Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra recuerdan al compañero David Ruíz García
Delegados de las comunidades de San Francisco Xochicuatla, San Lorenzo Huitzizilapan y San Pedro Tlanixco, comunidades indígenas del Estado de México que resisten a los proyectos de muerte que quieren arrebatarles su tierra y territorio, realizaron una conferencia de prensa el 2 de Agosto de 2014 en CIDECI Chiapas, previo a la compartición del Congreso Nacional Indígena en La Realidad, Chiapas.
En el espacio se llevó una ceremonia de agradecimiento del pueblo de Xochicuautla a médicos y enfermeros que atendieron a David Ruiz García tras su lamentable accidente en el que perdiera la vida despues del homenaje al compa Galeano miembro del EZLN, en La Realidad Chiapas. Así también recordaron la vida y lucha de David, con la lectura de una semblanza suya, realizada por su colectivo “L@s hij@s del maíz”.
Para finalizar, dieron lectura a un comunicado en el que reiteran la hermandad de las comunidades San Francisco Xochicuatla, San Lorenzo Huitzizilapan y San Pedro Tlanixco del bosque Otomí-Mexica, en la lucha por el cuidado y la defensa de la madre Tierra.
Todo esto se llevó a cabo en el marco del Encuentro de medicina de la liberación que se estaba llevando a cabo en CIDECI-UniTierra, por lo que aprovecharon el espacio para llevar a cabo una participación en honor a los médicos que dedican su vida al pueblo.
Carta del Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra, en memoria del compañero David Ruíz García.
Llegaste a Chiapas para abrazar el dolor de los que, como nosotros, quieren cosechar un mundo distinto, tal como te lo encomendó tu pueblo. Dijiste que acá te quedarías y así lo hiciste. Hoy tu pueblo viene a cumplir contigo. Viene a sembrarte en el corazón de los pueblos indios de México. Que la rabia digna, la alegre rebeldía con la que te conducías mire al cielo como el maíz azul que crece en nuestros surcos.
Con el permiso de la Madre Tierra, el abuelo fuego, al padre sol, a los hermanos viento y agua, las fuerzas que nos dan vida, a quienes rendimos amoroso tributo y nos mantienen existiendo, a nuestros ancestros, abuelas, abuelos, quienes nos acompañan en nuestros pasos, a los abuelos indígenas, los primeros que aquí anduvieron y que prevalecerán en su amor a la Madre Tierra, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y bases de apoyo zapatisas por su ¡Ya basta! Y por cuidarnos en los días difíciles que aquí tuvimos, quienes hoy alargan sus brazos y hospedan nuestros sueños, al Congreso Nacional Indígena, nuestra casa donde todas y todos cabemos, a los compas de La Sexta, quienes ahí han estado con nosotros, a los medios de comunicación libres, autónomos, etcéteras, que saben llevar nuestra voz por el mundo.
Somos hijos del maíz. Venimos con la lluvia, bendecidos desde los grandes bosques de agua del Estado de México llamado Bosque Otomí-Mexica. Vemos la luz en la región llamada Valle del Matlazinco, que desde siempre ha dotado de vida a las ciudades de México y Toluca. Hemos mirado al amanecer desde tiempos milenarios al volcán Xinantécatl.
Somos pueblos indígenas originarios llamados nahua y ñatho. De nombre San Pedro Tlanixco, San Lorenzo Huitzizilapan y San Francisco Xochicuautla, aunque nuestros nombres más primeros son Ndethe y Ngissa. Nuestra hermandad como pueblos es ancestral. Todas nosotras y nosotros necesitamos de lo que siembra, de lo que caza y lo que recolecta el otro. El agua de los manantiales corría por medio de los ríos y alimentaba la laguna que también se dibuja al pie del volcán. La laguna y la montaña son nuestro lugar de intercambio, de comida y amistades con otros pueblos. Las abuelas y abuelos son sabios que guardan conocimientos mágicos. Dominamos el arte de buscar la comida, de encontrar la leña, de crear sendero entre lo dificultoso del camino. Dominamos el arte de leer el tiempo, de interpretar el cielo, de curar con rezo a nuestros enfermos. Todo esto se hace en el monte, subiendo con aromas de copal, tamales, flores, y de nuestro sudor que también es ofrenda, por eso le danzamos mucho al cerrito. Trazamos cruces cósmicas a los cuatro puntos cardinales y cuatro elementos: aire, fuego, tierra, agua, uniendo en armonía el cielo con la tierra. De esta forma nos lo enseñaron nuestros abuelos, de esta forma hemos logrado mantener la armonía de la vida.
Tenemos nuestra organización de comunidad, cuando algo hay que hacer lo hacemos de trabajo colectivo. Cuando tenemos una fiesta la organizamos por mayordomías. Nuestra protección de las calles y bosques la hacemos mediante comandantes elegidos por sección. Así ha sido y así debe ser seguir siendo: Entre todos, todo.
Siempre hemos resistido el desprecio sobre nuestra lengua, nuestro vestido, nuestra piel del color de la tierra. Imperios hemos visto caer, caciques hemos visto venir e irse y aquí seguimos. Los abuelos contaban que Zapata encontró refugio en la montaña para liberarnos del opresor. Nuestras tierras y aguas comenzaron a ser saqueados a mediados del siglo pasado. Ahora el sistema neoliberalista y capitalista pretende quitarnos nuestro monte, nuestra tierra con diversos megaproyectos que tienen como entrada una autopista privada llamada Toluca-Naucalpan.
Hoy venimos aquí exigiendo la cancelación total y permanente de este megaproyecto carretero, rechazamos los intentos de cambio de uso de suelo y la intervención de empresas inmobiliarias y fundaciones como Coca Cola en nuestros bosques, rechazamos el ilegítimo decreto expropiatorio de casi siete hectáreas del Llano de Los Negros disfrazado de falsa utilidad pública promulgado por Enrique Peña Nieto el pasado 29 de mayo para imponer la mencionada autopista, rechazamos los proyectos de urbanización, rechazamos los intentos de despojo de espacios pertenecientes a la comunidad mediante chantaje y condicionamiento por parte del edil de Lerma Erick Sevilla, exigimos castigo a quienes han reprimido a nuestros pueblos: policía judicial, estatal, municipales y policía ministerial, exigimos la libertad de los seis defensores del agua de San Pedro Tlanixco; los sentenciados Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González, Rómulo Arias Mireles, los procesados Lorenzo Sánchez Berriozábal, Marco Antonio Pérez González y Dominga Martínez González, y la cancelación de las órdenes de aprensión contra otros dos miembros Santos Alejandro Álvarez Zetina y Rey Pérez Martínez, denunciamos la creación de grupos de choque en las tres comunidades a los tres niveles de gobierno, rechazamos el uso de programas de gobierno para crear conflicto, especialmente en tiempos electoreros, denunciamos abusos de autoridad, uso discrecional de la aplicación de la justicia. Exigimos el respeto a la Madre Tierra, especialmente al agua. Exigimos el respeto a las autonomías de nuestros pueblos, a sus usos y costumbres. Decimos no a las prácticas que fracturan a la comunidad, no a la entrada de cualquier megaproyecto que atente contra la vida de los nahuas y ñatho, respeto a los santuarios, respeto a la integridad de los hermanos del bosque.
Invitamos a la población de mundo a sumarse a la lucha de nuestro territorio sagrado, a tomar de nuestro corazón como al agua que todas y todos toman de nuestro monte. Invitamos a todas y a todos a defender la existencia en sus lugares, espacios y territorios.
Compañeras y compañeros de Chiapas, compañeras y compañeros de nuestra casa, aquí vino nuestro David, aquí decidió dejar sembrada su vida, a ustedes aquí se les queda su sabiduría joven, su digna rabia que nadie podía domar, hermanas y hermanos, que sepamos todas y todos entender que David trazó una carretera, no una de cemento, de dinero, de cuotas de sangre, como lo quieren los poderosos Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco, Eruviel Ávila, títeres del neoliberalismo. David nos hizo una carretera llena de café, llena de frijol, llena de maíz azul. David será quien eche a andar esa carretera por la que la amistad de nuestros pueblos podrá llegar para compartir sus ideas hacia la paz, la justicia y la dignidad.
Que Galeano viva, que David viva, que los veamos levantarse en nuestra memoria.
No a los megaproyectos de muerte. No al desojo de la vida.
Nunca más un México sin nosotros.
Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra
Hermandad de los pueblos de San Pedro Tlanixco, San Lorenzo Huitzizilapan-Ndethe, San Francisco Xochicuautla-Ngissa