pararnos frente a la Catedral a recolectar dinero para pagar un autobús que nos trajera a la frontera de Guatemala. Al principio éramos 80 pero todos no pudieron venir por falta de dinero”.

“Mi hija está desaparecida. No sé nada de ella. Aquí tengo su foto. Está con su bebita, recién nacida. Ahora ha de tener siete años. Mi hija salió de Honduras con una amiga en julio del 2004. La última vez que su amiga la vio fue en Tapachula.   Esto me lo sé porque la migra regresó a la amiga y yo platiqué con ella. Ella me dio un número. Llamé a este número y mi hija me contestó pero yo la sentí bastante preocupada, bastante tensa. No quiso hablar conmigo y más bien cortó la llamada. Desde entonces no he vuelto a tener comunicación con ella. Entonces, yo pienso que ha sido víctima de trata”.

“Sí, es muy duro, por eso nosotros, con las esperanzas de encontrar a nuestros familiares, nos hemos unido a la Caravana.  Es triste y muy difícil vivir con esto. Ahora me siento bien estando en la lucha. Aún si encuentro a mi hija, voy a seguir en la lucha porque no podemos parar. Tenemos que seguir hasta lograr nuestro propósito”.

“Nuestros familiares han salido de Honduras con el sueño americano, pero hemos visto que no es un sueño, sino una pesadilla. Los migrantes son víctimas de secuestros, de violaciones, de robos. Han tenido un sufrimiento terrible. A raíz de que vienen de migrantes, tienen que huir de las casetas de migración y al hacer esto, están capturados por gente sin escrúpulos que sólo buscan hacerles daño, lucrar de ellos. A las muchachas las venden a los prostíbulos. Y yo creo que las autoridades tienen conocimiento de esto. Entonces nosotros les exigimos que pongan sus buenos oficios y que hagan algo por nuestros migrantes. Ellos sólo quieren transitar por el país para buscar un trabajo al otro lado”.

“La situación en Honduras es horrible, muchísimo peor después del golpe. Ha habido muchos despidos de las empresas, de las fábricas, en todas partes. Y los que buscamos trabajo no lo encontramos. Es a raíz de esto que nuestra gente tiene que migrar. No venimos aquí para delinquir. Por eso pedimos seguridad”.

“ A veces se burlan de nosotros. Cuando estábamos allí en Honduras, mandaron a una señora el ataúd de su hijo, uno de los muertos de la masacre de las 72 personas en San Fernando, Tamaulipas. Le  dijeron que no lo abriera, que el cuerpo ya estaba demasiado descompuesto. Pues, la señora lo veló con el ataúd cerrado, así iba a enterrarlo, pero en el último momento pidió que lo destaparan para verlo por última vez aunque no lo reconociera. Lo que encontró fue un poco de tierra, unas bolsas de nylon, y un pedacito de carne que no se sabe ni de qué era. Entonces, esa es una burla para nosotros. No es posible que estén haciendo esto con nosotros. Exigimos más formalidad y respeto porque no somos cualquier cosa, somos seres humanos. Todos somos seres humanos y sentimos dolor. Cómo es posible que después de sentir el dolor de la muerte de su hijo, sienta otro dolor por la burla que le han hecho. No podemos seguir permitiendo esto.  No es posible que esto esté sucediendo. Es el motivo de la marcha. Que nos respeten. Y vamos a exigirlo hasta que lo logremos”

“Doy gracias a Dios que hemos llegado hasta aquí con la ayuda de nuestros hermanos mexicanos que han sido tan bellísimos con nosotros. Sí, ha habido unas dificultades. No nos hemos quedado en hoteles de cinco estrellas. Dormimos en el piso, pero tenemos techo. Llevamos buenos y bonitos recuerdos de México, personas tan bellísimas, igual que una señora me regaló este poncho. Vio que yo venía sin abrigo y me preguntó si no llevaba suéter y le dijo que no y me dijo ‘Toma. Yo misma lo tejí’. Le digo, ‘Ay, que Dios te bendiga. Eres un ángel’.  También damos gracias a todos los medios de comunicación que nos han apoyado. Tal vez con su ayuda encontramos nuestros familiares”.

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Radio Zapatista

El movimiento estudiantil en Chile: Reportaje desde la mega-marcha en Santiago el 14 de julio 2011

En este reportaje, salimos a la mega-marcha de estudiantes y trabajadores en Santiago de Chile el 14 de julio 2011, para escuchar las voces de los manifestantes en su lucha contra el neoliberalismo y por la democracia y la educación pública. También hablamos con un activista de Santiago sobre la historia de la privatización de la educación para entender mejor el cómo y porqué de la lucha actual en Chile.

(Descarga aquí)  
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Radio Zapatista

La Lucha Afroboliviana: una conversación con activistas del movimiento

En este reportaje, conversamos con 4 activistas del Movimiento Cultural Saya Afroboliviano (MOCUSABOL) y de la Fundación de Afrodescendientes “Pedro Andaverez Peralta” (FUNDAFRO) sobre la historia de los afrodescendientes bolivianos y la lucha actual contra la discriminación y la invisibilidad, y por la reivindicación política y cultural en el contexto del “proceso de cambio” que promueve el gobierno de Evo Morales.

(Descarga aquí)  
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Radio Zapatista

Revolución Agroecológica

Presentación del libro Revolución agroecológica: El Movimiento de Campesino a Campesino de la ANAP en Cuba, organizado por el Seminario Permanente Internacional sobre Medio Ambiente, Agricultura, Género y Movimientos Sociales de CIESAS-Sureste y el Centro Cultural TierrAdentro Café, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 30 de mayo de 2011.

Presentación de María Elena Martínez Torres, CIESAS-Sureste(Descarga aquí)  

Peter Rosset, La Vía Campesina (co-autor del libro)(Descarga aquí)  
Jorge Santiago Santiago, DESMI(Descarga aquí)  
Xochitl Leyva Solano, CIESAS-Sureste(Descarga aquí)  
Helda Morales, ECOSUR(Descarga aquí)  
Preguntas del público(Descarga aquí)  
Respuestas de los ponentes(Descarga aquí)  
(Continuar leyendo…)

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Alejandro Reyes

Voces de los márgenes: Literatura periférica y mediación cultural en Brasil

Texto presentado en el I Coloquio sobre teorías y literatura en Latinoamérica y el Caribe, La Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, abril de 2011.

(Descarga aquí)  

Voces de los márgenes
Literatura periférica y mediación cultural en Brasil

por Alejandro Reyes Arias

Viajemos un poco.

Periferia sur de São Paulo, miércoles, diez de la noche, el bar de Zé Batidão está repleto, no hay dónde sentarse, más de doscientas personas se amontonan para escuchar a los poetas que, uno tras otro, toman el micrófono —pras crianças pro idoso saúde ensino precário / sei do que falo vivo no cenário / no poder filha da puta eleito se oculta / surdo cego mudo não vê nem escuta—, la gente escucha, se indigna, ríe, aplaude, no con la compostura del público haute culture, sino con el corazón víscera de quien saborea las palabras que hablan de su propia realidad, horas sin fin en el transporte público, salarios de miseria, racismo, clasismo, desprecio, drogas, violencia, muerte y vida en los márgenes, esperanzas y sueños, convivencias otras, mundos del mundo periférico, intimidades y placeres:

Uma mulher / que me incentive a criar / quando sorrir e quando chorar / quando dormir e quando suar / Que seja o entrelace de escultura e desenho / balé e candomblé / Que faça minha barba, aceite minhas flores / meus tremores, minhas colagens / e rasgue meus piores poemas.

Es el “Sarau da Cooperifa”, el primero de muchos saraus, o tertulias: espacios, generalmente bares, que ciertos días se transforman en territorios contestatarios de expresión literaria, donde poetas de las periferias —amas de casa, taxistas, maestras, obreros, mecánicos, músicos, estudiantes, jubilados— presentan sus obras para un público también periférico que encuentra en la palabra fuente de placer, de dignidad y de lucha. La Cooperifa fue fundada en 2001 y a partir de entonces los saraus se han reproducido por las periferias de São Paulo y de otras ciudades de Brasil: espacios políticos y politizantes, de creación lúdica y pensamiento crítico.

El fenómeno de los saraus va de la mano de un gran número de iniciativas culturales y sociales con un alcance tan amplio y tan interconectadas que nos arriesgaríamos a llamarlo “movimiento”, tanto literario como social. Conferencias, librerías, editoriales independientes, cursos, escuelas barriales, bibliotecas, estudios de grabación, confección de ropa, centros comunitarios, organizaciones de mujeres, espacios para niños, iniciativas de economía solidaria, resistencia a políticas públicas, vinculación con otros movimientos y mucho más. Al mismo tiempo, en la última década se ha visto una riquísima producción literaria en todos los géneros —novela, cuento, teatro, crónica— con publicaciones autónomas y, cada vez más, en editoriales comerciales. A partir de la publicación de tres números especiales de la revista Caros Amigos, intitulados “Literatura marginal”, organizados en 2001, 2002 y 2004 por el escritor Ferréz de Capão Redondo (periferia suroeste de São Paulo), mucha gente empezó a aplicar ese término a esta producción literaria, aunque muchos prefieren llamarla “literatura periférica”.

Se puede decir que este movimiento tiene dos públicos y dos dimensiones: por un lado, la formación y fortalecimiento de un sujeto social y político periférico; por otro, servir como puente entre dos lados de una sociedad profundamente dividida. Ésta es la dimensión que me propongo a examinar brevemente aquí: el papel del escritor/activista periférico como mediador cultural.

La literatura periférica como fenómeno de gran alcance ocurre justamente en un momento de crisis: de división, miedo, violencia e intolerancia en las ciudades brasileñas. En Ciudad de muros, la antropóloga Teresa Caldeira revela una São Paulo profundamente dividida por muros físicos y simbólicos, resultantes de transformaciones urbanas que llevan a una creciente segregación, a partir de un aumento —real, simbólico e imaginario— del crimen y la violencia. Eso fue en el año 2000. Desde entonces, la situación sólo ha empeorado. Dice Raúl Zibechi: “Si a comienzos del siglo XXI algún fantasma capaz de atemorizar a las élites está recorriendo América Latina, es seguro que se hospeda en las periferias de las grandes ciudades”. La distribución cada vez más desigual de la riqueza resultante de más de tres décadas de políticas neoliberales, la explosión demográfica urbana en esas mismas décadas y la crisis del Estado han transformado a las periferias urbanas en territorios fuera del control estatal y en reductos de resistencia a la homogeneización del capitalismo global. Zibechi apunta una doble estrategia por parte del poder ante la “amenaza” de las periferias urbanas: militarización y políticas de “combate a la pobreza” : dos lados de la misma moneda. A esto añadiríamos una tercera: la invisibilización, sobre todo por los medios de comunicación, que alternan silencio, criminalización y folclorización como forma de restarle potencial subversivo a la realidad periférica. Y permeando todo esto, miedo, intolerancia y desprecio. Dice un niño en el documental Falcão, del que hablaremos abajo:

Tipo, nós não vive na sociedade, que nós mora no morro, tá entendendo?
Tipo nós não é nada.

En este contexto, el papel del mediador es fundamental para sanar la creciente violencia e intolerancia, sobre todo porque la crisis social ha llevado también a una crisis de la mediación por parte de la élite intelectual, que tradicionalmente ha asumido ese papel en la historia cultural de Brasil. Más y más, ese papel está siendo asumido ahora por los productores culturales periféricos.

En las periferias a nadie se le ocurre preguntar si el subalterno puede hablar. Más bien la pregunta es otra: si la clase media puede escuchar (de por sí creo que la pregunta de Gayatri Spivak hubiera quedado mejor planteada así). En el contexto de la globalización y el dominio de los medios en todos los ámbitos, los creadores periféricos tienen dos avenidas para hacerse oír. Desafiar el aparato mediático y del Estado evitándolo, buscando medios alternativos, acciones directas en las comunidades, etc., o utilizar ese mismo aparato para intentar subvertirlo desde adentro, aprovechando las brechas dejadas por la lógica del mercado. El primero es el escogido por muchos de los escritores/activistas paulistas; el segundo es el camino andado por MV Bill y Celso Athayde, de Ciudad de Dios, Rio de Janeiro, con el proyecto Falcão.

El 19 de marzo de 2006, el programa Fantástico de la TV Globo exhibió el documental Falcão: Os meninos do tráfico, de MV Bill y Celso Athayde, resultado de seis años filmando a niños y adolescentes en el tráfico de drogas en favelas del país. MV Bill es un rapero admirado y querido por la población periférica, lo cual le permitió un acceso al mundo del tráfico que casi nadie más hubiera podido tener. Al día siguiente de la exhibición del documental, la Editorial Global lanzó un libro homónimo, un trabajo a cuatro manos, con crónicas sobre las experiencias vividas; en noviembre del mismo año, MV Bill lanzó el CD Falcão: o bagulho é doido; y en 2007 la Objetiva publicó Falcão: Mulheres e o tráfico.

El programa Fantástico es un espacio, digamos, sorprendente para este tipo de voz: la juventud más marginalizada y temida de las favelas contando su propia historia en uno de los programas de mayor difusión de Brasil. Los medios hicieron lo que hacen: “Fue una descarga de realidad sin precedentes en la televisión brasileña, quizás mundial”, escribió la revista Carta Maior, “…un golpe en el estómago de 50 millones de brasileños”. Esta frase, “golpe en el estómago”, circuló en revistas, periódicos y conversaciones en todo el país, sobre todo entre la clase media, en lo que parecía ser una suerte de placer masoquista, pues a final de cuentas era a esa clase a quien el supuesto golpe estaba dirigido; seguramente no a quienes conviven con esa y tantas otras violencias todos los días.

La intención mediadora del proyecto Falcão queda clara en la introducción del libro.

Nuestro principal objetivo fue mostrar, sin cortes o ediciones espectaculares, el lado humano de estos jóvenes. […] Este libro surge para ayudarte a reflexionar sobre la juventud que vive en situación de riesgo. Debe ser interpretado de la manera que puedas, como cada uno consiga. (9)

El plural de la primera persona dirigido a la segunda persona pide una respuesta a las preguntas: ¿Quién es “tú”? ¿Quién es “nosotros”? De manera inmediata, “tú” es el lector y “nosotros”, los autores del libro. Pero al final de la introducción la cuestión queda más clara:

Sabemos de qué lado estamos, y sabemos exactamente el peso del martillo que se encuentra del otro lado, pues por él también ya fuimos martillados. Pero no importa el tiempo que necesitemos para ser comprendidos, para ser escuchados. Lo único que nos importa es que la lucha tiene que continuar. (10-11)

Así los autores dejan claro que “nosotros” es una colectividad que se posiciona de un lado del muro: del lado de la favela, del “pueblo”. Y dejan claro también que el propósito del libro es llevar la voz “de aquí para allá”, de la favela a las clases privilegiadas. Por otro lado, “tú” es también una colectividad que abarca las clases media y alta que no entienden el mundo de las favelas, que lo temen y lo desprecian.
Pero cuando los autores escriben: “La razón de este trabajo es la vida de esos jóvenes y, sin duda, nuestras vidas” (9), tenemos la impresión de que hubo aquí un desplazamiento en el posicionamiento, de que el “nosotros” usado por los autores corresponde ahora a un “pueblo” en un sentido más amplio: “el pueblo brasileño”.

Esos jóvenes tienen su propio lenguaje, tienen sus propias leyes. Si realmente quieres entenderlos, tendrás que hacer un esfuerzo, tanto para comprender sus expresiones gramaticales como sus actitudes, y para eso cada uno de nosotros tiene que deshacerse de todo el odio que nutrimos y de todo el miedo que desarrollamos a partir de él. (10)

Una característica de casi toda la literatura periférica es el uso del lenguaje, como mecanismo de afirmación de la propia realidad y como instrumento de mediación. En las escuelas públicas, los niños aprenden que lo que hablan en casa —lo que todos hablan en su mundo— está equivocado. Al mismo tiempo, el lenguaje popular, debido al miedo y la violencia, evoca desprecio entre las clases privilegiadas. Por eso el llamado a desprenderse del odio y del medio. Al mismo tiempo, para entender la realidad de la favela hay que entender su lenguaje, pues éste es no sólo una forma de expresión, sino de comprender el mundo.

El lenguaje usado en las narraciones también es significativo. Hay una gran fluidez entre la jerga de las favelas y un lenguaje más formal, un juego resbaloso en el que los narradores se colocan de un lado o de otro. Esto contrasta con los diálogos, dejando claro que el lenguaje híbrido es un mecanismo de comunicación que permite conectar ambos mundos:

É o seguinte, irmão. Eu tô aqui pra tudo. Pro que der e vier. Pode vir alemão, pode vir o que for, nós vai cair pra dentro. Nós tem que proteger os moradô, nosso morro.

En el libro, los diálogos son una transcripción de la oralidad al papel. En contraste, en el documental, editado por la TV Globo, las voces de los niños y adolescentes están subtituladas. Más que facilitar la comprensión, los subtítulos sirven para acentuar el carácter exótico de esas voces. Además, los “traductores” de la Globo se sintieron obligados a poner las expresiones “incorrectas” entre comillas y explicaciones en paréntesis. El trecho arriba fue subtitulado así:

É o seguinte, irmão. Eu “tô” aqui pra tudo. Pro que der e vier. Pode vir alemão (inimigo), pode vir o que for, nós “vai” cair pra dentro. Nós “tem” que proteger os “moradô”, nosso morro.

Esa intervención es uno de los mecanismos que la Globo usó para distanciar al público de las escenas y transformarlas en espectáculo. Vale la pena aquí hacer un breve análisis de las operaciones de espectacularización y despolitización efectuadas por la TV Globo, como forma de problematizar las tentativas de mediación por parte de los escritores/activistas periféricos y para profundizar en la pregunta de Spivak, reescrita a nuestro modo: “¿Puede el sujeto privilegiado escuchar?”

Es interesante que el documental Falcão, esa “descarga de realidad sin precedentes”, haya sido transmitido justamente en el programa Fantástico, O Show da Vida. El Fantástico cubre “noticias” de la “vida real” de forma espectacular; vehicular la realidad en un programa que se llama Fantástico, el show de la vida es, en el mejor de los casos, una extraordinaria ironía. Según el Diccionario Aurélio, fantástico significa: sólo existente en la fantasía o imaginación, caprichoso, extravagante; increíble, extraordinario, prodigioso; falso, simulado, inventado, ficticio. Cabe notar que las Organizações Globo surgieron justamente al inicio de la dictadura militar, y desde entonces la Rede Globo ha ejercido una gran influencia en la política del país. La despolitización de sus programas, evidentemente, no tiene nada de accidental, y pasa justamente por la espectacularización: la vida es un show.

No sabemos cuánto de la edición del video fue decidida por los autores y cuánto por la Globo. Lo que sí queda claro es el muy limitado número de escenas que apuntan a las clases privilegiadas como corresponsables del problema. Puesto que esto está muy presente en la producción musical de MV Bill, su ausencia no deja de sorprender. De la narrativa están casi completamente ausentes la discriminación, la imposición de valores de consumo en el contexto de tan profunda desigualdad, la criminalización de la población periférica, la inexistencia del “estado de derecho”, la imposición de los valores de trabajo y responsabilidad cuando ni hay empleos dignos ni los dueños del poder actúan conforme a esos valores. Todas estas formas de violencia, conspicuamente ausentes en el documental, tendrían, ellas sí, la capacidad de ser un “golpe en el estómago” de la sociedad.

El documental fue enmarcado por la participación de la presentadora Gloria María, que con sus comentarios reduccionistas y su entonación espectacular, preparó el camino para una interpretación estrecha y distante. Más problemáticas, sin embargo, fueron las entrevistas al final del documental. “Entonces… ¿cómo cambiar esa realidad? En un momento, el Fantástico abre el debate con la opinión de quien quedó pasmado con Falcão, Meninos do Tráfico”, dice Gloria Maria, y Zeca Camargo continúa: “Exhibimos el documental a algunas personas acostumbradas a tener una mirada aguda sobre la realidad brasileña”. Los presentadores dejan claro que lo que fue visto no puede hablar por sí mismo, y que para ser entendido es necesaria la interpretación de “personalidades” de la clase media, blanca e “ilustrada”. Los experts con “mirada aguda”, en este caso, son dos escritores de telenovelas de la Globo, una actriz también de la Globo, el escritor Luís Fernando Veríssimo y el director Cacá Diegues. Dice Manuel Carlos, autor de telenovelas:

¡Vi algunas de las escenas más chocantes que he visto en toda mi vida! Una realidad extremadamente cruel, sin ningún retoque, de la cual yo no sabía…

Dos observaciones saltan a la vista de inmediato. “Sin ningún retoque”, dice Manuel Carlos, destacando el carácter real del documental, sin darse cuenta de que, si él realmente desconociera esa realidad, como afirma, no podría saber si la representación corresponde a la realidad. Al mismo tiempo, ¿cómo creer que realmente “no sepa” de esa realidad, sobre todo siendo supuestamente alguien “acostumbrado a tener una mirada aguda sobre la realidad brasileña”? Es como si toda la atención que la temática ha recibido en los medios, el cine y la literatura en la última década hubiera pasado enteramente desapercibida hasta su descubrimiento inédito por el Fantástico. Espectacularización y negación del espectáculo, ¡en menos de quince segundos!

“La importancia de ver este documental es la de rescatar la humanidad que hay dentro de nosotros, aunque sea por el shock, aunque sea con un golpe en el estómago”, dice la actriz Camila Pitanga.

Pero el discurso más insidioso, el más limitante y el que más tiempo recibe es el de la escritora de telenovelas Glória Perez: “Lo que queda muy claro es el absoluto abandono en que vive esa población. Es un gueto, una tierra de nadie.” La compleja problemática que el documental y el libro dejan claramente abierta a la reflexión, se reduce ahora a la cuestión del “abandono”. Este discurso no es nuevo: tiene su origen en el siglo XIX en la escuela de criminología italiana de Ferri y Lombroso, cuya influencia tanto daño hizo a los niños y jóvenes pobres del país. Según las teorías de determinismo social y racial, las clases bajas, los negros y los indios tenían una tendencia natural al crimen, y el papel del Estado era mantenerla bajo control, reprimiendo y reformando a los niños y jóvenes abandonados y “moralmente abandonados” (un concepto puede significar cualquier cosa). La “tierra de nadie” de la que habla Glória Perez sólo puede transformarse en “tierra de alguien” por medio de la acción civilizadora del Estado. Lo que se le olvida mencionar es que el Estado sí está presente, como muestra el documental, en la forma del ejercicio brutal de la represión por parte de fuerzas policiales profundamente corruptas.

Ella continúa: “Es muy difícil para una familia crear un hijo diciéndole que el crimen no compensa, cuando el Estado muestra todos los días, a través de la benevolencia de las leyes, a través de cosas de ese género, que el crimen sí compensa.” ¿La solución al abandono del Estado? Leyes más duras. ¡Golpes y rejas para los marginales! Y la clase media concuerda sonriente, se lava las manos y se va a ver la telenovela de las ocho… Explode Coração!

Esta forma de incomunicación me hace pensar en un debate sobre “lo erudito y lo popular” al que pude asistir en agosto del año pasado, con la participación del poeta Allan da Rosa, aquí presente, y dos reconocidos representantes de la cultura “erudita” brasileña. Vista desde el público, la escena era interesante: en el centro, los dos conferencistas eruditos y el moderador al lado; a la derecha, literalmente en la periferia, Allan da Rosa: no sé si por coincidencia o por alguna de esas triquiñuelas malandras del inconsciente, quedó distanciado por una mesa que separaba su asiento de los demás. Negro, de cabello largo, con las ropas sin pretensiones de la “perifa”, el contraste hacía el contrapunto ilustrativo del estereotipo de lo popular y lo erudito. Los primeros en tomar la palabra fueron los representantes de la cultura erudita, con participaciones que en mi opinión poco dijeron sobre las complejidades de un tema tan presente en el imaginario brasileño y con tan profundas implicaciones en las relaciones sociales y la cultura nacional. Particularmente problemática fue la segunda: una especie de historia universal de los conceptos erudito/popular sin ninguna referencia geográfica, como si en todo el mundo esos conceptos significaran lo mismo y siguieran el mismo camino. Aunque nada se dijo de geografía y territorio, era claro que de lo que hablaba el conferencista no podía ser Brasil; a lo mejor Europa. ¿Cómo hablar del tema sin mencionar la esclavitud, la destrucción de las culturas indígenas, los tres siglos de dominación y la herencia colonialista en el propio pensamiento poscolonial, del cual la propia ponencia era ejemplo vivísimo?

Cuando tuvo la palabra, Allan agradeció a los ancestros y pidió permiso para hablar. Si antes, visualmente, su presencia era un marcado contraste, su intervención, por la forma, el lenguaje, los gestos y actitudes y sin duda el contenido, nos llevó a otro universo. Con ese idioma híbrido tan reconocible en su poesía —cargado de jerga periférica, expresiones populares y neologismos de su propia invención— habló de todo aquello que los anteriores evitaron: la opresión, la esclavitud y la violencia colonialista, pero también los fundamentos de las expresiones dichas populares, profundamente distintos de los de la cultura de matriz europea: la relación no linear con el tiempo y el espacio; el movimiento consubstancial del cuerpo y el intelecto; el carácter colectivo y comunitario del pensamiento y la creación artística; la relación entre materialidad y abstracción; el mito, la herencia y la memoria entrelazados con la corporeidad del presente vivido en planos simultáneos. Así, por su ejemplo tanto como su discurso, desarticulaba las oposiciones binarias “erudito-popular”, “alto-bajo”, “favela-ciudad”. Eso sin negar las diferencias; al contrario, resaltándolas: la exclusión, la explotación, el prejuicio, la imposición de valores estéticos y morales sobre las matrices afro e indígena. Pero al mismo tiempo desafiando la categorización en una escala vertical de “alto y bajo”, “sofisticado y simple”, “arte y artesanía”, “cultura y folclor”, para proponer la coexistencia simultanea de una pluralidad de expresiones y formas de entender y vivir en el mundo. Sin embargo, a pesar de esas provocaciones, en la discusión que siguió los representantes “eruditos” se negaron a adentrarse por esas veredas, y continuaron expresando directa e indirectamente que la producción popular era muy diversa, bonita y todo eso, pero que no dejaba de ser simple, y que la cultura erudita se alimentaba de ella para transformarla en obras de verdadera riqueza y sofisticación.

El recuerdo de ese evento me hace pensar en la reflexión de José Rabasa sobre un momento de los diálogos entre el gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1995. La Comandanta Trinidad en cierto momento se dirige a los representantes del gobierno en su propia lengua, el tojolabal, y después les pregunta si entendieron. Con ese acto, la Comandanta coloca el mundo de cabeza, desconstruyendo los prejuicios que dicen que los indios no se saben expresar, invirtiendo la pregunta de Spivak al enmudecer al propio gobierno.

De manera similar la intervención de Allan reduce al silencio a los conferencistas “eruditos”, que no logran implicarse en una discusión seria de la dicotomía erudito/popular frente a la desarticulación de la escala de valores de esa dicotomía por las palabras y los gestos de Allan. Su discurso —y su corporalidad— no es incomprensible de la misma forma que el tojolabal lo es para los representantes del gobierno mexicano, sino porque no cabe en el edificio conceptual que orienta la visión de mundo —y da sentido a su propio lugar en ese mundo— de los representantes de “lo erudito” en el universo cultural brasileño. “¿La Academia?”, se pregunta el poeta Sergio Vaz, fundador de la Cooperifa. “¡Que coman brioches!”

Pero si bien al “sujeto privilegiado”, como vemos, se le dificulta bastante escuchar, los escritores periféricos no quitan el dedo del renglón. “Nosotros no tocamos la puerta”, escribe Ferréz en la introducción de la antología de cuentos periféricos Literatura marginal, “más bien la rompimos”. En los últimos años, la literatura periférica/marginal ha irrumpido en espacios cada vez más amplios y más diversos, logrando abrir un nicho en el mercado editorial y suscitando creciente interés académico. Creo que este Coloquio, esta mesa y estas torpes palabras son quizás indicativos de incipientes fracturas en los muros de la incomprensión.

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Reportaje especial desde Bolivia: mandar obedeciendo y el gasolinazo

En este segmento, DJ Alita reporta desde La Paz, Bolivia sobre los festejos del quinto aniversario del gobierno de Evo Morales y el primer aniversario del Estado Plurinacional, considerando las contradicciones reveladas por el gasolinazo, y los debates sobre los usos del concepto de “mandar obedeciendo.”

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Debate: Resistencia y Territorio – Palestina, MST (Brasil), Oaxaca, Mitzitón (Chiapas)

Debate Resistencia y Territorio en el Cideci/Universidad de la Tierra, Chiapas (13 de enero de 2001): Reflexiones, imágenes e intercambio de experiencias de lucha en la defensa del territorio

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Lia Pinheiro Barbosa habla sobre educación y el MST (Brasil)

Lia Pinheiro Barbosa, profesora de la Universidade Estadual do Ceará, Brasil, habla sobre educación y el MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra de Brasil), en la Universidad de la Tierra/Cideci, Chiapas.

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Relatos Zapatistas

Entrevista con compañer@s anti-autoritarios en Chile

Entrevista con tres compañer@s de la comunidad anti-autoritaria en chile, contextualizando la reciente represión por parte del estado chileno, incluyendo el arresto de 14 compañer@s, invasiones y allanamientos de centros sociales y casas particulares. También explican las nuevas modificaciones de la “ley anti-terrorista,” resucitada de la dictadura de pinochet desde el año 2000.

Más info en:

http://hommodolars.org/

http://solidaridadporlxspresxs.blogspot.com/

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MST, gobierno Lula y agronegocios

Palabras de Bernardo Mançano Fernandes, investigador y profesor de la Universidad Estatal Paulista y militante del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y de la Vía Campesina en Brasil, durante su presentación en el Cidci/Universidad de la Tierra, San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

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