Autonomia y Resistencia
La Esperanza de Sitilpech, freno a devastación por industria porcícola
Por Aldo Santiago
En portada: Habitantes de Sitilpech se manifiestan contra la empresa Keken y la mega granja de cerdos contigua a su comunidad. Foto de Kanan Derechos Humanos
En las tierras de la península de Yucatán, donde se encuentra la mayor reserva de agua subterránea del país, comunidades indígenas mayas libran múltiples batallas contra la instalación, operación y expansión de mega granjas de cerdos, las cuales proliferan con anuencia de las autoridades pese a las afectaciones al ambiente y la salud de los pobladores de la región.
Es el caso de las comunidades de Homún, Celestún y Chapab, por mencionar solo algunas, las cuales, mediante distintas estrategias, tanto legales como de movilización social, han recogido el reclamo de la población local que exige un alto a la expansión de la industria porcícola en el sureste mexicano.
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En este contexto, la comunidad de Sitilpech, ubicada en el municipio de Izamal, se ha unido al esfuerzo de l@s habitantes locales para demandar el cierre de operaciones de mega granjas instaladas sin la aprobación de las poblaciones locales.
“Yucatán ha sido invadido por esas granjas, ya se volvió un problema ambiental grandísimo”, asevera Ricardo, integrante del colectivo La Esperanza de Sitilpech, quien en entrevista con este reportaje asevera que es debido a las graves afectaciones al medioambiente y a la salud de l@s habitantes lo que les motivó a unirse al reclamo de otros pueblos de la región para poner un alto a dicha industria.
Según datos del informe La carne que está consumiendo al Planeta, ¿Qué hay detrás de la industria porcícola en la Península de Yucatán?, en los tres estados que componen la región operan un aproximado de 257 granjas porcícolas. De ellas, 222 se encuentran en Yucatán y solo 22 cuentan con un Manifiesto de Impacto Ambiental.
“Me siento indignada porque no respetaron los derechos de cada persona que vive acá en el pueblo. Están contaminando el agua, cosa que está muy mal porque el agua es lo esencial que debemos tener”, refiere Berenice, también integrante de La Esperanza de Sitilpech.
Dicha organización, con el acompañamiento del colectivo Kanan Derechos Humanos, presentó una demanda de amparo para revocar los permisos de operación de la mega granja Kancabchén II, propiedad de la empresa Kekén, la cual está ubicada a menos de un kilómetro de la comunidad de Sitilpech.
De acuerdo al colectivo Kanan, dicha mega granja cría más de 40 mil cerdos y se encuentra actualmente en un proceso de ampliación de sus instalaciones, con lo cual también se prevé un incremento en la contaminación y abuso del agua por parte de dicha industria.
Para poner en perspectiva, el consumo de agua por dicha industria requiere enormes cantidades. Según datos de Aquae Fundación, para producir 1 kilogramo de carne de cerdo se utilizan cerca de 6 mil litros de agua. “Los cerdos se bañan con agua limpia. Mas de 5,000 litros para bañar los cerdos (…) y nosotros a veces acá no hay suficiente agua potable”, comenta Berenice, indignada por la situación de escasez de agua para l@s pobladores mientras se despilfarra en la industria porcícola.
“Resulta urgente recalcar que actualmente la granja está realizando una ampliación a sus instalaciones, buscando aumentar su capacidad de producción, lo cual hace sin contar con permisos ni una consulta a la comunidad que se vería afectada. Dicha ampliación aumenta los actuales factores que ya deterioran el medio ambiente, agua, tierra, territorio y autodeterminación de la comunidad maya de Sitilpech”, denunció el colectivo de derechos humanos mediante comunicado difundido en julio pasado.
Contaminación
En entrevista con integrantes de La Esperanza de Sitilpech, son reiteradas las acusaciones de contaminación producto de la operación de la industria porcícola. Incluso mencionan que a finales de abril pasado realizaron pruebas de laboratorio en pozos de agua ubicados cerca de cenotes, en donde se encontraron niveles elevados de coliformes fecales en el agua.
“Las pruebas se hicieron en zonas aledañas a la granja. Las coliformes fecales son un tipo de bacterias que causan infecciones gastrointestinales (…)hay una norma mexicana que regula la cantidad de coliformes y minerales que se pueden encontrar en el agua. Y pues superaban la cantidad que establece la norma oficial mexicana”, refiere Janet Medina, abogada del colectivo Kanan.
Acorde a la investigación El manejo del agua a través del tiempo en la península de Yucatán, con datos del Registro Público de Derechos de Agua de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a finales de 2013, en los estados de la península de Yucatán se generaban 374 descargas pecuarias con un total de 9 millones de metros cúbicos anuales, de los cuales 77% correspondía a Yucatán, 17% a Campeche y 6% a Quintana Roo. En Yucatán, según los reportes obtenidos por el Consejo Nacional de Población desde 2010, la zona porcícola presentaba una contaminación por desechos pecuarios seis veces mayor que la originada por la población humana asentada en ese lugar.
“Nosotros en realidad nos ha afectado bastante, sobre todo la parte ganadera, la parte apicultura, hay gente que está pegado al terreno de esta gente, de esa granja, que prácticamente que todo lo que sueltan, el agua podrida lo va contaminando el agua para los ganados, para las abejas”, denuncia César, otro de los pobladores organizados.
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L@s habitantes de Sitilpech refieren que es una practica común el extraer agua del subsuelo para cubrir todas sus necesidades. “Si la granja está tirando todo el excremento, la orina y el agua al subsuelo, en cuestiones de día ya está en el manto freático que es puro cenotes (…) Todo Yucatán se conecta con puros cenotes del subsuelo y si no defendemos el agua, nosotros adultos, a los niños, ¿qué explicación les daremos del futuro de ellos?”, reclama Óscar.
La preocupación de l@s habitantes de Sitilpech también se debe a la falta de acceso a servicios de salud, pues denuncian que solo existe una instalación, la cual no cuenta ni con medicamentos ni médicos. “Hay un incremento de moscos, porque el agua se almacena en el subsuelo y en la tierra y se están criando los moscos, es un criadero de moscos. Últimamente han padecido enfermedades algunos niños, de lo que transmite el mosco: la chikungunya, el dengue. Cuando nos da aquí un dengue, tenemos que pagar de nuestra bolsa los medicamentos y el doctor. Y esta empresa, tranquila, haciendo dinero a costillas del pueblo, dañando al pueblo. Pues no, esa es la indignación del pueblo, está molesto por eso”, reclama Roberto.
Demandas y corrupción
La demanda principal de La Esperanza de Sitilpech es por el reconocimiento y respeto de su libre determinación. Como lo explica Óscar, “el pueblo quiere que definitivamente cierren y adiós. Para que nos dejen vivir en paz. Porque nosotros tenemos derechos a un suelo limpio, al aire limpio en nuestra comunidad, al agua. Son nuestros derechos como pueblo indígena y fueron pisoteados, fueron no consultados, una falta de respeto”.
En ese contexto, el pasado 6 de julio, el Juzgado Primero de Distrito con sede en Mérida, Yucatán, admitió la demanda de amparo presentada por l@s habitantes de Sitilpech. Dicha demanda está dirigida contra de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS), el Organismo de Cuenca de la Península de Yucatán y el Ayuntamiento de Izamal por el incumplimiento de sus obligaciones de fiscalizar, inspeccionar, vigilar y sancionar a la granja porcícola denominada Kancabchen II.
“Jóvenes, personas adultas mayores y 60 niños y niñas firmaron la demanda, todas con la preocupación por cómo se afecta la comunidad y por el futuro que nos depara si sigue operando y más aún si se incrementa en el doble o triple el número de cerdos criados”, contextualiza un comunicado del colectivo Kanan difundido el pasado 10 de agosto.
De acuerdo a la abogada Medina, “esta granja se instauró dentro del territorio de una comunidad principalmente maya hablante y pues se activa en ese instante la obligación de que sean consultadas, que se les pregunte, se les informe a las personas qué actividad se va a realizar. Esto no se realizo así. Es una omisión grave porque se incumple con la Constitución y con un tratado internacional, firmado y ratificado por México”, menciona en referencia al Convenio 169 de la OIT.
Pese a la puesta en marcha de la estrategia legal, el colectivo Kanan señala que los esfuerzos de la población local se ven amenazados por las autoridades judiciales. “Al ver la movilización legal del pueblo maya de Sitilpech, la granja porcícola Kancabchén Il ha presentado una queja para bloquear la admisión de nuestra demanda, cargada de argumentos evasivos, confusos y tergiversados que lo único que buscan es que no se lleven a cabo las investigaciones pertinentes, que no se conceda protección legal al derecho al medio ambiente y que no se sancione el actuar irregular de la empresa porcícola por contaminar y sobre todo por no haber consultado al pueblo”, enfatiza mediante comunicado difundido en agosto.
Acorde al colectivo Kanan, el recurso de queja interpuesto por la mega granja porcícola es parte de una estrategia comúnmente utilizada por dicha industria contra la defensa de los derechos de comunidades indígenas. Y para ejemplificarlo enuncian el caso del pueblo maya de Chapab.
En dicha localidad maya también se presentó una demanda de amparo promovida por sus habitantes a través del colectivo Kanan Luum Chapab. Pese a que, derivado de la demanda se había concedido la suspensión definitiva de la granja por las irregularidades identificadas, la granja también promovió una queja contra el recurso legal que detuvo su clausura.
“Dicha queja fue analizada por el Tribunal Colegiado en materias Penal y Administrativa, teniendo como magistrado ponente a Jorge Enrique Eden Wynter García, resolviendo de manera absurda y contraria a los derechos de los pueblos indígenas, olvidando los criterios más recientes y protectores de los derechos humanos y sin importar que el medio ambiente de niños y niñas sea lo que está en riesgo, situación que hace sospechar que pueda tener intereses ocultos”, denuncia el colectivo Kanan.
Para la abogada Medina, la granja está intentando hacer parecer que no tiene la obligación de consultar a la población indígena. “Pero lo cierto es que ya hay pronunciamientos en ese sentido de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde establecen esta obligatoriedad de consultar a los pueblos indígenas. Entonces, no es opcional, sino obligatorio y si no hay una consulta no queda mas que declarar la inconstitucionalidad de los permisos que otorgaron las diversas autoridades a esta granja”.
“Seguiremos pendiente de lo que resolverá el (Tribunal) colegiado torno al recurso de queja porque nos preocupa mucho que termine resolviendo como hizo en Chapab, olvidando los criterios mas recientes sobre protección al medio ambiente y derechos de los pueblos indígenas. No encontramos sentido en lo que hizo el colegial y nos preocupa que se pueda repetir lo mismo”, enfatiza la abogada.
Por su parte, en Sitilpech, l@s habitantes reconocen que la empresa ha querido acercarse a dialogar. “Pero nosotros como pueblo no queremos nada de diálogo, lo que queremos es que se vayan. Estamos tocando intereses de empresas grandísimas, pero nosotros no vamos a echarnos para atrás, hasta conseguir el objetivo de que se vayan vamos a dejar de luchar. No importa cuánto dinero tengan”, reclaman l@s integrantes de La Esperanza de Sitilpech.
Mantener la lucha
La organización en Sitilpech también ha realizado paros, marchas, protestas y bloqueos en su afán de llamar la atención de la población de los alrededores para unirse al reclamo de clausurar la mega granja, pues reconocen la corrupción de las autoridades y su desinterés en actuar conforme a la ley.
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“A la empresa grande de Kekén. Tengo una pregunta muy importante, ¿Por qué no pusieron sus granjas, o sus empresas o sus negocios, donde ellos viven? ¿Por qué tuvieron que venir invadir nuestro pueblo, nuestra tierra, nuestra agua, aire, por qué tuvieron que venir acá? Invadir, contaminar, pasar por encima de los derechos de las personas”, reclama Berenice.
Y unánimemente, el reclamo de l@s integrantes del colectivo es que la granja no siga funcionando: “Que se vayan, es lo único que queremos, es lo que la gente quiere”.
Con información de Vanessa García Navarro
*Los nombres de l@s entrevistad@s fueron cambiados por motivos de seguridad
COMUNICADO Y POSICIONAMIENTO ANTE NEGATIVA DE LA SEMARNAT A A AMPLIACIÓN DE PROYECTO MINERO «SAN JOSÉ II»
El 6 de mayo de 2009, con un operativo de más de 2000 elementos policiales de corporaciones federales, estatales y municipales, se desalojó de manera violenta un plantón que sostenían pobladores de varias comunidades zapotecas del valle de Ocotlán en las instalaciones de una mina vieja en la comunidad de San José del Progreso, Ocotlán.
Esta mina y sus instalaciones han sido compradas por la empresa Canadiense Fortuna Silver Mines, que en México utiliza el nombre de Compañía Minera Cuzcatlán.
El desalojo se dio por la mañana. Miles de policías golpearon a las personas que mantenían el plantón pacífico en las afueras de las instalaciones mineras. Hubo 24 detenciones arbitrarias, y fueron cateadas, de manera ilegal, casas particulares en la comunidad vecina de Magdalena Ocotlán, hasta donde llegaron los elementos policiacos en persecución de las personas que huían de las agresiones.
Fue así como el Estado Mexicano instaló por la fuerza la minera Cuzcatlán-Fortuna Silver Mines, y con ello se inició el ecocidio, el despojo y la destrucción de nuestra tierra, nuestros campos, nuestro territorio y nuestros pueblos.
Durante estos 12 años, paulatinamente han comenzado a surgir problemas graves por la contaminación del ambiente: pérdida de flora y fauna, enfermedades y muerte de nuestro ganado, erosión de la tierra y pérdida de cosechas, son algunos de los impactos visibles. No obstante, la situación el deterioro fue agudizado a partir de un derrame tóxico de jales mineros que tuvo lugar el 8 de octubre de 2018.
1,516,000 litros de jales contaminantes fueron arrastrados por varios kilómetros en el cauce del Río Coyote, el cual recorre 7 comunidades antes de unirse con el Río Atoyac cuya desembocadura es el Océano Pacífico.
Estudios realizados por las propias instancias del gobierno, en su administración anterior y actual, demostraron la presencia de contaminantes en el cauce del Río Coyote; pero estas mismas instituciones, PROFEPA y CONAGUA -ambas dependientes de SEMARNAT-, decidieron exonerar a la criminal minera Cuzcatlán-Fortuna Silver Mines.
El 22 de Julio pasado, por medio de la gaceta ecológica de la SEMARNAT no enteramos que se había negado el permiso de ampliación al proyecto minero, ahora llamado “San José ll”, la terminal empresa minera Cuzcatlán-Fortuna Silver Mines.
Pocos días después, por medio de un comunicado, de la misma empresa tuvimos conocimiento de que habían iniciado un proceso de impugnación, cómo se lo permiten las laxas y proempresariales leyes mexicanas.
Es de esperarse también que lastima la empresa minera haya echado andar ya su aparato de presión a través del poderoso lobby minero, como lo demuestra su campaña cínica y mentirosa que montó en sus redes sociales, medios locales y estatales. Nos es que con estas acciones, Fortuna Silver Mines Busca ejercer presión a las instituciones del estado mexicano.
Ante esta situación, la comunidad de San Pedro Apóstol Ocotlán, comunidades afectadas una red de afectados y afectadas por el proyecto minero que autodeterminados “Articulación por la vida, contra la minera del Valle de Ocotlán”,
Nos pronunciamos:
1.- Que ante la negativa de la ampliación del proyecto minero “San José ll” EXIGIMOS a la SEMARNAT no ceder a la presión del lobby minero y de la criminal Compañía Minera Cuzcatlán-Fortuna Silver Mines y ratificar la negativa a este proyecto de muerte.
2. Que no es suficiente negar el permiso de ampliación; está negativa no es un logro de las instituciones, de gobierno alguno, ni de ningún actor o actores ajenos a nuestros pueblos. Por el contrario, la vemos como consecuencia de una larga lucha de resistencia de los pueblos y comunidades afectadas que día a día ven morir su tierra y territorio y que ven enfermar y morir de enfermedades graves y extrañas a sus familiares.
3. Qué permaneceremos ALERTA ante el constante asedio que compañía Minera Cuzcatlán ejerce hacia nuestro territorio en busca de minerales, toda vez que continúan vigentes 31 concesiones en nuestro Valle zapoteco. Ni un paso atrás en la defensa nuestro territorio.
4. Que ahora se hace impostergable, urgente el cumplimiento de los acuerdos que se asignaron con el Dr. Daniel Quezada Daniel, quien actuó a nombre de la SEMARNAT y de la secretaría Mtra. María Luisa Albores González el día 28 de marzo de este año en la comunidad de San Pedro Apóstol, Ocotlán.
Los acuerdos que signaron en esta mesa de diálogo con el Dr. Daniel Quezada Daniel son producto de reuniones que se iniciaron desde el 22 de septiembre del 2020 y que han sido exigidos en diversas reuniones de trabajo; pero hasta la fecha no se han cumplido. En ocasiones pasadas hemos denunciado el trato discriminatorio que hemos recibido como autoridades, como pueblos originarios y como personas afectadas; sin embargo, hasta el día de hoy la secretaria del Medio Ambiente, Mtra. María Luisa albores González, no ha mostrado interés en dialogar con nosotros y tampoco se nos ha dado explicación alguna por falta de cumplimiento a nuestras peticiones. Ante este panorama, reclamamos: nosotros y nosotras somos autoridades comunitarias y personas afectadas que habitamos y sufrimos día con día los estragos que genera el proyecto minero; no somos representados por ningún grupo u organización ajena a nuestros pueblos y exigimos a un trato digno y libre de discriminación por parte de la SEMARNAT.
Los acuerdos que pedimos se cumplan son de inmediato son los siguientes:
1.-Se inicie a la brevedad posible la realización de estudios que hemos solicitado mediante el plan de muestreo que se entregó a SEMARNAT desde el mes de julio del año en curso.
2.-Se haga entrega de todo el expediente del derrame tóxico suscitado el 8 de octubre del año 2018, por el cual se vertieron 1,516,000 litros de desecho de la presa de jales Mineros de la Compañía Minera Cuscatlán al Arroyo Coyote, tal como fue la petición original desde el pasado 22 de septiembre del 2020.
3.-Se retome el diálogo con este municipio se encuentra en representación de comunidades vecinas y de personas afectadas.
4. Y por último, se ratifique la negativa de la MIA- regional presentada por la criminal empresa minera Cuzcatlán Fortuna Silver Mines.
POR LA DEFENSA DE LA VIDA, DE NUESTRA TIERRA Y TERRITORIO, NO A LA MINERÍA DE MUERTE EN NUESTROS TERRITORIOS ZAPOTECOS
AUTORIDAD MUNICIPAL DE SAN PEDRO APÓSTOL OCOTLÁN, OAXACA.
ARTICULACIÓN POR LA VIDA, CONTRA LA MINERÍA DEL VALLE DE OCOTLÁN.