Noticias:

EZLN

image/svg+xml image/svg+xml
radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

ADAGIOS – ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

ADAGIOS

Agosto del 2024.

  Recomencemos, pues, con algunos aforismos de hace décadas.  Compruebe usted si lo señalado entonces, ayuda o no a entender lo que ocurre ahora.

I

  El objetivo del pensamiento crítico no es encontrar la verdad (y, por lo tanto, construir una nueva coartada para la arbitrariedad en turno), sino cuestionar “verdades”, confrontarlas, desmantelarlas y mostrarlas como lo que son: la opinión idiota de uno o varios idiotas (claro, y de una o varias idiotas -no olvidar la paridad de género -) y con muchos o pocos seguidores.  El pensamiento crítico no es sólo una posición teórica.  Es, sobre todo, una posición ética frente al conocimiento y la realidad.

II

  Eso que llaman “Historia” (así, con mayúsculas) es sólo un cadáver maquillado torpemente por los políticos y sus escribas.  Sin embargo, a la mesa del político en el Poder, no se sienta un esqueleto.  Apenas un espejo.  Se puede embellecer el marco, pero el espejo seguirá reflejando la misma descomposición de la realidad.  La diferencia entre ataúdes no cambia la similitud de su contenido.  Cuando los gobiernos acusan al espejo, por ser cóncavo, de deformar la realidad, pretenden esconder que es su mirada la que excluye las deformaciones.  La misma mirada en la que ÉL es quien todo lo ilumina y colorea.

  La historia pasada, así con minúsculas, no es más que el antecedente de la pesadilla presente.  Hoy se labran la muerte y la destrucción del mañana.

III

  La idea no precede a la materia.  Antes, al contrario.  No es una teoría social o filosófica la que da origen al capitalismo como sistema dominante.  Ni a sus diferentes etapas.  La teoría social es un gigantesco estante de ideas al que acuden las diferentes propuestas políticas en búsqueda de razones que le den sentido a la sinrazón.  Los sistemas dominantes no son sino un mismo cuerpo con ropajes distintos en su presentación, pero iguales en su hipocresía.

  La teoría social de moda es sólo un bestseller momentáneo, que convive con teorías de autoayuda, de cómo ganar amigos (“followers” se dice ahora), y de fundamentaciones de que el fin justifica los medios dependiendo si se trata del conservadurismo o del progresismo (que no es más que un conservadurismo blando).

  Lo que da origen al capitalismo es un crimen.  Y cada etapa de su desarrollo semeja la de un asesino serial: cada vez adquiere más experiencia.  El trabajo de los teóricos oficialistas es embellecer ese crimen con algo de romanticismo, aventura y, claro, frivolidad.

  En teoría social, las más de las veces no se busca entender para revolucionar, es decir, para cambiar las bases materiales, un sistema.  Lo que buscan los “teóricos”, ayer de oposición y hoy oficialistas, es un relevo en la cofradía.  Por eso los aNexos de ayer son los caricaturistas de hoy.  Cambian los nombres y oficios, pero la apología es la misma.  Y, claro, la paga.  La reacción de la derecha ilustrada es la de una pareja despechada, indignada porque se escogió a otros.  Y esos otros, a lo que aspiraban era a ocupar el lugar de los apapachados de ayer.  Comparten la misma anemia intelectual, así que no hay problema.

  El historiador de hoy acomoda la historiografía al gusto del Mandón.  Acude al anaquel de las ideas buscando personajes, sea para construir villanos, sea para construir héroes.  Que ahora se incluyan villanas y heroínas, es una benévola concesión a un feminismo que se conforma con poco o nada.  El mayor temor de un historiador de hoy es encontrar grupos, colectivos o pueblos enteros como responsables de un período.  ¿Quién puede vender un libro con la biografía de un no individuo?  Porque eso es una comunidad.

  El historiador de hoy vende coartadas y es el sustento publicitario de la historieta de cartón piedra del Poder.  Para él, la historia es sólo la escenografía de fondo que adorna su presente luminoso.  El equivalente literario de las escenografías fastuosas sobre los pueblos originarios, son las biografías y las investigaciones cultivadas en los círculos del Poder.  Así los calendarios se ajustan a conveniencia y se convierten en victorias las derrotas de un imperio frente a otro.

  La confusión es tal que hay quien piensa, sostiene y argumenta, que el Imperio Azteca era la panacea de los pueblos originarios antes de la conquista española, que Rusia es la URSS y que China es una geografía con el comunismo como sistema dominante; que el pueblo es sabio si vota Lula, Kirchner, PSOE, Macron, y Harris; e ignorante si vota Bolsonaro, Le Pen, Milei, Trump.  Pocas cosas están tan prostituidas como la “democracia”, pero ninguna es más cara.

  En la desconocida historia de las claudicaciones, quienes callan y maduran (así se enseña en la escuela de cuadros de El Partido), acuden al estante de las ideas para comprar algo que les sirva.  Es inútil: la traición a principios y convicciones es una claudicación, aunque de Poulantzas se vista.  El mote “de izquierda” no cambia la esencia de un hecho: es complicidad con un crimen, el peor de todos: el de un sistema contra la humanidad.

V

  En política no hay muertos, sólo cadáveres reincidentes.

  Como se decía de Pedro Infante: el PRI no ha muerto, vive en el corazón de todos los partidos políticos.  Por eso los políticos profesionales cambian de siglas como de calzones sin ningún problema.  Aunque los calzones siquiera los lavan… o tal vez no.

  No hay diferencia alguna entre políticos progresistas y de derechas, así como no hay diferencias fundamentales entre patrones buenos y malos.  Ambos administran un despojo.

  Las opciones políticas no cambian en sus objetivos (tener el gobierno), ni en su quehacer (servir al Poder económico).  Sólo cambian las coartadas.

VI

  En su etapa actual, el sistema realiza una nueva guerra de conquista, y su objetivo es destruir/reconstruir, despoblar/repoblar.  Destrucción / despoblamiento y reconstrucción / reordenamiento de una zona es el destino de esa guerra.

  El gobierno de Israel no está vengando los atentados de Hamás del 7 de octubre del 2023, está destruyendo y despoblando un territorio.  El negocio no está sólo en la destrucción y el asesinato masivo, estará en la reconstrucción y reordenamiento.  Por eso la evidente complicidad de los Estados Nacionales del mundo.  Cuando las “naciones” envían pertrechos militares a Israel no sólo están apoyando el genocidio contra el pueblo palestino.  Están invirtiendo en ese crimen.  Ya vendrán luego los dividendos de ese negocio.

VII

  No hay destrucciones “buenas” o “malas”.  Cambian las excusas y los colores, pero el resultado es el mismo.  Entre el Tren del Istmo porfirista, el Plan Puebla-Panamá foxista, y el Corredor Transístmico morenista no hay diferencias sustanciales.  Unos fracasaron y el otro también lo hará.  Su objetivo no es el bienestar (como no sea el de los grandes capitales), ni la modernización porfirista del despojo: es simple y llanamente una frontera más de las que ya existen.  Y, como sus pares, también serán horadadas.  Y no por los miles de migrantes, sino por la corrupción y el cinismo que, siglos después, descubren los neo esclavistas de hoy: el tráfico de seres humanos es un negocio con una fuente inmensa de materia prima (obtenida con las guerras y las políticas de los distintos gobiernos).  Y la inversión de capital es mínima: sólo necesitas burocracia, crueldad y cinismo.  Y de eso hay abundancia en el Capital y en el Estado.

  Los llamados megaproyectos no derivan en desarrollo.  Son sólo los corredores comerciales abiertos para que el crimen organizado tenga nuevos mercados.  La disputa entre cárteles rivales no es sólo por el tráfico de personas y drogas, es sobre todo la disputa por el monopolio del cobro de piso en lo que se mal llama “Tren Maya” y “Corredor Transístmico”.  A los árboles y animales no se les pueden cobrar cuotas, en cambio sí a las comunidades y a las empresas que se asienten en esa otra inútil frontera en el sureste mexicano.

  Se asegura así el crecimiento de las guerras por el control territorial, en las que estará ausente el holograma del Estado Nación.

  Partir del criterio de que la violencia de lo que llaman “Crimen Organizado” es una anomalía del sistema, no sólo es falso, también impide entender lo que sucede (y obrar en consecuencia).  No se trata de una irregularidad, sino de una consecuencia.

  El objetivo es consensuado: el Estado quiere un mercado abierto (“libre” de intrusos -o sea de pueblos originarios-), y los otros quieren el control de un territorio.

  A imagen y semejanza de lo que se dio en llamar Capitalismo Monopolista de Estado, en el que el Capital esperaba que el Estado creara las condiciones para su implantación y desarrollo, ahora se trata de lo que los militares llaman una “maniobra de pinza”: ambos – Estado y Crimen Organizado-, atenazan un territorio, lo destruyen y despueblan, y luego entra el gran Capital a reconstruir y reordenar.

  Mienten quienes dicen que hay una alianza entre los gobiernos y el crimen organizado.  Así como no hay alianza entre una empresa y sus clientes.  Lo que hay es una simple -aunque costosa- operación mercantil: el Estado ofrece una ausencia y el cártel en cuestión “compra” esa ausencia y suple la presencia del Estado en una localidad, región, zona, país.  La ganancia es mutua entre vendedor y comprador, la pérdida es para quienes sobreviven en esos lugares.  “Quien paga o presta, manda”, es el añejo aforismo que “olvidan” los analistas y los “científicos sociales”.

 En cuanto a lo que se llama el “Crimen Organizado”, el Estado y el Capital hacen un cálculo equivocado (as usual): suponen que el empleado se va a sujetar a lo convenido.  Y no que va a operar por su cuenta.

  Como pasó con el aliento y creación de grupos paramilitares, que, como estaban formados por indígenas, se pensaba que se podían controlar.  Después de todo, se trataba de personas ignorantes y manipulables.  Y entonces Acteal.  Tienen razón las Abejas, la matanza de Acteal en 1997, con su crueldad y la impunidad consiguiente, fue sólo el preludio de la pesadilla actual.  El Estado piensa que los del llamado Crimen Organizado son sus sirvientes y van y vienen según se les indique o se le obligue.  Por esa creencia es que se llevan las sorpresas que padecen.

  Ahora, trate de responder esta pregunta: ¿Por qué en un estado federativo militarizado por 30 años, ahora florecen los cárteles y sus enfrentamientos con el beneplácito gubernamental de quienes invadieron el suroriental estado mexicano de Chiapas, alegando que evitaban así la “balcanización” de la república?  Sí, parece que el territorio mexicano está más fragmentado que nunca.

(Continuará)

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

UN PICO Y UNA PALA ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

UN PICO Y UNA PALA.
De la solidaridad, la empatía y la valentía

Agosto del 2024.

  La solidaridad con lo lejano -y no me refiero a la geografía, sino a su lugar en la información-, no sólo es cómoda.  Además, permite las posiciones más absurdas y contradictorias (como la de justificar el asesinato de civiles, niños en su mayoría, que ignoran que el infierno presente no es momentáneo, sino también una promesa del futuro).

  La solidaridad con lo distante no requiere compromiso: son otros los que sufren y mueren.  Para ellos la limosna de la atención momentánea, la acalorada discusión (já) sobre uno o dos Estados, las referencias históricas a modo de cada posición.  La solidaridad con lo cercano, en cambio, demanda algo más que un comentario en redes sociales.  En el extraño y pequeño mundo del progresismo están más cerca las kurdas, Palestina y Ucrania, que Ostula y su porfiada resistencia; las comunidades originarias del Istmo que se rebelan al destino de ser reconvertidas en guardias aduanales en la nueva frontera sur de la Unión Americana (porque eso, y no otra cosa, es ese megaproyecto); la destrucción ecológica llamada “Tren Maya”; el despojo de agua en toda la geografía; la imposición de termoeléctricas; las rebeliones contra saqueos, imposiciones y destrucciones del medio ambiente;…y las Buscadoras.

  Y no, no se trata de obviar, por geografía, una injusticia en cualquier parte del planeta.  No, se trata de entender y sentir que la solidaridad no es una moda y una pose, sino un compromiso que maldice.

  Como el oído, la mirada… y la palabra

-*-

  De las ausencias, la más terrible e inhumana es la que no tiene explicación.

  Las personas desaparecidas, su actualidad y la indiferencia que provocan arriba, son la prueba contundente de que la frivolidad y el cinismo son virtudes en el quehacer político de la derecha… y de la izquierda progresista.

  La existencia de personas que buscan la verdad y la justicia para sus ausentes es lo que marca la modernidad tan cacareada allá arriba: es terrible el infierno en el que se cocinan esas desapariciones; y es maravilloso que, quienes buscan, revaloren con su empeño la dignidad humana.

  En los últimos años, lo más terrible y maravilloso que ha parido esta geografía es la profesión de “buscadora”.

  ¿Cuál es lo mínimo para cumplir esa demanda de verdad y justicia para las desaparecidas?  ¿Cuál es el “piso”, -como dirían los expertos en gestoría-, en esa petición? ¿Un fragmento óseo? ¿El jirón de una blusa descolorida?  ¿Un zapato sin su par?  ¿Una resolución del poder judicial, la policía, el gobierno en turno: “se hizo lo que se pudo”?  ¿La señal del gps parpadeando solitaria, desesperada, inútil?

  ¿Un discurso que, claro, culmina con “me comprometo a que se sepa la verdad antes de que termine mi gobierno, caiga quien caiga”?

  Las buscadoras no sólo buscan a sus ausentes, también buscan la vergüenza, la dignidad y la humanidad que se perdieron con un puesto gubernamental, un renglón en la tabla Excel del pago en nómina por claudicaciones.

  Quienes se niegan a responder a la demanda de las Buscadoras, ¿a qué le temen?  ¿Cuál es el sustento para que afirmen que “la mayoría de las desaparecidas lo son por voluntad propia”?  ¿Es que ya investigaron y esas ausentes lo son voluntariamente?  ¿Entonces por qué no decirles a las Buscadoras: “señora, su hijo, hija, se fue porque encontró una pareja” o “porque usted no la comprendía”?

  ¿No tienen alta tecnología (drones, satélites, georradares, archivos digitalizados)?  Si no, por qué no compran o rentan, o piden prestados esos equipos.  Busquen en tiendas on line… o en la página de la Secretaría de Marina.  Sólo escriban en la ventana del buscador “equipos de búsqueda y rescate”.

  Si tienen los medios para espiar a sus enemigos (un Pegasus en cada soldado te dio), ¿por qué no usan esas tecnologías para averiguar si esa persona está desaparecida “por voluntad propia”?

   ¿O mienten las Buscadoras?  ¿Entonces es mentira que anden de un lado a otro, atenidas a las informaciones que reciben?  ¿Sufren porque quieren o porque alguien les hace falta?  Esas imágenes donde aparecen, con palas y picos, en zonas rurales, ¿son editadas con una aplicación digital y, en realidad, ellas están en su casa haciendo cuentas para ver cómo llegan a fin de mes?  Ellas -y ellos, claro-, las Buscadoras, ¿desaparecieron voluntariamente a sus hijos, hijas, compañeros, compañeras, padres, madres, familia, con el único propósito de perjudicar a la víctima imaginaria de Palacio Nacional?

  Tal vez podrían, al menos, pedirles a esas Buscadoras que busquen y encuentren la vergüenza que, allá arriba, perdieron por un puesto gubernamental… y una nómina personal.

-*-

  Usted que trabaja en medios de comunicación, ¿se acuerda de aquellos tiempos cuando hacer periodismo era investigar, ir al lugar de los hechos, entrevistar a las “partes involucradas”, desafiar la “autocensura”, pelear en el comité de redacción por la publicación -porque usted se comprometió con esas víctimas a dar a conocer su tragedia; y usted tiene en alta estima el valor de la palabra, por eso eligió el periodismo-, regresar al lugar y mostrar a esas dolientes la nota (que a usted le costó la enésima amenaza de despido, -o se lo confirmó, claro-)?

  ¿Recuerda cuando las notas se sacaban de la realidad y no de las redes sociales?  ¿Se acuerda de cuando el gafete de “PRENSA”, más que de orgullo e impunidad, era símbolo de compromiso ético?

  ¿No hubo un tiempo en que peleaba la nota con otros periodistas y no con influencers que ni siquiera saben redactar la descripción de sus videos?  ¿Aquellos días donde el enemigo era la dádiva, el chayote, el sobre con billetes, la información no confirmada?  Y no como ahora, las amenazas de muerte -cumplidas no pocas veces-, o los hostigamientos virtuales de bots de uno y otro signo.  Además, claro, del tribunal mañanero con el que el Supremo reparte bofetadas y caricias.

  ¿Dónde están los grandes reportajes, el periodismo de investigación, las notas exclusivas, las preguntas incisivas, la redacción impecable, la dicción correcta, la imagen donde la nota no es el periodista sino la realidad?

  Seguid el hilo de Ariadna, tal vez dentro del laberinto encontrareis lo que les hizo elegir el periodismo como profesión… y maldición.

-*-

  En algún rincón del corazón humano hay una cosa que se llama “empatía”.  Esa capacidad de “ponerse en el lugar del otro” es, en realidad, la capacidad de “ponerse en el lugar de la víctima”.  A veces individualmente y cada vez más en colectivo, ese sentimiento va más allá y afronta la necesidad de “hacer algo”.

  Pero la realidad no da premios.  Si acaso, pesadillas.  Así que se necesita valentía para decir “soy yo y siento que esto no es justo y tengo que decirlo o hacerlo sentir, sobre todo a las víctimas”.

  Son escasos y muy espaciados los logros que se consiguen.  Parecen pequeños, pero para las víctimas lo son todo.  Como lo será para -supongamos, sin conceder-, José Díaz Gómez, quien de seguro se sorprenderá cuando vea todos los mensajes de apoyo y solidaridad que, desde los rincones más insospechados de México y el mundo, convergieron en el esfuerzo de esa ONG -incómoda, como deben ser todas las ONG-, que asumió la búsqueda de la justicia como lo que es, es decir, un deber.

  Su libertad fue parida por todas esas voces y acciones que, ojo, convergieron en una demanda sencilla pero contundente, tan añeja como la humanidad misma: libertad.

-*-

  Buscad a las buscadoras.  Se me ocurre, no sé, que tal vez también buscan otro mañana.  Y eso, amigos y enemigos, es luchar por la vida.

Vale.  Salud y encuéntrenlas.  Urge.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

P.D.- Creo que es obvio, pero si no, pues lo decimos claramente: gracias.

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

SUPONGAMOS, SIN CONCEDER… ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

Ελληνική μετάφραση  (Griego)
Traduction en Français  (Francés)
Traduzione Italiano (Italiano)
Deutsch Übersetzung (Alemán)
Tradução em portugês (Portugués)
English Translation (Inglés)

Supongamos, sin conceder…

Agosto del 2024.

  Supongamos, sin conceder, que usted puede imaginarse lo siguiente:

   Usted nació en un pueblo originario.  En una comunidad adquirió su lengua, su cultura, su modo.  Todo esto lo hace diferente.  Para la antropología oficialista, su lengua es “dialecto” y su pueblo es “etnia”.  Usted es lo que los progresistas llaman “un indio”.  No importa su color de piel, porque en cuanto empiece a decir algo, notará el gesto de desprecio de su interlocutor no indígena.  Verá, también, cómo esa persona se lleva instintivamente la mano al bolsillo para darle una moneda.  Esa persona dará por sentado que usted es inferior, ignorante, sucio, pobre, supersticioso, manipulable… y tonto.  Pero, ni modos, así le tocó a usted nacer.  No importa qué haga, nada hará cambiar esa actitud del otro.  Así como culturalmente se es indígena, así también se es racista por cultura, aunque sea un racismo “cool”.

  Ahora supongamos, sin conceder, que su pueblo originario de usted, su lengua, su cultura, su modo pues, es el Cho´ol, pueblo de raíz maya, que habita en los surorientales estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche.

  Supongamos, sin conceder, que, como todos los pueblos originarios, usted ha sufrido desprecios, racismo, injusticias, golpes, engaños y burlas – además, claro, de desapariciones forzadas, encarcelamientos, violaciones y asesinatos -, sólo por ser quien es: un indígena cho´ol.

  Supongamos, sin conceder, que usted sabe que una parte de los pueblos originarios en Chiapas, incluyendo del pueblo Cho´ol, es parte de una organización llamada ezetaelene (también conocida como “los zapatistas de Chiapas” o “neozapatistas”, o “transgresores de la ley” o lo que esté de moda), que se alzó en armas el primero de enero de 1994, en lo que llamaron “el inicio de la guerra contra el olvido”, y acabó así con el plan de Carlos Salinas de Gortari de un Poder transexenal (antes era el sueño húmedo del salinismo, y ahora lo es del morenismo).

  Supongamos, sin conceder, que usted no es antropólogo ni historiógrafo oficialistas, es decir, que sabe que, durante siglos, los pueblos originarios han sido tratados por la modernidad (gobiernos y etapas distintas pero semejantes) con una mezcla de asco y pena ajena.  Y que sabe que dichos originarios existen, viven y luchan más allá de libros, museos, destinos turísticos, artesanías y discursos gubernamentales.

  Supongamos, sin conceder, que conoce usted que esos pueblos zapatistas están en rebeldía y resistencia porque han emprendido el camino de una construcción terrible y maravillosa: otro mundo, uno donde quepan todos los mundos.

  Supongamos, sin conceder, que usted, como Cho´ol, tuvo la mala suerte de nacer y vivir cerca de la finca de un personaje poderoso.

  Supongamos, sin conceder, que su nombre o gracia de usted es José Díaz Gómez, y está prisionero en una cárcel de Chiapas acusado de ser cho´ol y de… ser zapatista.

  Ahora, cambiando de canal, supongamos que usted puede tener acceso a lo que se dice en juzgados, estaciones de policía y cárceles de Chiapas.  No sin pena ajena usted escucha lo siguiente: “Es zapatista, de los que critican y no apoyan al presidente”.  “El jefe va a estar contento de que castiguemos a uno de los conservadores que se niegan a ser salvados por la modernidad y el progreso (o sea la 4T)”

  Ahora, supongamos, sin conceder, que su libertad de usted, cho´ol y zapatista, depende de múltiples factores: el humor del juez ese día, el ministerio público, la policía, los otros finqueros (es decir, además del que tiene su finca en Palenque), la necesidad que tienen hombrecitos grises de congraciarse con superiores que ni siquiera saben que existen.

  Supongamos que usted conoce que una organización no gubernamental defensora de los derechos humanos (de ésas tan vilipendiadas por el supremo – junto a trabajadores de los medios de paga-), ha demostrado su inocencia de usted, y la parte acusadora ni siquiera puede presentar la mínima prueba en contra de su libertad -y de otros compañeros suyos que son perseguidos-.  Pero es inútil porque usted no es inocente de los 2 crímenes por el que lleva casi 2 años preso: ser indígena y ser zapatista.

  Ahora, supongamos, sin conceder, que usted va, simultáneamente, al zócalo de la Ciudad de México y contempla una estructura de hierro y cartón piedra que, se supone, sin conceder, es una réplica de una pirámide del pueblo maya.

  Supongamos, sin conceder, que usted entonces reflexiona y concluye que eso es el indigenismo en México: una simulación de cartón piedra como homenaje a un pasado lejano (y manipulable en la historiografía oficial), y miles de injusticias “administradas” por el gobierno en turno, en contra de pueblos originarios en el presente.  Para los gobiernos, los pueblos originarios son la materia prima para su fábrica de coartadas “históricas” … y de culpables.

  Ahora, supongamos, sin conceder, que le han encargado a usted -dada su capacidad y, sobre todo, a que no es un cho´ol zapatista-, dar una conferencia magistral, en la escuela de cuadros de EL PARTIDO, llamada “La revolución de las conciencias en la Cuarta Transformación”.

  ¿Se sentiría usted mal?  ¿Al menos incómodo?  ¿Fuera de lugar?

  ¿O, como la mayoría de sus correligionarios, se diría “todo sea por el bien del movimiento y para que la extrema derecha no regrese”, “los zapatistas tuvieron su momento, pero ya pasaron de moda”?

  ¿Entonces usted podría concluir que, si no fuera indígena, si no fuera zapatista y si no fuera crítico del gobierno en turno, estaría libre y no habría perdido dos años de su vida?

  Claro, todo esto suponiendo, sin conceder, que usted tiene imaginación, sensibilidad y sentido de la justicia.

  Y, claro, que usted no es un sinvergüenza.  O una sinvergüenza, (no olvidar la paridad de género).

Vale.  Salud y dejad de mirar hacia arriba, la lucha por la vida está abajo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

P.D.- Todos los sistemas de justicia “modernos” son irreformables.  Se basan en un supuesto que es desmentido cotidianamente por la realidad: “todas las personas son iguales ante la ley”.  Y no, porque “quien paga, manda”.

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

¿RECOMENZAMOS? ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

Traduction en Français (Francés)
Traduzione Italiano (Italiano)
Tradução em portugês (Portugués)
Deutsch Übersetzung (Alemán)
English Translation (Inglés)
فارسی  (Farsi)

¿RECOMENZAMOS?

La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde…?

(Romance Sonámbulo.
Federico García Lorca)

  Sí, el viento y la montaña parecen conocerse desde hace tiempo.  Podría decirles la fecha exacta, pero no viene al caso… o cosa, según.  Puede que no se entienda esa firme pero aparente resignación o resistencia: la montaña en soportar uno y otro zarpazo; el viento en su aparente replegarse, darse por vencido para regresar luego.  Siempre lo mismo, siempre diferente.

  Pero no son estos atropellados requiebros los que le preocupan a la montaña.  Ha visto peores, si es que le preguntan.  No, las que le ocupan son las tormentas que llegan con trascabos, máquinas excavadoras, buscadores de minerales, empresas turísticas, fábricas, centros comerciales, trenes, gobiernos que simulan ser lo que no son, destrucción, muerte.  En suma: el sistema.

  Así que no sería de extrañar que lleguen a un acuerdo, montaña y viento.  Después de todo, comparten la misma madre: Ixmucané, la más sabedora.

  No, no les diré la fecha exacta de su primer encuentro.  Pero digamos que se conocen de tiempo atrás, que el gesto escéptico y la mueca de desprecio de la montaña ante los primeros rayos y ventarrones es algo ya rutinario.  Lo mismo la insolencia del viento al arrancarle a la montaña, a fuerza de lluvias, vientos y truenos, mechones de la verde cabellera.  Los arañazos que con torpe pasión lanza el viento, heridas como zanjas acuosas, no alcanzan a atenuar el acre rechazo del monte.  Se encuentran, se desencuentran, y, al cabo, terminan por abrazarse y despedirse sin promesas, ni confesiones.  Una compleja relación que mucho tiene de aceptación y de rechazo.  “Amor”, pues.

-*-

  Dicen que dicen que cuentan que narra una leyenda aún por escribirse, que hubo una reunión y que a ella convocaron a la familia de Votán, guardián y corazón del pueblo.  Y así dijo la montaña:

 “Mis crías, las más queridas, ya viene lo que leyeron antes en mis pieles y cabellos.  El viento hermano, el señor Ik´, trae noticias fieras de otra tormenta, la más mortal de todas.  Ya lo sabemos.  Y toca a toda la familia resistir y defender.  Ustedes son los guardianes que fueron creados para proteger.  Sin ustedes, morimos y sin sentido vagamos.  Sin nosotras, ustedes se vuelven seres perdidos, con sólo vacío en su corazón y sin esperanza en su existencia.  Cuenta el Ik´ lo que su corazón miró: que, en cielo y tierra, los animales comparten la inquietud y la zozobra.

  Lo escuchan en el Cauca y en los barrios de Eslovenia.  En el Japón y en Australia.  En el Canadá y en SLUMIL K´AJXEMK´OP.  En Noruega, en Suecia, en Dinamarca y en la Nicaragua que ni se rinde, ni se vende, ¡jamás!  En La Polvorilla y en la herida que el tren transístmico, llaga supurante se hace en el corazón de los originarios que luchan.  En las patrias que la guerra multiplica como desgracias y en quien tiene los Brazos Abiertos para socorrer al desvalido.  En Ostula y en Groenlandia.    En el Haití torturado y en los cenotes mayas mancillados por los rieles de la demagogia.  En los desplazados y en el desalojado de la vida por la extorsión.  En la @ libertaria que advierte, desde hace tiempo, que el Estado no es una solución sino un problema.  En la niña palestina que con esa bomba recibió la incógnita de la vida… y la certeza de la muerte.

  Así lo hablan al hermano pueblo Saami, al mapuche, al gitano con la casa a cuestas, al originario de todas las tierras y mares, a quien lucha y resiste en la tierra que se crece para arriba, al pescador que en el mar labra la vida.  Se lo cuentan a niñas que entienden la lengua olvidada.  A niños de mirada seria.  A mujeres que buscan ausencias forzadas.  A las personas ya de edad que maquillan sus cicatrices como arrugas dolientes.  A quienes no son ni él ni ella y que se chingue Roma.  A todos los seres humanos que, como el maíz, tiene todos los colores y en la mesa, el suelo, el regazo tiene todos los modos.

  Pero no todos escuchan.  Sólo quien mira lejos y hondo, entiende lo que esa palabra que habla Ixmucané, la más sabedora, dice y advierte.

  Así que busquen el modo, mis crías.  Y busquen el quién.  Levanten la palabra con el señor Ik´ en una mano y mi corazón en el otro.  Recuerden al mundo que la muerte y el mañana se gestan en las sombras de la noche.  La luz se forja en la oscuridad”

-*-

  Sí, se volvieron a encontrar el viento y la montaña.  Pero esta vez fue diferente.  La madrugada había alargado su llegada, sofocada tal vez por el calor, pero al primer rayo rajando el huapác, se presentó de inmediato con una lluvia como bofetada.

  En la champa, el ruido de las gotas sobre el techo de lámina poco o nada permitía escuchar.  Pero se alcanzaba a mirar con nitidez, gracias a la tambaleante benevolencia de un mechero, sobre la mesa -quemada y con briznas de tabaco húmedo-, un papel con múltiples rayones.  En él, lo único que se leía con claridad era:

“La paciencia es virtud del guerrero”.

Vale.  Salud y que la noche nos encuentre como es ley, es decir, despiertos.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

EL CAPITÁN.
Agosto del 2024.

radio
Subcomandante Insurgente Moisés

EZLN | INVITACIÓN AL TREINTA ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA GUERRA CONTRA EL OLVIDO

INVITACIÓN AL TREINTA ANIVERSARIO
DEL INICIO DE LA GUERRA CONTRA EL OLVIDO.

Diciembre del 2023.

Las comunidades zapatistas y el EZLN invitan a todas las personas, grupos, colectivos, asociaciones, organizaciones y movimientos firmantes de la llamada Declaración por la Vida, a los pueblos originarios acuerpados en el Congreso Nacional Indígena, a la Sexta Mundial, a las organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos y, especialmente, a quienes tienen en la creación artística su destino, a la celebración del treinta aniversario del inicio de la guerra contra el olvido.

La celebración será los días 30 y 31 de diciembre del 2023 y el 1 y 2 de enero del 2024.  Los invitados podrán llegar desde el día 29, no antes de ese día.

El registro de asistentes será en el CIDECI de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.  Prensa, invitados y Congreso Nacional Indígena se registran ahí, o directo en el caracol sede.

La celebración central del 30 aniversario será en el Caracol “Resistencia y Rebeldía: Un Nuevo Horizonte”, inaugurado hace 3 años en el poblado Dolores Hidalgo, fundado en tierra recuperada.  Clima de templado a caluroso en el día.  De fresco a frío en la noche- madrugada.

Ubicación: a una hora de la cabecera del municipio oficialista de Ocosingo, carretera a Monte Líbano.  A unas 4-5 horas desde San Cristóbal de las Casas.  En Ocosingo hay hoteles de diferentes precios.  Desde San Cristóbal, se recomienda la ruta por Chanal- Altamirano rumbo a la cabecera de Ocosingo.  Luego agarrar la carretera a Monte Líbano.  Pasan el cuartel federal de Toniná y más adelante, siempre en la carretera a Monte Líbano, habrá letreros en los diferentes GALes que hay a pie de carretera.  Desde Ocosingo, en una hora-hora y 20 minutos llegarán al Caracol de la celebración.

Fechas: 30 y 31 de diciembre del 2023.  Fiesta cultural con participaciones de la juventud y niñez zapatista.  Habrá obras de teatro, canciones, bailables y poesías.  Baile en la tarde y noche.

1 de enero del 2024.  A las 00:00: palabras centrales zapatistas.  En la tarde y noche participaciones culturales de familiares invitados de todo el mundo.  Quienes tienen como vocación el arte y la cultura podrán presentar sus creaciones frente a las comunidades zapatistas e invitados los días 1 y 2 de enero del 2024.  Danza, Teatro, Cine, Música, Murales, etc., serán bienvenidos.

2 de enero del 2024.  Participaciones culturales de familiares de todo el mundo.  Baile.

Se recomienda traer algo para poner entre el suelo y su maltrecha anatomía a la hora de dormir.  Acá, además de digno, el suelo es duro.

Habrá servicio de internet por fichas, para que avisen a sus familiares que llegaron bien.  Habrá puestos no especializados de venta de alimentos (o sea que no hay puestos de comida vegana, ni vegetariana).  Ahí lo vean.

Las personas con régimen alimenticio y medicación especiales, recomendamos traigan lo necesario.  Habrá servicio de ambulancia y atención médica primaria.

Para la asignación de zonas de reposo y dormitorios, tienen preferencia las personas de juicio (lo que ustedes llaman “tercera edad” o “edad dorada” o “ancianos” o “personas en proceso de añejamiento”), y los menores de edad.

A los menores de edad se les avisa que está prohibido apedrear, acosar o cazar a las ballenas, unicornios, cocodrilos, dragones, perros, gatos, cuches, gallinas, gallos, conejos, vacas, bueyes (sin agraviar), mulas (sin agraviar), caballos, yeguas, borregos, bicicletas y otros animales fantásticos que puedan encontrar.  El 3 veces T “Comando Palomitas” estará patrullando y vigilando que ningún ser vivo sea agredido de pensamiento, palabra u obra.  En cambio, está permitido agredir a las piedras, siempre y cuando sea con la cabeza.  Ahí lo vean.

Les recordamos que en los territorios zapatistas está prohibido el consumo, comercio, trasiego y siembra de drogas.  Igualmente, está prohibido el consumo de alcohol en cualquiera de sus formas.

También está prohibida la exhibición, distribución, propaganda y apología de cualquiera de los partidos políticos electorales de cualquier geografía.

Están prohibidas también las manifestaciones sexistas, religiosas, nacionalistas, racistas, ideológicas, políticas y deportivas que promuevan la burla, el acoso, el hostigamiento, la agresión y la violencia en contra de las personas por su color, raza, orientación sexual, religión, lengua, cultura, origen social, tamaño, nacionalidad, ideología, etc.

La celebración es de y para los pueblos zapatistas.  Se exige respeto a nuestros usos y costumbres, a nuestros modos y tiempos, a nuestra lucha.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Moisés.
México, diciembre del 2023.

Milicianos y milicianas zapatistas trabajando en el acondicionamiento del lugar para la celebración de los 30 años.  Taller zapatista de bicicletas.  El 3 veces T “Comando Palomitas” reforzado con la pelusa colocha en su ala canina.  Imágenes cortesía de Los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023.  Música: Armad@s de Baile.  Bossanónimos. Original y Copla ℗ 2014 Bossanónimos Released on: 2014-10-23

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

EZLN | Vigésima y Última Parte: El Común y la No Propiedad

Vigésima y Última Parte: El Común y la No Propiedad

Abre bien los ojos, hijo, y sigue al pájaro Pujuy. Él no se equivoca. Su destino es como el nuestro: caminar para que otros no se pierdan”.
Canek.  Ermilo Abreu Gómez

  En alguna ocasión pasada, hará ya algunos años, los pueblos zapatistas se explicaban la lucha de “como mujeres que somos” señalando, no una cuestión de mera voluntad, disposición o estudio, sino la base material que hizo posible ese cambio: la independencia económica de las mujeres zapatistas.  Y no se referían a tener empleo y salario o a la limosna en monedas con que los gobiernos de todo el espectro político compran votos y adhesiones.  Señalaban al trabajo colectivo como la tierra fértil para ese cambio.  Es decir, el trabajo organizado que no tenía como destino el bienestar individual, sino el del grupo.  No se trataba sólo de juntarse para las artesanías, el comercio, la cría del ganado, o la siembra y la cosecha de maíz, café, hortalizas.  También, y, tal vez, sobre todo, a los espacios propios de ellas, sin varones.  Imaginen lo que en esos tiempos y lugares hablaban y hablan entre ellas: sus dolores, sus rabias, sus ideas, sus propuestas, sus sueños.

No abundaré más sobre ello -las compañeras tienen su propia voz, historia y destino-.  Sólo lo menciono porque queda por conocer cuál es la base material sobre la que se construirá la nueva etapa que han decidido las comunidades zapatistas.  La nueva iniciativa, como la catalogarían los de fuera.

Tengo el orgullo de señalar que, no sólo la propuesta íntegra fue producto, desde su concepción, del colectivo de dirección organizativa zapatista -toda ella de sangre indígena de raíz maya-.  También que mi labor se limitó a proporcionar información que mis jefas y jefes “cruzaron” con la suya, y, después, a buscar y argumentar objeciones y probables y futuros fracasos (la mentada “hipótesis” a la que hice referencia en un texto anterior).  Al final, cuando terminó su deliberación y concretaron la idea central, para someterla a la consulta con todos los pueblos, a mí me sorprendió tanto como tal vez a ustedes ahora que la van a conocer.

En este otro fragmento de la entrevista al Subcomandante Insurgente Moisés, él nos explica cómo fue que llegaron a esta idea de “el común”.  Tal vez alguien de ustedes pueda valorar el sentido profundamente rebelde y subversivo de esto en lo que, para no variar, nos jugamos la existencia.

El Capitán.

-*-

LA NO PROPIEDAD.

Bueno, pues en resumen ésta es nuestra propuesta: establecer extensiones de la tierra recuperada como del común.  Es decir, sin propiedad.  Ni privada, ni ejidal, ni comunal, ni federal, ni estatal, ni empresarial, ni nada.  Una no propiedad de la tierra.  Como quien dice: “tierra sin papeles”.  Entonces, en esas tierras que se van a definir, si preguntan de quién es ese terreno o quien es el propietario, pues se va a responder: “de nadie”, es decir “del común”.

Si preguntan si es tierra de zapatistas, de partidistas o de quién, pues de ninguno de ellos.  O de todos, es lo mismo.  No hay comisariado o agente a quien comprar, asesinar, desaparecer.  Lo que hay son pueblos que trabajan y cuidan esas tierras.  Y las defienden.

Una parte importante es que, para que se pueda lograr esto, tiene que haber un acuerdo entre los pobladores sin importar si son partidistas o zapatistas.  O sea que tienen que hablar entre ellos, no con los malos gobiernos.  Eso de buscar el permiso de los malos gobiernos sólo ha traído divisiones y hasta muertes entre mismos campesinos.

Entonces, respetando las tierras que son de propiedad personal-familiar, y las que son para trabajo de los colectivos, se crea, en terrenos recuperados en estos años de guerra, esta no propiedad.  Y se propone que se trabaje en común por turnos, sin importar qué partido eres, o qué religión, o qué color, o qué tamaño, o que género eres.

Las reglas son sencillas: tiene que ser acuerdo entre los pobladores de una región.  No cultivar drogas, no vender la tierra, no permitir la entrada de ninguna empresa o industria.  Quedan excluidos los paramilitares.  El producto del trabajo de esas tierras es de quienes la laboren en el tiempo acordado.  No hay impuestos, ni pago de diezmos.   Cada instalación que se construya queda para el siguiente grupo.  Se llevan sólo el producto de su trabajo.  Pero de todo esto ya iremos hablando más después.

Esto, así muy resumido, es lo que se presentó y se consultó con todos los pueblos zapatistas.  Y salió que la inmensa mayoría estuvo de acuerdo.  Y también que, en algunas regiones zapatistas, ya se estaba haciendo desde hace años.

Y nosotros lo que hicimos fue, pues, proponer un camino para poder cruzar la tormenta y llegar con bien al otro lado.  Y no hacer ese camino solos como zapatistas, sino que juntos como pueblos originarios que somos.  Claro, sobre esa propuesta saldrán más: de salud, de educación, de justicia, de gobierno, de vida.  Digamos que lo vemos necesario eso para poder enfrentar la tormenta.

PENSAR EL CAMINO Y EL PASO.

¿Qué cómo llegó en nuestra cabeza?  Bueno, pues te platico.  Vimos varias cosas.  O sea que no sólo salió de una vez esta idea.  Como que se juntaron y pues como que lo fuimos viendo parte por parte y ya luego todo junto.

Una fue, pues, la tormenta.  Todo lo que se refiere a la inconformidad de la naturaleza.  Su forma de protestar, cada vez más fuerte y cada vez más terrible.  Porque decimos destrucción, pero muchas veces lo que pasa es que como que la naturaleza recupera un lugar.  O que ataca las invasiones del sistema: las presas, por ejemplo.  Lugares turísticos, por ejemplo, que se construyen sobre la muerte de las costas.  Megaproyectos que hieren, lastiman la tierra.  Entonces pues hay respuesta.  A veces rápido responde, a veces tarda.  Y el ser humano, bueno, lo que el sistema ha hecho con el ser humano es que está como pasmado.  No reacciona.  Aunque ve que viene la desgracia, que hay avisos, que hay alertas, pues sigue como si nada y, bueno, pues pasa lo que pasa.  Dicen que tal desgracia fue sorpresiva.  Pero resulta que ya lleva varios años de que se avisa que la destrucción de la naturaleza va a pasar a cobrar.  La ciencia, no nosotros, lo analiza y lo demuestra.  Nosotros, pues, como gente de la tierra lo vemos.  Todo es inútil.

La desgracia no se aparece de pronto en tu casa, no.  Primero se va a acercando, va haciendo su ruido para que sepas que ahí viene.  Toca a tu puerta.  Rompe todo.  No sólo tu casa, tu gente, tu vida, también tu corazón.  Ya no estás tranquilo.

La otra es lo que llaman la descomposición social o que dicen que se rompe el tejido social porque la violencia.  O sea que una comunidad de personas se relaciona con ciertas reglas o normas o acuerdos, como decimos nosotros.  A veces se hacen leyes escritas y a veces no hay nada escrito, pero como quiera la gente sabe.  En muchas comunidades se dice “acta de acuerdo” o sea que se pone en palabras.  “Esto se puede hacer, esto no se puede hacer, esto se tiene qué hacer”, y así.  Por ejemplo, que quien trabaje pues avanza.  Que el que no trabaja, pues se queda jodido.  Que está mal obligar a alguien a hacer lo que no quiere, por ejemplo, en el caso de los hombres contra las mujeres.  Que está mal violentar a los débiles.  Que está mal matar, robar, violar.  ¿Pero qué pasa si es al revés?  Si se premia la maldad y se persigue y castiga la bondad.  Por ejemplo, un campesino indígena que ve que está mal la destrucción de un bosque, se convierte entonces en su guardián.  Lo protege al bosque, pues, de quien lo destruye para sacar ganancias.  Eso de defender es un bien, porque ese hermano o hermana están cuidando la vida.  Eso es humano, no es de una religión.  Pero pasa que ese guardián es perseguido, encarcelado y, no pocas veces, asesinado.  Y si se pregunta cuál es su delito de por qué lo mataron, y se escucha que su delito fue defender la vida, como el hermano Samir Flores Soberanes, pues ahí se ve claro que el sistema está enfermo, que ya no tiene remedio, que hay que buscar por otro lado.

¿Qué se necesita para darse cuenta de esa enfermedad, de esa podredumbre de la humanidad?   No se necesita una religión, o una ciencia, o una ideología.  Basta mirar, escuchar, sentir.

Y luego pues vemos que los grandes Mandones, los capitalistas, pues no les importa ya qué pasa mañana.  Quieren ganar la paga hoy.  Lo más que se pueda y lo más rápido posible.  No importa que les digas “oyes, pero eso que haces destruye y la destrucción se contagia, crece, se convierte en incontrolable y regresa a ti.  Como si escupieras para arriba o si orinaras contra el viento.  Se te regresa, pues”.  Y puedes pensar que qué bueno que la desgracia se pase a llevar a un sinvergüenza.  Pero resulta que, antes de eso, se lleva a un buen tanto de gente que ni sabe por qué.  Como las crías, por ejemplo.  Qué va a saber una cría de religiones, ideologías, partidos políticos o lo que sea.  Pero el sistema hace responsables a esas crías.  Las hace pagar.  Se destruye en su nombre, se mata en su nombre, se miente en su nombre.  Y se les hereda muerte y destrucción.

Entonces, pues no se ve que va a mejorar.  Lo sabemos que se va a poner peor.  Y que, como quiera, tenemos que cruzar la tormenta y llegar al otro lado.  Sobrevivir.

Otra cosa es lo que vimos en la travesía por la Vida.  Lo que hay en esas partes que se supone que son más avanzadas, que están más desarrolladas como dicen.  Lo vimos que es mentira todo eso de la “civilización occidental”, del “progreso” y esas cosas.  Vimos que ahí se estaba lo necesario para guerras y crímenes.  Ahora sí que vimos dos cosas: una es a dónde se encamina la tormenta si no hacemos nada.  La otra es lo que otras rebeldías organizadas están construyendo en esas geografías.  O sea que esas personas miran lo mismo que miramos nosotros.  O sea, la tormenta.

Gracias a estos pueblos hermanos pudimos ampliar la mirada, hacerla más ancha.  O sea, no sólo mirar más lejos, sino que también mirar más cosas.  Más mundo, pues.

Entonces nosotros, como pueblos indígenas que somos, pues nos preguntamos que qué hacemos, que si ya valió, que si cada uno ahí lo vea.  Pero vemos a esos hermanos que hacen así de que les vale madre lo que les pase a otros, que sólo miran por ellos, y pues igual les toca.  Se creen a salvo encerrados en sí mismos.  Pero de balde.

EL CAMINO DE LA MEMORIA.

Entonces pues pensamos, recordamos en cómo era antes.  Lo hablamos a nuestros anteriores.  Les preguntamos si antes era así.  Les preguntamos que nos digan si siempre hubo la oscuridad, la muerte, la destrucción.  De dónde vino pues esa idea del mundo.  Cómo es que se chingó todo.  Pensamos que si sabemos cuándo y cómo se perdió la luz, el buen pensamiento, el saber cabal qué es lo bueno y qué es lo malo, pues entonces tal vez podemos encontrar eso y con eso luchar porque se vuelva todo cabal, como debe de ser, respetando la vida.

Y entonces vimos cómo es que llegó eso y lo vimos que vino con la propiedad privada.  Y que no se trata de cambiarle el nombre y decir que hay propiedad ejidal o pequeña propiedad o propiedad federal.  Porque en todos los casos es el mal gobierno el que da los papeles.  O sea que es el mal gobierno el que dice si algo existe y, con su maña, que deja de existir.  Como hizo con la reforma de Salinas de Gortari y con los golpes contra la propiedad comunal, que sólo existía si estaba registrada y que, con las mismas leyes, la hacen menos hasta desaparecerla.  Y la propiedad comunal digamos que registrada, pues también provoca divisiones y enfrentamientos.  Porque esas tierras pertenecen legalmente a unos, pero contra otros.  Los papeles de propiedad no dicen “esto es tuyo”, lo que dicen es “esto no es de aquel, atácalo”.

Y ahí tiene a los campesinos dando vuelta y vuelta para que les den un papel que dice que es suyo lo que es suyo porque de por sí lo trabaja.  Y campesinos haciendo la guerra contra campesinos ni siquiera por un pedazo de tierra, no, es por un papel que dice quién es el propietario de esa tierra.  Y al que tenga más papel, pues más apoyo de paga, o sea más engaño.  Porque resulta que si tienes papel te dan programa social, pero te pide que apoyes, por ejemplo, a un candidato porque ése sí te va a dar el papel y te va a dar dinero.  Pero resulta que ese mismo gobierno te engaña, porque con ese papel lo vende a una empresa.  Y luego resulta que llega la empresa y te dice que te tienes que ir porque esa tierra no es tuya porque el papel ahora lo tiene el pinche empresario.  Y te vas a la buena o a la mala.  Y ahí tienen ejércitos, policías y paramilitares para convencerte de que te vayas.

Basta que la empresa diga que quiere tales terrenos, para que el gobierno decrete la expropiación de esas tierras y ya le dice a la empresa que haga su negocio “por un tiempo”.  Eso hacen con los megaproyectos.

Y todo por un pinche papel.  Aunque el papel sea de los tiempos de la Nueva España, el papel no vale para el poderoso.  Es un engaño.  Es para que te confíes y estés tranquilo hasta que el sistema descubre que, debajo de tu pobreza, hay petróleo, oro, uranio, plata.  O que hay un manantial de agua pura, y ahora resulta que el agua es ya una mercancía que se compra y que se vende.

Una mercancía como lo fueron tus padres, tus abuelos, tus bisabuelos.  Una mercancía como eres tú, y lo serán tus hijos, tus nietos, tus bisnietos y así por generaciones.

Entonces ese papel, es como las etiquetas de las mercancías en los mercados, es el precio de la tierra, de tu trabajo, de tus descendientes.  Y no te das cuenta, pero ya estás formado en la fila del cajero y vas a llegar.  Y resulta que no sólo vas a tener que pagar, también vas a salir de la tienda y te vas a encontrar con que te quitaron la mercancía, que ni siquiera tienes el papel por el que tanto luchaste tú y tus antepasados.  Y que a tus hijos tal vez le heredas un papel, y tal vez ni eso.  Los papeles del gobierno son el precio de tu vida, que tienes que pagar ese precio con tu vida.  O sea que eres una mercancía legal.  Ésa es la única diferencia con la esclavitud.

Entonces los más viejos te cuentan que el problema, la división, las discusiones y las peleas, llegaron cuando llegaron los papeles de propiedad.  No es que antes no había problemas, es que se resolvían haciendo acuerdo.

Y el problema es que puedes hacer muchos papeles que parten muchas veces la tierra, pero la tierra no crece como los papeles.  Una hectárea sigue siendo una hectárea, aunque haya muchos papeles.

Entonces pasa lo que ahora con esa cosa que llaman Cuarta Transformación y su programa de Sembrando Vida: en los ejidos hay los derecheros -que son los ejidatarios que tienen el mentado papel de certificado agrario-, y los solicitantes que, aunque participen en la comunidad, no tienen papel, porque la tierra ya está repartida.  Se supone que los solicitantes son eso, solicitan un pedazo de tierra, pero en realidad están solicitando un papel que diga que son campesinos que trabajan la tierra.  Entonces no es que el gobierno llega y les dice que tal tierra les toca.  No.  Les dice que, si demuestran la propiedad de 2 hectáreas, les dan el apoyo económico.  Pero esas dos hectáreas ¿de dónde salen?  Pues de los derecheros.

O sea la tierra que el papel dice que es propiedad de uno, se tiene que partir en pedazos para los solicitantes.  Se tiene que pedacear para pueda haber varios papeles de un mismo papel.  No hay reparto agrario, hay pedacear la propiedad.  Y ¿qué pasa si el derechero no quiere o no puede?  Sus hijos quieren el apoyo económico, pero necesitan el papel.  Entonces se pelean con el padre.  ¿Las hijas? Ni en cuenta, las mujeres no cuentan en la pedaceada de papeles.  Y pelean a muerte hijos contra padres.  Y ganan los hijos y con ese papel, porque la tierra sigue siendo la misma y sigue estando donde estaba, reciben su dinero.  Con esa paga se endeudan, se compran algo, o juntan para pagar al coyote para ir a Estados Unidos.  Como no les alcanza, pues venden el papel a otro.  Se van a trabajar fuera y resulta que están ganando para pagarle a quienes les prestaron.  Sí, mandan las remesas a sus familiares, pero sus familias usan eso para pagar la deuda.  Después de un tiempo, ese hijo regresa o lo regresan.  Eso si no lo matan o lo secuestran.  Pero ya no tiene tierra, porque vendió el papel y ahora esa tierra es de quien tiene el papel.  Entonces asesinó a su padre por un papel que ya no tiene.  Y entonces tiene que buscar la paga para volver a comprar el papel.

Crece la población, pero la tierra no crece.  Hay más papeles, pero sólo es la misma extensión de terreno.  ¿Qué va a pasar?  Que ahorita se matan entre derecheros y solicitantes, pero luego se van a matar entre solicitantes.  Sus hijos se van a pelear entre ellos, así como él peleó con sus padres.

Por ejemplo: eres derechero con 20 hectáreas y tienes digamos que 4 hijos.  Es la primera generación.  Lo repartes la tierra o más bien el papel y hay ahora un papel de 5 hectáreas para cada uno.  Luego esos 4 hijos tienen otros cuatro hijos cada uno, segunda generación, y reparten sus 5 hectáreas y les tocan a poco más de una hectárea a cada uno.  Luego esos 4 nietos tienen otros 4 hijos cada uno, tercera generación, y se reparten el papel y les toca como un cuarto de hectárea a cada uno.  Luego esos bisnietos tienen 4 hijos cada uno, cuarta generación, y se reparten el papel y les toca una décima parte de hectárea cada uno.  Y ya no le sigo porque apenas en 40 años, en la segunda generación, se van a matar entre sí.  Eso es lo que están haciendo los malos gobiernos: están sembrando muerte.

EL VIEJO NUEVO CAMINO.

¿Cómo ha sido en nuestra historia de lucha eso que dicen de “base material”?

Pues primero fue la alimentación.  Con la recuperación de las tierras que estaban en manos de los finqueros, se mejoró la alimentación.  El hambre dejó de ser la invitada en nuestras casas.  Luego, con la autonomía y el apoyo de personas que son “buena gente”, les decimos, siguió la salud.  Aquí fue y es muy importante el apoyo de los doctores fraternales, que así les llamamos nosotros porque son como nuestros hermanos que nos ayudan no sólo en las enfermedades graves.  También, y, sobre todo, en la preparación o sea en los conocimientos de la salud.  Luego la educación.  Luego el trabajo en la tierra.  Luego lo que es gobierno y administración de mismos pueblos zapatistas.  Luego lo que es gobierno y convivencia pacífica con los que no son zapatistas.

La base material de esto, es decir, la forma de producción es una convivencia del trabajo individual-familiar con el trabajo colectivo.  El trabajo colectivo hizo posible el despegue de las compañeras y su participación en la autonomía.

Digamos que los primeros 10 años de autonomía, es decir, del alzamiento al nacimiento de las Juntas de Buen Gobiernos, en 2003, fue de aprendizaje.  Los siguientes 10 años, hasta el 2013 fueron de aprender la importancia del relevo generacional.  Del 2013 a la fecha fue de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética.

En lo que sigue ahora, tendremos una etapa de aprendizaje y reajuste.  O sea que tendremos muchos errores y problemas, porque no hay manual o libro que te diga cómo hacer.  Tendremos muchas caídas, sí, pero nos levantaremos una y otra vez para seguir caminando.  Somos zapatistas, pues.

La base material o de producción de esta etapa va a ser una combinación del trabajo individual-familiar, el colectivo y esto nuevo que llamamos “trabajo en común” o “no propiedad”.

El trabajo individual-familiar se basa en la propiedad pequeña y personal.  Una persona y su familia trabajan su pedazo de tierra, su tiendita, su móvil, su ganado.  La ganancia o el beneficio es para esa familia.

El trabajo colectivo se basa en el acuerdo entre compañeras y/o compañeras para hacer un trabajo en tierra de colectivo (asignada así desde antes de la guerra y ensanchada después de la guerra).  Se reparten los trabajos de acuerdo con el tiempo, capacidad y disposición.  La ganancia o beneficio es para el colectivo.  Se suele usar para fiestas, movilizaciones, adquisición de equipos para salud, capacitación de promotores de salud y educación, y para los movimientos y manutención de autoridades y comisiones autónomas.

El trabajo común empieza, ahora, en la tenencia de la tierra.  Una porción de las tierras recuperadas se declara como de “trabajo común”.  Es decir, no está parcelada y no es propiedad de nadie, ni pequeña, ni mediana, ni gran propiedad.  Esa tierra no es de nadie, no tiene dueño.  Y, de acuerdo con las comunidades cercanas, se “presta” mutuamente esa tierra para trabajarla.  No se puede vender ni comprar.  No se puede usar para producción, trasiego o consumo de narcóticos.  El trabajo se hace por “turnos” acordados con los GALs y los hermanos no zapatistas.  El beneficio o ganancia es para quienes trabajan, pero la propiedad no es, es una no propiedad que se usa en común.  No importa si eres zapatista, partidista, católico, evangélico, presbiteriano, ateo, judío, musulmán, negro, blanco, oscuro, amarillo, rojo, mujer, hombre, otroa.  Puedes trabajar la tierra en común, con el acuerdo de los GALs, CGAL y ACGal, por pueblo, región o zona, que son quienes controlan que se cumpla con las reglas de uso común.  Todo lo que sirva al bien común, nada que vaya contra el bien común.

UNA COMPARTICIÓN MUNDIAL: LA GIRA POR LA VIDA.

Unas hectáreas de esa No-Propiedad se va a proponer a los pueblos hermanos de otras geografías del mundo.  Los vamos a invitar para que vengan y trabajen esas tierras, con sus propias manos y conocimientos.  ¿Qué pasa si no saben trabajar la tierra?  Pues las compañeras y compañeros zapatistas les enseñan cómo, y sus tiempos de la tierra, y sus cuidados.  Creemos que es importante saber trabajar la tierra, es decir, saber respetarla.  No creo que le haga daño a nadie que, así como estudia y aprenden en laboratorios y centros de investigación, también estudie y aprenda el trabajo del campo.  Y todavía más mejor si esos pueblos hermanos tienen conocimientos y modo de trabajar la tierra y nos traen esos conocimientos y modos y así también aprendemos nosotros.  Es como una compartición, pero no sólo palabras, sino que en la práctica.

No necesitamos que nos vengan a explicar la explotación, porque nosotros la vivimos desde hace siglos.  Tampoco que nos vengan a decir que hay que morirse para conseguir la libertad.  Eso lo sabemos y lo practicamos todos los días desde hace cientos de años.  Lo que sí es bienvenido es el conocimiento y la práctica para la vida.

Mira, la delegación que fue a Europa aprendió muchas cosas, pero la más importante que la aprendimos es que hay muchas personas, grupos, colectivos, organizaciones que están buscando la forma de luchar por la vida.  Tienen otro color, otra lengua, otra costumbre, otra cultura, otro modo.  Pero tienen lo mismo que nosotros, que es el corazón de lucha.

No están buscando quién es más mejor, o que les den un lugar en los malos gobiernos.  Están buscando curar el mundo.  Y sí, son muy diferentes entre ellos.  Pero son iguales, o más bien somos iguales.  Porque queremos realmente construir otra cosa, y esa cosa es la libertad.  O sea, la vida.

Y nosotras las comunidades zapatistas decimos que son nuestra familia todas esas personas.  No importa que estén muy lejos.  Y en esa familia hay hermanas mayores, hermanos mayores, hermanitas y hermanitos.  Y no hay quién mejor.  Sino misma familia.  Y como familia nos apoyamos cuando podemos, y nos enseñamos lo que sabemos.

Y todas, todos, todoas, es gente de abajo.  ¿Por qué?  Porque los de arriba predican la muerte porque eso le da ganancias.  Los de arriba quieren que cambien las cosas, pero para su beneficio de ellos, aunque cada vez está más peor.  Por eso son los de abajo los que van a luchar y están ya luchando por la vida.  Si el sistema es de muerte, entonces la lucha por la vida es la lucha contra el sistema.

¿Qué sigue después?  Bueno, cada quien va construyendo su idea, su pensamiento, su plan de qué es mejor.  Y cada quien tal vez tiene un pensamiento diferente y un modo distinto.  Y eso hay que respetar.  Porque es en la práctica organizada donde cada quien ve qué sí resulta y que no.  O sea que no hay recetas o manuales, porque lo que sirve para uno, tal vez no sirve para otro.  El “común” mundial es la compartición de historias, de conocimientos, de luchas.

O sea que, como quien dice, sigue el viaje por la vida.  Por la lucha, pues.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, diciembre del 2023.  500, 40, 30, 20, 10, 3, un año, unos meses, unas semanas, unos días, apenas hace un rato. después.

P.D.- Al terminar la entrevista y revisar él si estaba cabal el sentido de sus explicaciones, el Subcomandante Insurgente Moisés -quien recibió el mando y la vocería zapatista hace 10 años, en el 2013-, encendió el enésimo cigarrillo.  Yo encendí la pipa.  Quedamos mirando el dintel de la puerta de la champa.  La madrugada daba paso al amanecer y las primeras luces del día despertaban los sonidos en las montañas del sureste mexicano.  No dijimos más, pero tal vez ambos pensamos: “y falta lo que falta”.

P.D. QUE DECLARA BAJO JURAMENTO. – En ningún momento o etapa de la deliberación que condujo a la decisión que tomaron los pueblos zapatistas, salieron a relucir citas o notas de pie de página o referencias, así sea lejanas, de Marx, Engels, Lenin, Trotski, Stalin, Mao, Bakunin, el Che, Fidel Castro, Kropotkin, Flores Magón, la Biblia, el Corán, Milton Freidman, Milei, el progresismo (si es que tiene alguna referencia bibliográfica que no sea la de sus caga tintas), la Teología de la Liberación, Lombardo, Revueltas, Freud, Lacan, Foucault, Deleuze, lo que esté de moda o modo en la izquierdas, o cualquier fuente de izquierdas, derechas, ni de los inexistentes centros.  No sólo, también me consta que no han leído ninguna de las obras fundacionales de los ismos que alimentan sueños y derrotas de la izquierda.  Por mi parte, les doy un consejo no pedido a quienes leyeron estas líneas: cada quien es libre de hacer el ridículo, pero les recomendaría que antes de empezar con sus tonterías tipo “el laboratorio de la Lacandona”, “el experimento zapatista”, y de catalogar esto en uno u otro sentido, lo pensaran un poco.  Porque, hablando de ridículos, ya vienen haciendo uno grande desde hace casi 30 años al “explicar” el zapatismo.  Tal vez ustedes no se acuerden ahora, pero acá lo que sobra, además de dignidad y lodo, es memoria.  Ni modos.

Doy fe.
El Capitán.

radio
ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ Y TERCIOS COMPAS

EZLN | Dieciochoava parte: LA RABIA

Dieciochoava Parte: La Rabia.

¿Se hereda?  ¿Se adquiere? ¿Se cultiva?  ¿Se pierde?  ¿Se transforma?  ¿Se contagia?  ¿Por cuáles canales se trasmite?  ¿Cómo se hace colectiva?  ¿Es creativa?

¿En qué momento se convierte en digna?  ¿Cuándo empieza a distanciarse del rencor y la venganza?  ¿Se acerca a la justicia?

¿Cómo es que se convierte en raíz histórica de pueblos enteros, diferentes en geografía, lengua, cultura, historia, tiempo?

¿Es la rabia el puente entre el dolor y la rebeldía?

¿En qué momento la angustia, la desesperación, la impotencia se convierten en rabia?

¿Y si los desaparecidos, las desaparecidas, le heredan, a la inversa, la rabia a quienes les buscan?  ¿Y si paren a sus progenitoras?

¿Y si las buscadoras no buscan consuelo, lástima, simpatía, la limosna del oído ajeno?  ¿Y si también buscan nuestra rabia?

¿Y si todas las rabias tienen una misma raíz y ellas, nosotros -los pueblos-, nos encontramos en esa raíz?

¿Nos saludaremos?  ¿Tendremos fuerzas para sonreírnos, abrazarnos, intercambiar no sólo dolores, sino también los datos del responsable – su mismo rostro (aunque distinto), su risa sardónica, su mirada burlona, su cinismo, su modo de saberse impune, la bandera del dinero-?

¿Y si alguna vez, en el inconcluso libro de la historia, alguien mira una luz, cualquiera, que, sin aspavientos ni consignas, señale “esta luz la parió la rabia”?

¿Y si lo que nos une, a pesar de todas las diferencias, es una misma rabia?  ¿Quién habrá de enfrentarnos?  ¿Quién nos sentenciará a la misma derrota de antaño, de ahora, de hoy mismo?  ¿Quién nos amenazará con un mañana igual al ayer?

¿Quién perderá y quién encontrará?

-*-

Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando una obra de teatro para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Imágenes cortesía de Los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023.  Música de Keni Arkana: “La Rage”.

El Capitán.
México, diciembre del 2023.
40, 30, 20, 10, 1 año después.

radio
TERCIOS COMPAS Y ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

EZLN | Diecisieteava parte: Nunca Más…

 

Diecisieteava parte: Nunca Más…
Tercios Compas y El Capitán.

La memoria no es sólo el alimento de la digna rabia, es también raíz del árbol de la dignidad y la rebeldía.  En el caso de los pueblos originarios, es una raíz que se hunde en siglos de oscuridad, y que, con los pueblos del mundo, dice y se dice: “nunca más”.

Los de arriba miran el pasado con la misma nostalgia con la que el humano maduro ve las fotos de su nacimiento e infancia.

Los de abajo se asoman al pasado con rabia.  Como si cada humillación, cada herida, cada afrenta, cada burla, cada muerte fueran parte de una llaga presente que hay que sanar.

Los de arriba así eligen a sus héroes, y parten y reparten la historia donde ellos son la culminación del todo.  Disfrazan como “justicia” lo que no son más que limosnas.

Los de abajo ven la historia como una sola página que no se termina de escribir aún, y no hay héroes, sólo una constante reescritura donde cambia la mano que traza garabatos, pero no el corazón colectivo que dicta horrores y errores, y, claro, cuentas por cobrar.

Los pueblos zapatistas, cuando miran al pasado, miran y hablan a sus muertos.  Les piden que cuestionen el presente -con ellos incluidos-.  Y así es como se asoman al futuro.

Así luchan y viven las comunidades zapatistas, que no han leído a Walter Benjamin.  Y creo no lo necesitan…

-*-

Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando una obra de teatro que describe, no un pasado lejano, sino algo que era cotidiano apenas hace unos 40 años en Chiapas.  En otras partes de México y el Mundo, es el presente… y tal vez el futuro.  Cuando el zapatismo dice que está contra el sistema patriarcal, no lo hace por moda, novedad o asunto de corrección política.  Lo hace por memoria.  Y, queridos amigos y enemigos, pocas cosas son tan subversivas como la memoria… y la dignidad.

Ensayo preparatorio para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Imágenes cortesía de los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023.  Música de León Gieco “La Memoria”, voces de León Gieco y Víctor Heredia.  Abrazando a toda latinoamérica, la que se escribe y se vive con minúsculas, la de abajo pues, la hermana a pesar de fronteras y gobiernos neoliberales y progresistas.

El Capitán.
México, diciembre del 2023.  40, 30, 20, 10, 2, 1 año, un mes después.

radio
Tercios Compas

EZLN | Dieciseisava Parte: Bertold Brecht, las Cumbias y la No-Existencia

Jóvenas y jóvenes zapatistas practicando un bailable-teatro-cumbiero para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. Sí, nosotros tampoco entendemos cómo es posible, si dicen que toda la juventud zapatista se fue al norte y ya no hay jóvenes -ni tampoco zapatistas en general- Misterio. ¿Eh? ¿Lo de teatro cumbiero? Bueno, bien lo dijo Don Durito (DD para cuestiones legales): “la cumbia es la continuación de la política por otros medios”. Imágenes cortesía de los Tercios Compas, copyleft diciembre del 2023. Música: fragmentos de cumbias de los sonideros zapatistas. ¡Pista raza! Un pasito pá delante, uno pá tras. Cadera. Giro. Ahora de lado. Giro. Repite. ¡Vooooy! El óxido, oiga, el óxido. ¿Una polka? ¿O un corrido tumbado? Digo, para apoyar a los antropólogos. ¡¿Ontán mi sombrero y mis botas vaqueras?! ¿No les digo? Haiga cosa.

radio
Tercios Compas

EZLN | Quinceava Parte: De noche y a toda luz…


Quinceava Parte por Enlace Zapatista en Vimeo.

Imágenes de trabajos artesanales de insurgentas e insurgentes en preparativos para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido.  Fotos y videos cortesía de Los Tercios Compas.  Copyleft; diciembre del 2023.  Música Dan Dan Kokoro Hikareteku (Mi corazón encantado), Piano: RuRu Violin: Kathie