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Cargill, responsable por la expansión de la soya en la Amazonía
Fuente: Avispa Midia
Por Sare Frabes
En portada: Un campesino limpia el suelo para evitar que el fuego llegue a su parcela en la Amazonía brasileña.
Ambientalistas, organizaciones de derechos humanos y pueblos indígenas del estado del Pará, en la Amazonía brasileña, en la región del río Tapajós, han denunciado los impactos sociales, ambientales y de derechos humanos provocados por la empresa multinacional de Estados Unidos Cargill, una de las líderes mundiales en la exportación de commodities agrícolas.
La empresa es responsable por la construcción de infraestructura, como puertos, para dinamizar la exportación de granos, como la soya, en expansión en las regiones norte y centro de Brasil para el mercado exterior, principalmente Europa y Estados Unidos.
Cargill llegó a la región hace 20 años. Primero en el municipio de Santarém, después expandió su actuación en otra parte del río, en el municipio de Itaituba, distrito de Miritituba, donde construyó una estación de transbordo de cargas. La empresa opera entre 650 y 700 embarcaciones en el mundo, según declaró el presidente de la empresa en Brasil para la Revista Forbes.
De acuerdo con el estudio Sin Licencia para Destrucción: Cargill y Violación de Derechos en el Tapajós, realizado por Tierra de Derechos Brasil, la empresa debe ser responsabilizada por el avance de la producción de monocultivos de granos en la región. “La cuenta es muy simple: si existe un puerto – o un complejo de puertos en el caso de Miritituba – para fluir la producción hacia el mercado exterior con bajo costo, eso significa que poseer haciendas de monocultivo en la región resulta en alta rentabilidad”.
“Lo que quieren es acabar con nosotros, con los pueblos indígenas, porque somos un obstáculo para esos proyectos” | ENTREVISTA
Por Thelma Gómez Durán, Mongabay Latam
- Para mostrar cómo los territorios del sur de México están siendo “acorralados por megaproyectos” y cómo las comunidades resisten al Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y al llamado Tren Maya, se realiza la Caravana El Sur Resiste.
- Diversas organizaciones sociales, entre ellas el Congreso Nacional Indígena (CNI), convocaron a esta Caravana que comenzó desde el 25 de abril y recorrerá comunidades de siete estados del país. Será en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, donde terminará con un Encuentro Internacional los días 6 y 7 de mayo.
- En entrevista con Mongabay Latam, Bettina Cruz, indígena binnizá e integrante del Concejo Indígena de Gobierno del CNI, remarca que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está dando poder a las fuerzas armadas para imponer proyectos con los que se busca “reorganizar el territorio”.
Antes de bajar del autobús, una mujer de 62 años se prepara. Se coloca un paliacate rojo en el cuello, signo de resistencia, dice. Se pone la máscara de jaguar que ella misma elaboró y se cubre el cabello con un rebozo de la mixteca oaxaqueña, la tierra donde nacieron sus padres. Así es como se suma a la marcha llevando, además, un cartel en donde se lee: “Yo prefiero la selva. ¡Territorio, agua y vida!”.
La mujer que porta la máscara de jaguar camina junto a integrantes del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena (CNI), entre ellas Bettina Cruz, que llegaron hasta el Ejido Progreso, ubicado en la costa de Chiapas, para sumarse a la Caravana y El Encuentro Internacional El Sur Resiste, que busca mostrar que en México crece una resistencia en contra de los megaproyectos que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Esa mañana del martes 25 de abril, habitantes del Ejido El Progreso y de otras rancherías del municipio de Pijijiapan también se unieron al comienzo de la Caravana, iniciativa que recorrerá comunidades de siete estados del país y terminará con un Encuentro Internacional que se realizará los días 6 y 7 de mayo en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas.
Desde finales del 2022, diversas organizaciones sociales, entre ellas el CNI, convocaron a esta caravana para mostrar cómo, a lo largo de todo el sur del país, hay comunidades que se oponen a los dos megaproyectos del actual gobierno.
Uno de ellos es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Así es como en este sexenio se bautizó a la modernización del tren que va de Salina Cruz, en Oaxaca, a Coatzacoalcos, en Veracruz, y a la instalación de al menos 10 parques industriales a lo largo de toda la ruta. El otro proyecto es el llamado Tren Maya que, desde 2019, construye el gobierno mexicano en cinco estados del país.