Del Plantón a la Ocupación: Los sindicatos, los migrantes y el movimiento ocupa
Del Plantón a la Ocupación: Los sindicatos, los migrantes y el movimiento ocupa.
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OAKLAND, CA (12/5/11) — Cuando el movimiento Ocupa Seattle nombró su campamento, el “Plantón Seattle”, sus organizadores estaban planteando una demanda local dentro de una serie de tácticas utilizadas durante décadas por los movimientos sociales en México, Centroamérica y Filipinas. Y cuando los trabajadores migrantes de la limpieza marcharon al centro de detención de migración en San Diego y nombraron su acción como, Ocupa ICE, (las iniciales del Servicio de Seguridad, Inmigración y Aduanas responsable de las deportaciones masivas) las personas provenientes de los países en los que el plantón ha sido una tradición de lucha se relacionaban aquí con el movimiento Ocupa.
Esta cultura e historia compartidas ofrecen nuevas posibilidades para la supervivencia y el crecimiento del movimiento Ocupa, en un momento en el que la aplicación de las leyes federales, en cooperación con los departamentos de policía locales y los gobiernos municipales, ha destruído muchos de los campamentos. Distintos movimientos Ocupa, desde Wall Street a San Francisco han comenzado a explorar su relación con los movimientos sociales de migrantes en Estados Unidos, y a mirar más de cerca las acciones del 1% que se encuentra más allá de nuestras fronteras y que provocan en gran parte la migración.
Como reacción a los desalojos recientes, la Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero envió recientemente una carta de apoyo a Ocupa Wall Street y los otros campamentos bajo ataque. “Damos la bienvenida a su movimiento”, declaró, “porque su lucha contra la supresión de los derechos políticos y contra las injusticias económicas y sociales, ha sido parte fundamental de nuestra lucha, la lucha del pueblo mexicano sin fronteras, la lucha de millones de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos”.
Muchos de esos migrantes que viven en Estados Unidos conocen la tradición del plantón y cómo se utiliza en sus países de orígen. Para comenzar, saben que el 1%, cuyo poder está siendo cuestionado en Wall Street, también diseñó las políticas que son la razón por la cual los migrantes viven en E.U. Mike García, presidente del Sindicato de Trabajadores del Servicio West/SEIU, el sindicato que organizó Ocupa ICE, describió a los trabajadores migrantes de la limpieza como “trabajadores desplazados del nuevo orden económico mundial, un orden lidereado por Occidente y Estados Unidos.”
Criminalizar el acto de acampar en un espacio público está destinado, al menos en parte, a impedir que la tradición del plantón adquiera en Estados Unidos la misma legitimidad que tiene en otros países. Sin embargo, ese derecho al plantón, no fue concedido libremente por los gobernantes de México, El Salvador y Filipinas – no más de lo que se ha concedido aquí. El 99% de los países tuvieron que luchar por ese derecho.
Dos de las más grandes batallas en la historia política moderna de México se libraron en la Plaza de la Tres Culturas, Tlatelolco en donde cientos de estudiantes fueron asesinados a tiros en 1968; y tres años más tarde fueron golpeados y balaceados en las calles de la Ciudad de México por el grupo paramilitar de los Halcones. Tanto en El Salvador y en Filipinas, los huelguistas tienen una tradición de lucha que consiste en acampar y vivir en las puertas de la fábrica o la empresa en donde trabajan. Pero aún hoy en día, este derecho debe ser defendido en contra de la policía, (al menos hasta la reciente elección de los gobiernos de Funes y Aquino) e incluso de los militares.
Los plantones o los campamentos no están solos. Son tácticas utilizadas por los sindicatos, los estudiantes, los campesinos, las organizaciones indígenas y otros movimientos sociales. Cada plantón es una pieza visible de un movimiento u organización – de una base social mucho más grande. Cuando los plantones son útiles para esos movimientos, los movimientos los defienden. Esa conexión entre el plantón y el movimiento social, entre el campamento y su base social, es tan importante como la preservación del espacio físico en el que las tiendas de campaña se levantan.
SME IDurante los dos últimos años, esa relación ha sido muy clara en el Zócalo, la gran plaza central de la Ciudad de México. Durante ese tiempo, los trabajadores despedidos del sindicato independiente de izquierda de los electricistas, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), han vivido en una sucesión de plantones. Esos plantones han contado con cocinas, salas de reuniones y centros de comunicaciones, además de las tiendas donde la gente dormía y comía.
En diversos momentos, el campamento del SME fue uno de varios campamentos en la enorme plaza. Hace un año, los trabajadores fueron acompañados por mujeres indígenas triquis y mixtecos de Oaxaca que protestaron por la violencia del anterior gobernador de su estado en contra de los maestros en huelga y las organizaciones rurales. El movimiento social en Oaxaca, al cual representaban las mujeres en la Ciudad de México, se fortaleció lo suficiente como para derribar finalmente de la gubernatura al Partido Revolucionario Insititucional, (PRI) que había gobernado durante casi 80 años.
En el plantón del Zócalo, personas de diferentes organizaciones se mezclaron. El día de los indignados, en septiembre, reunió a personas de movimientos muy diversos. Algunos consideran que las elecciones son un instrumento de cambio, pero muchos activistas indígenas y miembros del SME no. Incluso entre aquellos que creen en las elecciones, existen profundos desacuerdos sobre como participar en el proceso electoral.
Pero la gente en el Zócalo tienen dos cosas en común. Probablemente, los diferentes plantones no pueden dar respuesta a todas las preguntas políticas, pero cada uno representa un movimiento social que existe fuera de la plaza. El plantón en sí mismo tiene un valor, sobre todo porque obliga a la opinión pública a prestar atención en la crisis que ha llevado a cada grupo a acampar.
Los trabajadores del SME utilizaron sus plantones para dramatizar la represión del gobierno federal. Cuando el presidente Felipe Calderón, disolvió la compañía eléctrica paraestatal que proveé de energía eléctrica al centro de México y despidió a sus 44, 000 empleados, intentó destruir su sindicato y avanzar con la privatización del sistema de generación de energía eléctrica – en beneficio del 1% de los mexicanos y los inversionistas extranjeros. Hace un año, varios miembros del SME llevaron a cabo una huelga de hambre en el plantón, lo cual provocó durante semanas la atención en los titulares de las primeras planas de los periódicos. La huelga de hambre se prolongó tanto, que los médicos advirtieron a los huelguistas que estaban arriesgando la vida. En el momento más álgido de la protesta el sindicato enfrentó a la policía en las centrales eléctricas tratando de ejercer su derecho legal a la huelga.
El plantón y el movimiento se mantenían íntimamente conectados. Eran pocos los trabajdores en huelga de hambre, pero representaban a un movimiento de miles de trabajadores. Al final, el SME negoció el retiro de su plantón a cambio del reconocimiento del gobierno a su derecho a existir. El plantón permitió que otros sindicatos se organizaran para resistir el asalto del gobierno a los derechos laborales, y movilizó a los consumidores de energía eléctrica para protestar por el aumento en las facturas y los cortes en el servicio eléctrico. El plantón contribuyó a centrar la atención en estas demandas e integrar activamente a los aliados del sindicato.
Es evidente que alguien en Seattle conoce esta tradición de plantones en el Zócalo, tal vez incluso como participante. Quien dibujó la bandera de Seattle, incluyó también junto a la palabra “plantón”, la anarquista letra “A” rodeada con un círculo. Este símbolo fue un recordatorio de otro aspecto de la fertilización transfronteriza. Muchos anarquistas o anarcosindicalistas – los miembros del Sindicato de Trabajadores Industriales del Mundo- lucharon en la Revolución Mexicana. Debido a esa agitación revolucionaria, aún hoy, casi un siglo después, los mexicanos aspiran a ciertos derechos, incluido el derecho a instalar una carpa en el Zócalo. Hace mucho tiempo, los trabajadores de E.U. cruzaron la frontera para luchar junto a los mexicanos en esa insurrección por un gobierno que reconociera ese derecho. El plantón, por lo tanto, es un patrimonio común, con una historia que lo hace legítimo tanto en Wall Street como en la Ciudad de México.SME III
Poco tiempo después de que se instalará el campamento de OWS en el parque Zuccotti, el plantón/ocupación cruzó la frontera México/Estados Unidos. En Tijuana, hogar de un millón de personas, la mayoría migrantes desplazados del sur de México, los activistas se reunieron y ocuparon el Paseo de los Héroes. Establecieron sus tiendas de campaña en medio de la Zona del Río, en donde el 1% de los habitantes de la ciudad se encuentra en medio hoteles de lujo y oficinas de gobierno. El18 de octubre la policía reaccionó incluso antes que la la policía estadunidense en la mayoría de las ciudades de E.U., arrestando a dos docenas de activistas ante la insistencia de los empresarios locales. Ocupa Tijuana condenó las detenciones, declarando: “No somos asesinos, delincuentes, vagabundos o ladrones.”
En Estados Unidos tenemos nuestra propia historia de defensa del espacio público para la protesta, y no es necesario regresar cien años atrás para encontrarlo. Tan sólo las últimas décadas, los trabajadores migrantes han popularizado aquí el uso del plantón, ayudando a los sindicatos a recuperar las tácticas militantes de su propio pasado. En 1992 los migrantes que trataban de unirse al Sindicato de Trabajadores Eléctricos realizaron la primera huelga de trabajadores del Silicon Valley, y realizaron un plantón y una huelga de hambre para presionar a su empleador. Un año más tarde otros migrantes latinos en San Francisco levantaron sus carpas frente a la sede de Sprint, después de que su centro de trabajo se cerró días antes de las elecciones sindicales.
Hace una década, los activistas anti-globalización y los sindicatos bloquearon la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Seattle. Los jóvenes manifestantes encadenaron sus brazos dentro de tubos de metal, y se acostaron en las intersecciones del centro de Seattle. Decenas de miles de personas salieron a las calles. Estas protestas contra la globalización fueron seguidas por otras en las cuales los activistas lucharon por su derecho a utilizar el espacio público para desafiar las políticas internacionales del 1%.
Las raíces del apoyo de la clase trabajadora a la batalla de Seattle se encuentran en el impacto del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Los trabajadores podían ver el costo del libre comercio en la pérdida de sus puestos de trabajo mientras la producción se trasladaba al sur de la frontera. Durante las dos últimas décadas, muchos trabajdores han descubierto también que esos mismos acuerdos y políticas comerciales no han mejorado las condiciones de vida de los mexicanos, sino que al contrario, los ha llevado a su empobrecimiento.Sin título
El TLCAN y las políticas de libre mercado obligaron a los países en desarrollo a producir oportunidades para que los bancos y empresas cosecharan beneficios. Llevaron a bajar los salarios, forzaron a los campesinos a abandonar sus tierras, y destruyeron los sindicatos y los medios de subsistencia de millones de personas. Este sistema fue diseñado en Wall Street por los mismos banqueros que los miembros del movimiento Ocupa consideran responsables de la actual crisis hipotecaria y del desempleo en E.U. La actual crisis económica no se detiene en la frontera. De hecho, en México, América Central, Filipinas y en otros lugares, ha sido un hecho durante mucho tiempo. Este es el origen de la migración forzada – lo que García condenó en “Ocupa ICE”.
El 99% vive en todos aquellos países en donde los acuerdos de libre comercio y las políticas de ajuste estructural son impuestas. También viven en las comunidades de donde provienen las personas que han migrado como resultado de esas políticas. ¿Entonces, quiénes son los aliados más naturales para el movimiento Ocupa que las personas que han enfrentado estas políticas por años?
En Nueva York, esta conexión no se ha perdido en Ocupa Wall Street. En octubre, un grupo, Ocupa Wall Street – Español, fue creado durante la primera Asamblea en español. A su vez, tradujeron el primer número del periódico The Occupied Wall Street Journal. Los participantes formaron un subgrupo, el Occupied Wall Street Latinoamérica para difundir el movimiento entre las comunidades de habla hispana, reconociendo que la ciudad es el hogar de muchos mexicanos del estado de Puebla, por lo cual la ciudad es apodada como PueblaYork; así como de comunidades de puertorriqueños, colombianos, ecuatorianos y otros pueblos de habla hispana. El grupo proximaménte publicará el primer número de su propio periódico con artículos que hablan sobre la migración, la globalización y los ataques específicos por el 1% en contra de los latinos.
Claudia Villegas, activista por los derechos de las mujeres, ayudó a organizar una manifestación de mujeres migrantes, cuatro días después de que la policía allanó el campamento en el parque Zuccotti. “Hemos decidido cambiar nuestro plan original de marchar porque teníamos miedo de que la policía lo detuviera,” dice. “Sin embargo, 23 organizaciones participaron, incluyendo grupos de defensa de los derechos de las mujeres y sobre todo, aquellos grupos que trabajan con mujeres migrantes.”
En San Francisco una marcha conjunta entre los activistas pro inmigrantes y los miembros del movimiento Ocupa ayudó a defender el campamento en esa ciudad. En la reunión de la Asamblea General que se realizó previo a la marcha, los participantes hablaron sobre la oferta del gobierno de la ciudad para mover el campamento a un edificio abandonado a varios kilómetros de ahí, en el barrio latino de la Misión. Pocos querían abandonar el campamento en la plaza Justin Herman, y la mayoría sentía que el gobierno de la ciudad sólo estaba tratando de sacarlos para evitar que fueran visibles. Pero mucha gente también sentía que tener un campamento Ocupa en el barrio era una buena idea.Sin título
“Todavía estamos trabajando paralelamente”, dice Villegas. Llama la atención sobre el potencial poder del movimiento de derechos de los inmigrantes y lo que podría significar para OWS. “Tenemos que incluir al movimiento que comenzó en 2006, cuando había cientos de miles de personas en las calles de todo el país. La gente también estaba reaccionando a la injusticia del sistema.” Son movimientos separados, sin embargo advierte, “nuestro programa tiene que venir de los propios inmigrantes. Necesitamos integrarnos, y al mismo tiempo, el movimiento Ocupa tiene que aprender a aceptarnos. Pero estamos todos en el mismo camino.”
Integrar al movimiento inmigrante y al Ocupa implica más que la creación de un campamento. La manifestación de San Diego no acampó durante la noche, pero atrajo a miles de trabajadores y simpatizantes hasta el centro de detención de ICE para protestar por los despidos de los trabajadores migrantes de la limpieza. La protesta Ocupa en ICE tenía la intención de llamar la atención sobre la estrategia de control migratorio del gobierno federal que obliga a los empleadores a despedir a los trabajadores indocumentados. En el sur de California, las coorporaciones multinacionales encargadas de la limpieza de edificios de oficinas están despidiendo a 2000 miembros del sindicato. Previas olas de despidos se han dirigido a los trabajaodores de limpieza sindicalizados en Minneapolis, Seattle y San Francisco, los operadores de máquinas de costura en Los Ángeles, los trabajadores de servicios de alimentos en los campus universitarios, y miles de personas más.
García sostiene que el ICE y los empresarios actuan en colusión. Después de despedir a los trabajadores de limpieza sindicalizados con mayor antigüedad y mayores beneficios, utilizando el pretexto de su estatus de migratorio, las empresas pueden contratar a nuevos trabajadores con salarios más bajos y con menos beneficios. “Para ocultar su codicia, la industria de bienes raíces comerciales ha utilizado los aparatos de gobierno para confundir y dividir al 99%,” asegura. “Primero dijeron que eran trabajadores no calificados y que deberían estar felices por estar trabajando. A continuación, debilitaron la protección a los trabajadores para imposibilitar la organización. En la última década la industria ha utilizado la inmigración como un pretexto para intimidar a los trabajadores y si es necesario, para sustituir a nuestros trabajadores. ICE está llevando a cabo lo que el 1% de la industria de bienes raíces quiere: utilizar las leyes de inmigración para reciclar trabajadores de limpieza bien pagados, con la esperanza de recuperar las ganancias en los salarios y beneficios que nuestro sindicato ha ganado.” [Irónicamente, la semana en la que el USWW organizó el Ocupa ICE, su sindicato matriz, la SEIU, aprobó la reelección del presidente Obama, quien es responsable del despido de trabajadores migrantes llevado a cabo por ICE.]Sin título
Para el movimiento Ocupa, defender a los trabajadores bajo ataque es una forma de sobrevivir, crear raíces y desarrollar una base social sólida. Sin embargo, esa no es siempre la dirección que toman los activistas. Cerca de Oakland, más de 200 trabajadores inmigrantes en la fundidora más grande en la costa oeste, la Pacific Casting, en Berkeley, son despedidos en otra “redada silenciosa” como la que golpeó a los trabajadores de la limpieza. Durante el verano y el otoño, trabajadores de la fundición fueron a los ayuntamientos, los sindicatos, las iglesias y las organizaciones comunitarias en busca de ayuda para presionar a ICE e impedir que los forzara a perder sus trabajos. Su campaña logró contener a “la migra” durante meses, sin embargo los despidos comenzaron en noviembre. Ahora estas familias de inmigrantes están tratando de sobrevivir. Sin embargo el movimiento Ocupa Oakland aún no ha respondido.
En cambio, algunos de sus militantes están intentando realizar un paro laboral en el puerto de Oakland por segunda ocasión, así como otros a lo largo de la costa oeste. Una primera marcha para cerrar el puerto después del primer desalojo de Ocupa Oakland, atrajo a miles de personas. Sin embargo, el sindicato de estibadores se opone a la propuesta de un segundo cierre en toda la costa. La oposición de la ILWU no viene del conservadurismo. El sindicato, cuyos miembros se ganan la vida del transporte marítimo y el comercio, ha sido uno de los mayores críticos de los acuerdos de libre comercio de E.U. En muchas ocasiones los miembros del ILWU han tomado medidas para defender al SME y a los sindicatos en México, así como en otros países. Sin embargo, ni sus locales ni los demás trabajadores del puerto tuvieron ningún papel en la decisión de tratar de cerrar los puertos.Sin título
La solidaridad es una calle de dos vías basada en el respeto mutuo. En la mayoría de las ciudades, incluyendo Oakland y San Francisco, el movimiento de trabajadores ha dado la bienvenida al movimiento Ocupa y trató de defender los campamentos. En Nueva York, los activistas de OWS han recibido recursos de muchos sindicatos, y estos se han movilizado en contra de las redadas de la policia en el parque Zuccotti. Una alianza entre los sindicatos, los inmigrantes y los ocupas tiene un enorme potencial, no sólo en número sino también en el intercambio de ideas y tácticas. Los sindicatos, en particular, podrían beneficiarse de un uso más amplio del plantón o los campamentos del movimiento Ocupa. Ocupa ICE desafía al movimiento Ocupa a tomar posición con respecto al despido de los trabajadores inmigrantes, pero también es un reto para los propios sindicatos, muchos de los cuales observaron en silencio cómo sus agremiados eran forzados a abandonar sus puestos de trabajo.Sin título
La visión del movimiento Ocupa – el 99% vs el 1% – tiene un enorme apoyo entre los inmigrantes y los sindicatos. En lugar de la retórica cansada de los políticos que derraman lágrimas de cocodrilo por la “clase media” mientras que demonizan a los pobres, el movimiento Ocupa da a los trabajadores una visión de su condición comunal como parte del 99%. Este poderoso mensaje echa abajo las ilusiones de que los trabajadores mejor pagados tienen más en común con los corredores de bolsa que con los inmigrantes que reciben un salario mínimo, o con los jóvenes desempleados en las calles de los ghettos afro-americanos o los barrios latinos.
La Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero comparte la misma visión de clase. “Nos indigna”, dice, “que al reclamar justicia y señalar las desigualdades que existen en el seno de la sociedad estadunidense, sus ciudadanos reciban el trato de criminales. Con esa misma indignación, condenamos la criminalización de los migrantes mexicanos por el gobierno norteamericano, las redadadas de la migra y la militarización de la fronteraŠ Ningún ser humano debe ser tratado como un criminal por luchar y buscar mejores condiciones de vida.”
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