Frayba
Viejo Velasco, rostro de la violencia permanente en contra de los pueblos que defienden el territorio en Chiapas
Palenque, Chiapas, México
13 de noviembre de 2024
Boletín No. 24
Viejo Velasco, rostro de la violencia permanente en contra de los pueblos que defienden el territorio en Chiapas
- A 18 años de esta brutal masacre seguimos exigiendo verdad y justicia.
- Con preocupación observamos la repetición de violencias sistemáticas en contra de pueblos y personas defensoras
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), como lo ha hecho durante dieciocho años, expresa su más enérgica condena ante la impunidad que persiste sobre la masacre de Viejo Velasco, en el municipio de Ocosingo, Chiapas, ocurrida el 13 de noviembre del 2006, donde fueron ejecutadas, 6 personas, 2 más desaparecidas y 36 fueron víctimas de desplazamiento forzado interno, cometiéndose crímenes de lesa humanidad donde el Estado mexicano es responsable.
Hace 18 años, aproximadamente a las 6:00 horas, cerca de 40 personas vestidas de civil, provenientes de Nueva Palestina, ubicada en el mismo municipio, entraron a la comunidad Viejo Velasco, acompañadas por un grupo de 300 integrantes de la entonces Policía Sectorial, agrediendo a la comunidad, con un saldo de 6 personas ejecutadas extrajudicialmente y 2 más desaparecidas de manera forzada; además de 36 personas desplazadas de manera forzada.
Esta masacre constituye un crimen de Estado. Como hemos denunciado ampliamente, su comisión se enmarca en un proceso más amplio de despojo de los diversos pueblos originarios de la Selva, para liberar el territorio en favor de los intereses del capital. Durante décadas los gobiernos en turno presionaron a la población hasta el desplazamiento de comunidades enteras; muchas de estas fueron a través de acciones de terror, hostigamiento, y empoderando a grupos locales para el ejercicio de la violencia en contra de los pueblos en resistencia.
Pese a que desde el 2006, a nivel Federal y Estatal, han transitado gobiernos diversos, todos ellos han mantenido un pacto de impunidad en favor de sus predecesores, lo que demuestra que los intereses económicos y políticos detrás de la masacre de Viejo Velasco prevalecen, al igual que el racismo y la discriminación hacia los pueblos originarios de Chiapas.
La falta de búsqueda, verdad y reparación integral tienen un impacto constante en la dignidad y la salud física y emocional de las víctimas y sus familiares. Petrona Núñez González joven sobreviviente de tortura durante los hechos falleció en 2010 a consecuencia de la inatención a los impactos plasmados en su cuerpo y mente.
La masacre de Viejo Velasco no es un hecho aislado, sino parte de una historia de represión, despojo y violencias sistemáticas contra los pueblos originarios que defienden su territorio, su libre determinación y su derecho a vivir en paz. Mientras el Estado mantenga en la impunidad, e incluso sea participe de estas agresiones, estaremos condenados a ver crecer una larga lista de infames crímenes de lesa humanidad y violaciones graves a los derechos humanos. Existe también una continuidad de la violencia, que se manifiesta en desplazamiento forzado, desapariciones, asesinatos y amenazas.
En las últimas semanas, observamos con preocupación las amenazas en contra del Poblado Zapatista 6 de Octubre, localizado en las inmediaciones de la Selva Lacandona, que fueron denunciadas por la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); donde las Bases de Apoyo se encuentran viviendo un riesgo inminente de agresión y desplazamiento forzado, así como amenazas de violaciones sexuales hacia las mujeres zapatistas.
Estas acciones han sido perpetradas desde la comunidad Nueva Palestina, en medio de un marco similar de antecedentes y motivaciones de la masacre de Viejo Velasco, el control del territorio, pero ahora se le suma el actor de la delincuencia organizada.
Cada nueva masacre en Chiapas, así como el asesinato de personas defensoras es una permanente muestra de la indiferencia estatal hacia el sufrimiento y riesgo al que miles de personas se encuentran sometidas.
Exigimos al Estado mexicano investigue pronta y exhaustivamente la masacre de Viejo Velasco, reconozca públicamente la verdad; lleve ante la justicia a todos los responsables, incluyendo a los autores intelectuales de este crimen; investigue el paradero de Antonio Peñate López y Mariano Pérez Guzmán quienes permanecen desaparecidos; y repare integralmente a todas las víctimas de este oscuro episodio de la historia chiapaneca que significa la violencia política contrainsurgente. Reafirmamos nuestro compromiso con las familias de Viejo Velasco y con el Comité de Defensa de la Libertad Indígena Xi´nich, quienes han mantenido la llama de la exigencia de justicia, a que el Estado mexicano ponga fin a esta cadena de impunidad y a la repetición de masacres que laceran la dignidad de los pueblos originarios y campesinos de Chiapas y de México.
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Condenamos la ejecución del defensor de derechos humanos y sacerdote jTatik Marcelo Pérez Pérez
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
20 de octubre del 2024
Boletín No. 23
Condenamos la ejecución del defensor de derechos humanos y sacerdote jTatik Marcelo Pérez Pérez
- Por años insistimos al Estado mexicano atender las fuentes de amenazas y agresiones en su contra, sin que se tomaran medidas efectivas para garantizar su vida, seguridad e integridad.
- Exigimos verdad, justicia y medidas de protección para todas las personas defensoras de derechos humanos en Chiapas.
La mañana de este domingo 20 de octubre de 2024, fue asesinado el sacerdote maya tsotsil, defensor de derechos humanos, Marcelo Pérez Pérez que por años se dedicó a la lucha por la vida de los pueblos y a la construcción de la paz en Chiapas, así como a denunciar la violencia que se vive desde hace décadas en el estado, de la que el gobierno mexicano es responsable.
Los hechos se dieron en el Barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal de Las Casas, tras concluir la misa matutina. Testimonios refieren que al abordar su vehículo para dirigirse a la parroquia de Guadalupe, fue asesinado por personas a bordo de una motocicleta quienes le dispararon.
El padre Marcelo Pérez fue objeto de constantes amenazas y agresiones por parte de grupos de la delincuencia organizada, por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al Estado mexicano la implementación de medidas cautelares en su favor desde 2015. Desafortunadamente el Gobierno mexicano fue omiso y aquiescente para atender las causas de fondo de las amenazas en su contra. Lejos de su protección el Estado mexicano lo criminalizó, fomentó el señalamiento en su contra y lo persiguió judicialmente mediante una orden de aprehensión.
La ejecución del defensor Marcelo Pérez se da en un contexto de grave escalada de violencia contra la ciudadanía en todas las regiones de Chiapas, como parte de la estrategia de toma violenta del territorio nacional, necesaria en la actual etapa de reconfiguración del Estado mexicano.
Desde el Consejo Directivo y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, expresamos nuestra contundente condena por este crimen de lesa humanidad, responsabilidad del Estado mexicano por no prevenir, garantizar y proteger la integridad y vida del párroco Marcelo Pérez, así como por su tolerancia y aquiescencia hacia los grupos de la delincuencia que operan en Chiapas.
La denuncia profética del Padre Marcelo, de las históricas, continuas y sistémicas violaciones a los derechos humanos en el estado de Chiapas su acompañamiento, compromiso y lucha por la Vida de las comunidades donde ejerció su ministerio sacerdotal, conllevó a que fuera objeto de amenazas y ataques contra su integridad y vida desde hace años. Quienes ejercen el poder desde hace décadas celebran hoy la muerte del Padre Marcelo.
Esta ejecución es una muestra más de la crisis de seguridad, graves violaciones a los Derechos Humanos y crímenes de lesa humanidad, que como Frayba hemos estado denunciando por más de 35 años.
En los últimos meses hemos denunciado ante las instancias nacionales e internacionales los graves crímenes de lesa humanidad por las desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, desplazamiento forzado, control de la población vía la toma violenta de varias regiones de Chiapas.
El lamentable asesinato del padre Marcelo hace eco del grave riesgo que existe para la población y de manera particular contra las personas defensoras de derechos humanos, incluido el Pueblo Creyente, los agentes de pastoral de la Diócesis de San Cristóbal, las organizaciones defensoras de derechos humanos, comunidades que defienden la tierra y el territorio, y en general de todas aquellas personas y comunidades que defienden la vida en Chiapas.
Reiteramos la responsabilidad de los gobiernos Estatal y Federal por la ejecución extrajudicial del Pbro. Marcelo Pérez Pérez. El Estado mexicano por décadas ha apostado por la impunidad permitiendo la operación de entidades macro criminales como parte de la “gobernanza” en un supuesto Estado democrático.
Abrazamos a la familia de nuestro jTatik Marcelo, a las comunidades con las que caminó, a la Diócesis de San Cristóbal, al Pueblo Creyente de Chiapas y a todas aquellas personas para las que su partida es una herida al corazón.
Exigimos al Estado mexicano verdad y justicia frente a este crimen mediante una investigación diligente de los autores materiales e intelectuales, tomando en cuenta su trabajo como defensor de derechos humanos y constructor de paz.
Hacemos un llamado a la sociedad civil nacional e internacional a repudiar este crimen sumándose a nuestras exigencias.
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