
Más allá de las molotovs: la creatividad de las luchas contra las tendencias autoritarias globales
Publicado en Progress in Political Economy
11 de octubre de 2024
Por Inés Durán Matute y Francisco De Parres Gómez
“Somos superiores estéticamente” y “Están perdiendo la batalla cultural los zurdos de mierda” son dos frases repetidas en reiteradas ocasiones por el mandatario argentino Javier Milei. Con esto busca hacer alusión a la supuesta inferioridad creativa de las izquierdas comprometidas a construir opciones alternativas frente a la policrisis global. Ello tiene propósitos confrontativos que denostan la otredad y su trasfondo busca exaltar la xenofobia y las crecientes expresiones de acción política neoconservadora. ¿Qué hacer frente a esta situación? ¿Cómo subvertir los discursos autoritarios y las estrategias de comunicación reaccionarias? ¿Cómo contrarrestar la apropiación del lenguaje de las resistencias por parte del neoconservadurismo?
Con la crisis financiera de 2008, se vio que no se podían utilizar las medidas tradicionales para contener sus efectos y el descontento. Se empezaron a dejar atrás respuestas más “democráticas” y surgieron nuevas formas de autoritarismo. Así, con el desfile de gobiernos de derecha, el fortalecimiento y expansión de partidos de extrema derecha, de políticas punitivas y represivas, de discursos de odio, y de ideologías nacionalistas, reaccionarias, racistas, neofascistas y antifeministas, en la última década se comenzó a hablar del resurgimiento del autoritarismo global.
Al mismo tiempo, se acabaron las grandes narrativas, los metarrelatos, los grandes gestos revolucionarios y con ello nuestras fantasías utópicas. Desde 1992, Francis Fukuyama anunció el fin de la historia, refiriéndose a que no había alternativa al capitalismo liberal. Nuestras esperanzas fueron reducidas a la participación política electoral y la democracia representativa se posicionó como el único horizonte político posible. De esta manera, se ha querido frenar nuestra creatividad para organizar las relaciones sociales de otra manera y construir futuros no capitalistas. Esto ha llevado a pensar una forma de realismo capitalista donde, como advierte Mark Fisher, “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”.
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